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Fino Oyonarte: «Con este disco quería decir que las cosas simples son las que nos hacen felices» (2023)

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Fotografías: Ricardo Roncero

Casi 40 años de carrera musical no es poco, con todos esos kilómetros de alquitrán, de trasnochar y dormir lo justo. Con todas esas aventuras o desventuras; mecánicas o amorosas. Con todos esos Sold Out o cancelaciones. Averías eléctricas o roturas de cuerda… Muchas historias para contar a los hijos, nietos o sobrinitos. Muchas historias que contarnos, en forma de canción. Pero, por encima de todo, mucha tralla.

Pues Fino Oyonarte (Almería, 1964) lleva eso en sus espaldas. No se le nota, os lo puedo asegurar. He estado hablando con él por videollamada un buen rato, de Arrecife (Buenaventura/Fino Oyonarte, 2023) su segundo larga duración, y no se le nota nada. Eso sí, lo que más me ha llamado la atención es la ilusión con la que piensa en seguir haciendo música, como si acabara de empezar y nada más lejos de la realidad. Aunque en su proyecto personal tenga menos recorrido (su primer disco lo sacó en 2018), hay que contar con la carrera como bajista de Los Enemigos (que todavía sigue). Y entre medias, mil cosas más. Producir el primer disco de Los Planetas, Mercromina o Los Deltonos, entre otros. Ser la mitad del grupo Clovis o impulsor del cuarteto instrumental Los Eterno. En fin, un currante incansable.

Un currante incansable que empezó su carrera en solitario en 2018 con Sueños y Tormentas (Buenavista/Fino Oyonarte, 2018), un disco sincero, personal y cercano al día a día de cualquiera. Orgánico en su música y menos instrumental que este segundo trabajo. Arrecife cuenta con gran variedad de instrumentos, tanto de cuerda como de viento y percusión. Pero sigue la línea nostálgica, amorosa, melancólica y honesta que su hermano mayor.

Y hablando con él, con un pie en su casa y el otro en la mía, lo entiendo todo. Pero porque él es así, me lo dicen sus ojos, su mirada sincera y su trato cercano hacia mí destapan a una persona transparente, dulce y atrevida.

Más de 30 años de trayectoria musical (casi 40, ya). Cuéntanos un poco ese bagaje.

Desde el 86 que me vine a Madrid. Me vine con 20 o 22 años a tocar con Glutamato Ye-Yé y ya a partir de ahí me he dedicado exclusivamente a la música (mayormente al grupo musical Los Enemigos). Bueno, he tenido muchos trabajillos extra, que si currando en bares al principio, etcétera… [risas] Ya lo decía en Afortunado (canción del primer disco) cuando empecé, ¿no?. Luego, trabajos extra de producción musical y todo eso, pero esto ya forma parte del ámbito artístico. Y bueno pues, no se cómo ha sido posible oye, pero la verdad es que estoy ‘encantao’ [risas].

El día 10 de febrero sacaste Arrecife, tu segundo long play. Los días previos son un poco estresantes repasando, retocando, etc, ¿Cómo estás ahora que ya has lanzado el álbum?

Contento de que la criatura esté ya jugueteando por ahí, por el aire, por las ondas… El 10 salió, estuve tocando en Murcia presentando canciones. El sábado 11 estuve haciendo un pequeño showcase, firmando el disco y demás. Y el domingo, ya en casa, hice como catacloc [risas], me dio el bajón total de estas dos semanas de trabajo. Bueno, más que dos semanas, de estos tres años de trabajo [risas]. Y estas dos últimas semanas, de preparación de la salida del disco, con la autoedición y todo eso… lleva bastante trabajo. Y ahora toca hablar de las canciones, de escuchar la impresión que tiene la gente y descubrir cosas de las canciones que yo ni me imaginaba.

Me vine con 20-22 años a tocar con Glutamato ye-Yé y a partir de ahí me he dedicado exclusivamente a la música

Tantos años en la música, de aquí para allá, tendrás mil batallas para contar en forma de canción. ¿Desde cuándo tienes las letras de los temas de Arrecife?

