InicioConciertosCrónica de Ángel Stanich en Madrid (La Riviera, 2023)

Crónica de Ángel Stanich en Madrid (La Riviera, 2023)

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Según la RAE, algo comunal es algo perteneciente o relativo a una comuna; y turgente es sinónimo de abultado y firme. Con estos dos adjetivos denominó Ángel Stanich el concierto que programó hace unos meses para este 20 de enero en La Riviera de Madrid. Al margen de las académicas definiciones, estas dos sugerentes y evocadoras palabras encajan a la perfección en el «Universo Stanich«, ese mundo tan particular repleto de referencias y surrealismo que cuenta cada vez con un mayor número de adeptos y fieles y que ha convertido a su creador en uno de los mejores y más interesantes escritores de canciones de nuestro país.

Y así, sin desvelar directamente mucho más, han pasado las semanas y la expectación por lo que ocurriría esa noche iba creciendo exponencialmente. Todos sabíamos que el show que estaba preparando iba a ser diferente y muy especial, pero seguramente nadie esperara que la noche sería como al final resultó ser. Merece la pena relatar lo ocurrido tal y como sucedió.

Foto: Sara Irazábal

Frente a los solapes, sorpresas, amigos, canciones

Un viernes en el que tuvieron lugar en Madrid conciertos de nombres tan importantes e interesantes como Los Zigarros, Depedro o Anabel Lee, la opción de Ángel Stanich adquiría una relevancia diferente. Tras una espera amenizada con música plenamente identificable dentro del imaginario del artista cántabro, la voz en off de Raúl Cimas presenta el primer acto de la noche, dando a entender que este concierto llevará una estructura determinada y que, igual que la disposición de los músicos sobre el escenario, será distinta a la del resto de conciertos de esta gira. Con el cantante en el centro y sus cuatro escuderos dispuestos en semicírculo, observamos que junto a Stanich hay otro micrófono. Esto hace presagiar que a lo largo de la noche desfilarán por ahí diferentes artistas para compartir canciones con él.

Lo que no podíamos esperar es que, tras el arranque de El volver, en la segunda estrofa del tema aparezca ya Quique González para interpretarlo junto a Stanich. Fue la primera de las sorpresas, nada más arrancar el concierto, sin anestesia, inesperado y, por eso, el público enloquece desde la primera canción de una fiesta que, si ha empezado así, promete ser inolvidable. La química entre los dos artistas es total y la amistad y camaradería que comparten desde hace años se hace patente en la gran complicidad que demuestran.

La impecable Stanich Band como protagonista

Si hay alguien entre el público que no haya entrado en faena con este emocionante arranque, Una temporada en el infierno termina de conectar con el más rezagado. Estamos solo en la segunda canción y parece que el recinto va a explotar. Todos nos miramos y en nuestros ojos se percibe la excitación de estar ante un espectáculo verdaderamente único. Sin apenas respiro, Javier Vielba se presenta para compartir Un día épico, tirando de carisma y energía. El Meister no podía faltar a esta fiesta. Tras otras dos canciones sin invitados, el primer acto se cierra con la aparición de Lichis y Dos Boy Scouts de mierda, un tema que parece hecho a medida para él, con esa especie de elegancia canalla que caracteriza al líder de la recientemente rescatada Cabra Mecánica.

Llegados a este punto, conviene mencionar a la Stanich Band que, sin atisbo de duda, conforma una de las bandas más solventes y sólidas del panorama musical patrio. Con la maestría de Víctor Pescador a la guitarra (sin duda, uno de los mejores guitarristas de nuestro país), la elegancia y seducción de Jave Reyjlen a los teclados, la pegada de Lete Moreno a la batería y la sobriedad y contundencia de Álex Izquierdo en el bajo. Es de justicia nombrarles siempre porque los conciertos de Ángel Stanich ya no se pueden entender sin ellos y, lo que es seguro es que si una de esas piezas faltara, el conjunto flaquearía. Son un reloj perfectamente ajustado, una máquina de precisión y experiencia que lleva las canciones de su jefe a un nivel difícilmente igualable en nuestro país.

