InicioEntrevistasHOONINE: "Roca Roja me ha ayudado a aceptarme a mí misma" (2022)

HOONINE: «Roca Roja me ha ayudado a aceptarme a mí misma» (2022)

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Fotografías: Jorge Herráez (@jherraezb)

Jueves de intensa lluvia. Paseamos por las mojadas y oscuras calles del centro de Madrid, repletas de gente con capuchas y abrigos de todos los colores, e incluso de algún que otro despistado que, además de dejarse la cabeza en casa, se ha dejado el paraguas. Tras pasar la mítica parada de metro de Argüelles que se posiciona justo enfrente de unos conocidos grandes almacenes, nos acercamos a nuestro destino: el Hotel Princesa Plaza. ¿El objetivo? Encontrarnos con una artista emergente que tiene un nuevo camino por mostrar.

Se trata de Carmen Alarcón, compositora, productora y cantante murciana. Una mujer muy especial que empata a partes iguales sensibilidad y fuerza, y que además ya se ha estrenado en el ámbito musical con proyectos como AA Mamá y Estúpido Flanders. Ahora, huye de la banalidad y de lo superficial, y decide comenzar un nuevo proyecto en solitario. La joven sustituye el estudio de grabación por su habitación, sus compañeros de banda por la soledad, y los instrumentos por un ordenador donde innovar con innumerables técnicas digitales.

HOONINE nace con la finalidad de hacer canciones que emocionen y apelen a los más íntimos sentimientos de los oyentes. Se trata de un proyecto personal al cual la artista recurre como método de liberación. Pero, sobre todo, hablamos de un lugar donde ha encontrado un espacio personal para estar a salvo, en el que experimentar con todas las oportunidades que nos ofrecen los avances tecnológicos, lejos de la presión que genera la opinión pública y las redes sociales.

Un refugio. Son las palabras exactas que utiliza la cantante para describir HOONINE. Esta nueva aventura debuta con Roca Roja (2022), su primer LP. El álbum, compuesto por ocho canciones, reúne en una misma mesa el magnetismo instantáneo, el nervio, la conmoción y la pureza de las melodías inmaculadas. Melodías repletas de guiños que tratan temas tan diversos como la aceptación social, la autodestrucción, la música experimental o la incomprensión que persigue a la cultura en las sociedades actuales.

Has participado en otros proyectos como Estúpido Flanders y AA Mamá. Sin embargo, desde 2017 estás inmersa en tu proyecto en solitario. ¿Cómo surge HOONINE? 

Efectivamente, este proyecto comienza en 2017 con la esencia de una segunda vuelta, en la que estoy yo sola, desde mi casa,y frente a un ordenador. Mi objetivo era probar el funcionamiento de sonidos electrónicos y adaptarlos a mi capacidad creativa. Cuando empieza la pandemia, tengo un parón, concretamente sufro un ERTE, y empiezo a experimentar.

En ese instante, decido abrir el ordenador, empiezo a producir, me pongo a pensar y, a partir de ahí, crece el proyecto. Además, en el momento en el que publico Charco todo empieza a ir sobre ruedas.

¿Qué es lo que más te gusta de HOONINE? ¿Estás encontrando lo que buscabas con este proyecto?

Verdaderamente, mi objetivo era pasármelo bien, divertirme y disfrutar de crear nueva música. Además, buscaba abstraerme de todo lo que estaba ocurriendo fuera de las paredes de mi casa, una pandemia mundial. Necesitaba algo a lo que aferrarme. En este caso, HOONINE era mi refugio. Aquel lugar donde encontrarme segura con mi ordenador mientras hacía música. Este fue el caldo de cultivo que propició el nacimiento de mi proyecto personal.

Considero que sí he encontrado todo lo que buscaba, porque HOONINE continúa siendo mi refugio hoy en día. Especialmente a nivel creativo, para mí es un escape y una liberación donde realmente puedo plasmar todas las ideas que se me vienen a la cabeza.

Hace poco menos de cinco años que conocimos HOONINE con Collapse, pero no ha sido hasta ahora cuando parece que empieza a andar de verdad. ¿Por qué ahora? ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo?

Desde Collapse, que ve la luz en 2017, hasta Charco, cuyo lanzamiento no llega hasta 2020, yo vivo un proceso de aprendizaje brutal. De hecho, ahora escucho Collapse y siento que se aleja mucho de lo que actualmente me veo capaz de hacer. Durante estos tres años he experimentado muchísimas situaciones y, en todas ellas, he vivido un proceso de aprendizaje.

