«Levántate y vístete con la ropa que amas para vivir en el mundo que odias»
Dress Yourself, Sleater-Kinney
Hoy en día se publica tanta música que es prácticamente imposible dar eco de toda ella en los medios. Muchos de los discos que salen al mercado pasan inadvertidos, mientras que otros, por publicidad, nombre, intereses o tendencia impuesta, son constantes en todas las cabeceras mediáticas, hecho que es totalmente injusto. El buen amante de la música, se quita esas restricciones y se adentra en el vasto océano de la exploración, donde navegar por mares poco transitados recupera parte de estas tierras discográficas cuya riqueza debe formar parte de la cobertura que realmente merecen.
Gracias a Spotify y a plataformas similares, podemos disponer de una alternativa dorada para localizar y divulgar auténticas joyas que, de otra manera, estarían alejadas para muchos oyentes. Por ejemplo, es el caso de Sleater-Kinney, una banda de rock femenina formada durante 1994 en Olympia (Washington, EE.UU).
Con más de 380 mil seguidores en Spotify, porcentaje medio para una formación no masiva y muy detractora, Sleater-Kinney se planta en el incipiente 2024 con un tremendo long play titulado Liitle Rope, el undécimo álbum de estudio del dúo norteamericano. Producido por John Congleton vio la luz este pasado 19 de enero de 2024 a través de Loma Vista Recordings, discográfica que también representa a Chelsea Wolf, Ghost, Iggy Pop, St. Vincent, Alice Glass, Marilyn Manson…
El disco tiene su miga. Detrás de esa pequeña cuerda existe un trasfondo motivacional muy trágico. Little Rope se completó a finales de 2022 tras el mortal accidente automovilístico que acabó con la vida de la madre y padrastro de Carrie Brownstein, guitarra y voz de la formación, de la cual también forma parte Corin Tucker (voz y guitarra de fusión). Esta doble tragedia, así como los males que flagelan a nuestra sociedad, son los pilares que inspiraron la construcción del álbum.
Recordemos que Sleater-Kinney se originó como parte del movimiento riot grrrl el cual llegó a convertirse en una parte fundamental del indie punk rock femenino estadounidense. De ahí que el dúo sea también conocido por sus posturas feministas y tendencia izquierdista.
Excluyendo su último disco, Little Robe, la formación posee siete álbumes de estudio, todos ellos publicados durante el período de 1994 a 2005, ambos inclusive. A saber, Sleater-Kinney (1995), Call the Doctor (1996), Dig Me Out (1997), The Hot Rock (1999), All Hands on the Bad One (2000) One Beat (2002) y The Woods (2005).
Sin embargo, llegados a 2006, Sleater-Kinney decidió tomarse un descanso y dedicarse a sus inquietudes y a proyectos más personales. Por ejemplo, Carrie Brownstein formó con Janet Weiss, Mary Timony y Rebecca Cole, la banda Wild Flag. Bajo el mismo nombre lanzaron un solo álbum en 2011. No contenta con eso Carrie fue más lejos. Participó en diversas películas, cortometrajes y documentales, así como en teatro y trabajos como escritora y periodista.
Por su parte, Corin Tucker, dedicó sus habilidades a la creación de otras agrupaciones musicales como The Corin Tucker Band y Filthy Friends. No fue hasta 2014, cuando ambas damas decidieron reagruparse y lanzar nuevos trabajos como No Cities to Love (2015), Live in Paris (2017), The Center Won’t Hold (2019, producido por St. Vincent) y Path of Wellness (2021).
A pesar de ser una formación no masiva, Sleater-Kinney siempre ha gozado de muy buenas críticas por parte de los medios, tanto por su música como por sus letras y posición ante la vida y sociedad. Los críticos galardonados Geil Marcus (Rolling Stone), Robert Christgau (The Village Voice) y Tom Breihan (Stereogum) los definieron como uno de los grupos más importantes de la década del 2000, demostrando una vez más que la música no es solo sonido, sino también mensaje escrito, actitud y trascendencia social.
Es por ello que la banda siempre se enmarcado dentro de los escenarios rebeldes del indie rock y del punk riot grrrl. Sus letras son como estrellas lanzadas por un guerrero ninja. Sus contenidos alternan diversos temas personales y situaciones político-sociales, como la guerra, el tradicionalismo, los roles de género y el consumismo, siempre contados desde su perspectiva feminista y liberal. Algunos críticos y seguidores los comparan con L7, Siouxsie and the Banshees, Patti Smith y Poly Styrene (X-Ray Spex, Bikini Kill, Mecca Normal, Bratmobile, Throwing Muses y Sonic Youth. Desnudemos, por tanto, esa pequeña cuerda a través de sus incisivos nudos…
El tema de apertura Hell, es un contundente obús lanzado desde el seno incandescente de la advertencia y de las elecciones ante la vida: «Cuando tomas un camino determinado, el infierno no necesita invitación».
