Jueves día 11 de agosto
Nuestra jornada comenzó en la Plaza del Trigo, con uno de los artistas que más cerca hemos visto evolucionar: Sienna. Es una alegría verle debutar en un recinto así, haciendo las cosas a lo grande. Sin duda, fue un momento especial y cómo no, una plataforma maravillosa para hacerle lucir. El segundo de la mañana fue Jack Bisonte, que, aunque somos muy fans de su sonido, creemos que hubieran brillado aún más en el recinto a una hora más acorde.
Triángulo de Amor Bizarro fue nuestra primera opción una vez dentro del recinto. Está claro que es el clásico concierto que no falla, siempre rozando la excelencia en la calidad en el sonido. Reencontrarse con sus hits es siempre algo que adoramos. Acabar con Vigilantes del Espejo no es lo normal, pero firmamos por ese cierre.
No podíamos tampoco faltar a la cita de Chucho y Mercromina. Junto a Dr Explosion fueron parte de los primeros grupos que tocaron en la primera edición, así que la nostalgia estaba más que servida. Reconocemos que somos más de los primeros que de los segundos y es que escuchar las canciones que componen Tejido de felicidad en directo siempre es emocionante.
Ambos reconocen lo bonito que ha sido el reencuentro entre bandas, especialmente conmemorando la vuelta a Aranda tras más de 20 años con motivo de la celebración del aniversario. Al final, no cualquier tiempo pasado fue mejor, pero sobrevivir en este presente ya es algo digno de admirar.
Nuestro plato fuerte en la primera jornada completa era Future Islands. Ya sabemos que los grupos internacionales tienen un calado digamos, diferente, en este festival. Pero los de Baltimore saben levantar a cualquiera, incluso a aquellos que asomaron la cabeza tan solo para cotillear quiénes eran.
Siempre agradables con su público, Samuel se metió en el bolsillo a un público algo escéptico, con hits como A dream of you and me, The painter, o el coreado Seasons. A pesar de que no era un reto fácil, estuvieron a la altura.
Para finalizar el día, acabamos con Egon Soda: una apuesta sólida y segura, siempre saben ir sobre terreno seguro. Con más de 10 años sobre sus espaldas, se encuentran presentando Bellaurora, un disco sin grandes riesgos, pero lleno de riqueza musical, gracias a la poesía de sus letras y el amor y fuego lento que le ponen a sus creaciones, para una vez más acercarnos su sonido. Verles en directo es igual que encontrarse con un viejo amigo: Todo es familiar en su entorno.
Y aquí cerramos nuestro jueves, en el Sonorama prima también dosificarse el tiempo ya que aún quedan jornadas estelares en esta edición 2022.
