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WOLF ALICE – BLUE WEEKEND

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Tópicos. Están a mano, expresan más o menos lo que queremos decir, y la gente que nos dedicamos a contaros cosas tendemos a utilizarlos. Es una forma bastante fácil (y burda) de clasificar, tematizar y estructurar lo que es una expresión artística, vivencia o acontecimiento. Pero no nos engañemos, suenan pueriles, como si estuviéramos más interesados en terminar rapidito un trabajo tedioso para poder echarnos unas ranked en nuestro juego de ordenador favorito. Y en el periodismo musical, están a la orden del día: La sensación del momento, su disco más personal, alcanzan la madurez, the next big thing, tú y yo lo sabíamos, tres dos o uno. Fernandisco, eres un referente.

Así que intentaremos reseñar seriamente y sin tópicos, porque ellos lo merecen, el tercer disco de Wolf Alice, la sensación del momento. Un disco con el que alcanzan la madurez en su trabajo más personal. Maldición. Esperad, podemos hacerlo mejor:

Blue Weekend (2021) aparece cuatro años después del descomunal Visions of a Life (2017) y seis después de su disco de debut, My Love is Cool (2015), un camino que, después de escuchar este tercer disco, es inequívocamente ascendente, ascendente hasta no sabemos qué cotas, porque lo demostrado con este tercer trabajo no hace vislumbrar el techo compositivo de la banda.

Pero empecemos por el principio. Y el principio es, obviamente, la portada. Quizá no sea descabellado recordar el célebre Parallel Lines (1978) de Blondie, en el que Debbie Harry, la carismática líder vestía de blanco resaltando entre sus uniformados compañeros, de negro. En este caso, tenemos a Ellie Roswell, la carismática líder vistiendo de blanco, aunque, bueno, en una parada de autobús, entre sus compañeros no uniformados, de negro. Sin duda el centro de atención en Ellie, es la nota definitoria de la banda. Lejos queda ya aquel directo de Tiny Desk en la que se la ve intentando sacar adelante un acústico bastante más que digno, de una banda por entonces arrolladora que recién presentaba su disco de debut, disco, por cierto, cuyos descartes es posible que sean mejores que las canciones que lo compusieron, como bien podemos atestiguar con la reedición deluxe de 2016 de Our Love is Cool con sus 25 cortes. Por entonces, Wolf Alice eran un tornado, un tren de mercancías desbocado y sin frenos, una manada de ñus a punto de aplastar a Mufasa. Este último tópico no os lo esperabais, seguro.

Con Visions of a Life (2017) experimentamos unos Wolf Alice más orientados al pop alternativo, si bien comienza con el bofetón en el alma que es Heavenward, una demostración canónica del poder del dreampop y el shoegaze, culminándose con la homónima Visions of a Life, una especie de epopeya psicopática. Un trabajo redondo (este tópico se veía venir) que les valió para aparecer en el radar de muchos de nosotros y para llevarse el Mercury Prize frente a trabajos de la talla de, por ejemplo, Holiday Destination (2017) de Nadine Shah. Pobre Nadine, era como presentarse a Eurovisión el año de Måneskin.

En realidad, visto en perspectiva, Blue Weekend (2021) es el siguiente paso en la evolución del estilo de la banda. es una versión mejorada de Visions of a Life. Y sin duda, la evolución de Ellie es de lo más significativo. Sigue siendo Ellie, en el sentido de que vocalmente es una especie de Harley Quinn, capaz de arrancarte la cabeza, y, en la siguiente canción, arroparte y darte un besito en la frente mientras te dice buenas noches y apaga la luz de la habitación. En Blue Weekend encontramos una interpretación formidable, una voz cálida, virtuosa, ayudada, sin duda, por la excelente (y muy mejorada respecto a sus álbumes precedentes) producción, con pasajes vocales cuidadísimos, capas y capas de coros, voces dobles, triples, un montón de Ellies en todo momento. Cuando quiere cuidarte y darte cariño, lo hace por triplicado. Cuando quiere arrancarte la cabeza, como, por ejemplo, en Play the Greatest Hits, sabes que va totalmente en serio. Es uno de los rasgos de Wolf Alice, potenciado al máximo.

Pero Wolf Alice no es sólo la interpretación vocal. La base instrumental es más solida que nunca. Siguen presentes las marcadas influencias y, por qué no decirlo, homenajes al rock alternativo de los 90. Se vislumbra a Smashing Pumpkins, las líneas de bajo recuerdan a los primeros Muse, cuando salían en Los Conciertos de Radio 3, e incluso en canciones de medio tiempo, advertimos referencias a Sonic Youth, en concreto a su versión de Superstar de The Carpenters. Encontramos un peso especial del sintetizador en la que es quizá la canción más propensa a sonar en vuestra radio alternativa de referencia, How Can I Make It Ok, lo que sin duda es la mayor diferencia respecto a trabajos anteriores, los pads y los colchones de sintetizador. Lo que sí nos ha sorprendido, realmente, es encontrar el claro guiño a los Beatles en la coda de The Last man on Earth. Mucha clase aquí, chicos de Wolf Alice, bien hecho.

Aunque sin duda, el pico del disco es la inmensa Feeling Myself, que empieza con un piano Wurlitzer, inédito en ellos hasta ahora, para que sin que apenas nos demos cuenta, nos agarren del brazo y nos lleven a una altura de 30.000 pies, en lo que es la canción más atmosférica, evocadora y enriquecedora de todo el disco. Probad a escucharla durante la más tediosa de vuestras labores en vuestras respectivas jornadas de trabajo. Vuestra vida será un 30% más feliz. Garantizado. No concebimos futuros festivales veraniegos sin que suene Feeling Myself a eso de las doce de la noche. Es su hábitat natural. Escuchadnos, señores promotores de festivales. Éxito seguro.

Así es Blue Weekend. Es exactamente lo que estabais esperando. Responden al hype con un disco, no tanto continuista, como evolucionista, mostrándonos unos Wolf Alice mejores en todo, un disco que recuerda a un viaje, pero de los de verdad, no de los de ir en coche a Alicante. Un viaje introspectivo. Un disco que es como una vida, un disco que TIENE vida. Heterogéneo, pero siguiendo un hilo conductor, con todo un espectro de sensaciones y estados de ánimo. Puro Wolf Alice. Pero mejor que nunca.

Escucha aquí Blue Weekend de Wolf Alice

AUTOR

Guillermo Vázquez
Guillermo Vázquez
A veces escribo de música, a veces escribo de coches. Otras veces hago música. Pero la mayor parte del tiempo me quejo por cosas.

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