La mayoría de las canciones, o por lo menos la mitad del disco, estaban ya prácticamente escritas antes de pandemia, o a alguna maqueta le faltaba algo de letra pero poco más. De hecho, Espejo ya la tocaba en directo con el disco anterior porque es del 2018, justo cuando salió dicho álbum; Entre Tú Y Yo son notas de voz que tengo del 2018-2019 o por ahí. Es decir, prácticamente es todo anterior a la pandemia.

En el confinamiento hice otras cosas, escribí poemas para mí, dibujé, leí mucho. Necesitaba esa faceta creativa y libre. Me leí una trilogía, me leí El Quijote [risas] que, por cierto, me hizo mucha compañía.

Luego, al final del confinamiento, ya en mayo, pues falleció mi madre y empecé a escribir cosas de los sentimientos que tenía, esos días estaba muy triste y empecé a escribir textos, sensaciones… Pero tenía una canción acústica de hacía un tiempo, me puse a tocarla y a leer uno de los textos que tenía y encajaba perfectamente. Entonces dije «parece que estaba esperando una cosa a la otra» para que sucediera esta canción [habla del tema Amor, dedicado a su madre]. Y, a partir de ahí, me animé a tirar hacia adelante con el disco. Porque ya con Los Enemigos habíamos dedicado un par años a preparar Bestieza (2020); tuvimos la mala suerte de no poder hacer nada, como todo el mundo, porque el 6 de Marzo salió y el 10 nos confinaron, y se fue todo al carajo hasta… Bueno, tocamos alguna cosita así como con sillas y tal, ya sabes, hasta el año pasado que se pudo presentar y la gente muy bien, lo cogió con muchas ganas y todo genial.

Entonces, ya a partir de ahí sí que me apetecía hacer algo más con mi proyecto personal y este segundo disco. Hice Avanzar, hice A Tu Lado, que curiosamente son dos canciones más luminosas, y me ha salido de esa manera. Yo creo que, sin darme cuenta, es lo que iba buscando y ahora lo veo con el paso del tiempo. Porque claro, el disco está acabado desde el año pasado prácticamente; pasa por el proceso de autoedición, pero yo lo acabé en marzo o abril del año pasado.

Tenías casi todas las canciones ya escritas desde hace bastante tiempo, menos Amor dedicada a tu madre y de la que ya hemos hablado, Avanzar y A Tu Lado. Pero queda la que cierra el disco y última que compones, La Vida Es Un Sueño. ¿A quién se debe esta canción?

Va dedicada a mi padre que nos acababa de dejar y por eso quise que cerrara el disco. La Vida Es Un Sueño es una frase que él decía. Cuando iba a verle, y los últimos años bajaba bastante a menudo, de hecho muchas de las canciones las hacía allí, entonces iba a tomar una cervecita con él… Lo que digo en la canción, pues a tomar un café, ir a donde nació, o a pasear y tal. Y yo le hacía como entrevistas, así como «venga cuéntame qué hacías de pequeño, cuando ibas a la escuela, qué hacías con los amigos, o cuando salías con la mamá de fiesta».

Y un día le dije «cuéntame algo de la mamá», entonces ahí él ya llevaba unos meses que no quería hablar de ello… porque ya había cerrado el tema. Pero tuvo un momento muy guay, de lucidez y me dijo «mira he tenido mucha suerte en la vida, he estado 70 años con una persona que nos queríamos un montón y la verdad es que me he sentido muy afortunado y para mí la vida es un sueño».

Me dijo eso y era la última frase que había en el cuaderno y dije «hostia». Cuando ya se fue mi padre y leí todo lo que hablábamos, y leí esa frase, me dije «aquí está la frase de una canción que tengo que hacer dedicada a él» y además es bonita.

Este disco, en sí mismo, reza una actitud optimista, de alegría y de disfrutar cada momento, ¿El mensaje del disco es que busquemos la felicidad?

Bueno, sí es posible que, por ejemplo, las dos canciones que abren el disco tienen ese componente de que en la cercanía y las cosas sencillas nos pueden dar ese punto de felicidad. Estamos rodeados de muchas cargas negativas también, y de imágenes, situaciones, noticias… Pero en este caso lo que quería decir es que hay que rodearse de las cosas buenas, que las cosas simples son las que nos hacen felices; el quedar con unos colegas a tomar una cerveza, ir al cine, leer un libro… las cosas sencillas de la vida están en eso, ¿no?

