«Somos demasiado humildes y relajados para convertirnos en estrellas del pop. nos hemos negado a posicionarnos en las oportunidades generales, Porque si te dejas tragar por este sistema, siempre acabas perdiendo el control de tu música.
Nos encantaría ser populares pero eso significaría hacer música para las listas de éxitos, Lo cual es muy difícil y pocos grupos han conseguido hacerlo. Así que siempre elegimos la música ANTES QUE los dólares YA QUE todo ese circo pop esTÁ podrido y te pudre» (Ulf Nygaard)
¿Qué sería de la música sin la transgresión y el tránsito? ¿Sin romper ese cascarón mainstream y dejarse absorber por la seductora lengua del urderground? Una de las múltiples respuestas es, sin duda, deleitarse con el sonido de Flunk (foto) y su nueva entrega, Take Me Places (2025). Se trata de un disco muy sutil, íntimo, compuesto para dejar volar los sentimientos y la cabeza, y penetrar en los matices tenues de la transición del espacio-tiempo, un proceso que se matiza través de subgéneros como downtempo, glitch pop, el ambient house, indietronic, las influencias contemporary folk y los registros trip hop. Se trata de once temas que la banda ha creado como arquitectura de profundidad, emoción y belleza, todo ello bajo el lanzamiento de Beatservice Records.
Flunk está formado por el productor Ulf Nygaard (programación y voz), el guitarrista Jo Bakke, la vocalista Anja Øyen Vister y el bajista Ole Kristian Wetten, cuatro veteranos noruegos que siempre se ha mantenido fieles a sus raíces. El baterista Erik Ruud tocó con la banda entre 2012 y 2020. La banda tiene ya en su haber 8 trabajos de estudio, 5 EP, 4 álbumes de remezclas, 2 directos, 1 disco recopilatorio y 26 sencillos hasta la fecha. Disponen de diversos videoclips. Les fascina de vez en cuando hacer algunas covers de sus canciones favoritas, como Blue Monday (New Order), Only You (Yazoo), See You (Depeche Mode), Paradise Circus (Massive Attack), o Golden Brown (The Stranglers), entre otras.
«El guitarrista Jo Bakke y el baterista Erik Ruud tocan y graban ocasionalmente con una banda de Oslo llamada ‘Wholy Martin‘. Ole Kristian Wetten, el bajista, es el único músico a tiempo completo de la banda; tiene su proyecto en solitario LLAMADO ‘OK Wetten’ y también toca como freelance. Yo me encargo de varias cosas, entre ellas, lanzar un nuevo proyecto llamado ‘Valium Poetry‘» (Anja Øyen Vister)
Desde su formación en Oslo (Noruega) Flunk ha cultivado una estética sonora caracterizada por su sensibilidad melódica y atmósferas etéreas. Su álbum debut, For Sleepyheads Only (2002), los catapultó a la escena internacional, estableciendo una firma sonora que combina voces suaves, capas de sintetizadores y un ritmo pausado pero envolvente. A lo largo de los años, han colaborado con artistas y productores diversos, manteniendo siempre una línea artística que combina introspección y sofisticación.
Gracias a los avances tecnológicos y a un interés por la música ambiental y de bienestar, la banda ha aprovechado las nuevas técnicas de producción y la integración de sonidos orgánicos, logrando un equilibrio entre lo humano y lo digital. Take Me Places presenta un sonido que puede describirse como una evolución sutil de su estilo. La instrumentación combina sintetizadores analógicos y digitales, cajas de ritmos, guitarras etéreas y capas de pad que generan un paisaje sonoro amplio y envolvente.
La voz de Anneli Marian Bergsmo mantiene un bello tono suave y emotivo, sirviendo como un hilo conductor en las distintas piezas del álbum. El uso de texturas sonoras, como drones y reverberaciones expansivas, refuerza el carácter introspectivo y meditativo del disco. La producción también incorpora elementos de música ambiental, creando espacios sonoros que invitan a la reflexión y a la evasión.
«Aunque nunca seremos una banda de dubstep, estamos influenciados por las técnicas de producción ELECTRÓNICA, PERO siempre hemos sido y seguiremos siendo una banda de pop alternativo DIY» (Ulf Nygaard)
Flunk ha sido influenciada por artistas como Cocteau Twins, Radiohead, Slowdive, Air y Björk, además de incorporar elementos de la música electrónica europea y del ambient. En Take Me Places, estos influencias se fusionan con un toque contemporáneo, reflejando la madurez de la banda y su capacidad para reinventarse sin perder su esencia, consolidándo una obra que invita a la introspección y al escapismo, a la calma y a la contemplación, en oposición a los tiempos de incertidumbre que corren.
