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SWANS – The Beggar

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«Soy el extraño en tu espejo un guante sin mano

un cuerpo girando suavemente

delicuándose en el viento (…)

Soy el poema que fue escrito

en la parte trasera de tus párpados

el imbécil imperdonable

que ahora trepa por el interior de tu pierna (…)

¿Cuántas personas fueron olvidadas?

¿Cuántas en este camino de miembros rotos? (…)

Oigo el susurro de los ángeles

Veo que el polvo está hecho de joyas (…)

Alimentado por las aguas residuales de los crueles (…)

¿Cuándo aprenderé a vivir? ¿Cuándo podré vivir? …»

THE BEGGAR, SWANS

Es así como arranca la demoledora maquinaria de The Beggar, el último trabajo publicado por Swans, la enigmática entidad musical norteamericana capaz de pulverizarte el alma en cuestión de segundos y convertirla en una marisma de infinitas sensaciones. Quizás a muchos Swans no les provoque oscilación alguna, pero su música y sus letras implican atrevimiento, rupturas, quebrantos y pulverizaciones emocionales. Swans tritura todos los conforts, sin importar lo que piensen el resto de mortales.

The Beggar (El Mendigo) es el decimosexto álbum de estudio de la banda liderada por Michael Gira, un disco que rompe todos los esquemas de la musicalidad convencional, como suele hacerlo Edward Kas-pel con The Legendary Pink Dots.  

El lanzamiento del disco es consecuencia de los sellos independientes Mute y Young God Records. Fue grabado y mezclado en el Candy Bomber Studio (Berlín) por Ingo Krauss y masterizado por Doug Henderson de Micro-Moose (Berlín). Todo el trabajo es obra del propio Michael Gira pero cuenta con las colaboraciones de Kristof Hahn, Larry MullinsDana SchechterChristopher PravdicaPhil Puleo y Ben Frost quienes han puesto su personalidad sonora en el álbum. Cabe recordar que Swans dejó su huella impresa en el pasado Primavera Sound 2023, concretamente el 2 de junio en Barcelona y el 9 de junio en Madrid.

Con The Beggar, Michael Gira narra su concepto sobre la vida y el fin de la existencia, todo ello bajo el filo de un abismo bostezante y existencialista. El álbum, por tanto, es un sobresalto claustrofóbico para todo aquel que contempla la vida, su agarre e inevitable fin, la tríade que siempre péndula sobre nuestros cráneos: «¿Cuándo aprenderé finalmente a vivir? «¿Estoy listo para morir? ¿Cómo llegamos aquí? (…) Debemos huir del mal invasor porque ese mal es una amenaza de otro mundo» (Gira en The Parasite).

Pero no todas las amenazas están fuera, sino también dentro de uno mismo.  Esas encrucijadas son un reflejo de lo que sentimos como mortales, parámetros que nos hacen reflexionar sobre la mortalidad, la vida como proceso y nuestro rol en ella. Todas letras del disco son desconcertantes. Cuestionan los ciclos a los que estamos sumidos, especialmente el de consumir y ser consumido: «¿Estoy roto en pedazos para ser esparcido? ¿Vivimos dentro de una esfera cada vez más pequeña, que se contrae a medida que giramos?».

El álbum rompe su cascarón con The Parasite, un siniestro tema drónico de que te sumerge bajo una atmosfera tóxica y punzante. Su letra ya estremece al oírla: «Estoy harto de masticar tus talones, de lamer tu saliva (…) Soy el extraño en tu espejo, un guante sin mano, un cuerpo girando suavemente, un recipiente vacío sonando en una casa de piedra en el bosque (…) Cuando ya nada queda por dar ¿Qué pasará si robo el niño que llevas dentro?»

Paradise is Mine es el siguiente tema del disco. La voz grave de Gira surge como principal narración, junto a coros de fondo que gimen lamentos y desesperación. El sonido es acústico, con ciertas connotaciones electrónicas. La letra te deja perplejo: «Ahora yacemos en el lodo, en las profundidades. Gracias a la luz y a la filtración de pensamientos, comenzaremos a crear un mundo nuevo, desde las heridas, desde las rupturas, en este lugar de ánimas despiertas».

Llegamos a Los Angeles: City of Death, «nadando en el fuego, inhalando todo lo que alguna vez fue o será (…) deambulantes entre túneles (…) e inyectando sueños de insectos». El sonido es áspero, acústico y repetitivo, como la muerte cuando llega a la ciudad para jamás detenerse.

Michael is Done es el cuarto corte del album que, según el líder de la banda, es una serie de nudos mentales que deshacen el lenguaje y te he incapacitan para discernir la verdad de la irrealidad: «Cada agujero es una fuga. Hay una llama en tu lengua. Tus palabras son carne quemada».

Unforming es una de las pistas más emocionantes del soporte discográfico. Como su título indica, define un vaivén que va y viene en busca de las formas perdidas. De ahí que el sonido se deslice como un guante de látex negro pero impregnado de lubricante perfumado: «Ahora no puedo sentir mis dedos, pero estoy tratando de respirar porque me estoy encogiendo mientras sigo creciendo». Aquí, Michael Gira reflexiona sobre la mortalidad y cómo aún no está listo para morir. Siente que todavía le queda mucho por aprender y mucho por vivir, pero su cuerpo piensa lo contrario.

The Beggar da nombre al álbum y es el espejismo de un ser que deambula por la existencia, como una goma elástica que se estira y se contrae, pero que con el tiempo termina por secarse, agrietarse y romperse: «Mantengo un globo de luz dentro de mis ojos erosionados por la burla (…) pero en cada alma hay un cobarde mendigando mierda».

