La banda alemana, Tokio Hotel, llegó a nuestro país allá por 2007 en forma de Monsoon, hace más de una década. Su primera actuación en nuestro país fue de la mano del MTV Day en Las Ventas ese mismo año. Recuerdo que su archiconocido Monsoon no paraba de sonar en Los 40 Principales, y el videoclip del mismo lo podías ver en la MTV casi siempre que la ponías.
De esto ha pasado mucho, y han ido sembrando éxito tras éxito, desde su disco Scream (2007), donde los de Leizpig versionaron todos sus temas al inglés para así darse a conocer a todo el mundo. Todo se torció cuando, en plena gira europea, Bill Kaulitz, frontman del grupo, tuvo que ser operado de las cuerdas vocales y suspendieron todos los conciertos posteriores. Finalmente, pudieron volver a los escenarios, y aquí tuvimos la oportunidad de verlos en la primera edición del Rock In Rio en 2008 en Arganda del Rey.
Después de esta vinieron muchas visitas más a Madrid, entre las que se pueden destacar el actual Movistar Arena o la sala pequeña del Palacio de Vistalegre entre otras muchas. Tras varios años de espera y una pandemia de por medio, Tokio Hotel actuó en Madrid el pasado 12 de marzo en La Riviera, y había ganas de verlos de vuelta. De hecho, si paseabas esa misma mañana por la zona, podías ver a muchas fans haciendo cola desde primera hora.
Una Riviera a rebosar
Al llegar a los alrededores de la sala, se podía ver el despliegue de producción con varios tráileres y tres autobuses para toda la crew de la banda. Lo que no nos podíamos imaginar era lo que había nada más acceder a La Riviera. Una cortina grande tapaba todo el escenario, sin poder imaginar lo que estaría detrás. Para esto hay que esperar un poco más.
Con un cartel de agotado colgado desde hace varios meses, era de esperar la sala repleta de gente. Mucha diversidad de edad, pero todos bien uniformados con las caras pintadas de alguno de los componentes de Tokio Hotel, camisetas con merchandising de hace algún que otro año, carteles, etc. Es increíble que después de tanto tiempo sigan teniendo un público tan fiel. Este ha evolucionado al ritmo que ellos han encontrado su estilo musical. Entre los asistentes había muchas niñas acompañadas de sus padres, y otras que no lo somos tanto porque ya andamos en la treintena. Y como dijo Bill Kaulitz un poco más avanzado el concierto «disculpadme si se me olvidan las letras, pero ya me voy haciendo mayor».
Ready, set, go! Es la hora de Tokio Hotel
Parece que los gritos no habían cambiado mucho en todo este tiempo, porque todos empezaron a corear el mítico «¡Tokio Hotel! ¡Tokio Hotel!» tras apagarse las luces. Empezaron a tocar Miss It (All), uno de sus últimos temas, entre luces azules. Las cortinas cayeron lentamente y, en efecto, flipamos con el escenario. Aparecieron los gemelos, Bill y Tom Kaulitz, Georg Listing y Gustav Schäfer sobre una tarima cada uno. También se vislumbraban varias pantallas de led.
Bill Kaulitz, hace tiempo que no deja indiferente a nadie con su vestuario. Y esta ocasión no iba a ser menos. Apareció con unas gafas negras, unas alas negras, un traje con lentejuelas y una manicura perfecta. En resumen, una diva. En sus redes sociales, ya habían publicado contenido de sus conciertos anteriores de esta gira, y se podía ver cómo iba a ser este. Era imposible no quedarse embobado al ver lo que habían montado.
Tras su primer tema, el cantante de Tokio Hotel se bajó de su tarima, y comenzó a cantar Darkside of The Sun y después The Heart Get No Sleep, de sus discos, Humanoid (2009) y Kings Of Suburbia (2011), respectivamente. Kaulitz desapareció del escenario para su primer cambio de ropa, y a este le siguieron dos más durante todo el concierto. Comenzó a sonar el tema Girl Got a Gun, donde apareció con traje a lo más cowboy rosa con gorro incluido. A este le siguió Love Who Loves You Back, que tocó junto a una guitarra rosa llena de plumas muy acorde a su conjunto de ese instante.
Bajó de su tarima, y antes de seguir con Hands Up —su último lanzamiento, al cual se podía acceder al presave con un código QR que aparecía en la pantalla de atrás—, dedicó unas palabras de agradecimiento al increíble equipo que lleva la banda y saludó al público, el cual estalló con un griterío. También añadió que probablemente este fuera hasta el momento el show más íntimo de toda la gira, pero que le encantaba porque podía vernos a cada uno de nosotros.
