InicioConciertosCrónica Sonorama Ribera 2022: 25 años de amor por la música

Crónica Sonorama Ribera 2022: 25 años de amor por la música

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Sábado 13 de agosto

Arde Bogotá en el Trigo. No se dice nada más, la frase habla sola. Banda que vimos el año pasado en el recinto, y que su fama y reputación ha crecido exponencialmente, dando pie a vender una Riviera entera y colgar el anhelado cartel de no hay entradas.

Y como no, no decepcionaron ni un ápice. Son la definición de carisma e auto determinación, sabiéndose fraguar una carrera desde cero. Merecedores de tocar en la plaza en este horario. Una brutalidad.

Para nuestro gusto, este año las sorpresas en la Plaza del Trigo han estado algo manidas, así que nuestra siguiente cita musical ya fue en el recinto oficial.

Rufus T. Firefly en el Sonorama Ribera

Nuestro atardecer lo amenizaron nuestros chicos de Aranjuez, aquellos que hacen de la música la máxima belleza. Y es que la pasmosa serenidad que transmiten Rufus T. Firefly en sus directos, esa sensación de embriaguez, es como flotar. Verlos tocar, disfrutando. Pocas veces vivimos esa sinergia arriba, en las tablas.

Presentando El Largo mañana y finalizando con Nebulosa Jade y Río Wolf, nos encantó disfrutar de los arreglos en directo de su último trabajo. Tras varias visitas al Sonorama (nunca olvidaré la vez que los vi 3 veces, en 2017, en diversos escenarios), se merecían estar en el escenario principal. Bandaza dónde las haya.

Amaia en el Sonorama Ribera

Teníamos curiosidad por el directo de Amaia. Soy especialmente crítica con los productos de la factoría OT y tengo poca fe, pero creo, y siento que es opinión popular, Amaia está hecha de otra pasta. 

Y así nos lo supo representar en directo. Un alma libre, sin complejos. Letras que denotan cercanía. Presentado su segundo disco Cuando no sé quién soy, donde hace un alegato a sus raíces sin pudor. La verdad que me sorprendió mucho y a veces me alegro de mi madurez musical y romper con los estereotipos. 

Quizás, y solo quizás, La M.O.D.A. era el grupo más vitoreado. Muy queridos en su tierra, profetas de la misma, saben rescatar las emociones. Sin ser un grupo que frecuente, siempre me atrapan en directo, tienen ese gancho, esa facilidad, ese arraigo. Sus canciones van más allá de Héroes de sábado. Posiblemente uno de los momentos más emocionantes.

La M.O.D.A. en el Sonorama Ribera

Pero hoy había una cita, diremos, la cita. Antón Álvarez, Puchito, C. Tangana. Da igual cómo le llamemos, el genio y figura sigue ahí. Se rumorea que venían más de 100 personas con él, se rumorea que ha sido el artista más caro en años, ¿Y qué más dan los números?
Sin cantar y afinar es posiblemente la gira del año. Un producto exportable, un homenaje a la España enraizada, a la del ayer y la de hoy, y la de mañana. Un viaje intergeneracional. Cabe el trap, cabe la bachata, cabe el flamenco. Es todo excesivo, pero a la vez hay líneas minimalistas. 

El Madrileño es un imprescindible y la gira es el summum que se merecía. Los planos, la ambientación. Tan inmersivo que el concierto, por una vez, viene a ti. El setlist es casi un segundo plano en todo esto. Ese tiny desk a la española, el homenaje a la sobremesa, canciones populares, y salir airoso, subiéndose a una mesa a rapear en Tranquilísimo.

Porque hay que tener talento y determinación para realizar semejante acto tan perfeccionado. Solo puede uno mirar embelesado. Qué ambicioso era todo.

Si a mí me dicen que caigo rendida a los pies de C. Tangana hace un año, les tomo por locos. Pero no, es la gira del momento, el place to be, un amor deliberado por la música. Tan propio para un festival que mima tanto este aspecto. Sin duda, fue el concierto con mayúsculas, el único que calló al público por una vez en años.

C. Tangana en el Sonorama Ribera

Y claro, a ver con qué cuerpo se enfrenta uno al concierto del vigésimo quinto aniversario. No hemos citado que el concierto sorpresa del día anterior fue Leiva, y pensamos que el homenaje fue algo descafeinado. No sé si es que estábamos en la nube tras lo de C. Tangana pero nos pareció algo ya vivido y en formato desgastado.

Diré que me encantó que Charly Bautista se rodeará de mujeres, en un momento en el que necesitamos más que nunca ser visibles, pero por lo demás, y salvando la actuación de Alberto Caffeina por Supersubmarina y la de Xoel López, el resto fue bastante corriente. Entendemos que es difícil innovar y siempre es agradable, pero quizás pensábamos en otras ideas más locas para esto.

Y cerramos la noche con Karavana. En serio, nos tienen enamorados. Qué rabia, qué actitud, qué bien hecho. Hacía falta una banda así y es que Vanana Records es para mí, a día de hoy, el sello más significativo. Se cubrieron de gloria, nos hicieron bailar hasta a ritmo de los Strokes. Son el futuro, esa mirada limpia, absolutamente recomendables.

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