InicioConciertosCrónica The Dream Syndicate en Bilbao (Kafe Antzokia, 2019)

Crónica The Dream Syndicate en Bilbao (Kafe Antzokia, 2019)

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Jolgorio general, eso presenciaron y motivaron The Dream Syndicate este jueves 24 de octubre en la última fecha de su escala española, como parte del tour de presentación de su nuevo álbum, ‘These Times’ (Anti-, 2019). En el Kafe Antzokia bilbaíno, el mítico grupo liderado por Steve Wynn convocó a una amplia afición purista, contagió sonrisas y despertó ovaciones con su firme alt rock engendrado en el movimiento ‘Paisley Underground’ de los 80 en Los Ángeles. Una escena formada por bandas como Green On Red (el teclista Chris Cavacas forma parte ahora de “El Sindicato del Sueño”) o The Bangles, y que sirvió para revitalizar, con escasa popularidad, los sonidos sesenteros.

A pesar de esa falta de notoriedad inicial, los años han convertido a The Dream Syndicate en una banda de culto. Así lo demostraron en Bilbao, donde se rozó el sold out que sí lograron un par de días antes en Madrid. Un cuarto de hora antes del concierto, la cola para entrar a la sala lo atestiguaba. Aquello no era una ocasión cualquiera. No en vano, la cita en la ciudad vizcaína se enmarcaba dentro del programa WOP (The Walk On Project).

Era, concretamente, una de las ‘Special Night’ que esta fundación organiza en beneficio de la investigación de enfermedades neurodegenerativas. De hecho, su fundador, Mikel Renteria, fue el encargado de abrir el bolo. Primero con un ‘speech’ sobre cómo tuvieron mucho que ver en el regreso de la banda estadounidense en 2012, gracias a un evento celebrado en el Pabellón de La Casilla; y después presentando dos canciones del próximo disco de su grupo. A la segunda se unieron al cuarteto tanto Wynn como el guitarrista Jason Victor, que tuvo una noche estelar.

Jason Victor, a la izquierda del todo, y Steve Wynn, a la derecha, se sumaron al grupo de Mikel Rentería. Foto: Unai Macias.

Después de un descanso de 10 minutos, The Dream Syndicate no dieron respiro al público y ofrecieron un total de 17 temas, mezclando clásicos y novedades, en 95 minutos que se hicieron cortos. La peña todavía seguía pidiendo temas al terminar, rozando la madrugada, ¡y eso que era jueves! Pusieron los dientes largos nada más comenzar, con “How Did I Find Myself Here?”, corte homónimo de su sobresaliente penúltimo disco, el que supuso su vuelta a los estudios -el anterior LP grabado por Wynn y compañía databa del 88 y un año después se disolvieron-. La gente vitoreó los estimulantes solos de Victor y Wynn en esa progresión instrumental vibrante que abrió la pieza.

Prosiguieron con más temas de este lustro, con Victor revolviéndose y enmarañando su guitarra a cada poco al estilo de Ira Kaplan. Los cruces de guitarras con Wynn fueron una constante y elevó su instrumento en múltiples ocasiones cual espada imperial. Tiró de slide en “Black Light” y experimentó con las seis cuerdas en “Out Of My Head”. El solo que se marcó para cerrar su espléndida actuación en “The Days of Wine and Roses” dejó a la parroquia rendida y coreando su nombre en las primeras filas.

Jason Victor estuvo estelar en los solos. Foto: Unai Macias.

Los temas más novedosos fueron reproducidos en quinteto, mientras que Cavacas abandonó el escenario para algunas miradas al pasado, o simplemente se quedaba en su posición para aportar en la labor coral, bien comandada por el bajista Mark Walton. Por ejemplo, en “The Medicine Show”, en la que Wynn, con camisa de llamativo estampado y guitarra personalizada, hizo su primer acercamiento al público pidiendo aplausos al borde de la tarima.

El veterano músico, a sus casi 60 años, se movió más sobre el escenario que muchos veinteañeros. Probó su castellano; “¿hablo en inglés, español o vasco?”, dijo antes de reproducir las únicas dos palabras que sabe en euskera: “Eskerrik asko!”. Y aprovechó esa primera interacción con el público para recordar que presentaban un nuevo disco que habla de “estos tiempos peligrosos”. Precisamente, las muescas de su reciente publicación sonaron con mayor poso y madurez, con guitarras menos enrabietadas y más preciosistas, pero siempre con ese sonido psicodélico y melódico marca de la casa.  

Wynn, el batería Dennis Duck y el bajista Mark Walton, los únicos miembros de The Dream Syndicate que se mantienen desde los 80. Foto: Unai Macias.

Antes del doble bis, destacaron entre la masa “Halloween”, con los “oeees” de la peña, y “Glide”, con los coros del gentío acompañando a ese certero riff. Ni un minuto tardaron en volver a escena en los dos parones. Tras el primero, Wynn aprovechó para presentar al grupo, algo que se está perdiendo últimamente en directo, y recordó su última experiencia en tierras vascas, en el Azkena Rock 2018. No fue hace tanto tiempo pese a que a él le pareció que había pasado más.

“Boston”, con un cacho cantado a capela para despejar la sensación de que en “Tell Me When It’s Over” no le daba ya la voz; y una estelar “The Days of Wine and Roses”, con la banda de nuevo en cuarteto, cerraron el eléctrico y fiestero concierto de The Dream Syndicate, una banda que se nota que disfruta tocando y que contagia ese gozo a su afición con facilidad y sencillez.

Steve Wynn, disfrutando como un crío en su actuación en Bilbao. Foto: Unai Macias.

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