No importa cuánto te critiquen o te desalienten, nunca dejes de persiguir tus sueños y creer en ti mismo. Personalmente siempre estoy buscando crecer y evolucionar como músico. La guitarra es una extensión de mi ser, es mi voz en el mundo»
DAVID GILMOUR
Hacer buena música no es algo fácilmente viable para todos. Sería fantástico ver a muchos críticos componer su propia música y al mismo tiempo ser víctimas del afilado cuchillo de la crítica ajena. Recuerdo lo que en cierta ocasión dijo el historiador y político francés Alphonse de Lamartine: «La crítica es la fuerza del impotente».
Cualquier esfuerzo humano que se tercie por crear algo, merece como mínimo un respeto y un reconocimiento. Lamentablemente esta actitud no suele ocurrir en el mundo de las artes donde algunos críticos pululan sin miramientos en busca de víctimas que despellejar. Por suerte hay críticos que saben valorar las cosas aunque sus opiniones se alejen de sus gustos personales.
Digan lo que digan, el último disco de David Gilmour, Luck and Strange, es un trabajo excelente, depurado, elegante, y con ese estilo maestro que define el alma de un gran artista. Lamentablemente, el día que ya no esté presente entre nosotros, echaremos de menos ese punteo de guitarra y esa voz que tantas veces nos ha hecho volar hacia mundos inciertos, plenos de sensaciones intocables y únicas.
«SUERTE Y EXTRAÑO»
Dicen que la suerte puede ser definida como el resultado positivo o negativo de un suceso poco probable, y que lo extraño equivale a lo que es raro, extravagante o singular. Si juntamos ambos términos como título del álbum podríamos entender que estamos ante una posibilidad que podría ser parte de la vida, ese período de tiempo extraño que a veces depende de la suerte, es decir, de lo que sucede más allá del control de una persona y que incorpora acontecimientos circunstanciales.
Si bien es cierto que Luck and Strange no es un álbum innovador, su nivel de calidad asciende hasta las más altas cotas de la aristocracia sónica. Estoy sorprendido de que muchas veces ciertos críticos endiosados realcen bandas y discos cuando en realidad no merecerían ni tan siquiera alcanzar el mínimo nivel de aprobado, eso sin tener que muchas veces incluso no llegarían a superar la nota.
Desde mi punto de vista Luck and Strange es un trabajo para escuchar mientras se disfruta de un buen café, se contempla el vaivén de las olas o el elegante vuelo de las aves, entre muchas otras cosas más. Son discos para planear, para dejarse ir y reflexionar, para desconectar, sentir esas emociones alejadas del ruido social y reconectar con los estados sensitivos de la naturaleza y tu Yo. No cabe duda de que el legado de David Gilmour es insuperable. Ahora ya con 78 lustros a sus espaldas todavía es capaz de manejar las cuerdas con exquisita maestría y alzar su elegante voz para deleitar los oídos de los oyentes.
Luck And Strange fue grabado entre Brighton y Londres y producido por Charlie Andrew. Contiene nueve asombrosos temas que demuestran una vez más el poderío sónico del gran maestro de Comfortably Numb, obra catedrática donde destila uno de los mejores solos de guitarra jamás vistos y oídos.
El álbum cuenta con Guy Pratt y Tom Herbert en el bajo, Adam Betts, Steve Gadd y Steve DiStanislao a la batería, y Rob Gentry y Roger Eno a los teclados. Los arreglos corales y de cuerda son de Will Gardner. También incluye teclados de Richard Wright (teclista de Pink Floyd y gran amigo de David) que fueron registrados como improvisación en casa de Gilmour (2007). Lamentablemente Wright murió en 2008 a causa de un cáncer irreversible.
La esposa de David Gilmour, la escritora Polly Samson, es la autora de la mayoría de las letras del disco y, según ella, reflejan conceptos como el envejecimiento y la inevitable mortalidad. Su hija, Romany Gilmour, aparece en el álbum tocando el arpa y aportando su voz en el tema Between Two Points. Su hijo Gabriel Gilmour contribuye con los coros y Charlie Gilmour, el hijo de David, contribuyó con algunas letras de la canción Scattered. No cabe duda de que la familia Gilmour ama la música.
El álbum ha debutado como número 1 de la lista británica de discos y ha sido cuarto de la lista Top 100 Álbumes en España. También alcanzó el liderazgo en la clasificación de ventas de vinilos y la décima posición de la lista Billboard 200.
EN EL INTERIOR DE «SUERTE Y EXTRAÑO»
La imagen de la portada del álbum es una fotografía diseñada por el reconocido artista Anton Corbijn, cuya inspiración viene determinada por la letras de Charlie Gilmour en la canción final Scattered.
Luck And Strange comienza con el instrumental maullido del gato negro (Black Cat) que tras su último aliento da entrada a Luck and Strange donde Gilmour expresa: «En la luz antes del amanecer. Las sombras serpentean en mi periferia. Me hipnotizan y el corazón late de miedo en el teatro de mi alma». El punteo de guitarra se ejecuta entre pausas y contrapuntos, hasta cristalizarse como la caída de un frío líquido sobre la cálida piel. Todo ello bajo un marcado diálogo con el teclado de Wright y el golpeo duro de la batería.
