«Un mundo nuevo y valiente se alzará
Si no actuamos según sus mentiras
Si no nos cierran la boca más
y aprendemos de todos los que vinieron antes
Atrapemos el viento y luchemos contra la tormenta
A pesar de la furia que estamos reteniendo
Haz que valga la pena el tiempo que tenemos»kalandra
Generalmente solemos escuchar música muy comercial o aquella que se destila a través de las emisoras de radio y sus fórmulas financiadas por las grandes compañías, o aquella que proviene de tendencias marcadas que en su mayoría surgen del mainstream más comercial y que van destinadas a un público que lamentablemente no recibe otros estímulos más inspiradores y creativos.
No sé hasta qué punto muchos de los lectores de Crazyminds conocen el trabajo de Kalandra, una excelente banda que se aleja de lo citado y genera su propia visión del mundo y de la música. Se trata de una formación liderada por cuatro músicos noruegos y suecos que mantienen ese espíritu de raíces de folk nórdico, con tintes melancólicos, guitarras ásperas y melodías etéreas, conjurando una atmósfera plena de paisajes musicales inclementes y pavorosos.
A Frame of Mind es el nuevo álbum de Kalandra, un esférico que invita a regresar a esos tiempos recónditos donde los mitos y las costumbres acicalaban una forma de vida completamente diferencial a lo que vivimos hoy en día. A veces, el regreso hacia atrás permite recuperar ese cordón extraviado de la Humanidad que decidimos abandonar hace tiempo.
En consecuencia, estamos tan materializados e inmersos en el vacío del artificio y del consumo desmedido, que olvidamos la necesidad de recuperar esos resortes que permiten reencontrar el sentido de nuestras existencias, lejos de los desastres que asolan el mundo. Kalandra es un puente existencial hacia este eslabón perdido y A Frame of Mind una inspiración para hallar ese camino. Las letras del álbum tratan, por tanto, sobre las fuerzas de la naturaleza y cómo parecen hablarnos sobre de vulnerabilidad del ser humano y su exposición al mundo despiadado y enormemente desafiante.
Cabe saber que Kalandra alimenta su sonido a través de diversas fuentes literarias, hecho que demuestra que su base se sostiene sobre plataformas cultas. Ejemplo de ello son la novela de Aldous Huxley, Un Mundo Feliz, que narra la vida de los seres humanos dentro de una utopía social negativa, y las referencias poéticas del escritor y pintor noruego Arnulf Øverland. Todo ello, junto a otras referencias literarias y artísticas, configuran el universo creativo de Kalandra.
Como formación, Kalandra está formada por cuatro músicos principales: Katrine Stenbekk (cantante y compositora), Florian Döderlein Winter (guitarra), Jogeir Daae Maeland (guitarra) y Oskar Johnsen Rydh (batería). En sus proyectos y actuaciones suelen colaborar otros músicos. Todos ellos son de Noruega y Suecia, pero Kristine Stenbekk lleva más de cinco años viviendo en Inglaterra, donde estudió música, entre otras cosas. Kalandra está fichada por By Norse Music, sello en el que también están Ivar Bjørnson & Einar Selvik, Sowulo y Wardruna. Estos últimos han producido la banda sonora de la serie de Netflix Vikings, entre otras.
En resumidas cuentas, y como afirman ellos mismos, «El álbum puede describirse como un viaje introspectivo sobre las experiencias de la vida y cómo dan forma a la percepción que tenemos del mundo percibimos el mundo. Al mismo tiempo, explora lo que ponemos dentro de nuestra vida cotidiana y lo que se excluye de ella». Es así como lo sintetiza la ilustración del álbum, esa estructura abstracta que emerge sinuosa desde las profundidades de la tierra y que lucha enrevesadamente para elevarse como forma definitiva. Es claramente lo que representa la vida y su destino final. La portada es obra de la artista contemporánea afincada en Londres Elen Alien.
Cuesta entender porqué nos empeñamos como humanos en ir en contra de toda lógica y crecimiento sensato. Parece que nos sentimos a gusto estando en las manos de un cruel destino, un avatar maligno que juega cons sus ásperas cuerdas a que la Humanidad se mueva hacia el abismo. Muchos son lo que tratan de advertirnos del mal designio que pende sobre nuestras cabezas, sin embargo seguimos obstinados en mantener la línea quebrada hasta su completa rotura. Como bien narra la canción del álbum A Life Worth Living:
«¿Quién puede decir qué vale la pena vivir una vida?
¿Quién traza la línea para cada elección que nos da?
En nuestra búsqueda de un propósito, tratamos de definir
El significado de nuestra naturaleza y de toda la humanidad
¿Quién puede decir qué precio pagamos por el progreso?
Cambiaremos nuestras mentes y nos sentiremos a gusto con la promesa
Habrá una cura para el envejecimiento, una cura para el dolor
Desafiaremos nuestra propia naturaleza para romper la cadena
Tratamos de encajar dentro del marco
El camino está despejado para jugar el juego
Mientras estamos perdidos en vanidades fugaces
No puedo decidir en qué creer (…)
¿Dónde terminamos? (…)
Quién puede decirlo?
¿Qué hace que valga la pena vivir una vida?
Intentamos encajar en el marco
El camino está despejado para jugar el juego
Mientras estamos perdidos en vanidades fugaces …»