Bajo una portada realmente inquietante y reflexiva, The Legendary Pink Dots (LPD) acaba de publicar «So Lonely In Heaven» (2025), una maravilla más de su extensísimo legado discográfico. Y es qué LPD nunca decepcionan. Cada entrega suya es un eslabón más hacia la máxima excelencia.
El nuevo trabajo ha sido publicado a través de Metropolitan Records tomando como inspiración los diversos conceptos que giran alrededor de las perspectivas adversas que preocupan al ser humano. Y es que desde la más remota antigüedad, la especie humana ha vivido siempre atemorizada por la acción catastrófica de las fuerzas naturales, dioses enfurecidos, invasiones alienígenas, temores milenaristas, amenazas del universo desconocido, plagas, fervores religiosos, guerras, máquinas y como no por el actual colapso climático. Al mismo tiempo, la humanidad es presa de sus propias debilidades y ambiciones incontrolables, cuna interminable de nuestra inseguridad como raza.
Toda esta visión alarmantemente catastrofista nos parece lejana porque nos creemos intocables, sin embargo, las advertencias y los hechos están cada vez más candentes sobre la mesa y ya es hora de reaccionar; es lo que trata de decir LPD con su álbum. Recordemos el concepto denominado The Terminal Kaleidoscope cuyo contenido lo describe Edward Ka-Spel como la visión acelerada y vertiginosa del mundo a través de un enfebrecido calidoscopio. So Lonely In Heaven se basa en esta contemplación amenazante y en la necesidad de encontrar soluciones. Hay que desprenderse de la máscara que ciega el sentido de nuestra existencia.
«La máquina es todo lo que somos. Ella lo ve y oye TODO, lo sabe todo y DE eLLO SE alimenta. FORMA PARTE DE UN sistema QUE nos acelera, nos bebe y nos escupe… LAMENTABLEMENTE Perdimos el control sobre ella en el instante mismo de su concepción. Ahora solo pODEMOS sacudir, maldecir y morir, pero la máquina seguirá estando ahí. Hemos llegado a 2025, un poco más de 2 décadas desde el comienzo de este insoportable siglo turbulento, y el concepto de Humanidad parece haberse convertido en una agónica telenovela donde todos nosotros somos el elenco DE DICHA MÁQUINA» (Edward Ka-Spel, The Legendary Pink Dots)
Cabe recordar que LPD es una formación británica afincada en Amsterdam. Desde su formación en 1980 ha logrado generar más de de 40 trabajos de estudio y diversos directos, además de recopilaciones, trabajos independientes, remasterizaciones, entregas especiales y múltiples colaboraciones externas… Sin duda, es una gigantesca maquinaria de creación de conceptos y de sonidos vanguardistas como pocas bandas logran hoy en día. Véase nuestro reportaje sobre la misma.
So Lonely In Heaven es, por tanto, un disco creado sobre el pensamiento y la sensibilidad de cuatro inquebrantables miembros como son Erik Drost (guitarras acústicas y eléctricas, bajo), Randall Frazier (sintetizadores, dispositivos), Edward Ka-Spel (voz, dispositivos) y Joep Hendrikx (electrónica en vivo, dispositivos). Simon Paul es el responsable de la belleza creativa de la portada y Raymond Steeg y Peter Van Vliet los garantes de la masterización.
Conceptualmente So Lonely In Heaven puede definirse como un álbum complejo, sustentado por ese racionalismo posmoderno que trata de hacernos conscientes de que la Humanidad se encuentra en una encrucijada de pronóstico insalvable si no pisamos a tiempo los frenos y cambiamos la dirección. Muchos son ya los expertos y autores que, desde sus diversas posiciones, tratan de advertirnos sobre ello. Pero lo más grave de todo, es que no damos importancia a estos hechos o simplemente pasamos de los mismos postergando las soluciones a las futuras generaciones. Esta fatal arrogancia e irresponsabilidad se pagará cara algún día. Recordemos las frase de Jean Baudrillard, filósofo y sociólogo francés de la teoría posmoderna: «Un día lo único que nos quedará en el mundo serán sus pedazos, y entonces lo único que podremos hacer es jugar con las piezas resultantes».
So Lonely In Heaven trata, en consecuencia, de dar sentido a estas piezas desordenadas construyendo, a partir de las mismas, un puzzle sónico coherente que dé forma a nuestra necesidad de supervivencia. El resultado es un organismo sonoro donde múltiples capas y texturas se superponen para acariciar nuestros oídos mientras la mente se desliza entre sombras, angustia y oscuridad escalofriantes. Temas como Lonely In Heaven, The Sound Of The Bell, Dr. Bliss ’25, Sleight Of Hand, Choose Premium: First Prize, Darkest Knight o Cold Comfort, Wired High: Too Far To Fall, How Many Fingers In The Fog, Blood Money: Transitional, Pass The Accident y Everything Under The Moon permiten alcanzar este estado de ensoñación y realismo que plantea esta visión posmoderna que estrangula nuestro futuro.
The Legendary Pink Dots, apodados también como reyes de la música imaginativa, expresan este declive y advertencia a través de sus inquietantes letras sobre el descubrimiento y la pérdida, la memoria y la amnesia, la inmanencia dolorosa y la trascendencia liberadora. En su viaje dejan entreabierta la puerta a la esperanza, al sentido común y a ese instinto de supervivencia que siempre ha caracterizado al ser humano cuando todo parece perdido. De ahí que muchos títulos de sus canciones posean su propia lógica interna y transmitan en sí mismos diversas inquietudes y significados.
«El escritor siempre está en el punto ciego de los sistemas a la deriva. es el comodín de la manada, un maná, un grado cero, el muñeco IMPRESCINDIBLE en el juego necesario DE LOS significadoS» (Roland Barthes)
Por todo ello, y sobre todo, por su grandeza compositiva y singularidad sonora, The Legendary Pink Dots sigue siendo todavía una banda desconocida para muchos amantes de la buena música diferencial, una fascinante referencia de culto libre de las contaminaciones mainstream. No cabe duda de que todos los seguidores de la música vanguardista encontrarán en So Lonely In Heaven un trabajo emocionante que capturará profundamente su ávido espíritu de reflexión y curiosidad.