InicioEntrevistasArde Bogotá: "En la actualidad, sacar un disco de quince temas es...

Arde Bogotá: «En la actualidad, sacar un disco de quince temas es una jugada un poco anacrónica» (2020)

-

Hace aproximadamente dos años que el proyecto de Arde Bogotá arrancó, pero no fue hasta un año después que dieron a conocer su primera composición: Antiaéreo. Con esta canción, la banda formada en Cartagena se dio a conocer y empezó a dar mucho que hablar. Tras este primer single, llegaron otros hasta que, hace apenas dos semanas, publicaron El tiempo y la actitud, su primer EP compuesto por cinco temas.

La propuesta de Arde Bogotá tiene todos los ingredientes para encandilar a un público ávido de emociones, de letras generacionales y de directos llenos de energía y conexión. El tiempo y la actitud es la carta de presentación del cuarteto y este verano tendría que haber sido «su verano», las expectativas eran muy altas en cuanto a fechas de presentación, festivales, etc. Pero todo se truncó por la crisis del COVID-19 y los planes han ido adaptándose a la nueva situación.

Charlamos con Antonio (voz y guitarra), José Ángel (batería), Daniel (guitarra) y Pepe (bajo) por videollamada, en una conexión Madrid-Cartagena en la que nos abren las puertas de su estudio y nos cuentan cómo han vivido estos meses, todo lo que hay detrás de la propuesta musical de Arde Bogotá y las expectativas que estas cinco canciones han originado en el público y en ellos mismos.

En El tiempo y la actitud hay rock de diversas influencias, letras con las que empatizar y atmósferas que envuelven los temas de un tono épico realmente interesante. Cinco pequeñas joyas que colocan a sus creadores en una posición privilegiada como una de las bandas revelación del momento. Pero su mejor momento está por llegar.

Antes que nada quería felicitaros por la publicación de El tiempo y la actitud. Es casi un logro que hayáis podido terminar y sacar esto en la época que vivimos. Contadme cómo habéis vivido estos meses de ultimar el lanzamiento y por fin hacerlo realidad.

Antonio: La verdad es que tuvimos suerte porque gran parte del material ya lo teníamos grabado. Pero quedaban decisiones por tomar, muchas de ellas artísticas, que necesitan de vernos las caras, de compartir, de expresarnos… y al final tuvimos que hacerlo cada uno desde su casa. A pesar de todo, creo que somos un poquito afortunados y hemos podido sacar el trabajo tal y como lo habríamos hecho de habernos visto todos los días.

O sea que a nivel musical no os ha trastocado mucho los planes todo esto, ¿no?

Antonio: No. Yo creo que el EP suena a lo que queríamos que sonara, tal y como nos lo imaginábamos. Lo que pasa es que finalizarlo ha sido un poco más tedioso, pero bueno, lo hemos conseguido.

Aunque nos ha afectado, la situación de los últimos meses nunca nos ha vencido

Teníais todo más o menos estructurado, sacando un adelanto, luego otro, teniendo una fecha para publicar el EP… y de repente todo se vino abajo. ¿Cómo se vive esto cuando eres una banda que arranca y va a publicar su primer trabajo?

Antonio: Todo tuvo su momento de tensión, de vértigo y de miedo, la verdad. Pero en general creo que fuimos todo el tiempo bastante optimistas y confiando en que todavía podíamos seguir adelante. Como teníamos varios temas ya grabados y listos para lanzar, en ese sentido nos sentíamos fuertes para aguantar un tiempo.

Pero luego está la putada de haber perdido los directos. Cuando montamos la banda todos soñábamos con lo que iba a ser este verano: con Sonorama, con Cooltural y con todas las cosas que no llegaron a salir. Cuando me preguntan por esto, siempre me gusta cerrar diciendo que somos afortunados, porque somos una banda emergente y todo lo que hacemos es un pasito más en el camino, todo suma. Por tanto, la situación nunca nos ha vencido, aunque bueno, la verdad es que un poquito jodidos sí que hemos estado.

Antes de entrar más de lleno en El tiempo y la actitud, me gustaría que vosotros mismos os presentaseis y nos contarais cómo nace Arde Bogotá, de dónde venís cada uno, etc.

