En la disposición de un tablero de parchís sonando de fondo «Cumpleaños Feliz»… Así se las prometía el pasado sábado el edificio Veles e Vents de la Marina de Valencia, en el concreto y exacto espacio Amstel Art. La primera ficha en mover corría a cargo de las rojas, de nombre Redacción Atómica, ¿el motivo? Pues su IX aniversario. Sin duda una fecha muy especial, ya que (inserte anécdota) para un servidor su primer concierto a cubrir fue el VI aniversario de la misma página… Sin duda ha llovido mucho desde entonces…
El entrante de la jornada fueron las Lisasinson, traían bajo el brazo un concierto bastante estudiado que, a su ritmo de pop punk sencillo y pegadizo, encandiló a incluso aquellos que esperaban la dosis de «Becaria» o «Arroz con cosas» que posteriormente acaecería. Las valencianas, que empezaron a despuntar en la época primaveral con aquel tema que aún resuena en todas las playlists españolas de Spotify, «Barakaldo», dejaron todo su repertorio en el escenario, incluida la recién salida «Canción para mi crush», de una temática lejana a aquello que acostumbran y asemejándose aún más a bandas de gran calibre actual (lo quieran o no aquellos para los que las letras han de ser existencialistas o escritas por Faulkner) como las Cariño.
Otra de las fichas del tablero entraba a escena, a ritmo de auténtico «Emperador». Calivvla hace música absolutamente variada, lo que hace de sus conciertos un sinónimo de disfrute y gozo. Si bien se definen como unos chicos “punkis que hacen pop” entre sus cortes podemos ver cualquier tipo de ritmo y estilo como ejemplificaron con aquel post-punk del que hacían gala unos tipos llamados Parálisis Permanente con su hit «Autosuficiencia», llegando hasta sus más recientes temas como «After» o «Efímero», sin olvidar al «Faraón». Los de la terreta son una de las realidades emergentes más recientes y su ascenso meteórico es un hecho, y el que diga que no verá que: “Estoy cabreado/¿Es que no lo ves?”
Tras los dos primeros sets llegaba el punto de partido, aquel que podia revolucionar absolutamente la noche y hacerla inolvidable, y así fue sin duda. Camellos, desde las lejanas tierras mesetarias, era una realidad en el suelo valenciano. El suyo es un concierto de absoluto descontrol, como mostraron los mismos asistentes una vez iniciados los primeros acordes de «Très Bien» o «Sorpresas», por no comentar la reacción del público cuando la ya mencionada «Becaria» comenzaba y al unísono cantábamos todos sus primeras líneas: “Oferta especial/Mechero, aguja y albal”. Un bolo fantástico de los madrileños, en una de las localidades que más amor les profesa a aquellos valientes que se atreven a ironizar aún cuando eso de la libertad de expresión es una ligera mentira…
El cumpleaños termino de la mano de Obleas & Sons Djs. Gracias por ser parte de esa resistencia que se junta para ser parte de la música en vivo en Valencia, gracias por estos años a la cabeza de la crítica musical en la Comunidad. ¡Muchas felicidades y larga vida a Redacción Atómica, ah y que cumplas muchos más!