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THE CATENARY WIRES – BIRLING GAP

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The Catenary Wires es una de esas bandas que requieren ser oídas cuando la mente necesita transitar en la calma, rodearse de paisajes que invitan a la desconexión de la vorágine diaria, tal como se refleja en la portada de Birling Gap, el tercer álbum en el haber de la banda.

Quizás a muchos ese nombre no los diga nada, pero se trata de dos palabras inglesas que encierran múltiples connotaciones, ser uno de los lugares más icónicos y amados por los patriotas ingleses, o identificarse como el lugar elegido donde gente abatida y condenada decide poner fin a sus vidas lanzándose por sus agrestes acantilados. Asimismo, es la zona al que acuden muchos amantes en busca de apasionantes asignaciones tormentosas, y por si fuera poco, también ha sido escenario para rodar diversas producciones de cine y televisión. por ejemplo, el video Just Like Heaven de The Cure, o películas como Summerland (2020), Pearl Harbor, Robin Hood, El Príncipe de los Ladrones, o la series Close to Me o Flesh and Blood, entre muchas otras.

Birling Gap es la franja litoral del condado de East Sussex de Inglaterra, espacio donde se encuentran los imponentes y escarpados acantilados de tiza también conocidos como Seven Sisters. Dentro de este espectacular paisaje, The Catenary Wires ha encontrado su inspiración para elaborar un álbum de canciones que se alimentan de esa legendaria Inglaterra que aglutina miles de historias cuál de ellas más trágica, apasionante o mítica. Como brezan algunas de las canciones, Birling Gap es un lugar especial para imaginar, crear, meditar, caminar, etc.

Con su nuevo álbum, The Catenary Wires ofrece un compendio de melodías y armonías que exploran un amplio abanico de emociones y relaciones humanas, todas ellas ambientadas en un mundo donde la ansiedad por el futuro y la nostalgia por el pasado, se cruzan como dos fuerzas antagónicas que buscan el equilibrio perdido. Para ello, han construido una red de acordes, líricas y arreglos sónicos depurados, elegantes y rozando el clasicismo folk pero con ciertos toques orquestales y electrónicos que amplifican las pasiones y los miedos humanos.

Todas las canciones del álbum han sido escritas por Amelia Fletcher (voz y armonio) y Rob Pursey (voz y guitarras), los dos anteriormente miembros de Heavenly y Talulah Gosh, sin olvidarse de las aportaciones del el resto de la banda: Fay Hallam (teclados y voz, antes Makin’ Time y Prime Movers), Andy Lewis (bajo y percusión, antes Weller Band) y Ian Button (batería y voz, antes Thrashing Doves y Death in Vegas). El disco ha sido producido en la Escuela Dominical Kent por el propio Andy Lewis y se ha masterizado en el Penhill Industriosonics. Las compañías discográficas Shelflife Records para EE. UU y Skep Wax Records para el Reino Unido y resto del mundo, son las responsables de su llegada al mercado.

The Catenary Wires se formó como dúo en el año 2014. Amelia Fletcher y Rob Pursey fueron sus almas fundadoras. El resto de miembros se unieron posteriormente. Según cuentan ellos mismos, el nombre del grupo hace referencia a la cadena de cables aéreos (catenarias) que transmiten la energía a los trenes, trolebuses, teleféricos y restantes vehículos que requieren de este tipo de transmisión eléctrica.

Estamos pues ante un álbum lleno de matices, connotaciones y apacibles armonías junto a suaves riquezas vocales, una arquitectura global sonora que da forma y expresa esas inquietudes adultas que relatan crónicas fracturadas, desazones y efusiones en constante flujo, pero que a su vez hacen referencia a la dinámica cotidiana de esa comunidad humana que vive encerrada en una isla y que busca febrilmente su personalidad para mantenerse a sí misma.

Canción a canción

Cada canción del álbum construye su adecuada particularidad y memorándum, configurando un sumario de diez historias que amalgaman parte intrínseca de esa Inglaterra tan propia y solitaria. Como la propia banda afirma: En las canciones hay oscuridad y luz, desánimo y esperanza de personas perdidas y solitarias, en definitiva, lo mejor y lo peor de Inglaterra. Conozcamos pues lo que estas pistas encierran en sí mismas.

Comenzamos con Face On the Rail Line, el tema que abre el álbum como el ave que planea majestuosa sobre la costa abrupta, observando desde las alturas la sacudida de las olas chocando contra las murallas de tiza blanquecina. En una pista donde las voces de alzan sublimes e irradian esa delicadeza aérea en el que el aliento gravita en suspensión y silenciosamente. Las guitarras acústicas marcan el fondo de la rítmica, y los arreglos musicales envuelven la estructura dentro de un mix lacrimosamente romántico. Es una canción de amor, ambientada en el presente y repleta de esas emociones alocadas que todos sentimos. 

