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_juno: «Aunque lo hagamos con humor, en este disco hablamos de una realidad que nos repugna» (2023)

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Fotografías: Alejandro García-Cantarero

Todo viaje importante en la vida de una persona implica, en mayor o menor medida, un aprendizaje. _juno, el proyecto formado por Martí Perarnau y Zahara que arrancó hace casi tres años con _BCN626, ha tenido su continuación ahora con una nueva entrega discográfica, en la que el concepto de viaje adquiere un protagonismo fundamental. A través de numerosas fotografías físicas y sonoras, _BCN747 se convierte en el resumen perfecto de una serie de viajes en los que este prolífico tándem ha dado un paso más en su manera de entender la música y de hacer canciones, tomando este camino como un aprendizaje personal y artístico y como una ventana abierta a una nueva forma de hacer las cosas.

Santiago de Chile, Londres, Ciudad de México, Los Ángeles, San Francisco o Amsterdam son algunos de los lugares que Zahara y Martí han estado visitando, observando y asimilando. En base a todo lo recopilado y a una reflexión personal y social, han nacido las diez canciones que componen este nuevo álbum de _juno. Canciones repletas de enfado, de rabia, de análisis y de contradicciones. Canciones que miran al exterior y al interior de ellos mismos, en un bucle interminable que les ha hecho entender un poco mejor el mundo que les rodea y del que todos, nos guste o no, formamos parte.

Unos días antes de que _BCN747 vea la luz, charlamos con ambos en las oficinas de GOZZ Records, el sello discográfico creado por Zahara y base de operaciones de _juno. Ahí, en un ambiente familiar y rodeados de todo el material que acompaña el lanzamiento (discos, fotos, cámaras, manifiestos…), nos dejamos llevar por una conversación que va más allá de la propia promoción del disco. La música, la sociedad que nos rodea, las diferentes caras que todos tenemos, el humor a la hora de tratar temas poco amables… son algunos de los motores de un encuentro donde olvidamos el guion preparado y nos dejamos llevar por la cercanía, la honestidad y el cariño que Martí y Zahara nos transmiten entre anécdotas y carcajadas.

Hace casi tres años publicasteis el primer disco de este proyecto y llegó casi por sorpresa. En esta ocasión ha ocurrido algo parecido. A pocas semanas de que se publicara el disco y sin sacar ningún adelanto, fuisteis colgando una serie de vídeos y extractos de un manifiesto. Lo cierto es que el tono general de estos vídeos es bastante pesimista. Yo he escuchado primero el disco y después me he puesto los vídeos y, la verdad, es que he entendido muchas cosas. Pero mucha gente va a hacer lo contrario, escuchará las canciones después de haberlos visto. ¿Qué queréis transmitir a toda esa gente?

Martí: La sensación que tenemos es que el disco tiene bastante luminosidad musical, aunque quizá no lírica. A nosotros, la idea de los vídeos nos parecía divertida, y lo principal para nosotros era el contraste: que de este mundo post-apocalíptico y un poco dramático, oscuro y pesimista que hemos creado con los vídeos, se encontraran después con un disco de canciones preciosas y de pop luminoso, aunque tenga letras con mucho mensaje de drama post-capitalista del fin de una era. No sabemos aún si eso va a pasar y la verdad es que no lo había pensado hasta ahora, pero me resulta curioso saber cómo va a ser la respuesta a ese contraste.

Zahara: Nosotros, escribiendo estas canciones, cada vez nos íbamos desencantando más con los viajes, con lo que escribíamos en ellos. Viajamos a México y a Los Ángeles y San Francisco con la ilusión de hacer canciones sobre la belleza de lo que nos íbamos a encontrar, y lo que nos salió fue hablar de la decadencia de Estados Unidos, de cómo la visión eurocentrista hace siempre valorar negativamente lo que sucede en Latinoamérica o Centroamérica, cuando en realidad es solo miedo, prejuicios y xenofobia. Es que nos quedamos devastados porque sentíamos eso.

Entonces, al contarlo y al hablar de la aniquilación (aunque en _Anikillación hay un poco de broma), cuando llegó esta canción en la que hablamos de reanimar los recuerdos y vivir para siempre en el limbo, imaginamos a los _junito, estos personajes que nacieron en _BCN626, saliendo de la habitación, enfrentándose al mundo y, de verdad, ¡podíamos matar a los personajes! [Risas].

