Un año después de la separación de Wild Beasts, Hayden Thorpe presenta su debut como solista a piano y voz. ‘Diviner’ reúne una decena de temas sensibles que consiguen transmitir el mundo interior de Thorpe de manera calmada y tibia, enrevesada y sin levantar la voz. Este inglés lleva ya casi dos décadas en el mundo musical, con un grupo eso sí, y la soledad parece que no ha podido con él. Ha conseguido canalizar sus sentimientos y encauzarlos cual luz tenue ante un resultado minimalista, muy personal y propio.
El primer tema, homónimo, apoya la voz de Thorpe entre los acordes rítmicos de piano y hace de contrapunto con una melódica escala descendente. Sutil, suave y aparentemente sencillo. Esta pista fue la primera en componerse, el punto de partida, una apuesta segura como inicio y un reflejo de su progresión creativa al componer el trabajo. Fue su piano el pequeño rincón de lamentos y tiene tanto o más protagonismo en el disco como su voz o sus letras.
«Straight Lines» parece seguir la línea intimista, aunque pronto se abre ligeramente gracias a arreglos de batería y «Earthly Needs» añade capas al largo ganando un sonido más pop que de cantautor. Algo similar es lo que el vocalista ha querido plasmar en «Love Crimes», sin duda una de las canciones más memorables del álbum. La influencia de Wild Beasts aún está presente en las composiciones de Thorpe y este pequeño paso ante una carrera propia es un buen comienzo que denota identidad propia. El artista ha optado por darle un sonido muy personal ante la “magnificencia” del sonido de una banda.
«Stop Motion», ya en la mitad del tracklist, suena meloso y pausado, calmado y dulce. Los bucles pueden ser un recurso fácil, pero sin duda le ayudarán en sus directos. El pulsado teclado de «Anywhen», su serenidad y su producción parece estar influenciado por el reciente trabajo de James Blake, ‘Assume Form’. Aunque el piano no está en un primer plano, su ausencia no es un problema ya que son las múltiples capas las que lo superponen y dan colchón al tema. Un melancólico violín fluye con la pista dando algo de color a más de cuatro minutos progresivos. La monotonía podría ser un peso en contra en la balanza, y a priori puede parecerlo, mas la dedicación de Thorpe se masca en ‘Diviner’ con mayor presencia a cada nueva escucha.
Es un disco que gana en cada repaso, que demuestra su preocupación por el paso del tiempo, su anhelo en soledad, su historia. Con dieciséis años ya estaba sentado frente a las teclas y de aquel entonces es «Spherical Time», que ha tenido la oportunidad de ser publicada gracias al planteamiento de este proyecto. Y el final no es otro que «Impossible Object» un reflejo de su interior durante la creación completa del disco. Una canción que culpa su tiempo en soledad por los comederos de cabeza y la retroalimentación que tanto le ha pesado. Para Thorpe, ‘Diviner’ ha sido “un álbum de autoayuda” y es por eso que a veces es tan personal que sus comparaciones y metáforas se pierden entre la multitud. Es complejo analizar lo íntimo cuando hay referencias difíciles de conocer, no por ello este trabajo carece de coherencia, de cohesión y de una línea clara y sosegada, colorida y suave. ‘Diviner’ es de todo menos excéntrico y, a veces, sus silencios se disfrutan como cualquier otra capa.