Madurar. Crecer con tu audiencia, entender que todo evoluciona y que tanto letras como sonido no puede seguir siendo el mismo. Todo eso seguro pasó por la cabeza de Joe Munt y compañía para la elaboración de este nuevo material. Hoy reseñamos Small World de Metronomy.
Y es que aunque no nos demos cuenta (o no queramos notarlo) han pasado ya más de 20 años desde la fundación de lo que inició como un trío y hoy está compuesto por cinco integrantes. Con un inicio ayudado por Myspace y Limewire salió Pip Paine (Pay the £500 You Owe) (2006), luego encontramos un sólido material que puso a la banda en el mapa: Nights Out (2008) y a partir de ahí el éxito global y el primer cambio de alineación: The English Rivera (2011). Todo esto nos mostró en su penúltimo material una nueva evolución: Metronomy Forever (2019), material que peca de largo con 17 temas y al que, de no ser un fan de la banda y enamorado de sus mejores años resulta difícil de digerir.
Con todo esto sobre la mesa hoy nos encontramos con Small World (2022), un álbum que su mejor cualidad recae en las letras que Joe escribió durante estos años que nos han llevado a todos a ser mucho más reflexivos, y eso se nota desde el primer tema. El ritmo también es otro, dejándonos aún más claro que estos años le sirvieron a Mount como introspección. Atrás quedaron los temas completos de indie pop que hicieron a muchos enamorarse del quinteto y que no dejaron de sonar en fiestas hasta provocar suelos pegajosos o bien terrenos llenos de lodo en los festivales. Hoy nos ofrecen temas más lentos, casi baladas contemplativas, salvo por algunos destellos que nos recuerdan que a quienes estamos escuchando es Metronomy.
El material inicia con Life and Death, que nos marca la tónica del álbum: mucho más calmado, reflexivo y cotidiano en las letras, pero comunicando preocupaciones de vida de una generación que ha crecido con él: “It was fun / What I did / Got a Job / Had some kids / See you in the abyss”. Y así como todos nosotros, una vez sacadas las preocupaciones y/o problemas llega el momento de calma con Things Will be Fine, un tema acústico que nos hace recordar que pese a que por momentos todo luce mal y el mundo se ve como un lugar terrible las cosas estarán mejor, una pequeña palmada en la espalda y un abrazo al corazón para los momentos difíciles. Siguiendo con estos sentimientos de paz encontramos el que fuera el primer sencillo del material: It’s Good to be Back, una pieza que mezcla sintetizadores y una caja de ritmos con guitarras acústicas que crea una mezcla divertida para una letra que nos recuerda lo bien que se siente volver a casa luego de una larga espera.
Pero Small World no sólo está lleno de experimentación y nuevos sonidos, también tiene canciones muy Metronomy, tal como Love Factory o I Lost My Mind, temas que suena a un viejo conocido para los fans de su carrera y sirven bien para abrazar a los que no dejan de seguir su carrera. Bajo esta misma tónica encontramos Right On Time, llena de sintetizador que suenan como objetos electrónicos y mezcla un poco el sonido con lo acústico de las guitarras.
Si bien el material se siente sencillo también cuenta con temas que en verdad brillan por si solos y no sólo son de lo mejor que ha hecho la banda en Small World sino en toda su carrera, claros ejemplos son Loneliness on the Run y Hold Me Tonight, el primero un tema que toca el corazón, el punto más alto del disco, mientras que el segundo tema, en colaboración con Porridge Radio nos presenta guitarras saturadas que se mezclan de forma perfecta con la unión de estas dos voces. Ambos temas son conmovedores, sinceros y directo desde su trinchera, volviéndolos piezas únicas.
Lo más divertido de Small World se encuentra en los pequeños detalles y en la escritura de Joe, algo que se ve tuvo un trabajo detrás para lograrlo, tal como en la pieza final del álbum I Have Seen Enough, que cierra con un órgano Hammond y así como en este tema todo el disco nos permite escuchar mejor a Joe de una forma un tanto reflexiva, pero cargada de buena vibra al final.
Small World no es el mejor material de Metronomy, es más bien el material más cálido y cercano de la banda, donde se han permitido jugar. Y claro, también se permite eso, relajarse un poco, no pensar en dónde debe sonar qué, sólo fluir. Un álbum corto y con lindos destellos.