Antonio: La banda la formamos hace ahora unos dos años. Una noche nos presentan a Dani y a mí, empezamos a hablar de música y vimos que congeniábamos y que teníamos inquietudes similares. Él estaba en ese momento tocando con Pepe y con José Ángel y estaban buscando a alguien que cantara. Así que, a la tarde siguiente fuimos, probamos los cuatro, compusimos una canción que se llama Antiaéreo y dijimos: «Aquí hay algo. Vamos a apostar». Artísticamente, por mi parte yo era un tipo que hacía canciones en su casa, influenciado por el mundo del cantautor, por el rock español más clásico, tipo Héroes del Silencio y por algunas influencias más raras, como Kanye West o Carlos Cano.

Pepe: Yo venía de estar anteriormente en grupos de rock y de metal. Pero lo más cercano, antes de este proyecto, es que estuve en el mundo del hip hop. Me gustaban las batallas de gallos, subía temas… era una locura. Poco después me llegó un comentario de José Ángel por Facebook preguntándome si me gustaría tocar el bajo. Le contesté: «Hace tiempo que no lo hago, voy a ver qué tal». Así acabé con ellos.

José Ángel: Pescando músicos, esa es mi otra profesión [risas]. Yo venía de tocar con otras bandas de aquí, de Cartagena y, como muchos de los que empiezan, hacíamos rock y heavy metal. A nivel musical, poco a poco fui avanzando y me metí también en el funk, hasta que llegué aquí. No tanto por el estilo sino por cómo confluíamos todos de manera individual, salió todo muy natural.

Daniel: Yo venía de escuchar más la escena indie nacional e internacional. Sí que es verdad que yo venía de una banda en la que yo estaba muy quemado, muy frustrado, porque cantábamos en inglés y no salíamos adelante. Esa noche, en la que me encontré con Antonio, hablamos de ese concepto del rock en español que queríamos hacer: Queríamos distanciarnos mucho de lo que hasta ahora se había llama rock en este país; queríamos dejar todo eso atrás, coger nuestras influencias, juntar lo comercial y lo indie, y hacer un rock que nos gustara a nosotros. Yo estaba tocando con Pepe y con José Ángel, apareció Antonio y fue una conexión entre los cuatro.

Lo que contamos tiene mucho que ver con lo que le pasa a la gente de nuestra generación

Cada uno venís musicalmente de lugares diferentes. Una vez que formáis Arde Bogotá, ¿qué hueco creéis que podéis ocupar en el panorama musical de este país? Si es que queda aún alguno por ocupar…

Antonio: Yo creo que sí que queda algún huequecito, espero… [risas]. Va un poco por la línea que comentaba Dani: Nosotros queremos ser una banda de rock, añadiéndole un puntito de distorsión y de rabia a la cosa. Pero sobre todo, lo que queremos es contar las cosas que nos pasan a nosotros, que yo creo que tienen mucho que ver con las cosas que le pasan a la gente de nuestra generación. Juntando esa idea de generación, de rock con influencias contemporáneas, sin estancarnos en la fórmula del rock español clásico, trayendo ingredientes novedosos… lo que queremos es meter todo eso en una coctelera y sacar algo que se llame Arde Bogotá, que sea algo diferente y que nos permita encontrar nuestro lugar.

Lo cierto es que de los cinco temas que componen El tiempo y la actitud, ya conocíamos tres. Os habéis ido dando a conocer con pequeñas píldoras cada cierto tiempo. ¿Veis una ventaja en esta manera de presentaros en sociedad?

Antonio: La verdad es que ha pasado mucho tiempo desde que publicamos Antiaéreo, que fue el primer tema que sacamos. Han pasado muchas cosas pero la verdad es que desde el principio fue esta nuestra idea: ir sacando pequeños adelantos, que al final formaran un pequeño trabajo que fuera la carta de presentación de la banda. El plan no ha cambiado, a pesar de los meses, de los cambios, de que se haya sumado gente al equipo…

Daniel: Y si no hubiéramos contado con la ayuda de tanta gente en el proyecto y dentro de toda esta locura, quizás hubiésemos sacado trabajos antes, tampoco vamos a negarlo. Pero la logística cambió un poco a partir de noviembre y decidimos que la mejor época para sacar el siguiente single era en marzo. Realmente, lo único que cambió fue eso, que sacamos el siguiente tema un poquito después, pero la idea principal era sacar singles poco a poco e ir mostrando a la gente lo que hacíamos. ¿De qué te vale hoy en día sacar un álbum de quince canciones si la gente va a escuchar dos o tres? Por eso decidimos darlo poco a poco, porque creemos que es un trabajo bastante elaborado y que cada canción tiene lo suyo.

