Con un titulo así, el sexto disco de los cuatro de St Albans, es toda una declaración de intenciones. Nada es verdad y todo es posible es, realmente, lo que podemos encontrar en este batiburrillo que se aleja del post punk y del britpop que podíamos encontrar como influencia en el anterior trabajo de Enter Shikari.
Sí, he dicho batiburrillo, porque eso es lo que es este disco, un amplio muestrario de sonidos sin orden ni concierto que pueblan los 15 temas del disco y que apenas consiguen sonar a canciones, excepto en ciertas excepciones como en The Great Unknown, que abre el disco, o The Dreamers Hotel, tema elegido como primer video single oficial.
Enter Shikari parece que ha querido finalmente abrazar la parodia, esa que usaban los críticos de la banda para meterse con ellos y hacer de ella su leit motiv. Más que construir los temas sobre las influencias escogidas de manera orgánica, ya sea la mas puramente electrónica de la que siempre han hecho gala, las han exacerbado hasta el extremo consiguiendo sonar a una banda de versiones que les parodiara, como por ejemplo en T.I.N.A. o la chorrada pseudosinfónica con sonido de banda sonora de un MRPG de saldo que es Elegy For Extinction.
Pero es que, cuando creemos que el sonrojo no podría aumentar más, nos encontramos con una aberración como la de la dupla Marionettes (dos temas que se fusionan en uno), en la que parece que nos encontramos con un ripeo de mp3 mal hecho, de esos que a veces mezclaban varias canciones en una y te fastidiaban el Verbatim. O el pseudo-ska con toques Skrillex que es The King, un tema que sonaría viejo ya en 2008. Y esto lo escribe un boomer, así que entiendo perfectamente el concepto de música viejuna.
Y es que el problema no es que una banda busque experimentar, abrir caminos nuevos y alternativos en su música, sino que los temas resultantes funcionen por sí mismos y nos hagan no prestar atención en lo accesorio sino en la propia canción. Y en esto Enter Shikari no han acertado salvo en los dos temas antes mencionados y que destacan simplemente por ser el tema de apertura, que siempre ha de servir de enganche para la escucha de un disco, y el single que es la carta de presentación.
