Death Cab for Cutie junto a The Postal Service eran el tándem perfecto para una noche de verano. En el marco de los conciertos del Poble Espanyol, en Barcelona, una de estas noches era para los de Seattle. Sin duda, todo iba viento a favor: emplazamiento único, un formato reducido, tres bandas de ensueño, ¿Qué más podemos pedir?
Es una de las pocas giras que Ben Gibbard y los suyos se dejan caer por aquí. No son habituales pero en esta gira tan especial, han incluido cita doble en nuestro país. Porque nos enfrentábamos a algo mágico y único.
No era una gira al uso, era una celebración y con doble razón: Con Death Cab For Cutie se celebraban los veinte años del lanzamiento de Transatlanticism y con The Postal Service, el vigésimo aniversario de Give Up, su único álbum. Dos trabajos increíbles, que pertenecen a la historia de la música actual. Sin duda, una alegría su paso y sobre todo, el poso bonito que han dejado en nuestros corazones.
Y podría esconder mi fanatismo pero sin duda alguna Death Cab for Cutie es una de las bandas que más han forjado mi carácter musical porque siempre encontré en ellos paz y alegría. No son fáciles de cazar, así que esta noche de la que hablo era muy especial. Todo culpa de la serie The Orange County, a decir verdad.
El arranque de esta triple velada lo tuvimos con The Kills. Alison Mosshart y Jamie Hince forman uno de esos dúos invencibles, incombustibles con el paso de los años. Siempre tienen ese enganche, esa garra. Con seis discos de estudio en el mercado y muchos proyectos paralelos, siguen teniendo el mismo encanto en vivo.
Sin duda unos teloneros de lujo para la noche que se avecinaba.
Increíble dupla de Death Cab for Cutie + The Postal Service
Comenzando con DCFC, salieron Ben Gibbard y los suyos con una sonrisa pintada en la cara, felices de regresar a España. Recordaron sus comienzos en sala mucho más pequeñas y aunque no son un grupo masivo, han crecido mucho tanto como banda en estos años.
Poco o nada podremos añadir del set list: Era un concierto centrado en el vigésimo aniversario de Transatlanticism, no había sorpresas, ni giros inesperados. Simple y llanamente, la interpretación de este espectacular álbum, lleno de colores, matices, subidas y bajadas. Un disco perfecto, no se puede cansar uno de reproducirlo.
Lo que sí nos encanta es la capaz que tienen aún de transmitir sus sentimientos a través de las canciones, aunque hayan pasado veinte años. Sigue siendo un sueño esperar a ver cómo explota de The New Year, la pequeña píldora de alegría que es siempre The Sound of Setting, o la intimidad de Transatlanticism.
Ben Gibbard está en su mejor momento interpretativo: Nos gusta su dulzura con su público, cariño, y la forma en la que disfruta en las tablas. Ama lo que hace y creo que si algo está claro es que está disfrutando como nadie de esta segunda vida que está teniendo este disco. Él mismo reconoció que 2003 fue su mejor año creativo y no tenemos ni un ápice de duda tras este increíble trabajo y lo que venía después.
Aunque fuera un concierto predecible, es un sueño poder ver recreado este disco de nuevo en directo.
Pero aún quedaba mucha magia. Con cambio de vestuario incluido y con quince minutos de diferencia, salían The Postal Service. Para sorpresa de muchos asistentes, el cantante sigue siendo Ben Gibbard, pero acompañado con algunos miembros de Death Cab For Cutie así como Jenny Lewis, como voz principal femenina. Denominada por muchas voces como la reina del rock, su presencia en el escenario es abrumadora, magnética.
Give Up es su único disco de estudio pero claramente marcó una época, una vez más,en 2003. Digamos que es uno de esos fenómenos musicales que marcan a una generación y se vuelve de culto. Se reúnen una vez cada 10 años pero ya os prometo que sueño que pasen rápidamente porque verles es una ensoñación, una oda a la belleza, la elegancia hecha música.
Al igual que y con más motivo aún que Death Cab for Cutie, se tocan el disco de principio a fin y en orden, eso sí, añadiendo una tremenda versión de Enjoy the silence, de Depeche Mode. La química entre Ben y Jenny es electrizante y hacen que de cada canción salgamos más embelesados. Piezas como Nothing Better en directo merecen una ovación, pura conexión, por un momento éramos parte de ellos, de un todo.
Todo esto prueba la tremenda versatilidad de Ben para llevar al éxito dos versiones de sí mismo. No quiero elegir porque son dos conceptos antagónicos pero creo que reencontrarme con The Postal Service ha sido un reenganche épico pero siempre Death Cab for Cutie pertenecerán a mi colección de canciones veneradas. Nunca estuvo bien elegir entre mamá y papá.
Solo diremos que fue una noche antológica, que al menos permanecerá en mi retina durante muchos años. Sé que un proyecto es más viable que el otro pero os prometo que no pienso olvidar el calambre que recorrió mi cuerpo durante esta noche de finales de verano.
Ojalá más visitas y más material de ambas bandas, que necesitamos calidez y belleza en este mundo.