No es mucho decir que el último álbum de Coldplay, Everyday Life (2019), nos sorprendió a todos con un sonido que reinventó a la banda con música influenciada por países orientales, algo que al principio resultó chocante para los fans pues no se esperaba obtener tal resultado de una de las bandas más míticas de los últimos tiempos.
Sin embargo, no es de extrañar pues con A Head Full of Dreams (2015) vimos la apuesta por sonidos influenciados por otras culturas más allá de la británica a la cual pertenecen los miembros de la banda, quienes con su música han enseñado a las nuevas generaciones un poco sobre combinar la vieja escuela llena de guitarra, batería y mucho bajo, en conjunto a los sintetizadores del nuevo siglo.
Al principio fue difícil adaptarse a la transición entre ambos discos, tan diferentes uno del otro y de lo que Coldplay había hecho hasta Everyday Life, pero no cabe duda que el cambio fue para bien, pues Everyday Life cumplió las expectivas de alguna forma que no todos llegamos a comprender, pues cada canción pretende tocar la espiritualidad y la conciencia, sin perder el ritmo triste pro motivante característico de la banda, que los ha conectado con el público por más de 20 años desde el lanzamiento de su primer álbum de estudio Parachutes (2000).
Con ese álbum, al igual que con el reciente lanzamiento Music of the Spheres (2021), la banda apostó por lo conceptual para transportar al oyente al medio oriente, con baladas armoniosas y góspel que llegaba al corazón. Music Of the Spheres es un claro intento de reproducción de aquella obra de 2019, pero triste y honestamente, el resultado no fue ni el esperado ni el prometido mediante las jugosas campañas publicitarias que la banda divulgó haciendo uso de sus redes sociales previo al lanzamiento del disco, donde prometían explotar la cabeza de nosotros los fanáticos, quienes estábamos ansiosos de saber algo de la banda después de haber omitido el tour para Everyday Life como una «contramedida para reducir la huella de carbono», o al menos así lo hizo saber la banda.
Higher Power fue el primer Single utilizado para dar a conocer al público de que iba más o menos el album; con sólo escuchar la canción se sentía la promesa de un disco vibrante, lleno de energía y con una temática un tanto «espacial», como traída de una galaxia cercana, pues la canción en particular tiene todo el poder característico de lo que Coldplay había venido haciendo.
La portada de este Single fue el primer guiño de que la temática era un tanto extraterrestre, terminándose de confirmar con el video musical y luego con la introducción promocional que contenía un avance de lo que a mi parecer, se convertiría en el tema más rescatable del álbum completo.
Este tema (Higher Power) sugirió en su momento la llegada de la banda a nuevos mundos en universos desconocidos, donde se encuentra un poder que activa el alma, tal y como canta Chris Martin diciendo «You’ve got a Higher Power / Got me singin’ every second, dancin’ every hour…«; pero no todos esos mundos fueron tan prometedores ni tan emocionantes.
El tema sugirió un buen hito en cuanto a la calidad del álbum (ni tan buena ni tan deplorable), pero además del aclamado Single se pueden rescatar como «🧡» con las voces de We Are KING’s que le da un toque más dulce al tranquilizante tema, y aunque no sale tanto de los estereotipos a los que la banda nos tiene acostumbrados, es una canción perfecta para escuchar en una noche de estrellas.
Adicional, y a mi consideración el mejor tema del disco completo, podemos destacar el tema Coloratura, que con una duración de 10 minutos con 17 segundos, se vuelve la canción más larga compuesta por Coldplay hasta el momento; hay que admitir que la canción en cuestión le da un cierre digno al disco, pues nos transporta verdaderamente hacia el borde de lo que pretende el disco completo, siendo tal vez la única canción que logra lo que no pudo el álbum completo.
La principal problemática de este disco radica en la cantidad de canciones introductorias y sin sentido que no aportan para nada al contenido del mismo. Casi parece que antes de cada canción existe una canción introducctoria que la precede, convirtiendo el deseo de escuchar el álbum en una asquerosa sensación de que el álbum nunca comenzará.
Y aunque trabajaron duro en el concepto (pues los fans más aférrimos sabrán que cada canción está relacionada a un planeta ficticio en un universo inventado por la propia banda) el hecho mencionado en el párrafo anterior le quita casi todo el mérito al disco ante los fans que hemos sido más fieles.
A pesar de todo, se le puede sacar algo de disfrute, ideal para momentos en los que nos sentimos un poco animados y queremos dar el paso al éxtasis, con las reflexiones apropiadas en los intermedios (aunque me sostengo, un tanto excesivas). Lo que se viene ahora para los fans es desempolvar las cuerdas vocales y prepararse para la gira mundial del disco, que ya vendió sus primeras entradas y promete un ambiente innovador y autosustentable, algo que la banda ha venido prometiendo desde hace tiempo.