Sáb 18 enero 2025

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Crónica de Kings of Convenience en Madrid (Noches del Botánico, 2023)

Este pasado viernes 21 de julio, el calor nos quiso dar un pequeño respiro. O quizá era una cuestión excepcional dentro de ese precioso oasis de vegetación y música en el que se ha convertido las Noches del Botánico. Como ya dije al salir del concierto en redes sociales, se agradece que haya lugares donde la música en directo se trata con tanto mimo y se produce una experiencia tan magnífica para el público como en este ciclo. Y más en una semana donde el tejido festivalero de Madrid ha sufrido mucho con las cancelaciones del DCode, la denegación de licencias a Reggaeton Beach y la no continuidad de Primavera Sound.

La tarde noche arrancó con un más que notable aperitivo de sonidos y efectos diversos con John Butler. Tengo que reconocer que no tengo un gran conocimiento de su música, por lo que no me atrevería a profundizar, pero sí admitir que disfruté mucho con su propuesta sobre el escenario. Viendo su habilidad con múltiples y, en ocasiones, originales, instrumentos, no puedo evitar pensar en lo interesante que sería un doble cartel con él y Tash Sultana, ya que encajarían como anillo al dedo.

Poco después, el escenario se inundó de melódicos acordes y armonías vocales cuando los noruegos Kings of Convenience arrancaron su concierto. Una cita más que esperada, y es que como ellos mismos recordaron al público, el año anterior se quedaron con las ganas de tocar debido a una tormenta veraniega, lo que hizo que esta esperada velada fuera aún más especial para todos.

Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe, el dúo que conforma Kings of Convenience, no tardaron en extender su hechizo entre el público, cantando cara a cara, solo acompañados al principio de sendas guitarras y mostrando su cercanía y complicidad. Con el comentario jocoso de que aunque el clima estuviera caluroso lo más «hot» era la entrega del público, comenzaron a tocar, y las delicadas y preciosas guitarras se fusionaron con sus voces acompasadas en un dúo perfecto.

Venían con ganas de presentarnos su último trabajo, y de hecho, una de las primeras canciones fue la preciosa Rocky Trail. Además, es una canción que tiene una conexión muy especial con Madrid, como ellos mismos contaron. En plena pandemia, vinieron a Madrid para grabar el videoclip, superando obstáculos como la realización de seis pruebas de COVID, entre otros. Además, en otro divertido gesto, hicieron un llamamiento a la marca de guitarras Alhambra, bromeando que si les proporcionaban guitarras gratis, hablarían de ellos en el concierto. No sabemos si les han llamado, pero oye, algo de publicidad gratis ya se han llevado.

Mientras iban sonando las canciones, el carisma de los noruegos no dejaba de encandilar al público, a quienes intentaban hacer partícipes con los coros, palmas o chasquidos de dedos. Otra cosa es que lográsemos seguir el compás que ellos necesitaban, por lo que incluso el propio Erlend Øye nos dio una lección de cómo chascar los dedos con el ritmo correcto para no arruinar su canción, creando un momento entrañable y educativo al mismo tiempo.

Otro de los momentos estelares fue cuando buscaron voces femeninas para acompañarlos en Know How, logrando que el público femenino madrileño se uniera a ellos, creando una conexión mágica entre el escenario y los asistentes.

El concierto adquirió una nueva dimensión con la maravillosa incorporación del violín y el contrabajo, que cambiaron el ritmo por completo, diría que para mejor ya que, en ese punto, empezaba a necesitar un poco más de intensidad. Sin embargo, este cambio de ritmo coincidió con un momento de preocupación cuando alguien se desmayó entre el público. La banda, siempre atenta a todo lo que ocurría, detuvo el concierto y solicitó ayuda de seguridad, mostrando una gran consideración hacia los fans que habían venido a verles.

Con un intervalo que duró más de lo esperado debido a la asistencia médica, Kings of Convenience demostró una vez más su calidad humana y respeto al público al esperar y asegurarse de que todo estuviera bien antes de continuar. De hecho, solo estuvieron dispuestos a hacerlo con la condición de que las luces apuntasen al público para que pudiesen atender al fan correctamente. Un enorme aplauso para su forma de encajar esta situación con aplomo, tranquilidad y empatía, de verdad.

Más canciones preciosas, más coros que necesitaron explicación y ayuda con gran carisma (esos «uuuuu» y «aaaaa») y quizá el concierto en mi vida en el que más he visto a una banda pedir chasquido de dedos al público, todo ello elementos que fueron dando forma a una noche íntima y única en la que todos nos sentimos partícipes de la música.

El momento culminante llegó cuando Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe hicieron que todos los asistentes se levantaran para el tema final, la magnífica I’d Rather Dance With You. No solo ellos, ya que el propio Øye se arrancó a bailar con su estilo desgarbado que sumó aún más encanto a su presencia en el escenario.

En el bis posterior, el dúo expresó su satisfacción por finalmente ser un poco más populares en España, y agradeció el cariño del público español ya que, según sus propias palabras, les encanta la forma de ver la vida que tenemos por aquí.

Sin duda, Kings of Convenience dejaron una huella imborrable en su paso por Madrid. Esperemos que vuelvan pronto.