Acto seguido sobreviene el eco lejano de The Pipers Call, el llamado de un flautista cuya melodía nos advierte de permanecer alejados de las serpientes que para lograr sus intenciones son capaces de todo: «El camino al infierno está pavimentado con oro. Todo lo que no necesitas te lo venderán. La conciencia sin control (…) La promesa de la eterna juventud. Los despojos de la fama».
Basta una sola chispa (A Single Spark) para ver «esos salvajes días de tiempos inciertos y preguntar a los cielos vacíos: ¿Quién mantendrá las cosas en movimiento,? (…) ¿Este mundo seguirá rodando solo con buenas intenciones?». Una vez más la guitarra de Gilmour es una peregrinación por las sensaciones de la volatilidad.
Ello nos lleva a plantearnos la duración de nuestras vidas (Vita Brevis), tÍtulo y tema instrumental basado en la ficción filosófica de Jostein Gaarder en la cual se debate la longitud de la vida existente tras la muerte y su relación con la brevedad de la vida real.
Este misterio nos sitúa entre dos puntos, en la encrucijada de los contrarios y la elección. Así lo demuestra Between Two Points bellísima canción que se alza bajo el arpa y voz de Romany Gilmour, hija de David Gilmour: «Deja que te pisoteen. Ríete a través de los golpes y el dolor. Deja que la sangre vital se te escape. Ellos tienen razón, tú estás equivocado». Son palabras que recuerdan las de Vladimir Nabokov en sus memorias (Speak, Memory, 1951): «Nuestra existencia no es más que una breve grieta de luz entre dos eternidades de oscuridad». Asimismo cabe añadir que la canción es una versión de un tema de The Montgolfier Brothers de su álbum Seventeen Stars (1999).
Llegamos a Dark and Velvet Nights que surge como un fantasma en medio de la oscuridad y la noche aterciopelada. Bajo un ritmo candente y una guitarra sublime nos susurra: «No me gusta hacer promesas que no puedo cumplir. No quiero herir este viejo corazón o arruinar mi sueño (…) Sostendré tu mano (…) entre esa esclusa de aire sostenida en el tiempo».
Sings, por su parte, es una canción de amor donde Gilmour recuerda los momentos con su esposa en un mundo donde las noticias agrietan los sentimientos y las ilusiones, pero que gracias al amor personal todo se mantiene aunque el tiempo trate de oxidar esos instantes: «Navega lejos en mis sueños. Lejos en mares tranquilos. De este mundo desgastado. Que está destrozado por las costuras (…) Fotografías de amor joven Envejeciendo en blanco y negro».
Con Scattered se recuerda ese ancestral sonido de Echoes de Pink Floyd. El ritmo lento, melódico y marcado tras un bombo que imita el latido de un corazón y una guitarra que te eleva hacia los confines de lo imaginable. El solo de guitarra es magistral. Las notas estallan como relámpagos. Un giro inesperado a mitad de la canción sorprende a raíz de un piano que suena a través de un altavoz giratorio Leslie, sonido que ya usó Richard Wright 50 años atrás en Echoes con Pink Floyd.
La letra está escrita por David Gilmour, su esposa Polly Samson y su hijo Charlie Gilmour. En ella se rememora la decadencia de todas las cosas, así como el flujo imparable del tiempo: «Toma mi brazo y camina conmigo, una vez más por este viejo camino polvoriento (…) Nuestras sombras se estiran para tocar la noche. La luz se desvanece (…) y los días oscuros fluyen como la miel (…) Mientras los días pasan, tan suaves como el cristal (…) caen entre mis manos esos mundos de arena dispersa. Estoy de pie en un río, empujando contra la corriente porque el tiempo es una marea que desobedece y nunca termina» ¡Brutal!
El álbum finaliza con dos piezas adicionales. Primero suena Yes, I Have Ghosts («Tengo fantasmas, no todos ellos muertos, haciendo polvo mis sueños, girando una y otra vez, alrededor de mi cabeza») y finalmente se cierra con Luck and Strange (original Barn Jam) un tema extenso completamente instrumental.
Y LLEGAMOS AL FINAL
Cuándo más escuchas Luck and Strange más penetras en su contenido y acabas descubriendo matices que lo convierten en un gran trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que David Gilmour es el único miembro de Pink Floyd vivo que realiza trabajos en solitario de gran nivel, a diferencia de su ex compañero Roger Waters que prosigue enfrascado con versiones de The Wall o The Dark Side Of The Moon. ¿Será que terminó su inspiración o quizás echa en falta los talentos musicales de David Gilmour y Richard Wright?
Considero que a estas alturas de la vida David Gilmour se siente liberado, hecho que le permite hacer lo que más le gusta, la música sin corsés ni exigencias de mercado, junto a su familia. Este nuevo álbum no es una excepción. No contiene pistas para las radiofórmulas, ni falta que hace. Es el resultado creativo de una madurez exquisita de un artista excepcional que nos brinda su preocupación por la vida y la muerte. En definitiva, Luck and Strange es un disco para disfrutar, para sentirse relajado y pensar sobre lo que somos y lo que hacemos, sobre esos aspectos que acompañan nuestra vida hacia el último suspiro. Esperemos que David Gilmour siga haciéndonos disfrutar de sus bellas composiciones y magníficos solos de guitarra.