Entramos ya en el segundo track, Alpine, otro de los temas interesantes del álbum. Destila acordes eléctricos de guitarra que prontamente dan paso a voces sincronizadas llenas de pulsiones enfrentadas. La cadencia sonora es muy agradable, profunda y transparente y sin duda, ofrece una aguda amplitud sonora completa.

Acto seguido aterrizamos en el tercer tema del álbum, Always on my Mind. Se trata de un tema sugestivo que, por su cadencia estilística, recuerda al sonido de los sesenta. Como su traducción indica, es una canción que nos dice que el amor volverá a aparecer de nuevo, aunque de forma sorpresiva, porque a pesar de perderse o enfriarse, siempre regresa porque yace en alguna parte de la mente.

Llegamos a Mirrorball, la estrella del álbum y sin duda la más pegadiza. Habla de una pareja soltera y de mediana edad que encuentra su amor inesperado en una discoteca retro de los 80. La melodía contagia y estructuralmente tiene todos los ingredientes comerciales para ser el icono referencial del álbum.

Three Wheeled Car nos determina la nostálgica historia de una pareja de ancianos que contempla el paso de la vida a través de la fuerza de las olas que rompen sobre Birling Gap y que abrazados en los bordes del abismo, recuerdan los viejos tiempos de su juventud inglesa de la cual se sienten orgullosos. 

Liminal es quizás la pista más débil y plana del disco. No aporta ningún nivel de plenitud. pues resulta monótona y cansina. Asi que poco hay que decir. Muy diferente es Canterbury Lanes que se desclava como un cuento bajo instrumentación clásica haciendo referencia a un par de músicos de folkrock, ya viejos ahora y desgastados, que aspiran a reagrupar su banda con la esperanza de reavivar aquellos ideales perdidos que les dieron el empuje en los 70. Es un claro retorno hippie al mítico flower power.

Cinematic es una pausa enigmática de lujo. Una de mis predilectas. Bajo una cadencia atmosférica, misteriosa y ecográfica, se mezcla junto a una voz tenue, ronca y recóndita, que genera una evolución trascendente y psicodélica. A modo de una secuencia cinemática, describe la trayectoria de los objetos y las personas en función del tiempo y sin considerar las causas que han originado este desplazamiento temporal. 

Like the Rain y The Overview Effect, son romances ansiosos y ambientados en un mundo frágil y quebradizo, como las olas que se rompen ante los acantilados de creta blanca y que debido a las inclemencias y la extensión del tiempo, se erosionan rápidamente. Son como la lluvia que cae incesante dejando siempre la humedad a su paso.

Concluyendo, Birling Gap es un disco que, sin llegar a ser una obra maestra, es fiel al estilo de la banda y aporta ese punto de nostalgia retro y folk que tantas veces hemos escuchando en otros artistas que buscan expresarse ante la ruidosa y estresante vida que llevamos. Habla de amores y desamores, de vivencias y desapariciones, de idas y vueltas, y entre todo este oleaje, el amor reluce como una estrella resplandeciente, sin importar sus manchas, sus edades y lugares. Porque la vida es un periplo constante, una costa frágil que recibe las embestidas de la subsistencia y las tradiciones. En conjunto es un buen álbum pero quizás le falta mayor contraste y originalidad.

A pesar de ello, las analogías son muy descriptivas. Los acantilados, el mar y el empuje marino, vienen a representar ese vaivén existencial que define la existencia de muchas personas, tanto en sus relaciones íntimas como en las sociales, almas que muchas veces ya han cruzado cierto umbral y se plantean recordar viejos tiempos, sin olvidar los quehaceres del presente y las incertidumbres del futuro. Es lo que tiene el hecho de vivir en una isla, rodeado siempre de grandes extensiones de mar, aislado de otros lugares donde todo es más próximo y tan solo delimitado por una fina linea fronteriza. Y es que el lapso de las personas es como los alambres de una catenaria que permite el flujo de un lado a otro, generando la energía suficiente para que los motores funcionen, aunque no siempre llegan a su destino.

Escucha aquí Birling Gap

AUTOR

Carlos Flaqué Monllonch
Carlos Flaqué Monllonch
Hablar de uno mismo no es tarea fácil, aunque muchas veces las circunstancias pidan hacerlo, como es el caso. Se pueden contar muchas cosas, pero quizás lo más importante es abrazar la vida con positividad. ¿Qué puedo contaros de mí? Simplemente deciros que me encanta la música y sobre todo mi profesión, periodismo y comunicación gráfica (diseño gráfico y fotografía), herramientas que me permiten abrir muchas puertas, conocer gente para intercambiar, transmitir y generar proximidades. Las nuevas tecnologías permiten eso y más. Así que nada de excusas y manos a la obra…

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