Son muchos años en el escenario y parece que la edad no pasa en vano, para ninguno, y Bill aclaró, entre risas, «soy mucho más mayor de lo que aparento». Tras varias bromas, reconoció que tuvo que ponerse a estudiar de nuevo las letras porque tenía que estar cambiando del alemán al inglés. También dedicó unas bonitas palabras a Madrid, la cual les encanta, incluso vaciló que no estaría mal vivir aquí, pero… en un futuro. Entre risas, comentó que disfrutaron de unas horas de la capital madrileña antes del concierto, porque claro, no iban a hacerse 19 horas de viaje en autobús desde París pudiendo coger un avión. Este pequeño descanso nos sirvió para coger aire y darlo todo con Feel It All y Home, banda sonora de su reality de Netflix, Kaulitz y Kaulitz.
Kaulitz volvió a desaparecer para hacer un nuevo cambio de vestuario, y dar paso a tres canciones en acústico. Su hermano y guitarrista, Tom Kaulitz, se sentó sobre un taburete y comenzó a tocar los primeros acordes de Easy, apareciendo Bill a continuación. Tras esto, empieza lo que para mí fue el momento más emocionante de todo el concierto. Cuando ambos estaban espalda contra espalda, empezaron a girar mientras sonaba In Your Shadow (I Can Shine), y la gente coreaba incluso más alto que el propio cantante.
Esta última canción dio paso al bloque de canciones en alemán. Sonaron canciones como Rette mich o Spring nicht, que nos transportaron a los inicios de la banda. Se sentía la magia en el ambiente. Todo por una sencilla razón: era habitual que en sus anteriores visitas las cantaran en inglés, pero a las nostálgicas del pasado siempre nos gustaron más en su versión original.
Esto se empezaba a acabar, pero no sin antes otro cambio de vestuario, y otro momento para el recuerdo: ver a Bill Kaulitz con su keytar, mientras se deslizaba por el escenario y tocaban una versión de Careless Whisper de George Michael.
Tras What If y la versión para Disney de Colors of the Wind, Bill volvió a hablar al público y bromeó que, como persona que se está haciendo mayor, necesitaba ir al baño. Propuso hacer un descanso por si quería ir alguien a la barra a pedir una cerveza, entre risas de todos los presentes. Anteriormente, había comentado que la sala no les dejaba usar pirotecnia, así que se guardó un as en la manga y fue con White Lies cuando se dispararon los confetis, que dieron paso al broche de oro que, obviamente y sin sorpresas, sería Monsoon.
Y cuando me pierda pensaré en ti… a través del monzón
Debe ser que ya habían cantado suficiente en alemán, y esta la interpretaron en inglés, pero no dejó de ser igual de especial que siempre. Con luces blancas que imitaban los truenos y relámpagos de su videoclip, y que antecedieron a la gran tormenta de emociones que se avecinaba. La banda volvió a salir al escenario, mientras sonaban los primeros acordes de la canción y el público cantaba «I’m staring at a broken door, there’s nothing left here anymore,…». Imposible no derramar alguna lágrima o emocionarse. Incluso reírse porque, durante esta primera parte, el cantante quiso adelantar la segunda estrofa. Menos mal que esta canción todos los asistentes la tenemos muy aprendida y la pudimos reconducir a la letra correcta. Tokio Hotel supo que esta canción es de sus fans y Gustav, el batería, paró de tocar. Se levantó y, junto a Bill, Tom y George, animaron a que el público cantáramos a cappella como protagonistas de una noche de ensueño.
Tras esta sonó el último tema de la noche, Great Day. Con «It’s a great day to say goodbye, it can never get better than tonight, it’s a great day to say goodbye, it’s ok ‘cause I’ll be alright» se despidieron de un público entregado y devoto por sus canciones durante la hora y media que duró el concierto. Sonido muy bueno y una apuesta por una escenografía muy arriesgada para ser una sala tan pequeña.
Muchos salieron llorando, emocionados, seguramente con el rímel extendido por toda la cara, pero todos con la sensación de que queda Tokio Hotel para 20 años más.
Setlist del concierto
- Miss It (At All)
- Darkside of the Sun
- The Heart Get No Sleep
- Girl Got a Gun
- Love Who Loves You Back
- Hands Up
- Feel It All
- Home
- Easy
- Just a Moment
- In Your Shadow (I Can Shine)
- Rette mich
- Fahr mit mir (4×4) (Kraftklub cover)
- Fata Morgana (Nina Chuba cover)
- World Behind My Wall
- Spring nicht
- Careless Whisper (George Michael cover)
- What If
- Colors of the Wind (cover)
- White Lies
- Monsoon
- Great Day