Bajo una portada bastante desagradable habita Grinning William, el último larga duración de Blood Wizard, la banda post punk compuesta por Cai Burns (ex líder de Kagoule)y Faye Rita Robinson, ambos de Nottingham, Reino Unido. Este nuevo reto de la formación aparece como una supuesta exploración sombría y disonante sobre la identidad y las complejidades de la existencia actual. Líricamente la voz de Cai es embriagadora y cercana a los registros líricos de Beck, Kurt Vile y en algunos casos a Lou Reed e incluso a Frank Zappa, tal como se demuestra en Big Fish, quinta pista del álbum: «Pensé que era un pez grande, resulta que era un cebo. Pensé que estaba comiendo, pero ahora estoy en el plato».
«Esta canción me hace sentir como si viviera en un sombrío cuento de hadas, mientras un gnomo místico del bosque, empuja metódicamente mi cuerpo a través de una picadora de carne al ritmo de la música para convertir en abono su huerto de setas mágicas. Es absolutamente hipnótica» (CAI BURNS)
Grinning William como álbum fue lanzado por el sello Sad Club Records y producido por Theo Verney (Lime Garden, English Teacher y Egyptian Blue) de Echo Zoo Studios. La banda está formada por Cai Burns (voz y primera guitarra), Faye Robinson (voz y teclados), Tom Towle (segunda guitarra), Ben Davis (bajo) y Adrian Cook (batería).
Sobre las letras cabe decir que mantienen un estilo basado en cierto humor simbólico y sarcástico. Por ejemplo, en la pista Indecision, octava del álbum, Cai expresa: «Mientras tratamos de tomarnos un tiempo para ser nosotros mismos, ¿a quién le importa lo que esté sucediendo ahí afuera? Estamos aquí en casa, bailando»
Por su parte, Back2bed, séptima del plástico, manifiesta la complejidad de estar sumido en la soledad y al mismo tiempo abrazar la belleza de sentirse retirado melancólicamente del mundo: «No es realmente bueno o malo; puede ser agradable evitar el mundo a veces».
En cuanto a estilos musicales el disco muestra una decena de canciones altamente desiguales, abarcando formas que van desde cadencias folk y pop a shoegaze con ciertos toques psicodélicos. Pero al margen de esos contrastes, uno de los puntos fuertes del disco sea su atrevimiento y sus ganas de exploración aunque dicha aventura en ocasiones quede inconexa y efímera respecto a la generalidad del álbum. De los diez temas destacan Grinning William, Apple + Oranges, Devil Dressed In Disguise, Big Fish y Babytooth, es resto de pistas flojean por sí mismas.
«Hacer música es algo que me conecta con esa energía caótica e infantil que se puede perder tan fácilmente. Esa energía es algo que he querido intentar nutrir volviendo a una forma más instintiva de escribir música, que se centre más en los sentimientos y menos en los pensamientos. (CAI BURNS)
Concluyendo… Grinning William es un disco resultón en algunos temas pero peca de discontinuidad y de escasa hondura compositiva. Hay toques ingeniosos, originales, pero quizás el peso de querer hacer algo realmente diferencial, hace que el disco se quede a medias perdiendo por el camino su concepto y finalidad musicales. Cuando un artista se propone crear un álbum y con el abarcar diferentes estilos, debe tener en cuenta la cohesión y la arquitectura sonora de sus composiciones. Forzarse a ser creativo para ser diferente no siempre resulta ni se ajusta a lo que realmente se precisa. Probablemente lo más incisivo del disco, es la voz especial de Cai Burns la cual penetra como un dardo fuertemente lanzado desde la distancia hasta lo más íntimo.
Cabe recordar que su álbum debut, Western Spaghetti (2021) o su sencillos Windowshopper (2021) o The Slip (2022) tuvieron resonancias inconmensurablemente mejores. Pero como dice el propio Burns: «Gran parte de la música que hago ahora se nutre de la cultura del resurgimiento del folk de los años 60, de la cultura post-punk en toda Gran Bretaña a finales de los 70 y principios de los 80 y de la escena punk de Washington DC en los 90».