Los adelantos han tenido un recibimiento muy bueno desde el principio pero, de no haber sido así, ¿los planes o la estrategia se habrían cambiado?

Antonio: Yo creo que nos habríamos empeñado en la idea. Como decía Dani, por cómo se consume la música ahora, sacar un disco de quince temas es una jugada un poco anacrónica. Pero concretamente, para una banda que se estrena, creo que es fundamental ir poco a poco. Nuestro sonido entendemos que es complejo, en el sentido en que es amplio el abanico de sonidos en los que transitamos, por eso lo que queremos es iniciar a la gente poco a poco en la banda y en nuestra propuesta.

Primero sacamos Antiaéreo, para que la gente escuchara ese lado más oscuro de nuestra música; después sacamos Big Bang y demostramos que también podíamos hacer ese otro tipo de cosas; luego Quiero casarme contigo, para enseñar un rock más sensual… Así que supongo que aunque Antiaéreo no hubiera tenido el éxito que tuvo y solo lo hubiese escuchado la madre de José Ángel, nos habríamos quedado en el mismo plan, porque siempre hemos pensado que era lo lógico para enseñar nuestro sonido. Ir pieza a pieza del puzzle, hasta completar este póquer que es nuestra carta de presentación.

¿Había más canciones además de estas cinco?, ¿por qué elegís éstas y no otras?

Antonio: Mira, ahí detrás hay una pizarra con unas 16 canciones (lo dice señalando una pared del estudio). La verdad es que había muchos, pero creo que desde el principio supimos que estos cinco decían algo de nosotros, de todo el espectro sonoro que ofrecemos. Siempre hubo mucho consenso entre nosotros y con Lalo Gómez-Vizcaíno, que es nuestro productor, en que esos cinco eran los temas que más decían de nosotros y que tenían que estar en un primer trabajo.

Al principio tuvimos que hacer un esfuerzo para saber qué queríamos decir y a qué queríamos sonar

¿Responden esos temas a alguna idea general o concepto?

Antonio: La verdad es que no buscábamos usar un concepto porque no se compusieron con esa voluntad, sino que las seleccionamos por otras razones: Antiaéreo es clave porque es nuestra primera canción como banda y define como ninguna otra nuestro sonido. A partir de ahí, fuimos trazando el mapa: Big Bang aporta algo que es todo lo contrario, Quiero casarme contigo es otra arista más del polígono así que, uniendo una y otra, fue como apareció el trabajo. Después fue cuando dijimos: «¿De qué hablan estas cinco canciones?, ¿cuál es el concepto que podría haber entre ellas?». Indagando en eso fue como encontramos el título de El tiempo y la actitud.

Contadme cómo es vuestro proceso compositivo y creativo. ¿Existe la democracia total en una banda como la vuestra?

José Ángel: Y los golpes de estado también [risas]. Somos gente muy perfeccionista, sobre todo Dani, que es muy meticuloso y quisquilloso… pero para bien. Muchas veces viene Antonio con una idea ,que puede ser una letra con unos acordes, y nos explica un poco la situación. Así es más fácil que nosotros podamos imprimir lo que sentimos con nuestros instrumentos. A veces eso no sale o a veces hay que darle 400 vueltas, pero cuando salen a la primera, son las que generalmente tienen más potencial. A veces Pepe da una línea debajo, a veces Dani da un punteo de guitarra mágico y lleno de efectos… y yo solo estoy para ponerle un ritmo más o menos adecuado (risas).

Contadme de qué manera habéis ido dando forma e identidad a vuestro sonido desde que os juntáis por primera vez. Además, como ya habéis contado antes, cada uno veníais de mundos musicales diferentes y, sinceramente creo que habéis encontrado un lenguaje propio que va desde la voz de Antonio hasta las atmósferas generadas en los temas.

