Los Punsetes estaban de gira por Madrid, y eso nadie se lo quiere perder. Viernes de otoño, uno de esos tontos a camino entre el verano tardío que nos ha regalado la capital y la agenda otoñal que nos espera en este trimestre. Alrededores llenos de feligreses haciendo tiempo para entrar en La Riviera.
Tenemos claro que la escena madrileña está más nutrida que nunca. Goza de una musculatura envidiable, viva, granada. Si hasta hace unos años se encontraba algo más dispersa, ahora es un engranaje perfecto, un sonido especial. Y bandas como Los Punsetes son grandes referentes en esta industria más sumergida, independiente de verdad.
Su reciente fichaje por Sonido Muchacho también les viene en un momento en el que este sello discográfico prácticamente posee todo el talento nacional, al menos bajo mi punto de vista, una argamasa increíble.
Los Punsetes, siempre referentes
Si hay algo que me gusta de los madrileños es su férreo arraigo a lo que hacen. La fórmula les ha ido bien desde los comienzos, viven sin dar explicaciones, su estilo es único y original. No se han dejado llevar por las tendencias, ni han sido absorbidos por las modas. Nada más bonito que no venderse al mercado.
La noche comenzó con unos brillantes Menta, que también forman parte de esta bonita masa de bandas que están regenerando el indie nacional. Personalmente me gusta por ese aire decadente en las letras, pero especialmente porque siento empatía por los sentimientos que transmiten. Para mí son referentes en mi discografía y siento que tienen todos los ingredientes para triunfar ya que musicalmente son un rayo que no cesa. Así que la noche se volvió una dupla única en La Riviera.
La energía de Meji, su cantante, es contagiosa. Poderosa, disfruta sobre las tablas. Nos cautiva con su sonrisa y sus buenas vibraciones, aún cantando a lo más triste. Y la banda funciona a las mil maravillas en cuanto a sonido. Con una pequeña pero coqueta discografía, dieron un paseo por canciones tan célebres como Ojalá te mueras o El apartamento. Nos encantaron, como siempre. E incluso presentaron una nueva canción, sin nombre definitivo.
La Riviera se preparaba para recibir la presentación en directo de AFDTRQHOT, el último disco de Los Punsetes. Aunque ya las vimos en el último Festival Tomavistas, siempre se los recibe con ganas.
Se caldeaba el ambiente y la eclosión llegó con la salida de la banda a escena. Es cierto que la atención se centra en Ariadna, bien sea por su estática y admirable postura corporal, o bien por sus modelos -creados por ella misma- que nunca pasarán desapercibidos.
Hit tras hit en una noche memorable
Definitivamente puedo decir dos cosas de los conciertos de Los Punsetes. La primera es que nunca pasa nada excepcional y la segunda es que abrazamos esa monotonía agradable. No es una crítica, es un idea al aire.
A mí me gusta que ellos sean sinónimo de casa. No da para grandes sobresaltos pero siempre llego al mismo pensamiento: «Qué bien ejecutado, qué sonido tan genial, hit tras hit.» Solamente con ver el pogo que se montó en el centro de la sala, se palpaba el entusiasmo de los asistentes.
Para mí, el valor añadido de esta banda, además de ese sonido roto por las potentes guitarras, el pedaleo y la potencia, son sus letras. A veces pienso que Los Punsetes me leen la mente y verbalizan aquellas ideas locas que rondan por las cabeza de todos y todas. Lírica cotidiana y salvaje para salvarnos de la rutina. Descaro y una brutal honestidad sobre cómo viven los valores la sociedad actual. Entiendo que hay gente que no comulguen con ellos, pero su directo es un disparo a bocajarro, lleno de verdades.
Aunque comenzaron algo descafeinados presentando su último LP, la bola de sonido fue tomando fuerza especialmente en momentos como Mabuse, Camino (ahora versionada también por Depresión Sonora) y, como no, la vertiginosa secuencia final con temas como Me gusta que me pegues, Maricas, Una persona sospechosa y Dos policías. Si queréis ver el setlist completo, aquí os lo dejamos para su uso y disfrute.
Un total de 23 canciones, y un cambio de vestuario, hicieron de algo más de hora y media un fogonazo de noche. Aunque vayamos sobre seguro con ellos, siempre es increíble ver a Los Punsetes.