Fotos: Eli Gringer
¿Alguna vez has ido a un concierto de un artista emergente y has salido convencido de que la banda que has visto está destinada a triunfar? Pues esa misma sensación tuve este sábado al salir de la Sala Siroco de Madrid y contemplar el doble concierto lleno de talento, energía y carisma que ofreció La Juventud, muy bien acompañados por los canarios Ant Cosmos.
La del sábado fue una de esas noches en las que, desde el momento que entras en la sala, ya presientes que va a ser una noche con un ambiente especial. La Juventud presentaba su disco homónimo debut, aunque eso no significa precisamente que sean unos recién llegados, algo que ya era evidente al comprobar que habían logrado un rotundo sold out en una de las salas más míticas de la noche madrileña. Estos cinco chicos arrancan ahora esta nueva etapa bajo su nombre actual, pero ya llevaban unos cuantos conciertos y unas cuantas salas vendidas al completo bajo su antiguo nombre de Red Gurd, incluyendo eventos tan importantes como el Mad Cool 2019, al que accedieron como uno de los ganadores del concurso para talentos emergentes, y el Festival de los Sentidos 2018.
Antes de que ellos saltasen al escenario, no nos quisimos perder a los canarios Ant Cosmos en el que era su debut en Madrid, y es que nos habían hablado muy bien de ellos. Apoyados en el carisma en el escenario de su cantante Javier Auserón y una perfecta complicidad entre todos los miembros, supieron calentar la sala y aprovechar su oportunidad con un estilo ecléctico en el cual encontramos lo mismo guitarras que teclados electrónicos y ritmos tropicalistas que logran hacer bailar y disfrutar al público, pero que también brillan en momentos más intimistas como la balada Flecha Turquesa, con la que podrían colarse perfectamente en una gran radiofórmula. Habrá que seguirles la pista.
Poco después, con la sala hasta los topes y mucha expectación, La Juventud salía al escenario arropada por el apoyo inequívoco del público. Se notaba que estaban bien acompañados y que sus amigos y fans iban a hacer ruido desde el primer momento, marcado por una performance en la que cuatro colaboradores de la banda les recibieron con pancartas mientras sonaba el himno a la juventud compuesto a finales de los 70 por Jarcha (no sería el único guiño a los mismos en el concierto).
Nada más arrancar, quedó clara una de las primeras cosas que te llaman la atención de este grupo, que sin duda es la transformación y el carisma que irradia su cantante Manuel Romero en el escenario. Desde allí arriba, no para de interpelar al público, ejerciendo de magnífico maestro de ceremonias entre canciones y conquistando los oídos con un impresionante torrente de voz en cada uno de los temas. Se entrega tanto que a veces parece que va a desgañitarse, pero nada más lejos de la realidad, sabe mantenerse en lo alto a lo largo de todo el concierto. Intensidad pura y dura.
A su lado, destaca la imponente presencia de Álvaro Lucas a la guitarra, eso sí, siempre con una sonrisa sabiendo complementar perfectamente a Manuel en esta labor de mantener al público entregado todo el tiempo. Con José Ángel Muñoz, Javier Montero al bajo y Efrén Hernández a la batería, conforman una máquina perfectamente engrasada que puede permitirse arrancar el concierto con el single con el que presentaron este disco, Kárate a Muerte, no vaya a ser que la gente no baile como loca desde el primer minuto.
Desde entonces, un torrente de intensidad mientras presentan las canciones de este LP debut, que a pesar de haber sido publicado hace solamente un par de semanas, ya era coreado en los estribillos por la mayor parte del público, un logro verdaderamente importante y reseñable, y que, todo sea dicho, suena incluso mejor en directo, con más músculo y sudor, que en la propia grabación.
Entre todos los temas interpretados, nos quedamos especialmente con Hacer el Baile, Crema, La Casa de María y ese magnífico broche final con la dupla formada por Hubiera Estado Tan Bien Contigo y Vivir Sin Tu Amor. Además, como guiño para todos aquellos que han estado allí desde que todavía eran conocidos como Red Gurd, interpretaron una de sus antiguas composiciones en inglés, Miss my Soul.
En definitiva, se respiró emoción, energía y la sensación de estar ante un proyecto que está arrancando antes de hacerse muy grande. Sin duda, desde CrazyMinds, estaremos muy atentos a la evolución de esta banda con la que, además, pudimos charlar distendidamente recientemente. Como ellos mismos reclaman, ¡larga vida a La Juventud! ¡Y tanto!