Y curiosamente estaba leyendo, no hace mucho, un libro de Mark Twain llamado Pasando Fatigas y en uno de los pasajes decía una cita, más o menos así: «Para mí la felicidad es jamón, unos huevos, ver otra vez el paisaje y tener el corazón alegre; y después, otra vez jamón, huevos…» [risas]. Y yo flipaba. Y pensaba que al final la felicidad está en esas pequeñas cosas y simples, cotidianas, ¿sabes? Quiero decir que no es un estado general que llega por ciencia infusa. Entonces, yo en A Tu Lado quería reflejar eso y en Avanzar también, en el tema de seguir adelante, con ilusión.

Porque como decía Ciorán, «lo único con lo que se combate la nada es la ilusión», aunque es un filósofo muy negativo porque también decía que cuidado con los sueños, porque si no se cumple con lo que se sueña puedes tener un frustración muy grande. Aunque para mí, los sueños son un motor. Lo llamo sueños, lo llamo ilusión…

Entonces, ¿La elaboración de Arrecife te ha dado esa felicidad?

Sí. Cuando decidí hacer el disco, que fue prácticamente después de un año de la pandemia y ya tenía las dos canciones estas más luminosas [A Tu Lado y Avanzar] y las dos que hice para mis padres pues ya hablé con César Verdú que se había mudado cerca de casa y le dije «César, ¿te animas?, ¿vamos?» Y dice «venga, vamos adelante». Y empezamos a grabar esto, en casa y tal…

Pero me costó un poco, fue un poco complicado. Fue difícil la grabación porque yo he estado acostumbrado siempre a preparar un trabajo ‘equis’ tiempo, ¿no?, con Los Enemigos, o con quien sea. Cuando ya lo tienes, te vas al estudio, grabas una semana, dos, un mes, un mes y pico, y ya lo echas todo y ya está.

Grabar Arrecife era tres días de trabajo y dos meses sin, y lo dejábamos. Porque estaba con León Benavente grabando también y… Pero de repente parábamos tres días y lo retomaba. Parece que he estado grabando durante siete meses seguidos, pero no es exactamente así. Aunque sí que después, cuando llegaba a casa, grababa coros o me iba al local y le grababa las voces a Cris. También nos fuimos a Valencia a grabar todas las canciones con batería y bajo, estuvimos un día y pico allí en el estudio Río Bravo donde está Chema, Cayo y Alfonso (batería del grupo Tachenko) que son como un grupo en sí, unos grandes músicos y tocan lo que sea. Pues allí salieron las canciones. Entonces tienen ese punto también refrescante y único. O sea, las cajas que hay en Forma De Ser, eso no hay quien lo repita… es muy difícil, nunca son iguales. Es una cosa alucinante.

Portada ARRECIFE

las cajas que hay en ‘forma de ser’, eso no hay quien lo repita porque nunca son iguales

Suena una gran variedad de instrumentos en Arrecife, te habrás rodeado de muchos músicos para hacer el disco.

Sí, aunque no es un disco barroco, por decirlo así. Pero sí es verdad que han participado 14 músicos, entre unas cosas y otras. Bueno, mi sobrinita en un arreglito y el final de la canción de su abuelo y mi hermana te mete alguna vocecita. Pero por ejemplo Phillip Peterson, que ya colaboró en el primer disco, ha sido un gustazo y ha sido una suerte que le hayan gustado las canciones. Se las pasé a Daniel Lorca, que es muy amigo mío y es muy amigo de Phillip, y le dije «vamos a hablar con Phillip, ¿tú crees que estas canciones le van a gustar?» y estaba dentro de mis posibilidades. Porque claro, alguien que trabaja con Lana del Rey, Ed Sheeran y demás, pues…

Pero me dijo que le encantaban las canciones, dice «no te preocupes, me encanta lo que haces; yo voy a tirarlo para adelante y espero que te guste lo que yo haga». Y ha sido un trabajo increíble.

