Jue 23 enero 2025

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Mount Eerie – Night Palace

Viendo la portada del disco viene a la cabeza esa teoría del iceberg que muestra aquella parte que tan sólo vemos asomar en la superficie mientras el resto permanece oculto bajo la misma. Night Palace representa ese iceberg en sus dos partes, lo visible y lo oculto; por tanto, no estamos ante un disco de fácil digestión. Hay que darle cuerda para que ambas partes funcionen al unísono y vayan penetrando hasta alcanzar su completa fusión.

Muchos artistas de perfil parecido se nutren de esta simbología ajena al sencillismo básico. Estos autores son aquellos que se alejan del mainstream. Sin embargo, son los que realmente contribuyen mejor a la grandeza de la música. Son mentes que dejan una huella imborrable en un mundo excesivamente reiterativo.

Night Palace es un buen ejemplo de ello. Más que un álbum de canciones normales, se presenta como un colectivo de pistas que navegan entre la oscuridad y la luz, mezclándose con melodías experimentales que tratan de dar equilibrio a ese iceberg ambulante de altos contrastes y extrañas estructuras electrónicas. Night Palace construye los pequeños puentes que permiten cruzar todos estos vórtices descritos.

Para quien no conoce a Mount Eerie, cabe decir que tiene un doble significado. Por una parte es es el nombre que hace honor a la zona norteamericana de Anacortes (estado de Washington) y por otra es la denominación del proyecto musical del compositor y productor estadounidense, Phil Elverum (antes también apodado Microphones).

Musicalmente los trabajos de Mount Eerie siempre han transitado por diversos estilos dispares como el black metal, el krautrock, el lo-fi, las texturas post-rock y la experimentación con AutoTune, entre otras incursiones. Su discografía es digna de museo. Puede decirse que su música es un conglomerado de elevado tonelaje alimentado por una gran capacidad para entender los avatares de la existencia.

Sin duda, estamos ante una persona inteligente de gran sensibilidad y una poderosa actitud ante la vida. Incluso podría afirmarse que su música y letras expresan su estrecha relación con la naturaleza y su personal distinción entre lo que es salvaje y aquello que es natural, considerando esta última como una posible quimera.

Analizar esta particular visión de la realidad es complejo. Es como tratar de profundizar sobre la esencia humana y los vaivenes que sufre a medida que trata de evolucionar. La pista Swallowed Alive es un claro ejemplo de lo que significa esta doble quebradura entre ser y no ser.

El álbum consta de 25 canciones. Muchas de ellas de corta longitud, otras de media extensión, mientras que el resto apenas superan el minuto y medio. La pista más extensa es Demolition, que alcanza los doce minutos de duración, pero más que música podría definirse como una narrativa íntima bajo los efectos del sonido ambiental. Las pistas de carácter medio, alcanzan un rango entre los 2 y 6 minutos, siendo Co-Owner of Trees  y I Will, las dos mejores canciones del disco.

La primera se construye en base a una estructura y melodía a semejanza de la psicodelia de los 60, donde muchas de las bandas de la época construían estos parajes como producto del consumo de literatura contracultural, psicotrópicos, grandes dosis de inconformismo y un derroche de brutal imaginación. El tema en sí recuerda a Ummagumma de Pink Floyd con ingredientes de la banda anglo-francesa Gong.

La segunda, trabajada bajo una guitarra tonal y distorsionada al estilo de Neil Young, es quizás la estrella del álbum, un viaje catártico de profunda evolución personal que arranca desde la confusión hasta alcanzar la liberación final. Es como una síntesis del concepto global de Night Palace.