AA Mamá para mí ha sido una absoluta fuente de aprendizaje. Yo recuerdo una frase que siempre mencionaba un jefe que tuve, y dice así: «Yo no quiero gente con la que trabajar que sea peor que yo. Al revés, quiero trabajadores que me superen profesionalmente para poder aprender de ellos». Esta filosofía es la que me llevó a juntarme con un grupo de músicos maravilloso del que iba aprendiendo día tras día.

¿Ha influido de alguna manera la situación que hemos vivido durante los últimos años?

Al fin y al cabo, Roca Roja es un disco que empieza el mismo día que arranca la pandemia por la COVID-19, y termina hace muy poco. Es cierto que no te sé decir si la pandemia ha acabado o no, porque ya no sabemos muy bien en qué punto nos encontramos. Con independencia de este apunte, es cierto que es un disco que engloba todo el periodo de pandemia, y recoge desde los diversos sentimientos y emociones que cada uno de nosotros hemos vivido durante los últimos años, hasta cosas fueras de este contexto. Más que ser un álbum que habla de la pandemia en un sentido literal, es un trabajo que narra lo que he sentido yo en términos generales durante todo este tiempo. Estoy segura de que habrá un montón de oyentes que se sentirán identificados con los mensajes que voy lanzando a medida que avanza el LP.

Hoy en día, hoonine continúa siendo mi refugio

El 25 de marzo ve la luz Roca Roja, tu primer disco. Me parece que recoge completamente la esencia de HOONINE: mezcla de música Pop, con urbano, y con alguna que otra pincelada de música electrónica.

Correcto. Al fin y al cabo, tengo un determinado grupo de estilos con los que juego e interactúo, y me gusta canalizarlo todo. Para mí es un disco compuesto por un 60% de música pop, y 40% electrónica. Se podría decir que la música de Roca Roja es pop-experimental-electrónica, una fusión un poco rara pero novedosa.

Yo siempre he dicho que soy un producto de la música pop, vengo de allí. El pop lo fagocita todo. De hecho, hace pocos días escuché una entrevista de unos productores de reggaetón, entre ellos, había productores de Daddy Yankee, y decían que el problema actual del reggaetón es que el pop lo ha fagocitado, y esto es exactamente lo que ha pasado. El pop es todo, de hecho, el indie es cada vez menos indie y más pop. Es imposible que una persona no se sienta influenciada por este estilo musical. Además, también me gustan otros géneros como el house, la música experimental, la música industrial… Es algo que llevo escuchando desde que tenía quince años. Por ejemplo, Disclosure, de Latch y Sam Smith, es increíble. De hecho, si te fijas en las estadísticas de Spotify, probablemente te des cuenta de que es la canción que más he escuchado en mi vida [risas].

Ya que hablamos sobre géneros y estilos musicales, ¿Qué opinas sobre etiquetar la música?

Realmente no está mal. Entiendo que hay gente que necesita comprender y agrupar cada canción en un género. Lo que hay que hacer es no atarse a esta etiqueta, es decir, no tomársela como un mandamiento. Para ponerte un ejemplo, tú puedes decir «Esto me parece pop». Sí, pero a otra persona le puede parecer rock o música experimental. Por lo tanto, yo creo que está bien no atarse a una categorización determinada y sacar unas conclusiones propias y personales.

Ya que sacas el tema de Roca Roja, háblame de este sencillo elegido para bautizar el disco completo.

Roca Roja engloba a la perfección la montaña rusa de sentimientos que para mí ha sido esta etapa. Además, tiene momentos de muchísima calma y, a la vez, momentos de locura cuando llega el estribillo. El tema representa todos mis sentimientos, de una manera muy cerrada. Por eso, es la mejor lanza para el disco.

¿Cuál es la canción más significativa de Roca Roja?

Un artista, cuando acaba su disco, está desesperadísimo y no quiere saber nada de ese disco nunca más. Pero después de escuchar el álbum entero de nuevo, tiempo después de grabarlo, me inundó una sensación muy bonita. La canción Vida en Moreras, que además se encarga de cerrar el disco, me sigue transmitiendo lo primero que pensé en su día cuando la compuse, los mismos sentimientos, y siento que me transporta a otro lugar. La clave de una canción es que te lleve a ese pensamiento, a esa emoción, y a ese sentimiento que se apoderó de ti el mismo momento que la escuchaste por primera vez.

Las canciones son fotografías, y cada vez que escucho Vida en Moreras pienso «Esto es precisamente lo que quería decir». Le tengo un cariño muy especial a esta canción.

Tú misma has descrito el disco como «Un conjunto de canciones que recoge tus vivencias durante estos dos años de desconcierto en un mundo digital».

