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MANCHESTER ORCHESTRA – THE MILLION MASKS OF GOD

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Hay grupos que son capaces de ofrecer un sonido especial capaz de romper los cánones de toda normalidad estandarizada. Son formaciones que usan el sonido como introspección y feedback existencial, con el fin de generar emociones que transgredan la cotidianidad y las creencias. Manchester Orchestra es una formación musical norteamericana que concibe el sonido como ese arte de inmersión hacia experiencias muy endógenas. Todos sus trabajos de estudio son auténticas joyas que agrupan este tipo de conceptos, desde I’m Like a Virgin Losing a Child(2006), Mean Everything to Nothing (2009) y Simple Math (2011), hasta Cope (2014) y A Black Mile to the Surface (2017).

Su reciente álbum The Million Masks Of God (El Millón de Máscaras de Dios), no podía ser otra joya más dentro del gran museo de la música actual. Se trata de su sexto álbum de estudio que ha visto la luz a través del sello independiente Loma Vista Recordings y se compone de once temas inmejorables, cuya dimensionalidad sónica roza lo épico y la profundidad acústica, lírica y sinfónica. Todos los registros han sido coproducidos por los miembros de la formación, especialmente por Andy Hull y Robert McDowell, dos auténticos cerebros musicales, junto a los productores Catherine Marks (PJ Harvey, The Killers) y Ethan Gruska (Phoebe Bridgers).

Sobre esta nueva entrega, el propio Andy Hull ha sido muy determinante: «Cuando empezamos a escribir el disco nos dimos cuenta que queríamos plasmar nuestra interpretación de la experiencia humana, y que en 45 minutos agrupara el difícil reto del significado de la vida. Es, por tanto, un disco conceptualmente fílmico y ficticio, que trata de meditar sobre aquellas circunstancias que cambian nuestras vidas y que nos llevan a profundizar sobre la angustia, la ira, la confusión, la fe, la familia, las existencias anteriores y lo que nos deparará más allá de ellas”.

Para ser sinceros, pocos discos son capaces de formularse este tipo de cuestiones tan trascendentes, musical y líricamente. Se agradece pues, que existan formaciones tan despiertas y sensibles que se planteen estas complejas preguntas y respuestas. Vivimos en un mundo demasiado plano, vacío, sin proyecciones más allá de lo material e inmediato, ajenos a comprender que la vida es única y es lo más bello que tenemos, y que la muerte quizás no sea el único final. Lograr que todo esto cuadre dentro de una arquitectura musical, es un reto muy ambicioso de difícil ejecución y parece ser que Manchester Orchestra nos ofrece su particular camino.

Y es que narrar estas experiencias tan profundas, el sonido no puede ser cualquiera. Debe ser un sinfonismo que nos haga viajar desde lo más humano hasta hacernos llegar a esas dimensiones superiores que quizás estén más lindantes y cercanas de lo que creemos. Es por ello que ese sonido profundo y grandilocuente de Manchester Orchestra busque sobrepasar lo simplemente andrógeno, como bien expresa Hull con sus palabras: “Me gusta el título del nuevo álbum porque representa todas las formas en que puedes ver lo que es Dios para cualquier persona, y Dios está en las personas, Dios está en los árboles, Dios está en todas partes”. 

Teniendo en cuenta todos estos conceptos, el álbum se estructura en base a una marcada espiritualización y existencialismo revestidos con aportes indie, alternativos, armonías vocales, sonoridades acústicas, arreglos orquestales y arrebatos de electricidad cósmica, un conjunto que mezclado abre las puertas hacia esta espiritualidad del ser humano que no quiere morir sin pensar que detrás hay algo más. Bajo este abanico de posibilidades, la banda consigue crear momentos de gran belleza y reflexión que, junto las atmósferas y melodías armoniosas, logra trascender toda esa dimensionalidad sistematizada.

Cabe recordar que mientras en su anterior trabajo, A Black Mile to the Surface, se edificaba un concepto basado en un Génesis como apertura (el nacimiento de la hija de Andy Hull), The Million Masks Of God toma como base inspirativa otro camino distinto, la lucha contra la adversidad, la enfermedad y la caída del cáncer que padeció Chuck McDowell, padre de Robert McDowell, quien finalmente fallecería en 2019. The Million Masks Of God busca pues, dar un paso más allá de este final, teniendo en cuenta que la existencia tiene sus altibajos y que al final, tras la muerte, cabe preguntarse qué puede suceder después.

La portada del álbum refleja muy acertadamente esa búsqueda del ser humano hacia lo desconocido, esa ascendencia hacia la luz que nos ofrece la vida cuando termina hacia una conexión eterna. De ahí que la indefinida silueta del ser vivo que aparece en el centro, subiendo por la cima de una montaña (la vida) llevando consigo una pequeña luz que guía a modo de fe hacia el destino final. Todos terminamos dentro del gran circulo final.

Analicemos a continuación esos once temas que conforman 45 minutos repletos de sensaciones y experiencias hacia uno mismo y su más allá:

El disco arranca con Inaudible, un tema introductorio que nos habla de que «algunos desperdician luz y la noción de libertad, porque pasan todo su tiempo entre dinero como si fuera la única cosa que necesitan«.

De repente, aparece Angel of Death, el ángel de la muerte que anuncia, con su espectacularidad sonora y lírica, que “la vida es como una canasta llena de antojos que nos convierte en un paradigma hasta que nos sentamos en el regazo de la muerte y vemos la última escritura quemada en la pared: el lugar donde irán nuestros cuerpos”.