De la efervescencia a la intimidad

El segundo acto, tras otra introducción en off, arranca con la participación de Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, cabezas visibles de Rufus T. Firefly, que acometerán Golpe en la Pequeña China y Rey Idiota. Son los únicos invitados que interpretan dos temas y quizás los que se llevan a su terreno de una manera más acertada las composiciones de Stanich. Los teclados de Víctor y la batería de Julia dotan a ambas canciones de ese aire psicodélico que tanto dominan con Rufus. La segunda de las canciones es uno de los momentos álgidos de la noche, uno de esos que permanecerán en la retina de los presentes para siempre. Rey Idiota es una de las mejores piezas de Polvo de Battiato (2021) y Víctor y Julia la llevan a un plano musical repleto de épica y de entusiasmo.

Tras este fogonazo, el show rebaja un poco las pulsaciones con la intimista interpretación que hace Ricky Falkner de Miss Trueno ’89, esa pequeña joya extraída del álbum debut de Stanich a la que sus incondicionales tienen un especial cariño. La desgarrada voz de Ricky se engarza a la del cantante de Santander, haciendo de perfecto contrapunto en uno de los momentos más emotivos de la noche.

Explosión final

Tras la colaboración de Joe Crepúsculo (con Aaron Rux al sintetizador) en la siempre efectiva Hula Hula, llega la festiva y contagiosa La historia es fácil y termina este acto, dando comienzo al tercero y último de una noche en la que están sucediendo tantas cosas que apenas da tiempo a parpadear. Así, Rafa Val, cantante de Viva Suecia, aporta su excelente estado de forma en Galicia Calidade, dejando claro que a día de hoy es uno de los mejores frontman de nuestro país. A él le sucede Mikel Erentxun acometiendo Carbura! con tal maestría que parece una canción propia. El donostiarra aporta el momento más elegante de la noche incorporándose a una banda ya de por sí estilísticamente impecable.

No hay concesiones ya y, tras la bella (aunque por momentos su voz sonara algo más baja de lo deseado) colaboración de Anni B Sweet en Motel Consuelo, los cinco músicos encaran la recta final del concierto. Ángel, Víctor, Jave, Álex y Lete llevan toda la noche dando una masterclass de lo que una banda debe ser sobre las tablas: solvencia, personalidad, empaque… Sudando la camiseta, entregándose a su público y al repertorio sin objeciones ni reparos, con una pasión incomparable por las canciones.

Aún quedaba la traca final, con Escupe fuego, donde el invitado fue el público de Stanich para cantarla «a pachas», como él mismo pidió. El último en subirse al escenario fue el siempre incendiario Jorge Martínez, de Ilegales, que aportó su mala baba a Metralleta Joe, en otra interpretación apoteósica y efervescente. Así, con el éxtasis final que siempre supone Mátame camión, con Ángel Stanich tirándose al público en un último acto de comunión con sus fans, terminó una noche inolvidable, irrepetible, que permanecerá en nuestra memoria durante mucho tiempo, haciéndonos sentir afortunados por haber podido vivir en primera persona esta memorable fiesta. Al final, era verdad lo que prometía, ahora entendemos por qué este concierto iba a ser «comunal y turgente».

Foto: Bitzsanz

Setlist Ángel Stanich:

Acto 1.
El volver (con Quique González)
Una temporada en el infierno
Un día épico (con Javier Vielba)
Nazario
Le Tour ‘95
Dos Boy Scouts de mierda (con Lichis)

Acto 2
Golpe en la pequeña China (con Rufus T. Firefly)
Rey Idiota (con Rufus T. Firefly)
Miss Trueno ’89 (con Ricky Falkner)
Qué será de mí
Hula Hula (con Joe Crepúsculo y Aaron Rux)
La historia es fácil

Acto 3
Galicia calidade (con Rafa Val)
Carbura! (con Mikel Erentxun)
Motel Consuelo (con Anni B Sweet)
Escupe fuego
Metralleta Joe (con Jorge Ilegal)
Mátame camión

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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