Efectivamente. Dentro de mí, se encuentra latente una faceta muy friki con las tecnologías, por ejemplo, NFT. Digamos que no nos damos cuenta de lo digitalizado que está el mundo en el que vivimos actualmente. Tampoco nos hemos parado a pensar en la influencia que los avances tecnológicos están teniendo en nuestra vida, e incluso, en cómo nos está generando la sensación de no saber exactamente dónde estamos ni en qué punto nos encontramos. Ya no es la televisión el único medio en el cual te bombardean con muchas noticias que generan una sobrecarga informativa. Hoy en día, las propias redes sociales son abrumadoras debido a un exceso de información y de noticias.

Considero que el ser humano no tiene la capacidad para lidiar con la gran cantidad de novedades que la era digital nos lanza. Es imposible de asimilar, no hay una vida para poder asimilarlo todo. Yo creo que esto genera despiste. Todo el mundo te dice lo que debes hacer de cara al público, pero te dicen muchísimas cosas, y en mi caso, me pasa que acabo por no enterarme bien de todo lo que me piden que lleve a cabo. Me encanta pertenecer al mundo digital y saber de qué va exactamente, pero al mismo tiempo, es tan abrumador y grande, que me pierdo.

Las canciones son fotografías

Entonces, ¿Roca Roja es una vía de escape a estos sentimientos abrumadores que genera el estar inmerso en la era de la digitalización?

No es tanto una vía de escape. El objetivo es tratar de entender el ámbito digital desde un punto de vista humano. De hecho, es un disco que juega mucho con texturas analógicas y texturas digitales, porque así quería que fuese. También, buscaba deshumanizar esta digitalización de la que hablamos. Por eso, a pesar de que hay una clara influencia de la música electrónica en Roca Roja, al escuchar las canciones me doy cuenta de que cada tema puede ser perfectamente tocado con instrumentos como la guitarra, la batería o el bajo. En definitiva, mi objetivo era desenmascarar el sector de lo digital y acabar con el aura de misterio que lo rodea.

Hablábamos antes de Charco, que además fue el primer adelanto del nuevo LP. El tema fue portada de Tidal Global Rising a nivel internacional, Tidal Rising España, y Amazon Music Novedades Indie España. Me parece un logro admirable para ser tu primer tema en solitario.

En realidad, compuse y produje Charco porque necesitaba hacerlo. Estaba metida en casa y tenía la inquietud por sacar todo lo que llevaba guardado dentro. Cuando el tema vio la luz y comenzaron a llegar todas estas buenas noticias, me sorprendió mucho. Sinceramente, no me lo esperaba. A pesar de que muchas veces digamos que estamos orgullosos con nuestro trabajo y que no prestamos importancia a los números, lo cierto es que todos buscamos reconocimiento. Además, no hay nada más ególatra en este mundo que un artista [risas].

Sentí mucha satisfacción personal al ver que se estaba reconociendo mi trabajo, a pesar de que ya estaba muy contenta porque me gustaba mucho esta canción. Esto es fundamental.

¿Qué significó para ti el hecho de ver que Charco se había convertido en toda una realidad?

Fíjate, sentí una especie de comprensión. Parece una tontería lo que voy a decir, pero, al fin y al cabo, no es más que una emoción que sientes en tu interior y que tu cabeza transforma en una idea. La música es una manera mediante la cual el artista se da expresión a sí mismo, a sus ideas, creaciones, sentimientos y emociones. Cuando a la audiencia le gusta, te comprende y empatiza, entonces como artista, te sientes comprendido. Es algo muy bonito.

Hablando de sentimientos, ¿Cuáles son las emociones que normalmente pretendes transmitir con tus canciones?

Con HOONINE me siento más liberada, con la capacidad de decir y hacer lo que quiera en cada segundo, y transmitirlo como lo siento verdaderamente. Me considero una persona con mucha fachada, y la música me permite dar rienda suelta al sentimentalismo, la ternura, y mostrar públicamente todos aquellos sentimientos que siempre me ha costado expresar. Siempre he utilizado la música como un panel para decir todo aquello que soy incapaz de expresar a través de palabras. Utilizo la música porque es lo que mejor sé hacer y aquello con lo que conecto emocionalmente.

Lo cierto es que todos tenemos una fachada que, de alguna manera, nos impide mostrar cómo somos completamente. ¿Cuáles dirías que son los ladrillos que componen la tuya?

En un ámbito profesional, ya no solo en la música, sino que también en el sector del Marketing, al cual me dedico, me doy cuenta de que a veces me tengo que proteger a mí misma. En el día a día, me enfrento a impulsos negativos. Siempre he tenido la impresión de que, o construyes poco a poco tu propia fachada, o la gente termina pasando por encima de ti. Te aplasta como un camión, metafóricamente hablando. Tampoco te vayas a pensar que soy una cabrona despiadada [risas], pero sí debo mantenerme firme y fuerte en mi sitio.