No More of This gira en torno a la perdida de la máquina que produce la lucha. La muerte surge como un bálsamo que libera los miedos, porque a veces morir implica ser libre, sobre todo cuando la tragedia, la enfermedad y el hastío dominan el alma: «No quiero más de esto», – canta con su voz agónica, grave y retumbante Gira«Ya no hay tiempo para respirar. Ya no hay tiempo para pensar. Es hora de tragarse la llave y de dormir». Instrumentalmente recuerda al sonido de Pink Floyd, pero con sus diferencias liricas. El miedo, el amor y la dicha se separan de la mente y de los peligros perpetuos para busca una despedida definitiva: «Adiós Amantes. Adiós amigos. Adiós hija. Adiós hijos» …

Ebbing refleja uno de los estados de ánimo más triunfantes y eufóricos del álbum. Abre las puertas a un hiper universo interestelar de cierto aire pinkfloydiano. A su vez, proyecta el desarrollo de la identidad y de la conciencia tras la muerte corporal. La referencia a un cielo de azufrado insinúa una vitalidad general en el proceso de la muerte y la transformación alquímica que tiene lugar en ella: «Bajo los cielos de azufre, las mareas ebrias [de la existencia] nos arrastrarán desde el nacimiento hasta la muerte».

Michael Gira nos expresa una imagen de la experiencia interna que transita por los espacios liminales de una subsistencia y la siguiente. Hay una sensación de descanso, de aceptación final y de renacimiento, donde se sueña con una vida pasada, pero gesta al mismo tiempo una vida venidera. En muchos sentidos, la canción es un desafío afectivo a nuestras asociaciones emocionales con la muerte: dilatación, ascensión, tranquilidad y levedad.

Why Can’t I Have What I Want Any Time That I Want? es la voz y el sonido que se arrastran a través del aturdimiento de la existencia. La cadencia del ritmo y la letra son aplastantes: «¿Cuándo borrará el tiempo esta estúpida sonrisa de mi cara? Todavía te siento en mis venas, pura y refinada (…) Déjame correr a través de las ruinas del fracaso y del arrepentimiento. Solo abre mi boca y vierte tu lengua en mi cabeza (…) porque estoy perdido sin tu aliento. Ahora mis dientes están rotos y rojos, pero estoy rogando al pie de tu cama. Dame ese último sabor de la muerte».

En una entrevista con la revista Glide, Michael Gira explicó: «La canción fue escrita bajo la influencia de un tremendo anhelo por la liberación y el romance del alcohol que surgía a través de mi sangre y mi ser. Esos días quedaron atrás, pero todavía vive dentro de mí como un espíritu santo, o, por el contrario, como un monstruo oculto y seductor que quiere devorarme de adentro hacia afuera. Así que esta era una canción de amor a esa criatura, mirándola directamente a la cara y adorándola».

The Beggar Lover (Three) es la tercera entrega de una trilogía del proyecto experimental Michael Gira The Body Lovers, que sirvió para la experimentación con bucles, music dron y dark ambient. La música se construyó a partir de muestras y sonidos enfrentados. Con una duración de 43 minutos y 51 segundos, es la tercera pista más larga registrada por Swans. En una entrevista a New Noise Magazine, Gira describió la canción como una combinación de «elementos que tratan de forjar un paisaje sonoro dinámico y de resonancia psicológica». Por su extensión y grandeza, The Beggar Lover (Three) es como un melodrama construido bajo diversos actos de aceleraciones, pausas, giros y saltos evolutivos, cuyo ensamblaje conducen a un clímax que paraliza la mente y excita el alma.

Con The Memorious se cierra el album. Gira dice que compuso la canción tras inspirarse en un cuento de Jorge Luis Borges llamado Funes the Memorious. La letra no tiene desperdicio: «Veo el lago turqués extendido sobre las colinas del desierto. Siento que el sol penetra en mi piel, que derrite la médula de mis huesos en nubes de óxido (…) exhalando pensamientos huecos que ahora vuelan como gorriones, esparciendo diminutas sombras sobre continentes de lodo pálido y endurecido, siguiendo un hilo claro y cantor que nos lleva de regreso a un hogar que nunca fue realmente».

Concluyendo, The Beggar es un trabajo maestro, donde se demuestra, una vez más, que los Cisnes tienen mucho fuego en el vientre y una retorcida fortaleza intestinal para evacuarla. Su proceso digestivo y circulatorio acopla y dinamiza un metabolismo incombustible incapaz de detenerse. Su evolución musical es inconmensurable y se erige como un vértice maestro y voraz para las mentes más atrevidas y arriesgadas. Como afirma el propio Michael Gira: «Nuestro futuro se detiene donde comienza el tiempo».

AUTOR

Carlos Flaqué Monllonch
Carlos Flaqué Monllonch
Hablar de uno mismo no es tarea fácil, aunque muchas veces las circunstancias pidan hacerlo, como es el caso. Se pueden contar muchas cosas, pero quizás lo más importante es abrazar la vida con positividad. ¿Qué puedo contaros de mí? Simplemente deciros que me encanta la música y sobre todo mi profesión, periodismo y comunicación gráfica (diseño gráfico y fotografía), herramientas que me permiten abrir muchas puertas, conocer gente para intercambiar, transmitir y generar proximidades. Las nuevas tecnologías permiten eso y más. Así que nada de excusas y manos a la obra…

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