Las breves pistas mencionadas, un total de nueve dentro de álbum, son como pequeños puentes que enlazan las sensaciones que se desatan a lo largo del álbum, sobre todo teniendo en cuenta que la vida del autor ha estado circundada por experiencias diversas siendo algunas de ellas muy trágicas, como la muerte de su esposa cuando tan solo tenía 35 años y a la que dedicó un álbum completo con una canción de apertura que estremece el corazón:

«Cuando la muerte real entra en la casa, toda poesía es absurda. La muerte no es para transformarse en arte. Cuando entro en el cuarto en el que estabas y veo el vacío en lugar de tu presencia, todo falla. Mis rodillas fallan. Mi cerebro falla. Las palabras fallan. Endurecido con lágrimas, catatónico y sensible, bajo las escaleras y a afuera, veo que aún recibes cartas. Una semana después de que murieras llegó un paquete con tu nombre. Y dentro había un regalo para nuestra hija que habías pedido en secreto. Hundido en el colapso, lloré. Era una mochila para cuando nuestra hija fuera a la escuela en un par de años Estabas pensando en el futuro. En un futuro que en el fondo sabías que no te incluiría. Aunque te aferraste al precipicio por el que estabas deslizándote, siendo tragada por el silencio que no tiene fondo. Siempre te amaré».

«Real Death», del álbum «A Crow Looked at Me» (2017)

Sobre Blurred World puede decirse que es una de esas melodías cortas de Night Palace que llama la atención porque en un momento dado desata un punteo de guitarra que conduce a Robert Fripp de King Crimson. Su letra refleja el paso del tiempo y el envejecimiento: «¿Porque el giro de los planetas no se detiene? Mis ojos se han vuelto más borrosos. Me estoy haciendo mayor. La prescripción empeora».

Otros temas destacables son Huge Fire («Aprendiendo a respirar bajo la superficie de todas las cosas destrozadas que llevo conmigo»), Empty Paper Towell Roll («Es como si estuviera mirando un rincón del cielo a través de un tubo de cartón. Esta es mi idea de lo insondable») o Broom of Wind («Cuando mi vida se haya desgastado hasta convertirse en un nudo, yo también seré barrido»). Son tres pistas que inducen a la reflexión sobre un mismo y su entorno.

Son narrativas que, al son de guitarras y sonidos ambientales, cuentan lo que llevamos dentro y lo que no comprendemos. Son procesos que se describen como estabilidad media pero con duras fracturas y descensos irremediables. Lo importante es que el final de esa línea exista un renacimiento.

O bien son historias de todo aquello que nos aprisiona, que niega nuestras identidades y nos precipita hacia la incomprensión de las cosas. Así lo manifiestan pistas como Non-Metaphorical: Descolonization («Ahora vivimos en los restos de una fuerza colonizadora cuyo veneno sigue fluyendo»), &Sun, («Todo está descontextualizado y rehecho cada mañana sobre un terreno inconsistente»), Writing Poems, («Un día es seguido por otro día y siempre hay una procesión de nuevos sonidos que pasan»).

Por otra parte, I Heard Whales y I Spoke With a Fish son dos temas que nos conectan con el lenguaje y simbolismo de los animales en su estado natural, lo que nos pueden transmitir si hacemos el esfuerzo de mantener una relación equilibrada entre medio y humanidad.

En fin, Mount Eerie es otro de estos personajes que hay que tomar en serio, porque nos marca un camino, un estado diferencial que nos reconecta con aquello que desde la humanidad parece ignorarse. La vida solo existe una vez, solo tenemos una oportunidad de hacer cosas con ella, y estamos desaprovechando aquello que nos dio nuestra existencia y la mayoría de los logros.

Quizás deberíamos fijarnos más en lo salvaje porque todo aquello que se aleja del orden natural parece destinado a morir. De ahí la importancia de regresar a esas raíces a fin de encontrar o recuperar los sentidos que hemos olvidado estando inmersos en la vorágine metropolitana.

Escucha aquí el disco de Mount Eerie, «Night Palace»

Carlos Flaqué Monllonch
Carlos Flaqué Monllonch
Hablar de uno mismo no es tarea fácil, aunque muchas veces las circunstancias pidan hacerlo, como es el caso. Se pueden contar muchas cosas, pero quizás lo más importante es abrazar la vida con positividad. La música permite esto y mucho más. ¿Qué puedo contaros de mí? Simplemente deciros que me encanta la música y sobre todo mi profesión, periodismo y comunicación gráfica (diseño gráfico y fotografía), herramientas que me permiten abrir muchas puertas, conocer gente diversa para intercambiar, transmitir y generar proximidades. Las nuevas tecnologías permiten múltiples puentes e interacciones.. Así que nada de excusas y manos a la obra…
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