Antonio: Yo creo que, seguramente por el hecho de venir cada uno de un sitio, hubo que hacer al principio un esfuerzo para saber qué queríamos decir y a qué queríamos sonar. También tiene que ver mucho que la banda se formó hace dos años, pero Antiaéreo se publicó hace un año. Por tanto, hubo casi un año entero de esta banda encerrada en cuatro paredes, escuchando música, probando mucho, hasta encontrar las claves y a qué suena Arde Bogotá.

Me alegra mucho que lo comentes y que más o menos hayas apreciado tú que hay un lenguaje propio, que va más allá de que yo por ejemplo tenga una voz característica, sino que va a las atmósferas y a los sonidos que utilizamos. Yo siento que es un trabajo que hicimos bastante meticuloso y que seguimos haciendo cada día. Cada vez que componemos una canción, nos planteamos en qué punto está de lo que queremos decir, y si pertenece a lo que hacemos o a algo nuevo.

A mí me han atraído mucho esas atmósferas de los temas, que se ven envueltos en un sonido con cierto aire de shoegaze (tal y como se cuenta en la hoja de promo) y con una intensidad y épica muy interesantes. Esos ingredientes y matices hacen que las canciones generen distintas sensaciones, ¿qué esperáis despertar en quien escuche el disco?

Daniel: Me ha gustado mucho que hablaras de que hay un toque épico en las canciones porque no todo el mundo repara en ello, y nosotros sí que lo tenemos en cuenta y lo hablamos mucho. Creo que, en general, sí que hay siempre un toque de epicidad y de potencia, y eso puede despertar en la gente sentimientos de rabia, de locura, de euforia, etc. Creo que la última canción del disco, Te van a hacer cambiar, va un poco de eso, de romper con todo y, como ha dicho alguna vez Pepe, es como una tormenta, como algo casi post apocalíptico.

Antonio: Yo lo veo muy claro cuando trabajo las letras. Casi todas las letras suelen tener un elemento esencial, que a veces está en el estribillo y otras veces no. A partir de ese elemento esencial se crea la historia y la atmósfera sonora. Al final, los cuatro acabamos siempre entrando en el mismo feeling, en la misma experiencia artística-catártica-extraña [risas]. Siempre suele venir del concepto general de la canción: si la canción habla de un rechazo que en realidad te da igual (que es de lo que habla un poco Quiero casarme contigo), todos los instrumentos van en esa dirección y, creo que por eso, se crean esas atmósferas.

La experiencia artística, la emoción y el riesgo residen en que la gente vea que lo que estás haciendo es de verdad

Hablando de las letras, Antonio. Hay una característica muy interesante y es el hecho de que es muy fácil sentirse identificado con ellas, mezclando un poco el lenguaje más metafórico o críptico con el más evidente y directo. ¿Cuánto hay de personal en lo que escribes?

Antonio: Lo primero que quiero es darte las gracias, Javier. Creo que los cuatro estamos flipando porque eres la persona que hasta ahora mejor nos ha hablado de nuestra música, y estás dando en el clavo con todo lo que nosotros pretendemos, con lo que hacemos.

En cuanto a las letras, es exactamente lo que tú dices. A mí siempre me ha gustado transitar entre lo evidente y lo no tanto y, si busco algo críptico, enseguida quiero empatarlo con algo más cercano, precisamente por eso, para que la gente conecte.

Y en cuanto a tu pregunta, te diría que las canciones son 100% personales. Yo soy un poco kamikaze en eso, pero a mí siempre me han gustado los artistas que se desnudan, que se exponen y que se hacen vulnerables frente al público. Para mí, ahí es donde está la experiencia artística, la emoción y el riesgo: que la gente vea que lo que estás haciendo es de verdad. Por eso todas las letras son completamente reales. Hay veces que sé exactamente de lo que estoy hablando y hay otras veces que sin querer ha llegado a mí la historia y, con el tiempo, me he dado cuenta de lo que estaba expresando.

Hay artistas a los que le cuesta llegar a desnudarse así unos cuantos discos, por eso creo que es bastante valiente lo que haces.

Antonio: Es que yo creo que solo ahí es donde se produce esa empatía, cuando se te encoge algo viendo cualquier obra artística: cuando hay verdad.

En Antiaéreo hablas de un amor no correspondido y suena casi a amor platónico. Cuando dices «tan separada del suelo» o pides a la otra persona que «aterrice» porque «no puedo alcanzarte». Da la sensación de creer no estar a la altura de la otra persona. Es algo que a todo el mundo le ha pasado alguna vez, el hecho de tener falta de autoconfianza o autoestima.

