Mar 15 julio 2025

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Crónica de Morgan y Arizona Baby en Madrid (Noches del Botánico, 2025)

Cuando una banda está en estado de gracia, atesora un repertorio sólido y andan inmersos en una gira de la que no paran de recibir halagos de público y medios, hay que asistir a uno de sus conciertos y comprobar de primera mano todo esto. No es la primera vez que vemos a Morgan en directo, ya lo hemos hecho en diferentes recintos (Joy Eslava, La Riviera, Teatro Circo Price, etc.), pero sí que es la primera ocasión que tenemos de verles en un entorno como el Botánico, en el ciclo veraniego preferido por los amantes de la música y, para más inri, en un cartel doble compartido con Arizona Baby. Por tanto, la tarde-noche del sábado prometía y no defraudó.

Arizona Baby y su apuesta americana

La velada no podía arrancar de mejor manera que con un homenaje al recientemente fallecido Brian Wilson y el God Only Knows de The Beach Boys sonando en el recinto justo antes de que Arizona Baby saliera al escenario. El público, melómano y aficionado a los sonidos con querencia americana, recibió este guiño con gran cariño y reconocimiento, no podía ser menos. Así, el trío formado por Javier Vielba (voz y guitarra), Rubén Marrón (guitarra) y Guillermo Aragón (batería y percusión), hizo las delicias de sus seguidores acometiendo el repertorio en su vertiente más cruda, cercana y honesta.

«Nacimos hace unos años en Pucela capital…» Así se presentó Vielba, parafraseando a sus paisanos Celtas Cortos y demostrando el mismo humor y arrojo al que nos tiene acostumbrados desde hace ya más de 20 años. Sin duda, Arizona Baby fueron el complemento perfecto a lo que vendría después con la banda principal. Pero no nos equivoquemos, en Noches del Botánico el grupo o artista que abre la jornada no es un simple telonero, sino que forma parte de un cartel doble en el que la duración de su concierto se acerca bastante a la del artista principal.

Así, Arizona Baby estuvieron sobre las tablas más de una hora, haciendo un derroche de actitud y melodías country-rock, con temas como Shiralee o If I Could, que recogen la mejor herencia norteamericana y no desentonarían dentro del setlist de algunas de las principales bandas de allí.

El salto adelante de Morgan

Pero sobre todo era la noche de Morgan, que hacían su parada en Madrid dentro de la gira de Hotel Morgan, su más reciente lanzamiento, el más variado y ecléctico hasta la fecha, en el que más canciones en castellano hay y con el que han terminado de convencer a los escépticos, si es que aún había algún desconfiado por aquí. Y la voz de Nina empezó a sonar, con el único acompañamiento de la guitarra acústica de Paco y la formación al completo a modo de comitiva, escoltando a ambos mientras aparecen en el escenario regalándonos Arena de una manera sobrecogedora, que se adentra aún más en la raíz de un tema que ya en el disco es muy desnudo y árido (nunca mejor dicho).

Con este blues Morgan nos llevan donde quieren, captan la atención, nos hacen abrir los ojos y oídos y se presentan ante su público de esa forma tan cercana y llena de verdad a la que nos tienen acostumbrados. Tras esto, con micro en el suelo y acompañada de sus compañeros y la única instrumentación del teclado de Chuches, Nina canta Intro: Delta, el tema con el que arranca Hotel Morgan, que también sirvió como primer adelanto del disco, para después quedarse sola en el centro y el resto de sus compañeros volver a sus posiciones para arrancar con Error 406.

Una de las cosas en las que la propia Nina ha mejorado sustancialmente con respecto a anteriores giras es en su interpretación cuando no se sitúa tras el teclado. Ahora hay más canciones en las que ella ejerce de frontwoman y lo hace con fortaleza y seguridad, transmitiendo corporalmente y enganchando con carisma a cada uno de los asistentes. Eso sí, cuando se trata de hablar, de presentar canciones y de agradecer, la cantante se sigue mostrando con la inocencia y nervios propios de alguien que está viviendo un sueño del que no quiere despertar («un puto milagro» como ella misma dijo en varias ocasiones). Y esa es otra de las razones por las que Nina es tan querida y admirada, porque a su indudable calidad y poderío vocal se une una personalidad introvertida y extremadamente natural.

