Fotografías: Jorge Herráez (@jherraezb)
El gallego Nuno Pico, conocido artísticamente como Grande Amore juega con el pop, el rock and roll y el techno de los 80 definiendo su propio estilo y un sonido particular. Su segundo disco II se presenta como un diario de sentimientos donde Grande Amore cuenta sus experiencias vitales a través de la música. Diez canciones que encuentran sus raíces en su tierra, Galicia, y en los sentimientos más profundos del artista. Hablamos con él tras la presentación del disco en Madrid en la Sala Tempo, donde amigos y fans pudieron descubrir este nuevo trabajo.
Acabas de presentar tu segundo disco II en a través de una firma de discos exclusiva y previa al lanzamiento de tu disco. ¿Cómo has sentido esta acogida?
Guay, la verdad. Claro, teníamos la idea de hacer esto así como un poco en petit comité, no por nada en concreto, sino simplemente para estar con colegas, gente que ya conocemos de aquí y tal. Y la verdad que la recepción guay, de momento bien. Sale el disco, efectivamente, en breves, a ver qué tal lo recibe ya la peña cuando lo escuche toda la gente que lo vaya a escuchar, pero de momento muy guay, sí.
Has empezado en el mundo de la música hará unos 15 años ¿Cómo ha sido el proceso de llegar al final a lo que es Grande Amore?
He tocado de todo un poco y la verdad es que al final, desde los 13 años que empecé en clases de música y los 16 que empecé a tocar en grupos, sí que ha pasado muchísimo tiempo. Al final, lo de Grande Amore es el proyecto que más ha funcionado de todos los que he hecho, pero cuando nació sí que era como uno más en el sentido de que, pues eso, yo sigo tocando en otros grupos, había tocado antes en grupos de otros rollos totalmente distintos a nivel musical y tal. Entonces no es tanto un haber evolucionado hacia este proyecto, ni que esto fuera a ser lo que iba a hacer en mi vida, que estaba destinado, es simplemente un proyecto más, el que más ha funcionado.

Ir acompañado de amigas es es como ir de viaje de fin de curso
Comentabas que te gusta tocar con gente y ahora tocas en directo con Clara Redondo y Mariagrep ¿Cómo ha surgido la decisión de integrarlas al proyecto?
Porque al final iba yo solo en directo. Y claro, era divertido también y tenía una parte ahí de performance, de: ostras, tú estás acostumbrado a ver a grupos tocar y de repente viene un tío solo con un sampler y tal. Pero eso es algo de lo que te cansas muy rápido creo yo, por lo menos en mi caso.
El año pasado le dije a María si quería venir a pinchar en mis conciertos porque ella tiene un proyecto que se llama Cool Nenas de DJs y me parecía que María tenía mucha presencia. Al final, el año pasado dimos unos 40 bolos juntos y llega un punto en el que el formato simplemente de pinchar bases y tocar se agota, y fue cuando le dijimos a Clara si quería venir con nosotros a tocar la guitarra. Yo creo que, para mi gusto, estamos en el punto en el que más divertidos son los conciertos, tanto para nosotros como para fuera.
Fue bastante natural. María y Clara son amigas mías, tengo muy buena relación con ellas y sabía que iba a funcionar bien a nivel humano. Ir acompañado de amigas es es como ir de viaje de fin de curso, tras cada concierto, es muy guay. Porque recuerdo un fin de semana que me hice Caldas, Portas, Puerto América, Valladolid, Madrid, yendo yo solo y era como infernal, así que yo estoy contentísimo con cómo está ahora el asunto.
Dicen que tu proyecto es rock, es tecno de los 80, es electro punk, es muchas más cosas. ¿Consideras que es una mezcla de todos estos géneros, ninguno, o algo nuevo?
Sí, es un poco de todo eso. Yo para hablar de música de otra gente sí que creo que tengo facilidad, pero para hablar de lo mío, es terrorífico, no sé qué decir. Hombre, está influido por el rock, sí, seguro, por el tecno también… es así punk, sin dudas, es un poco de todo.
Al final, cada persona que lo escucha, pues germinan ahí sus referencias y sus ideas. Me pasa mucho que a veces, al acabar un concierto, alguien dice: «ah, pues me recordó a Joy Division«. Yo digo: «sí, hombre, claro»… no vas a decir que no. A cada uno le evoca una cosa. Sí que es cierto que, un poco a grandes rasgos, tiene algo de tecno, creo yo, tiene algo de rockero, tiene algo de punk… Y al final eso, que esa mezcla, cada uno lo define de una forma. Como si alguien quiere llamarle «post electro no sé qué», pues perfecto, adelante, como quieras.