Martí: Claro, es que somos los guionistas de nuestra peli. No hay ningún motivo para no matarlos. [Risas].

Zahara: Era fantástico saber que nuestros muñecos podían morir, que podíamos inundar San Francisco, que todo se podía ir literalmente a la mierda, crearnos nuestro limbo y estar en este «no lugar» del que no puedes salir. Yo soy muy fan de la ciencia ficción y Abel Molina, que es el que ha hecho estos pequeños vídeos, (que ya veréis que forman parte de uno más grande, del de _Anikillación, de hecho), es ultra fan, y juntos hemos imaginado muchas historias de ciencia ficción durante muchos años. Entonces, para mí era también un regalo que podía hacerme, el hecho de jugar a La Guerra de los Mundos, a ser un poco Orson Welles, a imaginar que lo que estamos inventando de manera divertida, en realidad está existiendo. Vamos a reírnos de esto y, a la par, vamos a contarlo trágicamente, sabiendo que de lo que estamos hablando, aunque sea una ficción, está basado en una realidad que nos repugna. La verdad es que era muy guay imaginar cómo morían los _junito.

Un disco conceptual no tiene que ser muy intelectual, solo tiene que tener una idea común y un hilo conductor

Es cierto que les vas cogiendo cariño, empatizas con ellos y al final… [Risas de todos]. El disco es un poco así también. 

Martí: Claro, era una historia que salía directamente del disco y simplemente lo ficcionamos un poquito más.

¿Os gusta pensar que _BCN747 es un disco conceptual? Porque a veces parece que hay mucha gente que huye de esa idea.

Martí: Yo es que he crecido con eso. Cuando escuchaba los Beatles de joven, eran discos conceptuales, cuando escuchaba Pink Floyd igual… Lo que pasa es que lo de disco conceptual tiene un nombre muy feo, y que los del rock progresivo le pusieron un disfraz muy feo, vistiéndolo de intelectualidad. Y es que un disco conceptual no tiene que ser muy intelectual, simplemente todo tiene que tener una idea común y un hilo conductor. Por eso yo creo que este disco sí que lo es.

Al final, según lo que dices (y yo también lo creo), casi todos los discos son conceptuales porque todos parten de un mismo momento vital, por ejemplo.

Zahara: Claro, es que es una fotografía de un momento. Y en este caso hemos llevado al extremo el concepto de la foto. De las fotos. [Lo dice señalando la mesa donde hay repartidas un montón de fotos de sus viajes y ligadas al concepto del álbum].

La foto de la foto, del reflejo…

Zahara: Bueno, claro. [Risas]. Es que nos dimos cuenta haciendo las canciones que, aunque sí que había una idea de hablar de los viajes y de salir de la habitación, a la par estábamos entrando más en nosotros que nunca. Estábamos todo el rato hablando de lo que veíamos en nuestro propio reflejo, en las fotos, en una foto que yo le hacía a él, mientras estaba haciendo esa foto nos veíamos reflejados… Vimos que, aunque hubiera una línea clara, involuntariamente, todo eso se estaba cerrando aún más y creando una historia muy concreta, que en realidad es muy fácil: sales del mundo, lo criticas, no te gusta, hasta que te das cuenta de que tú eres ese mundo que odias. 

Martí: No eres tan especial…

Zahara: No eres tan especial, estás criticando a todo el mundo, pero en realidad…

Martí: Eres un ser privilegiado y tienes mucha suerte de poder viajar.

Zahara: Es que, cada vez que hacíamos una canción desde un lugar de dolor o de queja, decíamos: «¿Qué hacemos? Si estamos…»

Si estamos en Los Ángeles, ¿no?

Zahara: ¡Claro! [Risas]. Estamos en un hotel que no nos podemos permitir, criticando que está la gente pobre en la calle, que se ha vuelto drogadicta porque el sistema les ha hecho engancharse al fentanilo, pero yo estoy en mi habitación de hotel ultra pijo, en Hollywood Boulevard, y mañana me cojo mi avioncito otra vez a mi hotel pijo de México. ¡Imbécil! [Risas]

O sea, que vosotros os sentíais un poco farsantes o hipócritas.

Zahara: Totalmente. Es que todo era un odio hacia lo que nos rodeaba, una crítica feroz y, de repente, pensábamos: «¿Qué mierda estamos haciendo?»