La música para mi es el medio a través del cual puedo liberarme y gritar todo lo que tengo que decir. Esto precisamente es lo que ocurre con la canción Fútbol, donde digo, incluso de manera enfadada, todo lo que llevo dentro. Es un tema de puro odio. Todos hemos mantenido relaciones con personas que no se implican emocionalmente y, en cambio, tú lo estás dando todo. Se nota mucho cuando das el 100% de ti mismo y la otra persona no te corresponde. Ni siquiera se molesta en implicarse. Duele un montón, y es este dolor la cruz del mapa del tema. 

Lo que queda, es el segundo adelanto de Roca Roja en formato NFT. Esto te convierte en toda una pionera. ¿En qué consiste esta técnica?

Fuimos los primeros en sacar un formato NFT en España, de hecho, fue un trabajo a contra reloj, concretamente realizado en marzo de 2021. Un NFT no deja de ser un certificado que demuestra que yo tengo algo. Hasta ahora, esto antes no existía en el ámbito digital. Con independencia de que se utilice para un merchandising o para una pieza de coleccionismo, tiene un montón de aplicaciones en el mundo de la música, súper positivas, con artistas independientes o más pequeños. Creo que es una tecnología que puede revolucionar la forma de reparto de derechos, así como la manera en la que los artistas reciben sus ingresos.

Imagínate que escuchas con frecuencia a Xoel López. Realmente, Spotify no le paga a este artista todo lo que escuchas. Al contrario, va a hacer un agregado y va a repartir. Ahora bien, ¿Y si cada vez que escuchas la música de Xoel López y pagas una suscripción premium, toda esta cantidad monetaria va directamente al bolsillo del cantante en lugar de al Top número uno de cincuenta artistas? Opino que debería haber una retribución lógica y justa, y en esto los NFT pueden ayudar mucho. Además, se trata de un formato muy interesante. Me gusta mucho la realidad paralela que se está construyendo gracias al mundo de lo digital, me llama muchísimo la atención. No puedo asegurar al 100% que esto es el futuro, pero creo que tiene un componente abstracto muy interesante. El formato NFT me ofrece la posibilidad de explorar otras formas, y de alcanzar otra dimensión con mi música y con mi inquietud artística. No consiste únicamente en crear música, se trata de plasmar mis ideas a través de un formato digital o de un formato 3D.

Me gusta mucho la realidad paralela que se está construyendo gracias al mundo de lo digital

Hasta la fecha eres la primera artista española en recurrir a este formato. ¿Cómo surge esta idea?

Mi pareja me taladra la oreja todo el día con este tema [risas]. Cuando empezaron a salir los primeros casos con Kings of Leon que sacaron los primeros NFT, empecé a prestar más atención. A partir de este momento, me picó la curiosidad y decidí que había llegado el momento de ponerme manos a la obra e investigar.

Comencé a buscar información, mano a mano con mi pareja, y subí con él mis primeros NFT. Así que verdaderamente nace de tenerlo de manera muy presente en casa, y es algo por lo que siempre estaré agradecida. Si mi pareja nunca me hubiese convenido, jamás hubiese comenzado a investigar este formato y a trabajar con él.

Continuando en esta línea de canciones del álbum, Besé a Aramís ha sido el último lanzamiento de tu nuevo trabajo. Se publicó concretamente el 4 de marzo. Dices que el mensaje de esta canción habla sobre perseguir el reconocimiento colectivo y chocar con un muro, con frases como «Más cerca de la muerte que de ti».

Concretamente, este tema habla sobre el gran abanico de posibilidades que se abre ante nosotros. Sin embargo, cuando de verdad te metes en faena, te das cuenta de la gran complejidad que envuelve el hecho de conseguir cierta meta o posibilidad, porque ya de antes tiene nombre y apellidos, y está reservada para unos pocos. Con la frase «Más cerca de la muerte que de ti», me refiero a que, a pesar de que lo intente con todas mis fuerzas, hay oportunidades que ya están reservadas para ciertas personas, y que todo el tema de la meritocracia es mentira. Esto es una basura.

El objetivo de Besé a Aramís es desmitificar todo esto. De hecho, enumero una serie de factores que he intentado para conseguir cierto objetivo, aunque mi esfuerzo ha sido en vano. Por supuesto, no estoy diciendo que siempre los que menos se esfuerzan llegan alto, pero cuando de verdad quieres dar el salto, concretamente a nivel laboral, te das cuenta de que las plazas ya están reservadas desde mucho antes de darte a conocer.

Profesionalmente, me he visto bastantes veces con esta situación. En muchas ocasiones he intentado apostar por ciertas ofertas de trabajo y me he encontrado con varias complicaciones. Yo me dedico al Marketing, que es una profesión con mucho intrusismo laboral. Al final, te das cuenta de que hay gente que está trabajando en ciertos puestos y de que ya estaba todo hablado y acordado. A veces tengo la sensación de que, por mucho que me esfuerce, hay puestos de trabajo y oportunidades laborales que ya están cerradas.