Tú eres gallego y todas tus canciones son en gallego ¿Has notado que esto sea un límite para que tu música llegue a más gente más allá de Galicia?
Para mí no, la verdad. Claro que puede serlo y que yo no me haya dado cuenta, eso también puede ser, pero yo no lo percibo así. De hecho, yo creo que, de alguna forma, es más fácil para mí conectar con alguien, aunque sea de Calatayud o de la Alcárria o incluso francés, si me expreso en gallego. Creo que al hacerlo estoy comunicándome con una verdad, tiene una sinceridad, creo yo, que si forzase comunicarme en otro idioma no lo haría.
¿Si hiciese las canciones en castellano, llegaría a más gente? Yo creo que no, sinceramente, porque yo no controlo el castellano, hombre, soy capaz de sobrevivir en castellano, puedo hacer esta entrevista, puedo pedir un café y no morirme de hambre en ningún sitio, eso sí, hasta ahí llego. Es como si hiciese las canciones en francés o en catalán, es que no son idiomas que yo controle. Eso lo decía en una entrevista Kiko Veneno, y creo que tenía mucha razón, él decía que al margen de que tú entiendes las palabras, lo que dice la música, el lenguaje como tal, el idioma, siempre hay cosas detrás de eso que te transmiten de una forma más primitiva, que no tiene que ver tanto con el lenguaje.

siempre ha habido muchos proyectos súper interesantes que a mí me influenciaron
¿Crees que ahora la música en gallego se está dando a conocer más fuera de Galicia?
No creo que sea algo tan reciente, solo que ahora la gente de fuera de Galicia le pone más atención y el foco de lo que se hace en Galicia es más grande que nunca. Porque siempre ha habido muchos proyectos súper interesantes que a mí me influenciaron, vamos, una barbaridad, y que me marcaron muchísimo como Terbutalina o Malandrómeda. Me parecen súper interesantes y llevan ahí muchos años, trabajando y rompiendo un poco esa barrera, y creo que eso ha dado sus frutos ahora, recientemente, pero sí que de siempre ha habido.
¿Cómo fue el proceso de creación y producción del disco?
Pues mira, yo el disco lo produje con Carlangas y creo que lo que buscábamos antes de grabarlo era hacer un disco así, más de directo, más punki, porque el primero tenía muchas capas, muchas pistas y queríamos hacerlo un poco más pelado. Y lo que me gustó y me ayudó mucho del proceso es que, en base simplemente a tener clara la idea de lo que queríamos, hablando mucho con Carlangas, la producción fue más de estar hablando de cosas que no eran procesos técnicos. Era como una experiencia, un cierto reto, porque cambiaba mucho, era todo más simple, tenía que ir más directo, más a la caída, más de centrarse, de decir «pues si esto nos vale, nos vale«.
Y yo la verdad es que estoy muy contento, tanto con el resultado como con cómo fue el proceso y, de hecho, le tengo un cariño enorme al disco. La experiencia de grabación fue tan bonita para mí, que le tengo mucho aprecio al disco.
¿Hay algún momento que recuerdes con más cariño?
Llegar con Carlangas y Natalia el día antes de grabar y claro, tenía yo como una incertidumbre de decir, «¿qué va a pasar aquí?» Porque tengo solo estos días para hacer todo el disco y estoy en un sitio que me es ajeno. Tenía la sensación de desconocimiento y tal, pero como que también había un poco de aventura de decir, «¿qué va a pasar aquí ahora?» Era casi principios de primavera allí, hacía un tiempo y una luz superbonitos, entonces tengo ese día en concreto súper marcado.
En tu disco haces muchas alusiones climatológicas, a la lluvia, al invierno, etc. ¿Se debe a algo especifico?
Sí, no es adrede, pero yo creo que a mí y al 100% de la población mundial nos afecta mucho la climatología. Y al final llevo en Santiago 10 años ya, y claro, ¿qué pasa? pues eso. Cuando estuve en Sevilla o cuando voy a tocar a Valencia o incluso aquí en Madrid, yo digo que aquí no llueve ni la cuarta parte de la mitad de lo que llueve allí.
¿Cómo no voy a estar aquí todo el día en casa rayado? Estaba grabando el disco y me di cuenta, digo: «hablo mucho de la lluvia». Y no es algo que ni siquiera esté muy presente en mí, no sé, no soy un friki de la climatología ni nada, pero sí que creo eso, que supongo que me afectará mucho en los estados de ánimo y eso se acaba viendo reflejado en las letras. Pero me hace gracia que hagas esa mención, porque ya me lo dijo algún colega.

Tengo ese ying y yang, entonces para mí el equilibrio sí está perfecto
Tu canción Onde ela me quer levar es una canción de amor romántica, pero en el videoclip hay fotos de tu familia ¿Es tan romántica como parece?