Con su hermana, Victoria, yo le dije un par de cositas de melodía, un par de imágenes, me gusta mucho tal, me gusta mucho Nick Drake, esto por aquí, esto allá. Pero no se lo tienes ni que decir, porque tienen una cultura musical super amplia y lo que entregaba era impresionante. Cuando me entregó Tempestad, la escuché y decía: «Esto no puede ser mi canción», o sea era increíble.

Ha sido muy discreto también [Phillip] a la hora de armar todo eso y no hacerlo muy barroco.

Después está Ana Galletero, que también tocó conmigo el violín en directo en los conciertos anteriores, y ha grabado en este disco también un poquito. Igual que con Joaquín Pascual, que es amigo de toda la vida y con el que he trabajado con… pues con Mercromina, que le produje un par de discos, por ejemplo, y con algunos mas. Entonces yo le propuse un par de cositas y las grabó y tal, y al poco tiempo me propuso él una cosa que ha sido una aventura; una noticia que va a ser este año relevante, importante creo para el mundo de la música. Me dijo, «échanos una mano con el nuevo disco de Surfin’ Bichos, después de 30 años» y dije «¿queee?, ¡madre mía!». Entonces estuve en la grabación y demás y estuvo muy guay, me gustó mucho.

El disco, doy por sentado que lo vas a querer girar. Pero, ¿Qué formato de concierto vas a elegir, porque con tanto instrumento?

Sí, mi idea es girarlo. Yo soy un músico que me he curtido en carretera, me gusta tocar, es mi pasión e intento vivir de esto como puedo [risas]. Entonces mi idea es tocar y creo que ha sido una señal que el mismo día 10 haya tenido un concierto, pero bueno, espero que haya sido una señal positiva de cara al futuro. De momento, yo soy muy realista y sé que no soy un músico al que conocen tanto y no salgo con veinte conciertos, o con una gira de diez conciertos. Pero, ¿quiero hacer conciertos con grupos? Sí, me gustaría tocar junto a otro grupo para poder jugar un poco y divertirme como nos hemos divertido metiendo toda la cacharrería. Pero también las puedo defender con un piano y con una guitarra como el otro día en Murcia, ¿no?.

Entonces mi intención es hacer conciertos pero, siendo realista, no me voy a poner a hacer conciertos como la otra vez que te das una hostia… Vas a entrada y en un sitio no te va muy bien, y tienes que hacer 7 u 8 conciertos de más para cubrir la pérdidas.

En el primer disco yo quería tocar mucho e iba con mi coche y la guitarra a los conciertos, y… pues en unos había 10 personas, en otros 15, 30, luego 100. En fin, que lo puedo adecuar un poco y también puedo hacer una reducción a cuatro músicos, aunque es complicado, pero sí que podría hacerlo y poder jugar con esta base de cuatro.

Y lógicamente, también me gustaría hacerlo con orquesta, con instrumentos de cuerda. Que no tendría ningún problema, si sale algo subvencionado y tal, de montarlo. Y me encantaría, porque los arreglos son muy bonitos y demás. Pero siendo realista, de momento me voy a basar en mi guitarra acústica, piano y voz. Y, cuando me lo pueda permitir, un grupo con cuatro personas y para adelante.

Dedicas este segundo LP a Beli y Salvador, ¿Quién son?

Son mis padres y va dedicado a ellos porque se fueron en estos dos últimos años, además con pocos meses de diferencia. Y estaban ahí, era una cosa muy personal y quería dedicárselo a ellos.

También tengo aquí el cuadro de mi madre que se llama Arrecife, y no sabía qué nombre ponerle al disco y lo tenía delante. Entonces el disco se llama Arrecife porque el cuadro me recuerda mucho a ella. También tiene un condicionante simbólico porque me recuerda a donde iba de chaval con los amigos, en un paraje muy bonito del Cabo de Gata, en Almería. A hacer el golfo por las calas aquellas… [risas]

El disco va dedicado a mis padres porque se fueron en estos dos últimos años

Empezamos el disco con A Tu Lado, ¿Vivimos tan deprisa que no vemos lo que tenemos al lado?