Además de poner voz, también te has encargado de las composiciones, de la música y de la producción. ¿Cómo ha sido enfrentarse a ello? ¿Ha sido una decisión propia o fruto de las circunstancias?

Ha sido consecuencia un poco de todo. Hay una parte que efectivamente tiene que ver con las circunstancias, pero también hay otra parte que yo tenía ya curiosidad y ganas de afrontar el reto de enfrentarme a producir mis propios temas. Yo siempre he compuesto con una guitarra y mi voz, pero cuando llega la pandemia me enfrento a que necesito músicos. Por lo tanto, decido ponerme delante de un ordenador y aprendo a crear y a producir.

Yo siempre he sido muy curiosa, muy de investigar cosas… Muy ratilla de ordenador [risas]. Pero al final es fruto de la necesidad de escribir canciones, y de ayudarme de gente e instrumentos que me acompañen. De esta manera, empecé a descubrir sintetizadores y texturas que me parecían interesantes. Entonces, me vi con la posibilidad y la capacidad para generar mis propios sonidos, y se abrió un nuevo universo ante mí. Por lo tanto, el hecho de componer, cantar y producir, responde a un factor de necesidad y, a la vez, a otro factor de curiosidad.

Si tuvieses la oportunidad de producir el disco de algún artista, ¿De quién se trataría?

¿Pero ellos quieren? [risas]. Me encantaría trabajar con Rosalía y meterme con ella en un estudio. Con independencia de que su música guste más o menos, es una artista a la cual admiro. La respeto mucho por todo lo que hace y por cómo lo hace. Para mí, representa la esencia del artista y de la música. Es una artista muy completa.

Su nuevo disco Motomami (2022), me parece divertido, me gusta. Al final, cualquier obra artística tiene que desprender algo, sea agradable a determinados ojos o no. Es mucho mejor esto que la indiferencia. Rosalía consigue, cada vez que hace algo, que no te quedes indiferente. Hay una cosa que me llama mucho la atención, y es que están saliendo ahora varios analistas en Twitter que lanzan teorías bastante rebuscadas sobre lo que representa Motomami, todo muy intelectual. Son unas lecturas demasiado complejas. La sensación que me da es que Rosalía ha sacado estas canciones porque le ha dado la gana y se lo habrá pasado genial en el estudio grabando los temas. No hay que darle tantas vueltas.

Cuéntame alguna anécdota que hayas vivido durante la grabación de los videoclips o las canciones de Roca Roja.

Cuando grabamos el videoclip de Lo que queda, fue brutal. Estuvimos grabando dentro de un coche en una zona de centros comerciales. Tuve que sacar la cabeza por la parte de arriba del coche y, mientras tanto, todo el mundo pitando. Fue una mezcla entre vergüenza ajena y, al mismo tiempo, reírme por lo absurdo de la situación mientras que lo pasaba mal porque todos los coches estaban mirando y pitando. Yo intentaba actuar para el videoclip, pero no podía más, te lo juro [risas].

Hablemos ahora de actuaciones en directo. El jueves 21 de abril presentas Roca Roja en la sala Morocco de Madrid. También, el viernes 29 de abril actúas en el WARM UP Festival. ¿Qué más conciertos tienes programados para este 2022?

¡Eso es! Cuando me llamaron y me dijeron que iba a tocar en el WARM UP Festival me hizo mucha ilusión ya que es mi primera vez en un festival con HOONINE. Además, el WARM UP es el festival de mi ciudad, al cual llevo yendo desde que tengo 16 años, y estoy muy agradecida de que hayan apostado por mi. De momento tengo solo estas dos actuaciones programadas para ir calentando motores, pero próximamente iremos subiendo nuevas fechas de conciertos.

Has contado con la colaboración de Lalo Gómez-Vizcaíno, al que conocemos por su trabajo como productor para Arde Bogotá. ¿Qué te ha llevado a dejarlo entrar en este nuevo mundo tuyo?

Trabajar con Lalo ha sido una muy buena experiencia. HOONINE es un proyecto muy personal y tenía que encontrar a una persona que respetase esto y que, además, aportase valor. Es decir, no buscaba a alguien que intentase construir otro proyecto o tumbar lo que ya había. Por eso, siempre pensé que Lalo encajaba a la perfección, ya que entendía muy bien lo que yo quería hacer, lo respetaba en todo momento y, además, sumaba. Yo entraba al estudio y sentía que tenía la libertad para crear e ir encajando poco a poco mis ideas. Me encanta trabajar con él, la vida da muchas vueltas, pero de momento tengo pensado seguir trabajando con Lalo de cara a futuros proyectos.

