InicioConciertosCrónica de Tom Jones en Madrid (Noches del Botánico, 2024)

Crónica de Tom Jones en Madrid (Noches del Botánico, 2024)

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Hay ocasiones en las que “simplemente” vas a acudir a un concierto y hay otras en las que puedes decir que tienes una cita con la historia. Desde luego, un recital de Tom Jones no es un evento cualquiera, sino un recorrido por 60 años de música a través de una de las voces más inolvidables y legendarias del imaginario colectivo.

Habrá quienes lo conozcan por sus temas originales, quienes lo hayan hecho por alguna de sus célebres versiones, por el mítico baile de Carlton Banks en El Príncipe de Bel-Air, o por su rol en los últimos años como uno de los coaches en el concurso televisivo La Voz. El caso es que todas las generaciones, desde los más mayores (obviamente mayoritarios entre el público) hasta los más jóvenes, se han topado con los temas y la voz del Tigre de Gales en algún momento.

Y es que, a pesar de haber tenido sus altibajos, su carrera es incomparable frente a muchos artistas. Solo había que fijarse en sus palabras entre canción y canción y disfrutar con anécdotas contadas de forma natural, en las que relataba sus interacciones con nombres míticos como Elvis Presley, Chuck Berry o Dusty Springfield, por nombrar solo algunos.

El magnífico entorno que siempre presenta el ciclo Noches del Botánico nos hacía presagiar que íbamos a experimentar un escenario perfecto para acompañar a esta figura. Sin embargo, teníamos una pequeña duda. Es obvio que la edad no perdona, y existía la incógnita de comprobar en directo si su voz seguía siendo igual de potente y enérgica a sus nada menos que 84 años. Vaya si así fue. Es increíble conservar esa potencia vocal y vitalidad a esa edad. Cualquiera de los que estábamos allí firmaríamos llegar a los 84 años con el estado de forma física y mental que demostró Tom Jones sobre el escenario madrileño.

En el primer tema, presenciamos una declaración de intenciones, reconociendo el paso de la edad, con la preciosa I’m Growing Old, que interpretó sentado en un taburete, lo que podía llevar a la precipitada conclusión de que así sería la dinámica del concierto, pero nada más lejos de la realidad. Ya para el segundo tema, la versión de Not Dark Yet de Bob Dylan, puso en marcha todo su carisma sobre el escenario, y es que ya nos preparaba para, a continuación, empezar a sacar sus grandes bazas del repertorio. Así, el galés interpretó It’s Not Unusual en una versión algo diferente a la que todos conocemos, ligeramente más pausada, pero ya moviéndose, aplaudiendo e interactuando de forma simpática y enormemente carismática con el público. A partir de este momento, se produjo una concatenación de canciones de su repertorio más clásico: ese What’s New Pussycat? que Burt Bacharach compuso para él, su clásico Green, Green Grass of Home de su etapa más crooner, ese Sexbomb que le devolvió al estrellato de la mano de Mousse T a finales de los años 90 y Popstar, una versión de otro grande como Cat Stevens.

Tom Jones x Noches Botánico © Marina B.
Tom Jones x Noches Botánico © Marina B.

Mención aparte merece la versión que hizo de otro de sus grandes temas, la inolvidable Delilah. Para esta ocasión, y no puedo afirmar si únicamente como guiño al público local de cara tanto a este como a los otros conciertos que ofrecerá en nuestro país esta semana, introdujo ritmos de cumbia que modernizaron y latinizaron esta memorable canción. Personalmente, me hubiera gustado escuchar una interpretación más acorde a la original, pero tengo que reconocer que el guiño fue agradecido y reconocido por el público asistente.

Tras este inicio arrollador, vinieron canciones menos conocidas de su repertorio, pero que nos siguieron dando una gran idea del increíble estado vocal en el que aún se encuentra. Me gustó especialmente la interpretación de Talking Reality Television Blues, esa mezcla entre spoken word e instrumental que, acompañada de unos magníficos visuales, quedó absolutamente increíble en directo. También la versión de Tower Of Song de Leonard Cohen brilló con luz propia y fue un emocionante momento. A esas alturas ya éramos conscientes de que nos íbamos acercando al final, lo que no sería noticia en un concierto normal y corriente, pero si vuelves a tener en cuenta que el artista sobre el escenario tiene 84 años, el hecho de cantar con esa energía durante una hora y 45 minutos sigue siendo más que reseñable.

Desde luego, con más de 60 años sobre los escenarios, uno puede presumir en voz alta de haber tenido una vida increíble, y eso es lo que nos quiso recalcar con una sentida interpretación de One Hell Of A Life. Para el final, se guardó un trío de ases bastante interesante. En este caso, tres grandes versiones que tuvieron gran repercusión en diferentes momentos. Primero, You Can’t Leave Your Hat On originalmente de Randy Newman y que Jones regrabó para la banda sonora de la película Full Monty, su sobresaliente interpretación de Kiss, el clásico de Prince, y finalmente, el incontestable clásico del rock’n’roll Johnny B. Goode de Chuck Berry, al que Tom Jones recordó haber visto en Las Vegas junto a Elvis Presley mientras ambos reconocían que se trataba del auténtico rey del rock.

Nosotros no vamos a entrar a repartir títulos nobiliarios, ya que bastantes apodos ha tenido Tom Jones a lo largo de su carrera, pero sí que salimos de las Noches del Botánico pensando que habíamos visto un trocito de historia de la música. Desde luego, a Tom Jones parece que le queda energía y cuerda para rato, y como él mismo recordó, si Willie Nelson sigue sacando música y ofreciendo conciertos a los 91 años, quizá no sea la última vez que le veamos en directo. Sea como sea, gracias por una extraordinaria noche, Mr. Jones.

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