Sí, prácticamente es algo así. Y la canción también trata sobre la creatividad. A la hora de hacer canciones, a la hora de escribir, a la hora de hacer cosas, me anima porque hay veces que te bloqueas o te quedas encerrado y no sales adelante. Entonces, habla de todas esas cosas que haces y que, cuando las acabas, vas a tener una satisfacción emocional y va a haber gente que disfrutará emocionalmente también. Es lo que a mí me pasa cuando leo un libro, cuando voy a un concierto, cuando escucho una canción… Hay que animar a que se sigan haciendo cosas aunque haya mucha oferta [risas]. Y luego habla de la cercanía, el tomarte una cerveza con amigos, disfrutar de las cosas simples y cosas así que tenemos al lado.

Avanza y no pares más / Camina y no mires atrás. Estas letras forman parte de la segunda canción del disco, Avanzar. Para mí, habla un poco de lo contrario al mensaje de A Tu Lado. El avanzar sin parar, no nos va a dejar disfrutar de las cosas simples.

Bueno, en cierta manera… Avanzar es un poco como de autoayuda; tira hacia adelante, que aunque esté todo muy mal hay que tener esa fuerza y esa voluntad de tirar hacia adelante. Esas ilusiones, esos sueños que te propones son los que nos van a empujar a tirar para adelante. Pues sigue, sigue adelante con todas esas cosas. Es lo que predica Avanzar. Son muy similares, aunque entiendo tu forma de ver la canción. Pero yo planteo un mensaje de redención, a la hora de hacer cosas de la necesidad de que se hagan y la necesidad de avanzar.

También hay que parar de vez en cuando, sobre todo hay que parar una tarde para escuchar un disco. Porque estamos bombardeados de música, de audiovisuales, de tal… De pronto hay que parar. Hay que parar 40 minutos a escuchar mi disco, por favor [risas].

Como decía Bowie: «Este disco necesita tu atención, hay que parar y escucharlo» [risas].

Tempestad, ¿Hay algo que no deja de atormentarte?

Sí, hay algo siempre ahí que está molestando interiormente, ¿no? Pero también tiene un componente que son como preguntas y reflexiones que hablan un poco sobre, lo que digo, vivir el momento. Por un lado, Tempestad, tiene ese componente un poco más tremendo y, por otro, me refiero a vivir el momento, a disfrutar de lo que estés haciendo. Porque a veces parece que estás esperando a que pase algo en tu vida para que te sientas mejor, o te realices, etcétera. Entonces son una serie de preguntas y de reflexiones que me hago porque al final, el tiempo pasa, se va y ya está.

Como diría Rafael Berrio, «vivimos una vida y no tenemos otra vida paralela para disfrutarla». Y de paso te digo, que antes se me ha pasado, que también ha participado en el disco Raúl Bernal, que también ha dirigido el homenaje a Rafael Berrio La Vida Que Amo.

Pero Tempestad, pues eso, lo que tenía que haber hecho y no he hecho, ese «runrún» que tenemos. Deseos que uno tiene y llega un momento que dices, «venga ya está bien, hay que hacerlo ya y dejarte de tonterías».

¿Forma De Ser es la reflexión entre el lado bueno y el lado malo de uno mismo?

Sí, y también y quizá más, de aceptarte un poco como eres. Porque, lógicamente, hay cosas que cambian en tu vida, y haces por cambiar, para ser mejor en la vida, y aprender, etcétera. Pero es una forma de decir que no puedo cambiar mi forma de ser, y es que es así.

Yo creo que muchas de estas canciones tienen algo que ver, ¿no?. Todas tienen ese trasfondo de conocerte más a ti mismo. Al final, estoy hablando de cosas muy similares, de sentimientos, de emociones. Y, en este caso, de aceptar un poco como eres y no estar con el diablillo fustigándote y tal.

Entre Tú Y Yo, ¿Algún amor perdido?

Ahí, curiosamente, hay imágenes interesantes pero es más como una ficción. Yo creo que es de la pocas ficciones que he hecho en el disco. Debe ser que en ese tipo de temática me pongo en otro papel [risas]. Pero sí que hay imágenes de Cris, de cuando la conocí y tal, aunque las utilizo para el personaje. Como en Tan Lejos, que también es del rollo del amor, la incomunicación…

Y, en este caso, sí que es una canción de recuerdos, de echar de menos a alguien… Entonces he tirado de imágenes de mi cotidianidad, del pasado, del paso del tiempo… Y he jugado un poco con la ficción.