Con HOONINE te alejas de lo que veníamos escuchando con AA Mamá, ¿Qué artistas te han influido más para lanzarte a estos nuevos sonidos?

Algunos artistas que tengo en mi radar son James Blake, FKA Twigs, Sen Senra, Frank Ocean… Todos estos cantantes se dedican a la música experimental. También hay artistas que no tienen nada que ver con este mundo y me llaman mucho la atención porque me encanta su forma de entender la música. En este universo yo creo que me movería bastante bien.

¿Qué sentías cuando hacías música con AA Mamá?

Yo me sentía en casa. Principalmente porque es el proyecto que llevaba haciendo desde siempre. Posteriormente, por el equipo humano y todos mis compañeros de banda. No es lo mismo ir en solitario que en una banda. Cuando trabajas en grupo, te apoyas en la gente, todos vamos a una, todos confiamos, todos tiramos los unos de los otros. Este sentimiento de unidad y de estar con amigos es brutal, y eso ahora mismo con HOONINE es muy difícil porque es un proyecto personal. Pero bueno, me aporta muchas otras cosas positivas.

De AA Mamá destaco todas las relaciones humanas. También, muchísimas anécdotas, me he reído como nunca. Cuando nos íbamos de gira yo no podía más de la risa. Yo pensaba «No sé si venimos a grabar un disco, a presentar canciones o a pasármelo bien un fin de semana» [risas]. Eran risas constantes, yo me lo pasaba de miedo. Además, eran grandes músicos y aprendí mucho de ellos. Esto es muy guay.

El hecho de cantar, componer y producir, responde a un factor de necesidad y a un factor de curiosidad

Tú sabes bien lo que es ser un artista emergente, ¿Cuándo deja alguien de ser emergente?

Poder vivir de la música es muy complicado. Hay gente que lleva siendo emergente diez años [risas]. Supongo que cuando vives de la música y, además de ser tu pasión y profesión, se convierte en una fuente de ingresos, es cuando ya empiezas a ser un artista consolidado y a trabajar de lo que verdaderamente quieres hacer.

¿Existe un apoyo real a los artistas que empiezan?

Hay de todo. Hay un millón de ayuntamientos y concejalías, pero es difícil de enfocar. Creo que la inversión a la cultura nunca va a ser suficiente. La cultura se valora poco en la capacidad de transformación que puede tener una sociedad. Ni siquiera estoy hablando de la música. El problema es que la cultura no se ve como una inversión lógica. El mayor problema es que se sigue viendo como un número, esperando a que traiga un determinado rendimiento. La cultura debería verse como un bien social, y hasta que no se cambie este pensamiento, vamos a seguir todos igual, tanto los artistas consolidados como los emergentes.

Todo está en la mentalidad. No sé si esto ocurre solo en la sociedad española o transciende a un nivel europeo. Independientemente, en España no se entiende la cultura como un bien que va más allá de un número. Ocurre lo mismo con la educación: «los niños que no estudien filosofía, que estudien matemáticas que tiene más salidas». Es ridículo. La música se cuestiona de la misma manera, de hecho, la propia asignatura de música era muy criticada cuando yo estudiaba en el colegio. Y no consiste en esto, se trata de ver todos los beneficios que este tipo de materias y de sectores profesionales pueden aportar, más allá de ser un economista y de ser muy listo.

¿Consideras entonces que actualmente la música está muy infravalorada?

Sí, la cultura en general. No se aprecia como un bien necesario o como una parte indispensable de la sociedad. Esto deriva en que el artista emergente cobre una basura, en que las condiciones de un autónomo que vive únicamente de la música no sean nada respetadas, en un millón de cosas. Pero esto es la punta del iceberg: la sociedad valora la cultura como si de un número se tratara.

Esto lo veo también con mis clientes en el sector del Marketing. Yo le digo a un cliente «Tienes que invertir esta cantidad económica en hacer un vídeo porque este profesional es un crack y te va a hacer un vídeo de marca brutal» y me dice que para qué quiere él un vídeo. Busca lo más barato posible. Pasa mucho también con todos los proyectos relacionados con la imagen o con el diseño gráfico. Yo trabajo con este tipo de profesionales y te puedo confirmar que los diseñadores gráficos son las personas más apaleadas del planeta. Todo el mundo se cree que sabe diseño gráfico y no se respeta la opinión de los profesionales. Generalmente, hay una incapacidad por respetar las profesiones artísticas.

Tengo entendido que eres bastante creativa. De hecho, te gusta mucho jugar con la tecnología para crear contenidos digitales originales. ¿De dónde viene esta atracción por el sector? ¿Hay alguna otra idea que te gustaría llevar a cabo?

