InicioConciertosCrónica de Joan As Police Woman en Valencia (Sala 16 Toneladas, 2022)

Crónica de Joan As Police Woman en Valencia (Sala 16 Toneladas, 2022)

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Fotografías: Susana Godoy

Pensaba, de camino al concierto, en la artista que me disponía a ver en media hora: Joan As Police Woman, una estadounidense de gira por España, en Valencia, en la sala 16 Toneladas. Qué nos ofrecerá, cuánto público habrá, qué tipo de público, entre otras preguntas que me asaltaban la mente, ya que el estilo de Joan es muy particular, con cambios de ritmos nacidos de la batería, mucho adorno de sintes por el medio y unos líricos tan particulares, nacidos de la garganta de Wasser, que no son, para nada, carne comercial.

Aunque la sala no presentó el ansiado cartel de sold out, los rumores y las risas de la gente avecinaban una contienda animada que recordaba a los viejos tiempos, a antes de la. Tampoco se puede negar que la alegría de que los conciertos sean ya sin restricciones era más que notable entre los asistentes, sin sillas de por medio y sin distancia de seguridad, aunque todavía con mascarilla. Pero ya con la añorada libertad que nos quitaba el sueño.

Sin embargo, los que iban a ver ese concierto no era para saltar ni gritar como locos; más bien lo contrario. Iban a disfrutar de un concierto con carácter íntimo, composiciones enrevesadas y dignas de escuchar sin espasmos ni bailes. Por algo Joan Wasser es conocida por una de las compositoras con más proyección del panorama internacional. Del soul, del jazz e incluso del rock. Y eso es lo que iban a ver los allí presentes. Un plato para degustar lentamente y con atención.

La sala 16 Toneladas de Valencia hacía acogedora una noche que anunciaba lluvia al menor descuido, con la típica humedad que caracteriza la ciudad y ese frío que se te mete entre la ropa. Pero los profesionales que regentan la sala, desde el check-in hasta los camarerxs y dirección, se encargan de que te sientas cómodo; aún cumpliendo, con seriedad, con las pocas restricciones que quedan en vigor (mascarilla, aforo, higiene en wc y demás normas sanitarias). El recinto tiene una decoración underground y bohemia. El escenario es testigo de una sala diáfana para su total visibilidad desde cualquier ángulo, dando pie a sus asistentes a moverse sin perder de vista a cualquiera de los grandes artistas que han pasado, desde 2014, por sus tablas.

Joan As Police Woman, fetichismo musical

La puesta en escena era para cuatro, con Joan capitaneando un navío que incluye al batería Parker Kindred. Su noche en Valencia se debía a la presentación de su último álbum y uno de los mejores en su discografía, The Solution Is Restless (PIAS Recordings, 2021), en el que colabora el ya fallecido Tony Allen, Dave Okumu y Damon Albarn.

Get My Bearings era la encargada de abrir la contienda preguntando ¿What will you do? / ¿With the rest of your day?, a un público tentado por la expectación de la sorpresa. Era el inicio de la noche y nadie sabía qué haría luego, y así lo confirmaba la pareja que tenía delante, mirándose uno al otro y preguntándose con una carcajada de complicidad, qué hacemos luego?

Aprovechando la caricia al piano del final de este primer tema y los aplausos de la multitud, Joan encara Take Me To Your Leader con el cambiante ritmo que la caracteriza y adentrándose en la psicodelia de un brillante sintetizador, único culpable de un mimado giro en el denuedo del público que había invadido la sala. Poco a poco y en favor de la noche, el calor que emanaba la música de Wasser iba soltando los ánimos y calentando el cuerpo con esa fusión de soul, jazz, pop, rock, bossa-nova y yo que sé más, pero que tenía su rollo… Y con otra cerveza en la mano todavía más.

Los silbidos y palmoteos acompañaban a los huéspedes hacia unas palabras de presentación del trabajo más reciente de Wasser y asegurando que estaba encantada de estar allí tocando y cantando para nosotros. Y lo agradecimos: algunos respondiéndole en su idioma dándole la gracias recíprocamente y otros con un wow que delataba sorpresa y admiración.

La noche avanzaba entre risas, caricias, canturreos… Y tímidos bailes que arrancaron con Masquerader, un corte con sabor jazzístico y pinceladas funky que cambiaba la tendencia del concierto hacia un ritmo más bailable. Sin embargo, todos los que habíamos acudido a la sala 16 Toneladas esa noche sabíamos que aquel no era un concierto para bailar, sino para escuchar una compositora de culto. Eso lo corroboró la canción soul, Hard White Wall, que con su larga nota final sorprendía a un público que se movía poco, pero disfrutaba mucho.

Un concierto intenso

Con cierto aire bohemio, pasábamos Sweet Thing, Geometry Of You y I Keep Forgettin entre flirteos, elogios para los artistas y una breve visita a la barra, sin esperar lo que tenía preparado para la recta final. Let It Be You, de su sexto álbum y canción homónima al disco en el que trabajó junto al compositor y productor estadounidense Benjamin Lazar Davis, marcaba el ecuador de la audición. Y uno de los mejores pasajes de la gala si sumamos Feed The Light, el corte más ácido de la contienda que pertenece a su primer disco, Real Life (Play It Again Sam, 2007). Es curioso cuando el público conoce un tema: el efecto tarda poco en salir a relucir, haciendo coros a una canción complicada y hermosa a la vez.

Pero con la magia de Tell Me y sus brillantes solos de guitarra descubríamos que Joan también nos brinda temas bailables. Aunque advertíamos un inminente final del espectáculo que, para nuestra suerte, todavía tardaría un poco en llegar, estábamos disfrutando de un manjar al alcance de pocos, de un plato muy bien cocinado.

Dinner Date, Barbarian, con su denotada batería, y The Magic cerraron un concierto atípico y perfectamente clasificable como de culto. Con un agrado general más que notable si no eres de ritmos sencillos como la mayoría de los asistentes. Un concierto para disfrutar del timbre vocal de Joan Wasser y su agradable composición musical en la que mezcla con maestría el jazz, el funk, el soul, la bossa-nova o el rock creando fusiones poco habituales pero sin perder elegancia.

El adiós no dejó a todos sin saber qué decir, pero pudimos reaccionar a tiempo para pedir la última canción, con la esperanza de que volvieran a salir al escenario. Y no hicieron esperar… Volvieron a salir y no tocaron una, sino dos temas más: We Don´t Own It y Holy City.

En definitiva, nos tocó un repertorio que incluía temas de casi todos sus discos, llevando el bolo a un recorrido por una carretera que abarcaba varios estilos musicales fusionados entre sí. Dejándonos un sabor de boca con mil matices, algo que agradecíamos en el camino a casa.

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