Como en una especie de viaje, Malena Zavala ha lanzado su segundo disco, La Yarará, y nos lleva a parajes naturales, raíces, tradiciones y fusión.
Si echamos un vistazo a su biografía, nos encontramos ante una argentina de nacimiento e inglesa de adopción, ya que siendo pequeña sus padres se mudaron a Inglaterra. Esto es importante para entender bien el concepto de este trabajo que constituye una reivindicación constante de sus orígenes latinos y a la vez una unión con su parte anglosajona. Como ella misma ha reconocido en alguna entrevista: «Llegué a la conclusión que yo no pertenezco a un país, sino que yo pertenezco a los países que representan diferentes partes de mi vida y en eso crear mi propia marca de identidad».
Todo en La Yarará es acogedor, y a pesar del ambiente chill y pausado, esa calma no le resta ni un ápice de energía. Potencia que se plasma en la percusión y en la propia voz de la cantante, que, como un instrumento más despliega una elegancia maravillosa.
Empezamos con uno de los temas importantes en este trabajo, What If I, que bien podría disfrutarse en una noche de fiesta, sobretodo al romper la canción de forma ascendente en el minuto 1:40, envolviéndonos con esa atmósfera electrónica. Manteniéndose en esta línea sigue En La Noche con una letra en español que reivindica vivir el momento y no dejar escapar oportunidades. En lo sonoro, mezcla lo electrónico con una percusión de fondo que aporta un estilo muy personal.
I’m Leaving Home —pieza muy delicada dentro este disco— ahonda en la búsqueda de su identidad y finaliza con tradiciones de su cultura, con conversaciones entre mujeres que hablan de lo que significa ser mujer en el Chaco (su provincia en Argentina).
Con un inicio casi reggaetonero, La Yarará da paso a ritmos latinos que, sin llegar a ser puros, se fusionan con sonidos más actuales. Precisamente este es uno de los cortes más destacados, por la intensidad en la percusión y la interpretación de Malena, que aumenta en la parte final de la canción. El título viene, como explica ella misma, de unas serpientes de su tierra y sirve de metáfora para referirse a las mujeres fuertes, ya que este tema trata precisamente de eso, de que se escuche la voz de las mujeres. «Por favor, déjame / hablar porque no doy más», repite una y otra vez envuelta en un amalgama de sonidos hacia el trance.
Otros dos cortes destacados son Identity y Paraná, piezas sinuosas con una maravillosa guitarra española y una instrumentación de fondo muy variada.
La pausada y melancólica Memories Gone es una de las muestras más directas de dream pop, y nos trae reminiscencias a Lana del Rey con unos coros lánguidos y etéreos. Mientras que en Compay nos encontramos con una letra a lo spanglish, y la unión de instrumentos de viento como la trompeta, con toques de guitarra eléctrica y de nuevo, frágiles coros.
Para finalizar nos damos una vuelta por Naturaleza donde, influenciada por la música folklórica argentina y el uso de instrumentos de madera se lamenta de lo que está sufriendo nuestro planeta por el poco cuidado del hombre.
La Yarará es un fantástico disco para relajarse en unos momentos y divertirse y reflexionar en otros. La artista se empapa de sonidos muy variados (ritmos latinos, dream pop, electrónica) y los fusiona de una forma muy natural haciendo que la escucha sea muy fluida para el oyente. Hemos de mencionar de nuevo la instrumentación enérgica y variada y la voz elegante y sutil de Malena.
Las letras, tanto en inglés como en español, nos muestran el universo de la intérprete, en el que predominan la naturaleza y la tradición de una forma muy asequible.
