Jueves, 8 de agosto
Aunque nos centraremos en la programación oficial del recinto, nos gusta también comentar todo lo que pasa en torno al festival. El Sonorama es mucho más que un espacio con una programación, el Sonorama sale a las calles e impregna Aranda de Duero de energía y música en cada rincón con actividades paralelas como charlas literarias, catas de vino y conciertos en las plazas.
Acudimos a la rueda de prensa donde pudimos conocer de primera mano los números en torno al festival, sus mejoras y sus planes de futuro. Al final, aunque sea un festival de formato medio, es muy familiar y cercano en el trato.
Volvemos al recinto a una alarmante temperatura de casi 42 grados, inaudito para la provincia de Burgos. Si hay algo malo en las fechas es que en las últimas ediciones es el calor que atiza.
Pero aún así, estuvimos ahí a las 19 horas bajo un sol de justicia porque pasaba algo grande: Hinds visitaban por primera vez las tablas de Aranda. Para mí fue una ilusión verlas en el cartel pero pienso que se merecían un mejor slot que estar a pleno sol porque había menos gente que la deseada. Ya es complicado ser mujer en esta industria y eso que Sonorama Ribera sí apuesta por mujeres como cabezas de cartel (Luz Casal, Rozalén) pero se merecen siempre mayor visibilidad.
Así que allí estuvimos disfrutando de Carlota y Ana que, junto a su nueva banda, estuvieron presentando canciones de su nuevo álbum que verá la luz en septiembre bajo el título de Viva Hinds, sin olvidar algunos clásicos o la versión de Spanish Bombs, de The Clash. Pop rock divertido, sin remilgos, con gran cercanía desde el escenario y sobre todo, eternamente agradecidas a su comunidad congregada allí.
No vamos a negar que este jueves era un día algo diferente. El festival ha hecho una muy fuerte apuesta por la música urbana para incluir más público pero hemos de reconocer que, aunque nos gusta abrirnos a las nuevas tendencias, a veces el festival está algo devorado por esto. Creo que estaría genial crear un Sonorama urbano durante una sola jornada, o bien agrupar estas propuestas en los primeros horarios o incluso en los cierres.
El día de hoy reunía otra despedida: Niños Mutantes. Los proyectos vienen y van y los granadinos han puesto punto y final a muchos años de trayectoria después de 30 años.
Siendo Sonorama una de las últimas fechas para verles en directo, fue una cita muy emocionante con su público, que coreaban sus célebres canciones que ya pertenecen a la historia de la música actual. Una pena que lo dejen, pero también entendemos sus razones. Si os los habéis perdido, aún les quedan dos fechas, en Madrid y Granada.
Con Maikel Delacalle y después con Natos y Waor aprendimos a abrazar los sonidos más urbanos. Estos últimos nos encantaron con esa chulería y ese alzamiento de la voz en pro de las juventudes, a la ilusión perdida. Al final el rap es un estilo del pueblo, cercano. Los de Aluche congregaron a un buen puñado de feligreses con sus letras afinadas, punzantes, reales.
Tras poder disfrutar del final de Florent y yo (aunque les cortaron el volumen), acabamos la noche con Biznaga, una de las nuevas promesas madrileñas del nuevo movimiento underground y que tenemos la auténtica certeza que serán una de las bandas de cabecera en los próximos años. Sonido contundente y actitud son su insignia y nos encanta ver cómo van despuntando.