Antonio: Es justo eso, como que el narrador de la letra se está infravalorando. Muchas veces, la música con más escuchas o más extendida suele tener un mensaje con más confianza en quien lo canta, pero es que yo creo que en el 90% de mis relaciones personales he sido ridículo. Y creo que nos pasa a todos [risas]. Todos somos ridículos cuando nos gusta mucho alguien y cuando nos exponemos emocionalmente. A mí siempre me ha gustado la gente que escribe desde ahí, desde la humildad. Al final yo soy el que está abajo y por eso estoy haciendo esto, si yo fuera el que está separado del suelo, seguramente no escribiría letras así [risas].

En Big Bang, en cambio, el tono de la letra es muy diferente. Suena a ajuste de cuentas con alguien, a irse con dignidad. Supongo que a veces son necesarias este tipo de canciones para estar en paz con uno mismo.

Antonio: A mí me gusta utilizar las letras y, en general, la música como una forma de desquitarme de las cosas que a lo mejor en el día día no puedo. Seguramente las cosas que digo en el escenario nunca las diría fuera de él. En Big Bang el tono tan canalla con el que digo a alguien «mira dónde estoy», seguramente no lo utilizaría para decírselo a la cara [risas].

Cuando llegas con estas letras al estudio y se las muestras a los demás, ¿cómo lo hacéis?. ¿Les explicas el significado de ellas o simplemente dejas que cada uno la interiorice a su manera?

Daniel: Siempre que Antonio trae una letra y la canta, le decimos si nos gusta o no pero no nos fijamos realmente en todo. Así que hacemos un stop para que la cante entera y nos explique de dónde viene la idea. Ya, con esa idea en la cabeza, cada uno aporta lo que pueda. Si es una letra que habla sobre la desesperación, en mi caso, van a ser unas guitarras más movidas, por ejemplo. Es intentar aportarle a la canción lo que necesita.

José Ángel: Otro ejemplo es lo que pasó con Quiero casarme contigo. Antonio viene con la letra y un patrón concreto de guitarra y, después de que la cante y la explique un poquito, utiliza también metáforas visuales para explicarla mejor. Por ejemplo: «Yo me imagino que esta canción sucede en el descampado de una discoteca y, de todo el movimiento que hay, sube la tierra y el polvo, y se difumina con la luz naranja de las farolas», es todo como muy sucio, muy sensual, muy de calor. Eso facilita mucho la composición y creo que se puede percibir en el sonido de esta canción en concreto.

Antonio: Yo creo que en nuestra banda es fundamental que todos estemos hablando de lo mismo, cada uno con nuestro instrumento. Creo que todos interiorizamos muy bien las canciones y a veces me sorprende que, por ejemplo, José Ángel llegue y me diga: «tío, el otro día estaba no sé dónde y me vino a la cabeza aquello que dijiste sobre este tema». Creo que en esa interiorización es donde reside que el sonido sea compacto, que sea lógico y que las cosas se cuenten cómo les queremos contar.

Pepe: Creo que en nuestro sonido hay un factor natural y que, a veces, menos es más. Y quiero decir que, sencillamente nos ponemos a tocar, sin tener que explicar o destripar la idea. A veces empezamos a conectar, se genera una atmósfera o un ambiente y, a partir de ahí, construimos.

José Ángel: Al final, después de tanto tiempo, se empieza a naturalizar todo eso. Es mucho más fácil esa conexión porque estamos creciendo todo el rato.

En nuestra banda es fundamental que todos estemos hablando de lo mismo, cada uno con nuestro instrumento

De las dos canciones que no conocíamos antes, me ha llamado la atención Te van a hacer cambiar. Además del tono, que parte de algo más intimista hasta llegar a una cierta épica, me gusta mucho ese análisis que haces de uno mismo. Es muy fácil sentirse identificado con la letra. ¿Os habéis sentido de esa manera?, ¿como luchando contra los demás para ser fieles a vosotros mismos?