Una maquinaria perfecta

Aparte de Nina de Juan (voz y piano), Paco López (guitarra y voz), Ekain Elorza (batería) y David «Chuches» Schulthess (teclado), que son las cuatro patas del grupo, en esta gira están fantásticamente acompañados de Willie Planas al bajo, su hermano Gabi Planas«El fiscal del ritmo» lo denominó la propia Nina– al teclado, percusión y guitarra, y Alejandro Ovejero (quien fuera bajista de la banda y que ahora tiene un más que interesante disco en solitario como Ove titulado Daruma) y Carolina García a los coros. Ocho músicos sobre el escenario, en una disposición general en arco abierto, sin ninguno de ellos teniendo más protagonismo que los demás, aportando todos su maestría en la parcela que les corresponde y sonando como una banda contundente, brillante, pulcra y perfectamente empacada. Así son Morgan en directo, una maquinaria perfecta e insuperable.

A lo largo de aproximadamente una hora y tres cuartos, Morgan presentaron 8 de las 11 canciones que forman parte de Hotel Morgan y también hubo tiempo para que nos deleitaran con sus temas más representativos de los tres álbumes anteriores. Así, pudimos disfrutar de composiciones como Paranoid Fall, Oh Oh, Attempting o River entre muchas otras.

Pero si tenemos que destacar algunos momentos del show que elevaron aún más si cabe el nivel del mismo, fueron los siguientes: la excelencia instrumental que rozan con Alone, la pieza más progresiva de su repertorio, en la que Paco se encargó de cantar una parte; la siempre emocionante Home, con la que empezó todo hace unos años y que sigue sobrecogiendo cuando Nina la interpreta sola con su piano; Another Road (Gettin’ Ready), que en esta gira están convirtiendo en un medley funky con Good Times de Chic y Rapper’s Delight de The Sugarhill Gang (cantada por Paco). Estos son solo algunos de los momentos más álgido que pudimos vivir.

Cuando las condiciones se alinean

Aunque si hay una dupla de canciones con las que el público realmente siente que toca el cielo, esas siguen siendo los dos emblemas en castellano de Morgan. Nos referimos, por supuesto, a Volver y Sargento de hierro. La primera de ellas que, como confesó Nina, estuvo a punto de no incluirse en su álbum debut («una visionaria» como ella misma se denominó entre risas, aludiendo a lo equivocada que estaba por lo querida que es esta canción por su público); y la segunda, con diferencia la más reproducida y escuchada del grupo, la canción que terminó de consolidarles con su segundo disco, el que supuso el definitivo punto de inflexión en su carrera.

Ambas, junto a Final, la que cierra también el último álbum, formaron parte del único bis de la noche y supusieron la despedida de Morgan de una noche mágica donde se alinearon todas las situaciones idílicas: unos músicos brillantísimos y en estado de gracia, un público entregado y agradecido, una escenografía e iluminación preciosas, sobrias y elegantes (con los focos centrándose en cada músico según los momentos de la canción que así lo requerían), un recinto con un sonido impecable y una atmósfera tan ensoñadora como acogedora. Todo encajó, todo funcionó y todo se elevó a un nivel musical estratosférico.

Setlist Morgan:

  1. Arena
  2. Intro: Delta
  3. Error 406
  4. El Jimador
  5. Pyra
  6. Paranoid Fall
  7. Oh Oh
  8. Attempting
  9. Alone
  10. Cruel
  11. River
  12. Praying
  13. Home
  14. Radio
  15. Another Road (Gettin’ Ready)
  16. Volver
  17. Sargento de hierro
  18. Final
Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.