Sí, sí, de amor en general. La idea del video nos vino mucho después de la canción y no es que tampoco tenga tantísimo que ver exactamente lo que se ve en imagen en el video con la canción, pero sí que es cierto que una vez se conjunta todo tiene más sentido. Claro, al principio, cuando hice la letra y todo, sí que era como más una canción de amor, un poco amor básico. Pero sí que, al darle ese nuevo significado con las imágenes, sale mi abuela, sale mi madre, sale mi abuelo, salen vecinos nuestros de mi parroquia, la casa en la que yo me crie… Con el video, es increíble, hasta cambia el significado de la letra. Parece más una canción no romántica, sino de amor así alegórico.
Las canciones de este disco son un poco canciones de crisis existencial ¿Cómo es el proceso de compartir con el mundo tus sentimientos a través de ellas?
Se me da mejor hacer eso en las canciones que hablando en el día a día. Si no tuviese esa válvula de expresión de las canciones, esas cosas no las diría. En mi día a día, cuando vamos de viaje María y yo estamos de risas todo el rato, no estamos todo el día viviendo en la agonía. Pero sí que es cierto que yo soy una persona muy angustiada, muy agónico, muy rayado, y sí que es cierto que eso sale, sobre todo en las letras, y no es tampoco algo buscado. Tengo ese ying y yang, entonces para mí el equilibrio sí está perfecto. Agonía en las letras y luego más o menos relax.
En tu canción Ben Sabe Dios Que O Intentei dices muchas veces que tú no eres de este mundo ¿Y de qué mundo eres?
Sí, buena pregunta. Diría que de ninguno, al final, claro. Aunque eso es muy fácil también, la visión así como crítica del mundo. Decir… «es que el planeta, toda esta gente… qué mala es la gente». ¿Qué dónde estaría yo bien? En ningún sitio. Si estuviese en otro tipo de utopía también estarías rayado por algo. El problema eres tú, no es el mundo, creo yo. Si estuviese en Venus, te diría, «¡qué mierda, Venus! Ojalá viviera en Marte», y en Marte estaría rayado.

Tiene que darte energía o un bajón terrible
Has estado en los últimos meses de gira por España ¿Tienes algún momento especial que recuerdes con más cariño?
Sí, muchísimo… Es que claro, la verdad es que empezamos a ir María y yo a los conciertos en abril de este año y desde entonces hasta ahora han pasado cinco meses, seis, como mucho. Pero para mí es una locura la intensidad con la que se vive todo. Yo le tengo mucho cariño al momento de cuando estábamos el día antes de estrenarnos los tres. El primer bolo que hicimos los tres juntos fue en la Plaza de Toros de Colmenar de Oreja, porque era el ciclo este de Sesión Vermú, que se hace aquí en la Comunidad de Madrid. Y en la casa que teníamos pillada para quedarnos ese día, la noche anterior, recuerdo que estábamos cenando los tres juntos y repasando el set porque estábamos muy nerviosos estrenándonos los tres y tal.
Aparte, cuando empiezas la gira de un disco o estrenas un nuevo formato, te olvidas de todo lo que sabes de antes…. Eso es maravilloso. Y esos nervios tan primerizos… me gusta bastante acordarme porque ahora ya estamos más confiados en la puesta en escena de los tres juntos.
Todavía tienes algunos conciertos pendientes, en este mes, por Tenerife, Las Palmas, por Galicia. Si tuvieras que decirle a la gente qué se pueden esperar en tus directos ¿Qué les dirías?
Me lo han preguntado más veces y nunca sé qué decir. ¿Qué se pueden esperar? Hombre, no el mejor directo de la historia, tampoco el peor, sin duda, creo que es divertido. No creo que nadie vaya a decir «Dios mío, acabo de descubrir a los nuevos Mozart», pero ultra desencantado no salió nadie nunca.
A modo de cierre, si tuvieras que recomendar a una persona que escuchase tu nuevo disco II en algún momento vital. ¿Cuál sería?
No es tanto como un momento vital, bueno, sí, es un momento vital, en tanto que es un momento del día, y el día es parte de la vida, claro. Pero le pasé el disco hace unos meses a un colega mío de Burela y me decía: «Buah, es que me lo pongo siempre antes de entrar a trabajar». Porque él entra a trabajar súper temprano, no sé si a las 6 o algo así y me decía: «Me lo pongo siempre antes de ir a trabajar y estoy como Dios. Después digo: voy a romper cosas en la oficina». Y me pareció muy guay. Entonces yo creo que recién levantado, te tiene que entrar solo. Tiene que darte energía o un bajón terrible, o te vuelves para la cama o te comes el mundo, una de dos.