InicioConciertosCrónica The Levitants en Madrid (Sala El Sol, 2019)

Crónica The Levitants en Madrid (Sala El Sol, 2019)

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El pasado jueves, en la sala El Sol de Madrid, era el gran día, ese que muchos grupos esperan con ansia y cierto nerviosismo. El pasado jueves, la banda pucelana The Levitants presentó al público madrileño su primer trabajo bajo el sello Subterfuge, ‘Enola’.

Cualquier cosa que nos comentasen en la entrevista que les hicimos, a propósito del lanzamiento de ‘Enola’, se quedó pequeña en comparación con el impresionante espectáculo que ofrecieron. Tras disiparse una agobiante nube de humo, el trío, formado por Dani a la batería, Juan a los teclados y los coros, y Sergio como voz y guitarra, saltó a eso de las 22:15 al escenario con un semblante de ilusión al ver, con toda seguridad, el fruto de tanto trabajo en una sala a rebosar. No en vano, las entradas se agotaron una semana antes del concierto. 

Entre el jaleo de una multitud ansiosa por ver la vanguardista propuesta de The Levitants, empezó a imponerse progresivamente el grave sinte de Juan, para, acto seguido, irrumpir una poderosa batería que empezaba a marcar el ritmo de «Telescape». Sergio sumaba sus arpegios a la guitarra eléctrica, y su poderosa voz, retumbaba al compás de la batería, para conquistar desde el primer momento a la sala con su música, y con su sentido del humor. Se presentaron como Los Pixies, y, aunque esto es anecdótico, es esencial para comprender la forma en la que conciben su puesta en escena, y su forma de ser, fuera de los escenarios Sobriedad musical con un aire de desenfado, cercanía y naturalidad, algo que agradece el público. 

Y aunque ellos habían ido allí “a hablar de su libro”, como dijo el propio Sergio, con el concierto ya avanzado, nunca hay que olvidar los orígenes. Por ello, tras descubrirse al fin como The Levitants, alucinados por lo que tenían ante sus ojos, continuaron con «Nino Bravo», un tema distanciado en espacio, tiempo y sonido de las canciones de ‘Enola’, pero con un magnetismo que para nada enfrió al público. Era entonces el momento de hacer una demostración de fuerza. De nuevo, Dani ponía los precisos y portentosos golpes de su batería al servicio de un público que reconoció al instante «Red Lines», el tema que abre ‘Enola’, y, como no podía ser de otra forma, lo corearon junto al grupo. Como para no estar en una nube.

De nuevo, agradecieron a su EP, ‘Coimbra’, como parte del proceso que los había llevado a esa noche, ya inolvidable (y no había transcurrido ni media hora de concierto), interpretando «Satellite» y la ya mencionada «Coimbra», también presente en ‘Enola’. No podía faltar, dado el cariño que le tiene el grupo a esa canción. Llegados a este punto, hay que decir que el orden del setlist fue realmente brillante, muy medido. No dejaron nada al azar. Otra seña de identidad de la banda.

«Enola» supuso una pausa a un compendio de canciones poderosas, seguida de «From The Other Side». A esto es a lo que nos referimos. A esa alternancia de intensidad y asueto, para acabar en lo más alto. Esa minuciosidad marca la diferencia, en muchas ocasiones, entre el sobresaliente y la excelencia. Y The Levitants logró con creces la segunda.

El concierto prosiguió con una canción que, era necesaria tocarla, por eso de presentar el disco, pero que, permitiéndome el juego que da, hubiese sido innecesaria, dada la entrega y la respuesta tan intensa del público. «¿Hay alguien ahí?» está destinada a ser uno de los grandes temas de la banda. Ya era el ecuador del concierto y el objetivo estaba conseguido. La sala El Sol, que ha visto comenzar a grandes voces de nuestra música, escribía un nuevo capítulo en su historia con The Levitants como protagonistas.

