Sin duda, el concierto que Blood Red Shoes ofreció hace unos días en la Sala Moby Dick de Madrid fue una experiencia inolvidable tanto para la banda como sus fans. El dúo británico, conformado por Laura-Mary Carter y Steven Ansell, se mostró emocionado desde el primer momento. A pesar de su larga trayectoria, lograr un sold-out en Madrid por primera vez fue un logro que los dejó sin palabras. O más bien con muchas ganas de trasladarnos esas palabras y agradecimiento a través de su energía en el escenario. De todos modos, esta sincera confesión nos hizo cuestionarnos por qué no habían alcanzado este nivel de éxito en la capital hasta ahora, incluso en una sala más íntima como la Moby Dick.
Desde el instante en que pisaron el escenario, Laura-Mary y Steven demostraron que estaban decididos a darlo todo. A pesar de estar en Madrid para presentar su último disco, decidieron comenzar con dos de sus clásicos más celebrados: Elijah y It’s Getting Boring by The Sea. Estas canciones fueron como un golpe de energía que hizo que la audiencia se entregara por completo, desatando la euforia y los primeros pogos de la noches.
En la tercera canción, Light It Up del álbum Fire Like This, Steven Ansell asumió la voz principal mientras alentaba al público a unirse a la interpretación. La habilidad de Steven para tocar la batería con una potencia impresionante y cantar al mismo tiempo es un verdadero espectáculo que merece admiración.
Fue aproximadamente a mitad del concierto cuando comenzaron a introducir canciones de su último trabajo. Sucker y Murder Me se sumaron al repertorio, aunque quizás sonaron con menos fuerza que en el álbum original.
Poco después, An Animal supuso uno de los momentos culminantes del concierto, con su estribillo contagioso que provocó una lluvia de palmas en toda la sala. La energía de la banda y su capacidad para conectar con la audiencia alcanzaron su momento más mágico en este momento.
A medida que el concierto llegaba a su fin, Blood Red Shoes no escatimó en ofrecer algunos de sus mejores temas. I Wish I Was Someone Better, una de las canciones más icónicas de su carrera y Morbid Fascination, de su último trabajo, sonaron extraordinariamente bien. Como siempre hay que poner un pero, quizá en este punto eché en falta que tocaran I’m Not Like You, una de mis favoritas de su último álbum. No se puede tener todo, ¿verdad?
En una noche como esta, no existía mucha incertidumbre sobre si habría bises o no, debido a la emoción que Laura-Mary y Steven afirmaban sentir en el escenario. Repitieron varias veces que este había sido su mejor concierto en Madrid hasta la fecha, lo que aumentó la entrega del público, al que decidieron brindar tres canciones adicionales: Doesn’t Matter Much, On The Hook y Colors Fade. Fue el broche de oro para una noche llena de pasión y poder musical.
En definitiva, el concierto de Blood Red Shoes en la Sala Moby Dick de Madrid demostró que la química del dúo británico en el escenario sigue siendo inquebrantable y que tienen mucho más que decir en la escena musical. Ya sea en una sala más grande o en un lugar íntimo como la Moby Dick, Blood Red Shoes sigue siendo una fuerza a tener en cuenta en la música en vivo. A ver si para la próxima visita repetimos el sold out.