Pero no está dedicada a alguien específicamente.

En Naufragar hablas de tormentas, ¿Ha habido muchas nubes negras a lo largo de tu vida?

Bueno… sí, como a todos. Pero curiosamente, fíjate, creo que los golpes más grandes que me imaginaba que me iba a dar la vida sería la pérdida de mis padres, y creo que lo estoy llevando bien. Quizá el hacer las canciones me ha ayudado a tener ese tipo de redención.

La vida te da golpes, te sientes traicionado a veces, te sientes decepcionado… Pero al final me siento afortunado, porque me sigo dedicando a lo que me gusta con tantas dificultades que tiene esto, ¿no? Y también porque saco adelante lo que me propongo, pero no es tan fácil.

tempestad‘, es lo que tenía que haber hecho y no he hecho. Ese ‘runrun‘ que tenemos dentro

Embarcadero, ¿Eres más de la gran ciudad o de casita con embarcadero e ir a pescar?

Bueno, de momento parece que soy más de la gran ciudad [risas]. Siempre está bien esa imagen bucólica o pasar unos días por ahí. A veces hablamos «a ver cuando nos vamos ya de aquí. Nos vamos al campo, nos vamos al mar, nos vamos a tal sitio«… Pero no sé.

Encima, una vez tuve un pequeño naufragio [risas] con un tipo que no sabía manejar el barco y dije «ufff, hasta aquí hemos llegado» [risas]. Sí, sí, sí, di la vuelta en un barquito y tal. Va te lo cuento.

Cogimos un barquito en el Cabo de Gata, hicimos no se qué… Claro, este tío había tenido el barquito en un pantano, y encima salimos un día de oleaje y tal. Y claro, cuando llevábamos dos kilómetro y puso el barco en paralelo a la costa pues dio la vuelta. Allí como en los comics estos que aparecen en la viñeta encima de una piedra, pues así [risas]. Yo ahí perdí todo y llevaba un libro, La Hoguera De Las Vanidades, y al final cuando pudimos llegar a la orilla y llegó todo y pasaron un montón de cosas, le di una patada a un montón de arena y apareció La Hoguera De Las Vanidades. Y aún lo tengo por ahí guardado. Porque me lo leí después, yo quitándole la arena después y tal [risas].

Así que bueno, yo de momento le tengo mucho respeto al mar, entonces soy más de la gran ciudad. Aunque ya no llevo la vida que llevaba antes de salir y tal, eh. Ahora ya llevo una vida más tranquila.

Tienes muy presente tu niñez en Almería, cuando hablas o cuentas cosas, en la canción Espejo… ¿Echas de menos tu infancia?

Estuve mucho tiempo yendo solo los veranos y en Nochebuena y tal. Pero alguien cercano me dijo que debería ir más a menudo. Entonces, cuando vi que mis padres ya se hacían más mayores y tal, estos últimos cinco años sobre todo, iba más a menudo. Todos los meses iba cuatro o cinco días y me instalaba allí, me ponía a trabajar también. Y algún paseíto por la mañana, alguna cervecita y ya está.

Entonces, Espejo, más que nada, es un juego con el paso del tiempo. Un juego de… Pues de lo que hablábamos antes, de todas las cosas que tienes ahí, de llevarte bien contigo mismo, de reconocer cómo eres y tal.

La chispa fue un día que me levanté y pasé por un espejo. No tenemos muchos espejos en casa, no tenemos espejo en el aseo, y me vi ahí recién levantado, con los pelos [risas], y dije «madre mía, ¿quién es ese? [risas]. Y claro, intenté evitarlo, pero al final dije: «Pues lo mismo mola llevarse bien con él. Vamos a hacerle una canción porque ese es el que ve pasar el tiempo». Entonces ya jugué un poco con el rollo «llévate bien con él y tal, que todo irá mejor«… En fin, un juego.

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