Os odiabais un poco a vosotros mismos

Martí: Claro, es que somos parte del problema. Íbamos a México y veíamos que realmente nuestro antepasado era Hernán Cortés, que llego allí a hacer uno de los grandes genocidios de la historia humana.

Zahara: Pero vamos a sentirnos orgullosos de eso… ¡Jamás! Lo que realmente siento es vergüenza.

Es eso lo que ocurre en el disco, que entráis continuamente en ese bucle del yo y el exterior.

Zahara: Total, total.

Martí: Por eso hablamos de «egotrip», porque las fotos son nuestras, en las canciones teníamos esa dicotomía y terminamos incluso mezclándolo nosotros. Todo es muy del nosotros y del ego. La mejor manera que se nos ocurrió fue darnos cuenta de que somos culpables de todo eso e intentar explicarlo.

Zahara: Es que hubo un momento en el que, inconscientemente, quisimos negarlo.

Martí: Sí, sí. Nosotros somos mejores, no somos gente. [Risas]

Zahara: Nosotros somos estos personajitos tan monos, somos los _junito, y los _junito no pueden ser tan gilipollas. [Risas]. Vivimos en esa relación durante un tiempo, pero claro, al final el disco se compone en un año, se escribe, viajas, dejas un texto con una visión crítica, y luego te das cuenta de que esa visión es una basura… Hubo un momento en que mirábamos las fotos y decíamos: «Es que todas las fotos son de nosotros, pero claro, con las canciones que hemos hecho, ¿cómo van a ser si no?» [Risas]

Nos ha venido muy bien hacer canciones por el mero hecho de hacerlas y de disfrutar del proceso

Antes de volver al disco, quería preguntarte a ti, Zahara, después del viaje tan sincero, doloroso y a corazón abierto que has tenido con Puta, ¿cómo has conseguido alejarte de eso, coger distancia, cambiar el chip y encarar este nuevo proyecto? Supongo que, al margen de lo artístico, habría una necesidad humana y personal en todo ello.

Zahara: Creo que fue fácil, porque cuando creamos el disco de Puta fue la hecatombe, la explosión emocional, musical y artística. Luego, encima, cuando llegó el disco y tenía semanas enteras de promo hablando de que abusaron de mí y cosas así, fue fantástico porque, junto a la gira ultra intensa que tuvimos, ayudó a mi proceso de curación. Pero llegó un momento en que claramente necesitaba salir de ahí y, aunque la gira seguía su camino, hubo un día que ya pude llamarle [señalando a Martí] y decirle: «Cuando llegue a casa, vamos a organizar todo el material que tenemos y ya empezamos a trabajar en _juno«. Es verdad que durante el disco de Puta y el principio de la gira había intentos, pero para mí era imposible. Bueno, y para él también porque, aunque sea mi vida, lo arrastré a las profundidades y desde ahí, agarrándonos a las paredes, conseguimos salir. Pero fue fantástico.

Martí: A los dos nos vino muy bien hacer canciones por el mero hecho de hacerlas y de disfrutar del proceso, de sentarnos al piano y decir «mira qué canción más bonita acabamos de hacer». Y también hacerlo con el piano, porque Puta lo hicimos con el ordenador, mucha electrónica, mucha grasa, intentando sacar toda la rabia en el sonido. Y aquí fue diferente. Vimos el documental de los Beatles y dijimos: «Vamos a hacer como ellos».

Justo os iba a preguntar por eso más adelante, porque en el manifiesto ponéis que Get Back, el documental de Peter Jackson, cambió vuestra manera de componer.

Zahara: Es que nos marcó mucho. 

Martí: Se me ponen los pelos como escarpias de recordarlo.

Zahara: Mira, hay un momento clave en el que McCartney está cantando… [tararea Get Back]

Martí: Está cantando Get Back y Lennon le va diciendo frases absurdas.

Zahara: Y él las iba metiendo en la canción. Yo creo que en ese momento, los dos sin hablar pensamos: «De las ocho horas y pico de documental, lo que se me está quedando es que es una maravilla no tener vergüenza en mostrar una idea que no es buena». Nosotros hasta entonces con _juno era como «toma, Martí. Te voy a enseñar esta idea que es increíble»

Y que tú la habías trabajado ya durante horas…

Zahara: ¡Vamos! ¡Más horas que el Sol! [Risas]. «Oh, Dios mío, Martí es el que sabe tocar en _juno, ¿cómo voy a llegar con esto con el casiotone?». Y viendo el documental, dije: «Qué tontería, de qué poco sirve el pudor». Mira que sé que no sirve para nada en muchas cosas, pero pensaba que tenía mucho menos pudor y es mentira. Siempre está la vergüencita ahí, y mira todo lo que se gana sin ella. Cuando John y Paul están con esa canción y el primero le va lanzando cosas, el otro no piensa «mira qué poco arte tiene mi amigo«.

