Dom 20 abril 2025

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Barry Adamson – Cut to Black

En el mundo de la mùsica existen tipos singulares que hacen discos atípicos bajo una personalidad ajena a la tendencia común. Son artistas que marcan sus propias líneas y permanecen foráneos al famoseo y a los pódiums mainstream. Son cabezas que mantienen un estilo y siempre tienen puesto el pie en el acelerador, sin importarles cómo seguir los trazados.

Barry Adamson, ex de Magazine, Buzzcocks, Ludus, VisageThe Birthday PartyNick Cave and the Bad Seeds, Luxuria y Pan Sonic, es un destacado ejemplo de esta singularidad diferencial. Además de colaborar con Howard DevotoPete Shelley, ha trabajado con David Lynch (The Lost Highway, 1997), Oliver Stone (Natural Born Killers, 1994) y Danny Boyle (The Beach, 2000). Estamos frente a un pedazo de multi artista más alto que la copa de un pino.

Barry Adamson es, al mismo tiempo, un forjador de universos musicales, capaces de transmitir múltiples historias paralelas. Así lo acreditan sus 10 álbumes repletos de texturas y cambios, todos ellos siguiendo un guion propio, lejos de las fórmulas del momento. Su trabajo se fundamenta en una referencia única, de voz áspera y profunda, que brilla con especial intensidad y excelente resonancia. Su décimo álbum de estudio, Cut the Black, es un alegato autobiográfico e imaginario con fuerte carácter celuloide. El disco salió al mercado el pasado 2024 tras la publicación del primer volúmen de sus memorias: Up Above the City, Down Beneath the Stars (2021). El vínculo entre libro y disco es más que evidente, un puente vinculante entre experiencias, sensaciones y expectativas.


«LAS ideas van y vienen, como si flotaran por todas partes. Necesitas una especie de red para capturarlas. Algunas pasan desapercibidas PERO OTRAS FLOTAN CONSTANTEMENTE. SI NO LAS CAPTURAS SE PIERDEN» (BARRY ADAMSON)

«Cut To Black es un disco lleno de ritmos soul, atmósferas ‘noir’ y blues recuperado para la era moderna» (BARRY ADAMSON)

Como concepto el álbum explora esa forma de ver la vida desde la perspectiva de un observador, que contempla un mundo confuso pero tratando de comprender sus embrollos. A través de una mezcolanza de estilos diversos (soul, R&B, hip hop y funk), Barry Adamson invita a la reflexión y a la cordura. Todos los temas expresan texturas e historias sobre vidas y realidades cercenadas. Cut To Black es, por consiguiente, ese poder músical que provoca pensamientos, evoca emociones e inspira cambios.

En base a lo dicho, el esférico se perfila como un trabajo sensual, atmosférico, perfectamente edificado sobre una rítmica elegante que se alimenta de estilos y aspectos noir.

Este largo camino de 10 pistas se inicia aludiendo las últimas palabras de Sam Cooke (The Last Words of Sam Cooke), que murió acribillado a balazos el 11 de diciembre de 1964 a manos de la dueña de un motel llamada Bertha Franklin.

Según ella, Cooke intentó atacarla mientras iba semidesnudo. Más tarde la mujer declaró que el artista había intentado violar a la chica que lo acompañaba esa noche, una joven llamada Lisa Boyer, quien huyó por una ventana mientras Cooke la perseguía casi sin ropa. ​Muchas fuentes especulan que el cantante solo trataba de explicarle un malentendido con Lisa pero la dueña del motel no le hizo caso y lo mató.

Lamentablemente no se inició una investigación formal de lo sucedido (ya que Sam Cooke era un hombre negro) y el asunto quedó sentenciado como homicidio justificado. Muhammad Alí, amigo personal de Sam Cooke, comentó que si Sam hubiera sido blanco, el FBI hubiera investigado y el veredicto habría sido diferente. Cooke tenía 33 años y a fecha de hoy el caso sigue generando muchas dudas.

Por su parte, la cantante Etta James, que vio el cuerpo de Cooke antes de su funeral, cuestionó la versión oficial de la policia, escribiendo que las lesiones que observó estaban mucho más allá del reporte oficial. Según ella, Cooke fue tan golpeado que su cabeza estaba casi separada de sus hombros, sus manos estaban rotas y aplastadas y su nariz destrozada.