Tras ese candente impacto inicial, aparece la no necesidad de ser salvaje, Needlessly Wild, un tema que recuerda a The Queen of Stone Age y a las guitarras de The Kills. Es un track que aborda el instinto salvaje en sus propias raíces: «Déjame con los perros esta noche (…) Estoy lleno de odio (…) Muéstrame la salida, esa la luz infinita». Esta canción trata sobre aquello que normalizamos en nuestra sociedad pero que no debería serlo. Por ejemplo, la violencia. Debemos apartarnos de este brutal shock y encontrar esa otra vía que si es posible y es mejor.
Y es así como surge Say It Like You Mean It donde «todos los relojes se han detenido sin finales amargos y sin comienzos en falso (…) Ahora mi corazón está en carne viva. Demasiadas pérdidas me han dejado abajo y con cicatrices escondidas». Esta canción, otra de mis predilectas, da cuenta de que el tiempo compartido con las personas que más importan llega también a su fin. En consecuencia, las emociones resultantes como la aceptación de lo conclusivo, los sentimientos de ternura perdurables, la nostalgia por la pérdida y la frustración y enojo por no haber sabido rectificar a tiempo la intimidad perdida, también entran en la escena de lo finito. En las propias palabras de Carrie Brownstein:«El vídeo de la canción cuenta la historia de una mujer que ha perdido el sentido de lo que es apropiado. Enferma por la alienación que surge por existir en un estado emocional dispar con las personas más cercanas a ella, pugna por ser vista y no caer en el olvido».
Llegamos a Hunt You Down: «Lo que más temes, te perseguirá y te cazará». Es una pista que expresa ese miedo a la obsesión, a que todo aquello que más te atemoriza acabe adueñándose de ti y termine por aplastarte.
Con Small Finds encontramos esos pequeños hallazgos que tratan de eliminar la angustia cerebral que produce el hecho de vivir cada día con la preocupación de procurar dar sentido a nuestras vidas: «Cada paso (…) es un recuerdo para quedarnos, para que volemos y alejarnos». En las pequeñas cosas que tenemos suelen estar escondidas muchas de las razones por las que vivimos.
De repente, suena Don’t Feel Right, un temazo con un estribillo que se adhiere como una tuerca a su tornillo. Es, sin duda, uno de mis temas favoritos. Se basa en esa dualidad que existe entre los opuestos, como la oscuridad y la luz. El estribillo evoca recuerdos a Tom Petty. Es una melodía que transforma la angustia y el dolor en algo más reconfortarle.
Tras ello, surgen errores que dan al traste con lo que más nos intensifica la vida: el amor. Six Mistakes refuerza esa idea de que todo está en nuestra cabeza y que, por tanto, debemos aprender a conocerla y a manejarla: ¿Dónde está el amor? ¿Dónde se escondió? ¿A dónde fue? ¿Adónde voló?
Con Crusader esas dudas toman conciencia y sentido. Somos como soldados en una cruzada contra nuestros propios monstruos: «Estamos quemando todos los libros en esta ciudad, pero no podemos destruir las palabras en nuestras bocas». Según Carrie Brownstein: «Se trata de una pista que examina esa dura realidad que, a veces, es inimaginable y se ha vuelto espantosa. Simplemente trata de transmitir esa la idea de que la existencia de alguien puede ser una amenaza para otra persona».
De ahí la importancia del penúltimo tema, Dress Yourself, cuya letra trata de descifrarnos la difícil y heroica situación de levantarnos de la cama todos los días y enfrentarnos a las amenazas existenciales que nos aguardan. Es como un grito de guerra para aquellos que no pueden creer que seguimos erguidos todos los días: «Sal afuera y muéstrate. Tu ruina está en exhibición. Sal ahora mientras todavía puedes». Es una canción sobre no sentirse amado y no ser visto. La identidad cambia con el tiempo.
Y llegamos al punto final de esta maravilla de disco con Untidy Creature, esa criatura que deambula desconcertada pero superviviente: «Tiemblo por dentro (…) como si estuviera roto (…) Puedes intentar decirme que no soy nada. Ya no tengo alas para volar. Existen demasiadas cosas que no se dicen. No hay un mañana a la vista (…) Construiste una jaula, pero (…) encontraré la manera de abrir tu cerradura».
No cabe duda de que Little Rope es un disco que no aparece desde el vacío ni por generación espontánea. Este tipo de discos se tejen desde la cabeza y cuando las fuerzas emergen como emociones y reflexiones libres de ataduras que acosan y revientan el cráneo. Little Rope es esa pequeña cuerda que, desde el abismo del dolor, se mantiene firme y flexible como salida hacia la supervivencia. Agarrarse a ella es la única forma de volver a la vida y no caer el negro abismo de la muerte existencial.
Little Rope es uno de los discos más finos y delicados de la carrera de Sleater-Kinney. Podríamos clasificarlo como un álbum impecable sin que por ello cayésemos en la exageración. Su arquitectura reflexiva, su rudeza sónica, sus las letras voraces, junto al grito de la rebeldía, los grandes coros y las guitarras distorsionantes, expresan una globalidad que aglutina la experiencia que vivimos, día a día, en un mundo bajo crisis permanente. Como bien expresa la revista digital Pichtfork, «Sleater-Kinney es sinónimo de desgarrar con determinación el sentido de uno mismo y de destruir los modelos patriarcales para reestructurar el orden del rock’n’roll».