Te juro que esto a los dos nos hizo un click y, a la siguiente vez, se sentó al piano y empezamos a cantar, creo que _Anikillación o _SCLHR. Ahí ya dejé de pensar si había cantado mal algo o si él se había equivocado de acorde. No pasaba nada, lo grabábamos todo. Hay grabaciones del proceso de composición de 40 minutos en torno a una idea y ninguno está juzgando al otro. Eso fue como «Guau, me siento ahora más cerca de Lennon todavía». [Risas].

Martí: Otra cosa más que agradecer a los Beatles.

Zahara: La verdad es que fue precioso, porque en ese momento todo el mundo estaba hablando del documental, pero de la relación que tenían entre ellos, de si se llevaba mal, etc.

Es verdad, todo el mundo lo analizó desde ese punto de vista, de quién tenía más o menos razón, quién se comportaba mejor o peor con los demás, etc.

Martí: Y yo pensaba: «Son unos genios y me caen bien todos»

Zahara: Claro, si es que era todo lo contrario. Mira cómo se admiran, cómo no se avergüenzan y cómo componen.

Martí: El único que tiene vergüenza todavía es Harrison.

No le dejaban mucho…

Zahara: Bueno, no le dejaban… Me callo, no la liemos… Que al final me tengo que abrir Twitter para pedir perdón. [Risas].

Martí: La verdad es que nos dio la vida ver el documental y sentir que estabas dentro de su ensayo.

El documental de los Beatles nos ha ayudado a componer sin pudor, sin avergonzarnos

Es que aunque sea como simple aficionado a la música, creo que es algo que alucinó a todo el mundo. Yo creo que es lo mejor que he visto nunca.

Zahara: Total. A mí me pasó una cosa maravillosa, y es que había momentos en el documental que pensaba: «Es un poco largo», pero acabó y dije: «Qué corto se me ha hecho»

Totalmente de acuerdo. Era como pensar: “¿Por qué no grabaron más cosas así durante toda su carrera?”

Zahara: Qué bonito habría sido. Aparte, qué poca vergüenza tenían. Vimos el documental de Billie Eilish, que todo el rato tienen la cámara ahí, y es muy diferente porque lo han integrado en su manera de ser. Ellos no tenían eso y, sin embargo, están las cámaras y les da igual. Es que da una sensación de verdad y de estar mirando por la mirilla en la vida de estas personas.

Gente que crees que ya lo has visto todo de ellos y, de repente, tantos años después, sale algo así y te deja alucinado.

Zahara: Buah, qué bonito, de verdad…

Martí: Yo sé que es absurdo, pero siempre pienso que son mis amigos. Cuando tenía ocho años, me ponía I Am the Walrus viniendo del cole, leía las letras y, desde entonces, pienso que son mis amigos. Y ahora, después del documental, aún más. [Risas]

A nivel musical, vuestra manera de componer ha sido muy de probar y jugar. ¿Con las letras también habéis trabajado así?

Martí: Con las letras, por ejemplo, en muchas sesiones de tocar el piano, nos sentábamos, poníamos un disco de fondo que nos sonara inspirador, y nos poníamos cada uno a escribir lo suyo en su ordenador.

Zahara: Pero sentados uno al lado del otro. Y luego nos intercambiábamos los textos y los leíamos. Pero era igual, nada de pulir, daba igual si habíamos escrito algo que no rimara o que no tenía nada que ver. Martí es fantástico porque, por ejemplo, si se sienta a escribir acerca de cuando estuvimos en Chile, vimos las barricadas y todo lo que sentimos en ese momento, él conecta rápidamente con eso y le salen cosas. Yo, en cambio, busco la sesión de Zahara de 2020, cuando volví del viaje, releo un poco lo que escribí entonces, sumo alguna cosa… Ahora he hecho callo y he empezado a trabajar como él, pero a mí me costaba muchísimo más hacerlo así.

Martí: Pero ella, por ejemplo, tiene la capacidad de coger los dos textos, de hacer una visión selectiva de los Greatest Hits de cada uno y elegir muy bien cuáles son los momentos emocionantes.

