Cuando Elena Tonra sacó en 2018 su debut en solitario como Ex:Re, la idea de que Daughter desapareciese como tal sonó cada vez más cercana. La distancia física entre los tres miembros de la banda y una pandemia mundial, parecían hacer el resto, pero tras siete años, Stereo Mind Game llegó para confirmar que siguen siendo una de las bandas con más capacidad creativa del panorama mundial.
Atrás quedan aquel If You Leave de 2013 que supuso uno de los debuts más prometedores de la década, con un pop vaporoso, melódico y oscuro en la forma que ganó los elogios de gran parte de la prensa especializada de todo el mundo.
Con Not To Dissapear llegó la confirmación dentro de un panorama necesitado de propuestas emocionales como la de Daughter, lleno de letras abrumadoras, intensas y profundas, letras que dejaban ver el enorme mundo interior de Tonra, arropada por un Igor Haifeli que se hacía grande en cada nueva composición.
En palabras del propio grupo, Stereo Mind Game se compuso casi íntegramente antes de pandemia, aunque los sentimientos implicados en las letras puedan verse reflejados en esa burbuja espacio temporal en la que nos vimos envueltos entre 2020 y 2021: So be on your Way, be on your way.
El single que sirvió de adelanto al disco, publicado el 9 de Enero de 2023, canta a la liberación de la distancia, al sentimiento de alivio de quien deja ir a pesar de estar roto de dolor. Be on Your Way ya dejaba ver que quizás Stereo Mind Game sea el disco más optimista del grupo hasta la fecha, aunque siempre quede un trasfondo, un manto bajo el que el oyente puede crearse su propio debate interno. Todo sentimiento tiene su fuerza opuesta, todo tiene dos partes iguales que se contrarrestan: I seem to burn straight through / I think I’ve lost my head / I’m tryna keep my cool / My friends are vanishing / I fear the time wipe out / For fear that I’d forget / The worst night of my life / Or even worse, the best.
Party, que recuerda a los sonidos del indie estadounidense más clásico, revitalizado ahora por proyectos como Soccer Mommy o boygenius, es buen ejemplo de esa alegría oscura. Tonra repite como un mantra un estribillo desde la esquina de algún pub vacío a las 3 de la mañana, reflexionando sobre dejar el alcohol: Crowded enough, no light above / How could I not tear you apart?
Neptune es otra sábana limpia recién puesta en una cama llena de espinas. Un momento de explosión emocional en medio del disco, una canción que vuela sobre una guitarra hasta que se escucha un “Out?” y todo cambia. Coros repiten el estribillo. Todo parece tener sentido durante cinco minutos y veinticinco segundos.
Llegando al final del disco, el interludio (Missed Calls) abre la puerta a unos arreglos de cuerdas que llevan entrando en nuestros oídos desde el principio y a los que no hemos prestado atención. Otra de las novedades de este tercer trabajo de Daughter ha sido la inclusión de Josephine Stephenson como una cuarta pata en la mesa de ese salón. Stephenson, que ya trabajó con Elena Tonra en Ex:Re, traduce a partituras de arreglos de 12 cuerdas las melodías que vuelan sobre la cabeza de Haefeli.
Grabado a medio camino entre Bristol, Londres, San Diego y Vancouver, este tercer disco de los de Londres (o cuarto si no contamos Music From Before the Storm, la banda sonora del videojuego) se revela como una especie de collage de las vivencias de sus tres miembros durante siete años que se han hecho eternos esperando al regreso de Daughter.