Antonio: Esto es algo que yo llevo viendo quizás desde el instituto, que es cuando uno ya empieza a ir generando una ideología y una idea sobre el mundo. Conforme pasa el tiempo y la gente, todo eso va cambiando, y muchas veces ves a alguien, echas la vista atrás y dices «cómo ha cambiado esta persona o cómo he cambiado yo mismo o lo que yo quería hacer…». Lamentablemente esto es algo que nos pasa a todos y, como banda joven, ni te cuento [risas].

A mí me parece un cierre del EP muy acertado porque creo que dejáis bastante claras las cosas. Es como que os plantáis y decís muy claro que estáis ahí. Es acertado como cierre y quizás también como comienzo de lo que venga después.

Antonio: Total. Tengo los pelos de punta de escucharte porque das en el clavo todo el rato.

Para una banda que empieza, ¿el hecho de ser de una ciudad como Catargena es una ventaja o un inconveniente? La «competencia» será menor, pero también la escena es más reducida que en Madrid, por poner un ejemplo.

Daniel: Por un lado, creo que hay algo malo, por lo menos en nuestra ciudad, y es el hecho de que aquí ya no quedan salas de conciertos apenas. Aquí no se puede tocar en ningún lado y los locales de ensayo no son profesionales como los de las grandes ciudades. Eso es un hándicap, desde luego. Pero aún así hay mucha gente como nosotros que lo ha luchado y que ha dicho «yo quiero estar como ese que está en Madrid, que tiene todas esas comodidades y oportunidades». También el hecho de estar en Cartagena tiene algo malo y es que estamos en un extremo, y la logística para hacer un concierto en Barcelona o en Galicia es más complicada que para alguien que está en Madrid, en el centro de todo.

José Ángel: En general nadie tiende a mirar el punto pequeño, siempre se mira el punto grande. De todas formas, aquí en Cartagena, a pesar de ser una ciudad pequeña, hay grandes bandas como Nunatak o Ayoho. La producción, la motivación y la inspiración existen y, a pesar de que con el tiempo ha ido decayendo, no la escena musical sino el aprovechamiento que se le puede sacar a dicha escena, no se han parado y todas estas bandas, igual que nosotros, están luchando todo el rato para intentar sacar a flote su proyecto. Además, Cartagena tiene algo bueno, y es que hay mucha gente que lucha por esto aunque no se vea. Igual que tenemos festivales muy buenos como La Mar de Músicas, que promueve la música a un nivel espectacular.

Daniel: También es verdad que, al venir de un sitio pequeño, el foco es quizás más grande porque la gente apoya a la banda de su ciudad. A lo mejor en una gran ciudad como Madrid se hablaría de una banda más de Madrid. Al final, aquí recibimos un apoyo local muy fuerte de toda la región. La Región de Murcia es un caldo de cultivo muy fuerte y los propios músicos se apoyan mucho entre ellos. En ese sentido estamos encantados.

Antonio: Al final todo esto genera una especie de comunidad o hermandad entre todos los que queremos hacer algo parecido. Es ahí donde reside la mayor ventaja o virtud de venir de dónde venimos y que se cree una cantera de artistas de renombre. De una forma u otra, el lugar de dónde venimos nos fuerza a relacionarnos entre nosotros y a apoyarnos. Esa comunidad es lo que promueve que sigan saliendo propuestas interesantes.

En nuestros directos nos encanta conectar con el público, transmitiendo empatía y pasión

Habéis hecho mención antes a la falta de salas de conciertos en vuestra ciudad. Es cierto que, aunque en muchas ciudades el circuito de salas funciona muy bien, con el boom de los festivales se han visto relegadas un poco a un segundo plano. ¿Creéis que todo lo relacionado con la música en directo, finalmente, volverá a ser como lo conocíamos hasta ahora?

Antonio: Yo creo que, de alguna manera, todo acabará volviendo al 100%. Creo que en el futuro, esperemos que cercano, volveremos a tener los conciertos que teníamos hace cinco o seis meses. Pero sí que es cierto que va a haber un periodo de impasse en el que creo que la música se va a adaptar. Si por ejemplo haces ahora un directo de Instagram no lo ve nadie porque eso fue una suerte de sucedáneo, cuando no había más remedio. Pero en cuanto se puede salir y tener una experiencia lo más cercana posible a lo que era la música en directo, si eres amante de eso, lo vas a preferir mil veces.