Zahara: Esa es mi cosa favorita de la composición. Porque él llegaba y decía «qué guay, todo vale». Y yo: «¡Déjame a mí!». De repente, me posee el espíritu de Marie Kondo, empiezo a quitar todas las cosas que no valen y dejo lo que entiendo que es bueno. [Risas].

Martí: Algunas cosas sí que las hicimos como dice ella. De repente, en una cafetería de Londres, nos sentábamos una hora a escribir. Esas cosas que se quedaban ahí y, cuando nos poníamos a escribir las letras en esas sesiones, recuperábamos esos textos. A mí me flipa porque el resultado lo siento como un ente único, sabiendo que está hecho completamente al 50 %. Ayer decíamos: «¿De quién es la frase de los recuerdos?». Yo creo que es mía y ella cree que es suya.

Zahara: Pasaron cosas muy bonitas. Por ejemplo, ya habíamos escrito muchas letras, pero todavía no habíamos bajado a la tierra todo lo que habíamos vivido en Los Ángeles y México. Entonces, nos fuimos a Amsterdam casi sin recuperación. Estábamos sentados delante de un canal, paramos ahí a escribir  y a la hora de leer mi texto y el suyo, pensé: «¡Hemos escrito lo mismo!» Imagínate cómo estábamos de mimetizados.

¿Pero sabíais un poco lo que queríais contar o ni eso?

Zahara: Sí. Por ejemplo, estamos los dos mirando el canal y viendo cómo todos los edificios están completamente abatidos y decimos: «Están abatidos como libros en una biblioteca». A lo mejor esa frase, que fue del día de antes mientras pateábamos, sale cuando te paras a escribir. Y esa frase en concreto la escribimos los dos exactamente igual.

Y de ahí sale _La Biblioteca Nacional.

Zahara: Eso es. Esta es _La Biblioteca Nacional [lo dice cogiendo una foto de las que hay repartidas en la mesa y mostrándomela], los libros que nos llevamos a nuestro viaje y que no leímos.

Siempre hay que llevar libros a los viajes, aunque luego no los abras.

Zahara: Siempre hay que llevar once libros… Sobre todo si vas a ciudades donde hay librerías con libros en castellano y en inglés. [Risas].

_juno

_juno es nuestro espacio de libertad y de hacer las cosas sin tener que seguir ninguna regla de la industria

¿Sabíais lo que queríais contar con este disco antes de empezar todo este proceso?

Martí: Sabíamos que queríamos hacer canciones sobre los viajes que íbamos a hacer. Lo que no sabíamos era qué iba a pasar y en el previo era como «vamos a ir a Ciudad de México y vamos a escribir letras allí», y eso no pasó. Sí que hicimos dos mil fotos y escribimos algunas cosas, pero lo que se nos quedó fue la imagen, tanto real como mental, y luego utilizamos ese viaje para escribir las canciones. Lo que no sabíamos era qué íbamos a contar porque pensábamos que nos íbamos a encontrar una cosa y la sensación fue otra.

Zahara: Era guay ir todo el rato con las cámaras, hacer fotos de los lugares en los que estábamos y grabar cosas, pero nunca sabíamos bien a dónde llevaría todo.

Martí: Fue como ir dejando miguitas en el camino y luego aquí, cuando teníamos las sesiones de grabación, era como darse la vuelta y recoger todo eso que habías dejado como inspiración. Lo bueno es que teníamos muchas cosas que decir porque habíamos tenido esa experiencia. Por eso teníamos muy claro de lo que queríamos hablar.

Zahara: De hecho, por ejemplo, _Anikillación iba más sobre la música, pero nos dimos cuenta que hablaba de lo mismo. _Por algo será habla de esa presión que sentimos en la redes, de mostrar una imagen y pelear por ser el que más seguidores tiene. En realidad vimos que también estaba relacionado, que no hace falta viajar, ni irse muy lejos para ver que de lo que estamos hablando está también en nuestra vida.

El único adelanto del disco, _La canción que no vas a hacer hoy, salió ayer, solo cuatro días antes de que se publique el disco. Además de esto, habéis hecho algunas escuchas del álbum en diferentes tiendas de discos del país. Es ir un poco a contracorriente de cómo se hacen las cosas en la industria. ¿Es vuestra intención también reivindicar una manera diferente de hacer todo esto?

