El rock espacial invadió los Campos de Sport de El Sardinero el pasado martes de la mano de Muse, en su único concierto de 2023 en España. Diferentes tipos de fans se repartían por la ciudad cántabra donde se celebraba el evento con motivo del Año Jubilar Lebaniego. Algunos de ellos se situaban en las puertas del estadio desde tempranas horas de la mañana para poder asegurarse un lugar en las primeras filas. Otro grupo más relajado se reunía en los bares de la zona, inundando las calles y haciendo la previa del concierto con una cerveza en la mano.
A las 19:45, los más madrugadores recibieron a los japoneses One OK Rock, quienes inauguraron la jornada sorprendiendo a gran parte del público con un rock directo y cuidado, digno de su veterano estatus. Fue una grata sorpresa descubrir que también existe buen rock proveniente de Japón, en un momento en el que el J-pop domina gran parte de la escena musical nipona.
El dúo británico de rock alternativo, Royal Blood, fueron los encargados de telonear a Muse después de los japoneses. El público les dio una ovación acorde a la calidad de su actuación en vivo, ya que resulta increíble que solo dos personas puedan generar tanta energía como nos tienen acostumbrados en sus conciertos. Aunque no desmereciendo esta virtud, algunos notamos cierta falta de entusiasmo en Mike Kerr y Ben Thatcher. Quizás se debió a problemas de sonido que afectaron ligeramente la calidad del mismo, lo cual impidió que brindaran el máximo de su energía.
Con puntualidad británica y vistiendo sudaderas de cuero, los más esperados aparecieron a las 22:00. Matt Bellamy, Christopher Wolstenholme y Dominic Howard, cubiertos con sus ya características máscaras metálicas, abrieron el concierto frente a un gran logotipo de fuego con una «W» en llamas que se entrelazaba con el símbolo anarquista. Comenzaron con el himno que da nombre a su gira y a su último disco: Will of The People.
Después de una entrada gloriosa, el bajista Chris Wolstenholme se acercó a la multitud para regalarnos el icónico riff de bajo que da inicio a Hysteria, desde el final de una pasarela que acercaba aún más el escenario a un público que ya estaba completamente entregado desde el principio. A partir de este momento, una serie de estímulos se desataron tal como nos tienen acostumbrados. Sus canciones exuberantes se vieron acompañadas (pero no eclipsadas) por luces estroboscópicas, cañones de fuego, confeti, una máscara gigantesca e incluso un demonio inflable llamado Baph, cuyas manos eran tan grandes que sobrepasaban los límites del escenario.
No nos sorprende en absoluto esta puesta en escena recargada, que es el complemento perfecto para su estilo barroco. Amamos esta forma de expresión que no permite que nos perdamos ningún detalle ni parpadeo. Todos estos elementos visuales fueron complementados con una serie de videos y animaciones de paisajes urbanos futuristas que se intercalaron entre las canciones. Los británicos recrearon una visión distópica del mundo y nos la presentaron de forma sublime en el estadio del Racing.
Muse celebra este año su 25 aniversario por todo lo alto. Para su fiesta en Santander, trajeron invitados de todas partes del país y seleccionaron un setlist de 25 canciones que parecía estar hecho a propósito para crear una mágica coincidencia. El regalo más especial que nos ofrecieron fue la presentación de dos canciones de su último disco por primera vez en España. Comenzaron con Verona y animaron a todo el estadio a encender las linternas de sus teléfonos, creando así el ya habitual momento mágico de un paisaje inundado de luces. Luego, con You Make Me Feel Like It’s Halloween y utilizando la máscara gigante como pantalla, proyectaron una lista de villanos previamente presentados en el videoclip de la canción.
Moviendo entre extremos, pasaron fácilmente desde la contundencia de canciones como Psycho o We Are Fucking Fucked hasta el canto medido y delicado de Undisclosed Desires o Madness, y eso es lo que nos encanta de ellos: su habilidad para moverse entre lo discreto y lo exagerado con suma elegancia. Por supuesto, también interpretaron los infalibles clásicos Time is Running Out y Supermassive Black Hole, los cuales no podrían faltar como himnos. A ellos se unió la canción más funky de la banda, Plug in Baby, un favorito absoluto para muchos en el público.
Finalmente, Bellamy sacó el arma que todos los asistentes al Mad Cool del año pasado estábamos esperando: un guante cibernético con el que interpretó Behold, the Glove y Uprising. Pero si hubo un momento épico, sin lugar a dudas fue durante el ya mítico cierre de los músicos de Devon con Knights of Cydonia. Mientras la canción se acercaba a su final, una lluvia creciente nos bañó a todos los asistentes, convirtiendo ese momento en el más épico de la noche y probablemente de mucho tiempo.
Una vez más, Muse nos demostró su impecable ejecución. Han alcanzado un nivel de experiencia y seguridad con una calidad que pocas bandas pueden igualar.
Si bien amamos a Muse en todas sus facetas y reconocemos su impecable trabajo de estudio, ninguno de sus discos se compara con la experiencia en vivo. Recorrer en persona los principales éxitos de su carrera, acompañados de los adornos más extravagantes, es el mejor regalo que pueden ofrecer a sus fans. Nos encantan tal como son, exagerados y ostentosos. Descarados pero habilidosos.
Poder presenciar este grandioso espectáculo en un campo tan acogedor como El Sardinero ha sido una experiencia tan paradójica como hermosa. No salimos de la «hysteria».
Setlist
- Will of the People
- Interlude
- Hysteria
- Psycho
- Bliss
- Resistance
- Won’t Stand Down
- Compliance
- Thought contagion
- Verona
- Time is Running Out
- The 2nd Law: Isolated System
- Undisclosed Desires
- You Make Me Feel Like It’s Halloween
- Madnesss
- We Are Fucking Fucked
- The Dark Side
- Supermassive Black Hole
- Plug In Baby
- Behold, the Glove
- Uprising
- Prelude
- Starlight
- Kill or Be Killed
- Knights of Cydonia