La clave va a estar en ver qué fórmulas o qué adaptaciones se pueden hacer, tanto por parte de los artistas como por parte del público, de la industria o de los técnicos. Pero, de alguna manera, la música en directo encontrará esa adaptación. Eso aguantará hasta que se pueda hacer algo similar a lo que se hacía antes. Arde Bogotá hará un concierto acústico de la forma en que se pueda, hasta que por fin podamos enchufar los amplis y repartir cera como queríamos repartirla [risas].

José Ángel: Pero sí que es muy importante el apoyo a las salas, porque es ahí donde las bandas emergentes como nosotros se van curtiendo y acercándose a un público más específico. En un festival te puedes encontrar con todo quisqui, pero a una sala irá esa gente que se ha interesado mucho por ti desde el principio. Adaptar la situación va a ser casi como el ensayo de cómo volver al directo y para eso creo que es esencial que las salas reciban ayuda porque si no, cierran la mitad. Eso no sería justo, después de que salas que han sido muy importantes hayan dado apoyo siempre en cualquier ciudad.

Al principio de la entrevista hemos hablado de cómo esta pandemia ha trastocado vuestros planes para este verano, que iba a ser un poco «vuestro verano». Contadme cómo lo habéis vivido y cómo es vuestro horizonte ahora que nos estamos acercando a esa nueva normalidad.

Antonio: El horizonte es esperanzador. Creo que empiezan a aparecer cosas y tienen muy buena pinta. Pero vamos a ir poco a poco porque uno ya se vuelve algo escéptico, en el sentido de que cualquier día nos vuelven a encerrar [risas]. Pero de momento tenemos una fecha el 1 de agosto en El Batel de Cartagena, vamos a estar en los conciertos que sustituyen al Sonorama, el 30 de octubre ya hemos anunciado que queremos ir a la sala El Sol de Madrid… Como éstas, van a ir apareciendo más fechas por el camino y nos adaptaremos. Desde luego, nosotros hemos publicado un trabajo que queremos acercar a la gente y defenderlo en directo y en comunidad. Eso, de una forma u otra, va a llegar.

Ahora que dices eso, os hago una pregunta que se me había escapado. Desde luego, al escuchar el disco apetece mucho veros en directo. ¿Cuando concebís las canciones las pensáis ya para el directo?

Antonio: Te diría que depende de la canción. Por ejemplo, Te van a hacer cambiar, que hemos hablado bastante de ella, al final es una canción que componemos aquí, con los cuatro instrumentos con los que la interpretamos en directo. Otra cosa es que ya sentados, escuchándola y viendo cómo arreglarla y mejorarla, aparezcan elementos diferentes y que, incluso cuando estemos preparando un directo, aparezcan nuevas cosas que añadirle. Digamos que la canción muta un poco cuando vas hacia el directo y cuando vas hacia el estudio, pero al final lo componemos de la misma manera que lo vamos a interpretar. Por eso creo que siempre está en nuestra cabeza cómo la vamos a defender delante de la gente y qué va a pasar en esa gente cuando la interpretemos.

¿Qué es lo que buscáis despertar en la gente que se acerque a veros en directo?

Daniel: Yo creo que es fundamental que conecten con lo que está pasando encima del escenario. Que sea un foco de atención y que si José Ángel está golpeando fuerte la batería, es porque quiere decir algo. Así que creo que lo que le mueva a la gente por dentro va a ir en relación con esa intensidad. Si Antonio está sufriendo porque él se ha metido en el papel y la canción dice «quiero casarme contigo pero tú no sabes ni mi nombre», queremos que la gente conecte con eso. Lo que nos gustaría es conectar juntos, los que estamos encima del escenario con los que están debajo.

Antonio: Voy a decir dos palabras súper gordas, aunque odio este tipo de palabras, pero creo que sirven ahora. Esas palabras son: empatía y pasión. Creo que tenemos una música y un directo muy pasionales y eso transita por muchas cosas: por momentos divertidos, momentos canallas, momentos irreverentes y momentos muy sentidos. Por eso creo que es fundamental que exista empatía entre público y músicos, y eso es lo que hemos sentido que ocurre cuando hacíamos los directos: que la gente conecta con lo que cuentas y participa de la pasión que tú le estás poniendo.

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

¿Te gusta CrazyMinds? ¡Síguenos!

BUSCADOR

Y MUCHO MÁS...

spot_img
spot_img