Con Keel Timing no situamos en el tercer corte del álbum, y que en su día fue presentado como segundo sencillo de la banda junto a un video teaser. Sonoramente es un temazo donde la letra nos transporta a ese crecimiento personal de conversiones continuas: «Algo está creciendo dentro de mi cabeza y pecho, algo que está en el corazón, en la sangre y en la historia».

Llegamos al cuarto tema, Bed Head, otra de las grandes canciones del álbum que según Andy Hull detalla “la historia de dos viejos amigos que existen en dos realidades separadas. Es una conversación sobre las vidas que vivieron, las consecuencias de sus decisiones y el propósito de tratar ser mejores”. La letra es fulminante: “Discutiendo con los muertos no estoy solo, uno se siente como si alguien hubiera dejado notas sordas y cabezas parlantes”.

Seguidamente alcanzamos melódicamente el nirvana del disco, Annie, para mí la estrella del álbum, un track que pone los pelos de punta y te hace viajar por un océano de sensaciones diversas: “¿Estás vacío? ¿Estás hueco? No quiero creerlo. Sigo atascado en mis pensamientos tratando de replicar la máscara de Dios”.

Telepath se nos materializa como el sexto corte del álbum. Es su pista más breve. En cierta manera, recuerda al sonido de Simon & Garfunkel, a esos puentes turbulentos que cruzan los extremos de la vida, yendo del amor a la muerte, una evolución acústica e intensa que se envuelve bajo los toques sonoros de la banda y una lírica sobrecogedora:  «Eres el camino que elegí recorrer / Todos los que conozco están cayendo lentamente en el océano / No quiero ser el siguiente en remar, nunca aprendí a nadar / Eres el que yo quería, el que quiero ahora, y el que quiero cuando sea viejo”.

Let It Storm arranca con voces en segundo plano, buscando evolucionar hacia una bella melodía similar al estilo de su anterior, pero con aportaciones y giros más orquestales y amplios. Es un gran tema que intercala un estribillo que evoca esa búsqueda de ese Dios interior: “No quiero reprimir más mi fe / No quiero volver a caer en ser ese hombre / Solo quiero mantener mis dos pies en el suelo / Y así dejar que me toque / El miedo es solo para lo falso”.

Dinosaur nos indica que el destino está a su vez reciclado y embrujado, pero que, a pesar de ello, no podemos rendirnos a las mentiras y a las culpas que nos atenazan. Así que debemos rescatar esa parte interna y criarnos como leones que somos. El tema empieza con unos bellos acordes de guitarra eléctrica para dar paso a la voz de Hill y al resto de instrumentos. Es un tema lento donde destaca el registro vocal bajo el ritmo de un golpe seco de caja que va dando toques de ascensos gloriosos hasta alcanzar un final suave.

A continuación, llega Obstacle, que se inicia con un estilo acústico que, al poco rato, gira hacia una dimensionalidad más intensa: “Nadie te ama como yo, escucha ese sonido / Está por todas partes / No quiero perder el control / Caer así de nuevo / Y quemarlo todo en mi cabeza”. En definitiva, no quiere convertirme en un obstáculo de mismo.

Way Back penetra dócil como un armario abierto da entrada, pero con un texto metafórico que estremece el alma: “Cuando todo comenzó, estaba hambriento / con los ojos muy abiertos y solo / Quería apagar mi tiempo e ignorar lo que se hizo / pero la única demanda que pude reunir / fue rogarte no silenciar todos mis recuerdos en ese foso de entrada”.

Y finalmente llegamos a The Internet, el final donde concluye El Millón de Máscaras de Dios: “¿Tú sabes lo que significa otra vida fuera de mí / ¿Sabes lo que significa otro hombre dentro del hombre que está en mí?” Sin duda, las respuestas están en lo que pensamos, sentimos y anhelamos cada uno de nosotros, en lo que esperamos de nuestras vidas y de nuestro paso por ellas.

Concluyendo, Manchester Orchestra es una banda que genera sus discos para ser escuchados teniendo en cuenta que sus canciones representan una totalidad de lírica y sonido, de preguntas y reflexiones, no un compendio de canciones por separado bajo u sonido determinado. Sus trabajos tejen una narrativa global plena de metáforas y giros musicales que van desde la épica más ampulosa a la acústica más refinada e íntima. Sin duda, estamos ante una banda que, hasta la fecha, han desarrollado un concepto discográfico de altos quilates.

The Million Masks Of God se inicia con el encuentro de un hombre con el ángel de la muerte, quien le muestra las distintas escenas de su vida, buenas y malas, porque la vida es una síntesis entre una tesis (nacimiento) y una antítesis (muerte). Como bien argumenta Hull: »Todo comenzó como algo abstracto, pero a medida que la lucha del padre de Robert contra el cáncer se hizo más dura en los últimos años, comencé a hacer paralelismos en mi mente. En cierto modo, el dolor siempre define nuestras vidas. The Million Masks Of God es, por tanto, el testimonio de la vida y de su final”.

Escúchalo aquí:

AUTOR

Carlos Flaqué Monllonch
Carlos Flaqué Monllonch
Hablar de uno mismo no es tarea fácil, aunque muchas veces las circunstancias pidan hacerlo, como es el caso. Se pueden contar muchas cosas, pero quizás lo más importante es abrazar la vida con positividad. ¿Qué puedo contaros de mí? Simplemente deciros que me encanta la música y sobre todo mi profesión, periodismo y comunicación gráfica (diseño gráfico y fotografía), herramientas que me permiten abrir muchas puertas, conocer gente para intercambiar, transmitir y generar proximidades. Las nuevas tecnologías permiten eso y más. Así que nada de excusas y manos a la obra…

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