La evolución del artista Tyler, The Creator es digna de estudio. Con apenas 18 años era el polémico y agresivo líder del ya extinto colectivo de rap californiano Odd Future (junto con otros genios como Frank Ocean o Earl Sweatshirt), con 24 años ya había lanzado 4 álbumes en solitario caracterizados por un eclecticismo muy marcado y una personalidad sin igual, pero dos años después, en 2017, llegó el punto de inflexión en su carrera.
Con Flower Boy (2017) la música de Tyler se complejizó y enriqueció en todos los sentidos. Este álbum conceptual único contenía las mejores producciones de su discografía, con delicados toques de soul, funk y R&B, y con letras que seguían siendo abrasivas, pero cada vez más profundas y reflexivas. Dos años más tarde, cuando llegó Igor (2019) y vimos que Tyler ya no era un solo un rapero, sino Igor, un nuevo personaje que cantaba de maravilla y pintaba coloridas historias en un envolvente atmósfera neo-soul, nos dimos cuenta que todo era posible con este increíble artista.
Y así llegamos a Call Me If You Get Lost (2021) con la presión de dos obras maestras consecutivas y con la sensación de que la reinvención para Tyler ya es imposible. Pero ha vuelto a superar todas las expectativas y en este nuevo lanzamiento, el artista consigue seleccionar los elementos más reconocibles de todos sus proyectos anteriores y los pone a funcionar sin limitación alguna: la virulencia de Bastard y Goblin, el eclecticismo sin límites de Wolf y Cherry Bomb y la sensibilidad versátil de Flower Boy e Igor están presentes por todo este nuevo álbum y encajan a la perfección.
Desde las notas y rimas iniciales del primer tema Sir Baudelaire el mensaje no puede ser más claro: Tyler está de vuelta en el juego del rap. Sobre una instrumental prestada de Conductor Williams, empleada previamente por Westside Gunn en la canción Michael Irvin y con el sello de autenticidad Griselda, Tyler estrena nuevo personaje: Tyler Baudelaire. Un opulento trotamundos, sacado directamente de una película de Wes Anderson, que disfruta de su colección retro de Rolls Royce y cuya arma más peligrosa es su pasaporte. Otro elemento fundamental del proyecto que se aprecia desde los primeros segundos es la presencia de DJ Drama. Uno de los productores más reconocibles de la época dorada de las mixtape, intoxica (en el buen sentido) todo el álbum con sus continuos gritos cargados de humor y hype.
Como buen homenaje a una mixtape de inicios de siglo Tyler incluye a continuación dos temas consecutivos con desconcertantes colaboraciones mainstream y de la escena más trap. En Lemonhead sobre una instrumental agresiva cargada de unos vientos que rozan la parodia sorprende positivamente 43 Dugg, para a continuación derivar en un rnb californiano más propio de los 90 en los que brillan el coro de Ty Dolla $ign y el joven rapero YougBoy NBA. Con Juggernaut cerramos la triada de bangers del álbum, para ello Tyler se asocia con el archiconocido Lil Uzi Vert y uno de sus ídolos y referentes musicales Pharrell Williams en un ritmo trepidante y cargado de percusiones y bajos. Estos hits son tres de los principales motivos por los que Call Me If You Get Lost ha debutado como álbum nº1 en la lista Billboard.
Con el tema adelantado Lumberjack Tyler samplea directamente a los pioneros del rap horrorcore Gravediggaz, y con ese boom-bap agresivo y sucio recupera la esencia de sus primeros años de carrera. La atmósfera “goblin” es inconfundible, al mismo tiempo que reivindica sus éxitos recientes con Igor: «I took that gold bitch home, niggas was big mad». Otra canción con claras reminiscencias a proyectos anteriores es Runitup y su instrumental caótica y descosida pero que evoluciona orgánicamente hacia el éxtasis.
Dos de los temas que más destacan en el álbum deben gran parte del éxito a las apariciones esterales que acompañan a Tyler. Un dialogo exquisito entre flautas y piano nos traslada a los lujosos paisajes de Ginebra, donde Tyler Baudelaire comparte aventuras con el superlativo Lil Wayne, el cual vuelve a brillar con unos impresionantes cambios de ritmo: “The speed of my plum so great, I’ma eat my own flow, And I’m in need of a flaw, may eat me a rapper, I might as well eat me a ho”. En la psicodélica Manifiesto la presencia de Domo Genesis, antiguo compañero de Odd Future, aporta energía instantánea, pero Tyler no se deja eclipsar y disecciona con tremenda crudeza temas controvertidos como la cultura de la cancelación: “I was canceled before canceled was with Twitter fingers” o el movimiento Black Lives Matters y la unidad afroamericana: “I might not have dreadlocks, I might have these gold teeth, But I’m a nigga like you, and you’s a nigga like me, So let’s be niggas together, and let’s be niggas with plans”
Por último, si algo sorprende en un primer vistazo al listado de canciones que componen Call Me If You Get Lost es la longitud de dos de ellas: Sweet / I Thought You Wanted To Dance con casi 10 minutos y Wilshire con algo más de 8 minutos de duración, rompen la tendencia fragmentada y de canciones cortas del resto del álbum. La primera de ellas despega con resplandecientes sintetizadores que junto con la faceta más cantante de Tyler nos trasladan inevitablemente a su anterior proyecto Igor. Para sorpresa del oyente, el avión finalmente aterriza en Jamaica, con una delicada melodía de inconfundible aroma reggae. Un auténtico viaje instrumental que contrasta diametralmente con el planteamiento de la otra canción larga del álbum. Wilshire recrea una ambientación reflexiva mediante un bucle en repetición que raya la monotonía, sin embargo es Tyler el que a través de sus infinitas e ininterrumpidas rimas dibuja con tremenda honestidad un complicado triángulo amoroso. Un momento de vulnerabilidad muy necesario de este nuevo personaje misterioso apellidado Baudelaire.
Con Call Me If You Get Lost (2021) Tyler, The Creator completa una apasionante al igual que inesperada trilogía comenzada con Flower Boy (2017) e Igor (2019). Ahí va una predicción nada arriesgada: en otros dos años la trilogía se convertirá en tetralogía. Contando los días.