«El hecho de que lo asesinaran y el modo en cómo lo hicieron, es como una película de cine negro. Sus últimas palabras fueron «Señora, usted me ha disparado». Entonces comencé a imaginar como si fuera un detective en una novela policíaca: ¿Por qué dijo aquello? ¿Qué pasó? ¿Y qué le llevó a eso?» (BARRY ADAMSON)

Tras este último aliento aparece el amante demonio, Demon Lover, cuya cadencia blusera se impregna de sarcasmo diabólico: «Cabalgando sobre el deseo (…) a través del amanecer oscurecido (…) el amante demonio me llama por mi nombre» hasta alcanzar Cut to Black, una tremenda melodía que recuerda a David Lynch y su Twin Peaks: «Mi respiración es fuerte. Mis manos están atadas. Estoy tratando de encontrar las mentiras donde la carne es más fuerte que el espíritu». 

Seguidamente, estalla Manhattan Satin que, a modo de gag noir, cuenta la historia de un tipo que se desangra durante la noche mientras exclama sus últimas palabras: «Las probabilidades contra el mañana están entrelazadas y las horas terminan». These Would Be Blues, surge bajo una voz profunda y coros gospel que recuerdan la sonoridad de Peter Murphy. La lírica te deja pasmado: «Soy cierto tipo de hombre con cierto tipo de herida. Tengo hambre y el dolor me atiza desde el alma hasta los zapatos (…) Mis piernas están débiles y cansadas, mientras camino entre los muertos».

Acto seguido, Please Don’t Call on Me, se materializa a ritmo de un blues sórdido que nos advierte que «la suma de todos los miedos se puede encontrar en tus lágrimas». Musicalmente es una joya: batería pesada y marcada, punteos de guitarra fina, y un órgano lánguido como que cruza el fondo. La llegada de Amen White Jesus, abre ese debate sobre las creencias religiosas: «Soy el rey de las bestias (…) Clava esos clavos en mis manos si necesitas a alguien a quien culpar».

One Last Midnight y Was It a Dream? son las dos antesalas antes de llegar al final. La primera manifiesta un guiño al sonido de Bob Dylan– Ritmo y texto manifiestan la quietud sobre la ciudad iluminada en la noche: «Te fundiste en la oscuridad, cuando te saqué de las sombras alargadas en el suelo, tus huellas eran arrastradas. Los pájaros lloraban un dolor humano porque sus picos se habían roto». La segunda pista plantea el dilema entre sueño y realidad: «En mi soledad, donde la carne separada no puede ser una, me duermo y caigo bajo un hechizo para deshacerme, y dejar que el cuerpo pierda la cabeza donde nada importa».

El disco se cierra con Waiting for the End of Time, esperando el fin de los tiempos dónde los suelos nunca mueren: «Nada es tan simple cuando estás tumbado boca abajo (…) Muevo las piernas pero mi cuerpo se niega a balancearse al final de la cuerda».

En resumen, los trabajos de Barry Adamson tratan de lo que se define como música cinematográfica, es decir canciones que hacen referencia a imágenes e historias que se desarrollan bajo cierto aire policíaco y detectivesco, dos conceptos muy presentes en las composiciones del artista. Las cuatro primeras canciones del álbum reflejan recuerdos y vivencias que influyeron en la vida de Adamson. Pero en el disco no solo habitan piezas referentes al pasado, también se incluyen otras canciones orientadas al presente y al mañana.

En definitiva, Cut to Black es un álbum que explica gran parte de los orígenes y destino de su creador. Como el propio Barry Adamson indica: «El título del disco hace referencia al fundido en negro tan propio en las películas. Es in proceso que implica una transición, y a la vez, es una metáfora de cómo me veo ahora mismo. Mi pasado, mi presente y mi futuro están ahí. A veces, recordar tu propia historia es como un sueño. ¿Ha existido realmente mi pasado o lo he soñado? Lo único que existe es el ahora».

Barry Adamson presentará su nuevo álbum en España con una única actuación en Barcelona el próximo 14 de junio. No faltes a la cita.

https://open.spotify.com/intl-es/album/4k4Z3uQbHZyUuil86LLbLN?si=srTSctj8QQClV2kWTBqQUw
Carlos Flaqué Monllonch
Carlos Flaqué Monllonch
Hablar de uno mismo no es tarea fácil, aunque muchas veces las circunstancias pidan hacerlo, como es el caso. Se pueden contar muchas cosas, pero quizás lo más importante es abrazar la vida con positividad. La música permite esto y mucho más. ¿Qué puedo contaros de mí? Simplemente deciros que me encanta la música y sobre todo mi profesión, periodismo y comunicación gráfica (diseño gráfico y fotografía), herramientas que me permiten abrir muchas puertas, conocer gente diversa para intercambiar, transmitir y generar proximidades. Las nuevas tecnologías permiten múltiples puentes e interacciones.. Así que nada de excusas y manos a la obra…
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