Hoy en día, con todo esto que hablamos de cómo se valora la cultura, estoy iniciando con mi pareja y otros colaboradores un proyecto que se llama Fandom. Básicamente, queremos aplicar tecnología blockchain en el sector de la música. En primer lugar, con el objetivo de promover distribuciones más justas, recaudaciones de derechos más justos… Estamos apenas empezando y lo que queremos es destacar todo lo que está mal y tratar de solucionarlo. Desde luego, si nos quedamos de brazos cruzados esperando a que Spotify y compañeros nos ofrezcan alguna solución, nada va a cambiar porque a ellos no les interesa. La tecnología blockchain puede solucionar muchas cosas que ahora mismo son un problema y que no podemos controlar en las industrias creativas. Estamos trabajando en esto y ojalá podamos aportar alguna solución.

¿Sientes que cada vez hay más libertad a la hora de crear?

Actualmente, tenemos muchos más medios para crear que hace unos años. Ahora te pones delante de un ordenador y creas una canción. Esto permite la existencia de una capacidad de exploración gigante. Además, también consiente que tu creatividad adquiera otra forma y otro dinamismo. Es la época de crear cosas, es la época de hacer cosas nuevas, tenemos muchos medios y las posibilidades son infinitas.

¿Crees que hay más o menos prejuicios hoy en día en cuanto a la música?

Es cierto que puede llegar a haber menos prejuicios, aunque Twitter en muchas ocasiones me hace dudarlo [risas]. Lo que sí percibo es más valentía para que cada uno de un paso al frente y haga lo que verdaderamente siente. Sin embargo, a veces tengo la sensación de que vamos a peor. Por ejemplo, justo antes hablábamos de Rosalía, me he dado cuenta de que hay un hate muy innecesario. ¿Por qué pasa esto con tantos artistas? La cultura del odio nos hace ser peores personas. Lo prejuicios continúan. Un artista te puede gustar más o te puede gustar menos, al igual que una canción o un disco determinado, pero respétalo. Solo pido que no se insulte ni se falte el respeto. El principal problema es la cultura de la opinión: todo el mundo opina. A lo mejor ni tu opinión es relevante ni le interesa a nadie. El diálogo debe ser abierto, por supuesto. Pero veo mucho individualismo y muy poca humildad.

Me llama la atención que haces referencia a la autoestima como «Caballo de batalla». En un ámbito personal, has llegado a admitir que, en muchas ocasiones, has fijado más tu mirada en buscar la validación por parte de los demás, que de realmente sentirte orgullosa de ti misma.

Esto ocurre de manera general, especialmente debido a las redes sociales. Nos pasamos la vida buscando la validación de los demás a través de comentarios o me gustas. Esto subyace en una falta de autoestima brutal. Reconozco que he tenido problemas de autoestima. Soy una persona demasiado exigente, para mí nunca nada está perfecto. Curro mucho porque tengo una capacidad y unos estándares muy altos. Esto genera la situación de que, como nunca estás contento con lo que haces, te autodestruyes. Literalmente, te minas la moral y piensas que nada es suficiente. Luchar contra este sentimiento es un proceso largo y duro de construir.

Opino que hay que darse cuenta. Debemos hacer un examen interior y trabajar estos sentimientos. Desde fuera, la gente puede decir muchas cosas, pero interiormente debes sentirte a gusto con lo que eres y con cómo haces las cosas.

¿Ha habido momentos de tu vida en los que verdaderamente te has sentido destruida?

Sí, de auténtico machaque real. Más bien, auto machaque. El mundo va a su bola, pero yo dentro me he llegado a boicotear a mi misma. De hecho, pasé una época muy dura, incluso llegué a ir a terapia y a tomar medicación. Llegó un momento en el que era tal el nivel de estar desprovista de todo, de sentir que nunca es suficiente y sufrir una época de estrés brutal. Pero es que es muy jodido gestionar esto cuando tú mismo eres tu propio enemigo. Cambiar tu lenguaje interno es muy jodido. Hay muchos infiernos a tu alrededor, pero el que guardas dentro es el peor de todos. Yo siempre he sido mi propio infierno.

En cambio, a veces también me doy cuenta de que lo que hago es suficiente y de que está bien. No pasa nada si me equivoco.

Yo siempre he sido mi propio infierno

Además, afirmas que la sociedad actual nos enseña a triunfar y no a disfrutar, y que la sensación de fracaso es prácticamente segura. ¿Consideras que, en parte, los responsables de esta situación son la tecnología, las redes sociales, y los avances digitales?

