Hay discos que precisan una disposición abierta para ser oídos y valorados. Las bandas musicales no pueden permanecer estáticas dentro de un estilo concreto; deben explorar para crecer, gusten o no sus resultados. Así es como debe abordarse el último trabajo de Mercury Rev, Born Horses, un disco musicalmente brillante pero que no ha sentado nadie bien en su registro vocal.
Si bien es cierto que el álbum adolece de lo mencionado, no porque haga un mal uso de la palabra como forma diferencial de contar historias, sino porque abusa de la misma. Todo el disco sigue la misma línea. Falta voz cantada, y su ausencia convierte Born Horses en un esférico plano, sin volúmen vocal y aburrido. Un buen disco debe mantener el equilibrio entre todas sus partes. La variabilidad, aunque sea dentro de un mismo estilo o concepto, debe ser flexible, dilatada y contrastada. De no ser así, el edificio se derrumba. Es lo que le ocurre con Born Horses, un álbum instrumentalmente alucinante pero que vocalmente es un tedio.
Mercury Rev es un grupo formado a finales de los años 80 en Buffalo, New York. Actualmente está liderado por Jonathan Donahue y Sean Grasshopper Mackowia (miembros líder), y por los recién llegados Jesse Chandler (piano) y Marion Genser (teclados). Su concepto como banda siempre se ha basado en la exploración de la belleza y desvelar sus matices ocultos. Su música, a la vez, se inspira en los trabajos del artista minimalista Tony Conrad y en las obras del poeta Robert Creeley, ambos figuras influyentes que enseñaron en la Universidad de Buffalo donde se formaron las almas fundadoras de Mercury Rev.
Como disco, Born Horses posee un ritmo fluido y templado, con brillantes texturas musicales que recorren los 8 temas del álbum. Estilísticamente hablando, la banda explora un sonido más jazzístico y cinematográfico, mezclando la voz hablada y múltiples capas de sonido vibrante. El álbum, al igual que sus dos anteriores, ha sido autoproducido y grabado en el estudio sito al norte del estado de Nueva York.
«Lo que somos hoy proviene de nuestras percepciones de ayer, y nuestros pensamientos presentes construyen nuestra vida para el mañana. Nuestra vida es la creación de nuestra mente que se origina en el amor antiguo» (Mercury Rev)
Born Horses logra una serenidad cósmica demostrando una vez más que la banda sigue componiendo música instrumental emocionante, pensativa y turbadora. Su sonido es complejo y exquisito en tonalidades, combinando ingredientes orgánicos (guitarras, vientos metálicos y tambores), junto a elementos electrónicos, teclados y voz conversada. Por decirlo de otra manera, armoniza psicodelia, jazz, folk y ambient, irradiando una exploración anímica y melodiosa hacia una profunda autoconciencia sobre la realidad. Mercury Rev pretende aprisionar el inclemente viaje en el tiempo y expresar como la vida puede desequilibrarse lánguidamente a través de fuerzas invisibles.
«Cuando miramos las estrellas en el cielo por la noche, las luces parpadeantes parecen aleatorias. Si pudiéramos alejarnos y ver todas las galaxias girando unas alrededor de otras, veríamos el orden en ellas. Sólo son patrones encima de patrones…»
«Lo que somos hoy proviene de nuestros pensamientos y percepciones de ayer, y nuestros pensamientos presentes construyen nuestra vida para el mañana. Nuestra vida es la creación de nuestra mente»
«Las razones para la esperanza están en las sombras, en las personas que inventan un mundo sin que nadie los vea, que aún no saben si tendrán algún efecto» (Mercury Rev)
Las canciones del álbum son las emanaciones sinceras de un corazón errante tras un amor perdido, o sobre aquel péndulo que oscila constantemente marcando el estado anímico de uno mismo. Al mismo tiempo, destila esos deseos hacia una libertad inalcanzable que anhela las conexiones entre la naturaleza y las personas. Son temas que provienen de una mente aturdida, que especula sobre las emociones, sus sentimientos y lo circundante: amor, quebranto, familia, amigos, sueños y la realidad alterada, esperanza, dolor y meditaciones del alma. Todo ello brinda la sensación de formar parte de un estado onírico perpetuo, que indaga los recodos más lóbregos de la psique. Son distintas formas de percibir el mundo, según sus contextos y actores. Las letras del álbum son, sin duda, uno de sus puntos más fuertes:
Mood Swings («Mis cambios de humor son como un reloj de un péndulo. Las pequeñas pastillas no lo detendrán…»). Ancient Love («Enterrado bajo la luna y las estrellas. Más antiguo que el espacio y el tiempo (…) Este antiguo amor nuestro fue real…»).
Your Hammer, My Heart («Desde el momento en que nos enamoramos, simplemente no podíamos parar (…) Las chispas volaron entre tu martillo y mi corazón»). Patterns («Estoy mirando cicatrices que nadie más cree (…) La forma en que una promesa se rompe y de la nada aparece otra (…) La forma en que un corazón roto se hace añicos (…) Sigo viendo patrones incluso donde no existen»).
A Bird Of No Address («Volé por los cielos durante días y tan lejos como pude llegar, perdido entre las nubes de soledad y arrepentimiento. Miré hacia abajo y retuve el aliento mientras las sombras se convertían en siluetas»). Born Horses («Soñé que nacimos caballos, esperando alas, pero con más cielo dentro de nosotros y que la mayoría de los seres humanos»).
Everything I Thought («A veces, cuando cierro mis ojos, pienso en todo lo que perdí (…) En el mar nocturno de la memoria»). There’s Always Been A Bird In Me («Siempre ha habido un pájaro en mí, incluso antes de que pudiera hablar. Enjaulado en mis costillas, cuidadosamente escondido, cantando sobre cosas que no están bien en el mundo»).
Born Horses es una prueba suficiente de que Mercury Rev sigue haciendo música conmovedora, reflexiva y emocionante, como la mayoría de sus mejores álbumes. Sus textos erizan la mente y permiten penetrar es ese estado de cavilación profunda. No cabe duda de que toda la instrumentación y letras convierten el álbum en una majestuosa pieza de arte. Lástima de la parte vocal sea el punto débil de esta epopeya sónica. Como afirma el propio Jonathan Donahue, «Born Horses es como la estatua que ya está dentro del mármol» impurezas incluidas.