El álbum consta de once canciones de alto brango sónico, intimista, donde cada una de las pistas captura y engloba diferentes aspectos de la búsqueda personal, de la existencia humana, la nostalgia, la esperanza y el deseo de conexión con algo más grande que uno mismo. La fusión entre música, entonación lírica y letras es total, llena de oquedad sensitiva y deliberación existencial. Veámos tema por tema…
El álbum despierta con Capitalism, un viaje inquietante por el inframundo, intercalando cautivadores samples vocales y armonías. Su atmósfera es introspectiva e inquietante. Busca involucrar emocionalmente al oyente a fin de hacerle reflexionar sobre las implicaciones del capitalismo en su vida personal y en la sociedad en general.
Sigue Trapdoor, pista que marca una profundidad distinta, cargada de teclados que cruzan las fronteras entre lo fluído y lo electrónico. Sugiere una metáfora de una puerta oculta o una salida secreta, un escape psicológico, una revelación inesperada o un momento de introspección profunda. En el contexto de Flunk la canción incorpora sentimientos de vulnerabilidad, descubrimiento personal y la tensión entre lo oculto y lo revelado.
Seguimos con Climbing Kilimanjaro con la cual se refleja un sentimiento de sondeo e indagación, en lo físico y en lo emocional. La montaña Kilimanjaro se eleva como un símbolo de desafío y superación, y la canción puede ser interpretada como una metáfora de la búsqueda de la propia identidad y propósito.
Llegamos a Sleeping on the Phone Side refleja, por su parte, dependencia y vínculo con alguien a través de la tecnología. La canción puede interpretarse como una exploración de la forma en que las nuevas tecnologías pueden afectar nuestras relaciones y percepción de la realidad. Ello nos lleva a I Think I Like You, donde se expresan esos sentimientos y emociones que se proyectan en las primeras etapas de una relación, cuando todavía no se sabe si se siente algo más profundo. La voz es una maravilla, convierte las emociones en delicadas transparencias.
«Algunas canciones están compuestas por Anja, otras por mí, PERO TAMBIÉN por cada MIEMBRO DE LA BANDA. Disfrutamos de la mezcla vocal de Anja y mía, pero la voz de ELLA es tan hermosa que no puedo evitar acompañarla. Tener dos voces nos HA PERMITIDO resaltar el mensaje COMO un destino común» (Ulf Nygaard)
Acid House marca como referencia el género de música electrónica que emergió en los 80, caracterizado por sonidos psicodélicos, repetitivos y experimentales asociados a la cultura rave y a la escena techno underground. La canción probablemente explora temas relacionados con la experiencia sensorial, la introspección, la alteración de los estados de conciencia y la cultura de las fiestas electrónicas.
Entramos con Slow Motion (Revolution Rock), y como su nombre indica, irradia cambio y transformación. Puede definirse como una llamada a la acción, un grito para revolucionar y cambiar el statu quo. Sub Zero Sundays parte de una atmósfera fría y melancólica, quizás evocando soledad, reflexión o un estado emocional congelado que tradicionalmente se asocian con el descanso y la tranquilidad. La referencia a Sub Zero puede simbolizar una sensación de congelamiento emocional, desolación o una etapa de introspección profunda.
Acto seguido, aparece Paradise Circus, tema que combina paraíso con circo, que podría simbolizar una visión dual de la felicidad-perfección (el paraíso) y la teatralidad-superficialidad (el circo). Ambos factores se asocian a la ilusión de la felicidad, las máscaras sociales o la búsqueda de un lugar ideal en medio del caos y la apariencia. La letra plantea la sensación de estar atrapado en una especie de circo emocional o social, donde las apariencias engañan y la búsqueda de un paraíso personal se convierte en una ilusión.
Noise palabra que por sí misma implica ruido, simboliza esas distracciones, voces internas o influencias externas que dificultan o bloquean la claridad mental o emocional. La letra refleja un intento de encontrar la calma en medio del griterío humano.
Finalmente, Omens sugiere presagios o señales de eventos futuros que pueden relacionarse con la incertidumbre, el destino o las advertencias. La canción aborda sentimientos relacionados con la percepción de los signos en la vida, la ansiedad de lo que está por venir y el reconocimiento de los cambios inminentes.
Para concluir puede decirse que Take Me Places es un mar de sintetizadores a cámara lenta, de guitarras deslizantes sostenidas y de ritmos reclinados. Un álbum que alcanza alturas de rango fino. Sus delicadas cuerdas fluyen bajo la cristalina voz de Anja Øyen Vister, desmitificando lo místico, aportando un toque humano y una conexión con las profundidades etéreas que se encuentran debajo de la conciencia. Flunk lleva a los oyentes a mundos y lugares alejados de su profundo ser.
En consecuencia, estamos frente a un álbum que es reflejo de una evolución artística, que combina los paisajes sonoros, la reflexión y la evasión adaptándose a los tiempos sin perder su identidad distintiva. En un mundo cada vez más acelerado y enfermo, este álbum ofrece un refugio sonoro, una invitación a explorar, no solo lugares físicos, sino también territorios internos de paz, esperanza y autodescubrimiento. Sin duda, Take Me Places consolida a Flunk como una banda que entiende el poder de la música para acompañar y transformar las experiencias humanas.