Solo 2 años separan el tercer y laureado tercer disco de Fontaines DC (Skinty Fia) del disco que nos presentan ahora (Romance), incluyendo una gira de presentación por la que visitarán España en Noviembre.
Este cuarto LP es el disco de las novedades. Para empezar, han cambiado de productor (James Ford, en lugar de Dan Carey) y han abandonado su sello Partisan para trabajar con XL Recordings. No sabemos si la raíz de su cambio estilístico (tanto en sus temas como en su aspecto) viene por este lado, o si lo que pretendía la banda es llegar a más gente y para ello debían hacer cosas diferentes.
Dentro de estas novedades en su puesta en escena, hay más dramatismo y teatralidad, como declara Chatten a Billboard: “Hay un elemento que se parece un poco a interpretar a un personaje. Pero con este disco y todo lo que le rodea, nos inspiramos mucho en lo que hacíamos cuando éramos muy jóvenes. Para mí, siempre fueron bandas muy teatrales como The Cure. Era un mundo muy complejo y rico. Casi como Tim Burton. Y creo que inspirarse en eso es algo genuino, pero también tiene la diversión de interpretar un papel”.
En línea con esta teatralidad, el tema que arranca y da nombre al disco, Romance, bien podría ser la banda sonora de una película de intriga, haciendo una introducción muy oscura que nos recuerda al Pimf de Depeche Mode.
Sea como fuere, su adelanto Starbust es una propuesta diferente dentro de su estilo (dejan a un lado su clásico post-punk por un rock más al estilo de los Arctic Monkeys) pero no en su forma. Involucran la electrónica en este imparable tema, inspirado en la experiencia de Chatten cuando sufrió un ataque de ansiedad en el metro de Londres.
Con la manida frase, que puede llegar a perder su significado, como es Here’s the thing, la banda nos muestra una incondicionalidad y empatía frente al dolor (So here’s the thing / I know you’re watching / I feel your pain / It’s mine as well), mezclada con estupendos riffs de guitarra y un falsete de Chatten que nos sugieren cierto misticismo en un corte que sólo puede ir hacia arriba.
Desire baja un poco las revoluciones, con esos etéreos sintes, que nos transportan, junto con la evocadora voz de Chatten, a la complejidad del deseo. El cuarto tema, In the Morden World, lleva en la producción la seña e identidad de Ford, en este caso, se le da mayor protagonismo a la guitarra acústica a un drama inspirado en el anime Akira. Escrita durante su año sabático en Los Ángeles, tiene un claustrofóbico vídeo protagonizado por el actor en alza gracias a la Casa del Dragón, Ewan Mitchell. También encontramos reminiscencias de The Smiths en temas como Bug o Favourite.
Unos coros reverberantes comienzan Motorcycle Boy y continúan de forma cíclica, dotándolo de una magia especial, al igual que la percusión, la cual, con cierta sutileza, despierta de ese sueño en el que parecemos estar inmersos. Este tema está dedicado a Mickey Rourke, por su personaje Motorcycle boy en la película Rumble Fish. A continuación, Sundownwer nos sigue sumergiendo en sonidos oníricos, y notamos la influencia de artistas como The Cure.
En lo que respecta a las letras, también se nota un cierto cambio. En Horseness Is the Whatness tenemos un letrista adicional que es el guitarrista de la banda, Carlos O’Connell. En este tema, los irlandeses se relajan concierta dulzura, pero cierran con la gótica Death Kink: una melodía circular oscura que es la evolución palpable de su estilo.
En resumen, estamos ante un disco redondo que va a hacer conocida a esta banda por el gran público. La urgencia que tenían álbumes anteriores se pierde y gana cierta riqueza instrumental gracias a guitarras acústicas, sintetizadores o violines. Este sonido tan dreamy da paso a veces a cierta tensión en la que percibimos una orientación cinematográfica (Romance es la muestra más palpable).
A pesar de todo el drama, los irlandeses son tremendamente vitalistas y enérgicos (Starbust, Here’s the Thing dan buena cuenta de ello). Además de la riqueza instrumental, nos encontramos con que la repetición de frases en sus otros trabajos ha dado paso a letras más elaboradas,mostrando un gran nivel compositivo. En cuanto a la interpretación de Chatten, vemos una voz brillante y melódica, dramática y angustiosa en ocasiones.