Volvieron a recrearse en ‘Coimbra’, con «Light and Strokes», y una canción en la que es más que obligatorio detenerse. Al terminar con «Light and Strokes», Dani y Juan se retiraron detrás del escenario. Y en ese momento, Sergio nos regalo uno de los momentos más hermosos que se puede vivir en una sala de música. Hoy en día, es muy complicado, por no decir imposible, que se mantenga el silencio cuando se va a ver tocar a un grupo, disfrutar de su música, de su pasión, de lo que tienen que ofrecer. Pero Sergio lo consiguió. Agarró una guitarra acústica, sin enchufar al altavoz, se acercó al borde del escenario, y a pleno pulmón en medio de un silencio sepulcral, nos deleitó con «Ancient Empire». A mitad de la canción, el público no se atrevió a aplaudir. Temían romper la magia que una guitarra y una voz pueden crear. Al final de la canción rompieron los más que merecidos aplausos para un Sergio visiblemente emocionado.

The Levitants había tocado el cielo en apenas una noche y le devolvieron el cariño a un público que había ido allí a verlos a ellos en forma de un apoteósico final. Repitieron con «Ancient Empire», esta vez en versión electrónica y con el acompañamiento de los asistentes. Qué fácil es hacer feliz a cientos de personas con la música, y qué fácil es hacer feliz a tres músicos que disfrutan con lo que hacen, arropándolos y disfrutando con ellos de su trabajo.

Era el momento de desquitarse y enfilar la recta final del concierto, para, en palabras de Juan, seguir con la fiesta una vez se bajasen del escenario. Todos los allí presentes, disfrutamos impresionados de la cover que hicieron de una de las ídolas de masas por excelencia. De matrícula su versión de «Toxic», de Britney Spears.

Tras la electrónica y pegadiza «Adult Life» que, aunque no les gusten las comparaciones (y que me perdonen por ello), podrían haber firmado los mismísmos Joy Division, Sergio, agradeciendo el magnífico trabajo de Subterfuge y el cariño de los allí reunidos, anunció que quedaban dos canciones sin bis. Son gente de Valladolid, y no les gusta mentir. Y no lo hicieron ni al principio ni al final.

El espectáculo fue soberbio y el final fue el prometido. Había que darlo todo, y por ello se dejaron su gran arma, «Kolmanskop», para dar paso a la pegadiza y “juguetona” «Suicide». Un silencio de un segundo, y una atronadora ovación para unos jóvenes destinados a seguir creciendo y dar mucho de qué hablar en nuestro panorama musical en los próximos años.

Hablando un poco de su puesta en escena, ya mencionamos en la entrevista la peculiaridad de no contar con un bajo como instrumento físico. Tan peculiar como su formación lineal en la que el protagonismo visual se reparte entre los tres componentes por igual. Lo que está claro es que los tres miembros del grupo disfrutan del ambiente, de las canciones y sus instrumentos. Sergio, cuando no canta, se mueve por el escenario, se funde con la guitarra, busca la complicidad con sus dos compañeros. Juan no se limita a darle el toque electrónico y cerrar el círculo de un sonido que hace únicos a The Levitants. Se mueve, baila, entra en un trance particular y siente la música. Está en sintonía, no solo con sus instrumentos, sino con los de sus compañeros. Finalmente, Dani a la batería es un equilibrio entre talento y técnica con una potencia de sonido que jamás había visto en una sala. Hay baterías que basan su sonido en los toms, pero The Levitants le saca muchísimo partido a los golpeos constantes y profundos del bombo. 

Aunque ya llevaban varios conciertos en los que han ofrecido ‘Enola’ al público, la carismática actitud y cabezonería, en el buen sentido de la palabra, de The Levitants, ha hecho del concierto en la sala El Sol de Madrid el pistoletazo de salida a una segura exitosa gira. Tocaron techo, si, pero como si se tratase de papel, han conseguido atravesarlo y en su mano está, y seguro que lo harán, tirar la puerta de las grandes salas de nuestra geografía.


Fotos: Patri Martín

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