Nos enseñan a construir y trabajar en nosotros mismos, a cumplir un estándar de éxito prácticamente imposible de alcanzar. Te meten en la cabeza que para ser feliz tienes que cumplir ciertos objetivos determinados, y no es así en absoluto. La frase no es «Tengo que llegar aquí». La frase es «Tengo que estar contento con lo que estoy haciendo», y punto. Efectivamente, estos estándares lo fijan actualmente las redes sociales, el profesor de turno… Actualmente el estándar es: ser la persona más guapa del mundo, la persona más rica del mundo, mostrarse activamente en redes… Te terminas convirtiendo en un gusano, literalmente, es inabarcable.

Actualmente, el reto es ser buena madre, tener unos hijos perfectos, ser muy inteligente, tener una formación extraordinaria, vestir bien, maquillarse de manera original, si te vas de viaje a cualquier parte muestra las fotografías y los vídeos en redes sociales. Esto no es real, y te lo venden como que sí.

¿Alguna vez te has sentido presionada por el qué dirán a través de las redes sociales?

Por supuesto. Admito que le tengo mucha fobia a las redes sociales. Mi trabajo consiste en estar todo el día pegada al móvil, porque son mis clientes y me pagan por ello. Ahora bien, si yo de manera premeditada tuviera que estar siempre al pie del cañón, creo que no sería capaz.

Me dan miedo las redes sociales. Primero, porque son mi día a día y tengo siempre la sensación de estar trabajando. Además, para cualquier músico, artista o incluso periodista, las redes son necesarias, y son parte de su trabajo. Pero termino de currar y no me apetece subir contenidos a Instagram, por ejemplo, porque además todo debe de estar muy milimetrado. Tengo fobia. No tengo ganas de mostrar al público mi vida privada. Sé que esto juega en mi contra y también soy consciente de que, como artista, debo estar activa en redes sociales, y lo voy a hacer, pero al mismo tiempo he tenido una época de cogerles mucho respeto. Todo debe de estar siempre estudiado.

[Cuando un artista deja de estar presente de manera constante en redes sociales, suele comenzar a perder seguidores]

Siento la presión y el deber de subir cosas para que mis seguidores no se piensen que estoy muerta o que me ha pasado algo. A pesar de que es la dictadura de las redes sociales, al final aprendes que es parte del trabajo y lo terminas aceptando. Amaia, por ejemplo, es una artista que no quería estar en el sistema y, sin embargo, le obligan a estarlo.

Admites que eres tu peor enemiga, que te has autoflagelado muchísimo y que has depositado en ti misma una presión excesiva. ¿Hoy en día, estás contenta con tu trabajo y con la artista en la que te has convertido?

Durante los últimos meses he trabajado mucho en comprenderme a mí misma y en hacerme valer. Roca Roja ha sido un álbum de aceptación, un periodo de comprender, aceptar, y trabajar sobre ello. Estoy muy contenta y tranquila. Con independencia de que funcione más o funcione menos, el crecimiento y todo lo que me ha aportado a nivel personal no se puede medir. Ojalá la gente comprenda el álbum, pero el buen trabajo está hecho y para mí esto es suficiente. Estoy orgullosa de mi trabajo.

Ya conocemos un poco más a HOONINE. Sin embargo, ahora me gustaría saber algo más de Carmen Alarcón. Por ello, quiero que me digas que palabra se te viene a la cabeza si te digo:

[Un lugar] Murcia, mi casa. Concretamente el Barrio del Carmen, que es mi barrio.

[Un animal] El gato. Soy más de gatos que de perros [risas].

[Un objeto] El móvil [risas].

[Un personaje] Bojack Horseman.

 [Una película] La caída de los dioses.

[Una canción] El poeta, de Humbe.

[Un cantante o grupo] Natalia Lafourcade.

[Un libro] El quinto hijo.

[Un instrumento] El minimoog. Me parece una revolución y, cada vez que lo escucho, mi corazón se llena de felicidad. Es un teclado muy significativo dentro del ámbito de los sintetizadores. Además, me defiendo con la batería, la guitarra y el teclado. Trasteo muchas cosas.

[Una comida] Caldo con pelotas. Es un plato 100% murciano. Es parecido al cocido madrileño solo que la carne se mete dentro del caldo, y lleva albóndigas.  

[Una bebida] Solo por lo picón que es lo voy a decir [risas]. El té chai. Últimamente no bebo otra cosa [risas].

[Un color] El verde esperanza. Es mi color favorito desde niña.

AUTOR

Miriam Méndez
Miriam Méndez
Soy graduada en Periodismo y Relaciones Internacionales por la Universidad Francisco de Vitoria. Apasionada de la música, del Periodismo y de la comunicación. De hecho, desde que tenía diez años, dedicarme al Periodismo Musical ha sido mi sueño. Adoro ir a conciertos, escribir crónicas sobre discos, playlists y eventos musicales, realizar entrevistas y mucho más.

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