Martí: Realmente es como lo sentimos, no son ganas de ir en contra de nada. _juno es nuestro espacio de libertad y de hacer las cosas sin tener que seguir ninguna regla de la industria. Nos apetecía darle valor al hecho de que sea un disco completo, y queríamos intentar que quien tuviera ganas escuchara el disco entero. Tuvimos muchas conversaciones al respecto, incluso una especie de plan en el que había dos adelantos, pero hubo un momento en el que nos miramos y nos dijimos: «Se nos está yendo de las manos. Esto no es lo que queríamos hacer». Entonces decidimos redireccionar la nave, sacar _La canción que no vas a hacer hoy dos o tres días antes y hacer esto de las escuchas.

Zahara: De hecho, la canción iba a salir hoy, pero como era San Valentín, dijimos «¡qué día más terrible para sacarla!». [Risas]

Martí: Sobre todo es que, como oyente, me pasa muchas veces que, cuando sacan muchos adelantos, a lo mejor pienso que no me va a gustar ese disco. En cambio, cuando escuchas el disco entero, cambia mucho la película. Nos pasó con el disco de Billie Eilish, por ejemplo, y ahora somos súper fans.

Zahara: Es que, muchas veces, el adelanto ya te genera un rechazo o unas expectativas.

Yo soy bastante reacio a todo eso. Vengo de otra generación en la que los discos completos tenían más valor. Así que cuando alguien saca un single, lo escucho una o dos veces y no lo vuelvo a hacer hasta que no sale el álbum completo.

Martí: Claro, es que como melómano es normal que lo hagas así. Yo hago lo mismo.

Zahara: Sí, a mí me pasa igual. Yo escucho los discos enteros, hasta el de Sza de 23 canciones.

Martí: Queríamos hacerlo así porque somos melómanos como tú y, para un sitio en el que solo tenemos que cumplir con nuestra intuición y nuestros sentimientos, pues lo hacemos y ya está.

Sentimos fascinación por todo lo que ocurrió en Laurel Canyon en los 70

Habéis nombrado el tema _Anikillación varias veces. Aunque todo el disco encierra bastante cabreo y crítica, esta es la más explícita. ¿Uno se queda a gusto al hacer un tema así? 

[Risas de ambos]

Martí: Sí, sí. Además, siendo una de esas canciones que salen rápido, te quedas aún más a gusto.

Zahara: Hubo un momento en el que pensamos: «¿Decimos lo de «se corre en tu boca»?». Y dijimos, «por supuesto». Lo hablamos con esa frase y con la de «sigues tragando hasta la última gota», pero es verdad que cuando tomas la decisión de decirlo no tiene que haber vuelta atrás. Ni es verdad ni es mentira, es simplemente lo que siento en ese momento, ya está. 

Martí: Esa es la excusa que tenemos en todo el disco: que, como nosotros también somos culpables, podemos decir estas cosas. [Risas]

Zahara: Me acuerdo cuando hicimos la escucha del disco en Marilians, mirábamos las caras de la gente…

Martí: ¡Qué divertido!

Personalmente, cuando hablo de temas que me cabrean, que me sensibilizan o que me parecen injusticias, a veces no sé si me viene bien hablarlo porque acabo casi peor que antes de hacerlo. Como que me voy encendiendo más y no me quedo tan a gusto como querría.

Zahara: Ah, ya… Es que entonces tienes que hacer la canción. [Risas].

Martí: Yo soy como tú, que cuando me cabreo con algo, me enciendo y no me quedo a gusto. Pero cuando haces una canción hay un raciocinio y un pensamiento.

Zahara: También porque te lo llevas a otro plano y te ríes de lo que estás contando. La chispa que prende la ira es real y hay mucho cabreo de verdad, pero luego te tienes que reír porque todo eso lo empiezas a cantar. Hay mucho humor.

Martí: Es que, si no hubiera humor, no habríamos metido lo de la corrida. [Risas]

Zahara: A mí me produce mucha risa, porque digo: «Pensé que lo había dicho todo en «Puta», pero todavía tenía una frase mejor». [Risas]

En _La Biblioteca Nacional habláis de Chumash Highway. También hay una canción que se llama _Los Feliz en la que nombráis Laurel Canyon o Hollywood. Aunque el disco habla de varios viajes, parece que este os ha marcado más, al menos nombráis más lugares concretos que de ningún otro sitio. Contadme por qué.

Zahara: Nosotros ese viaje estuvimos escuchando continuamente la música que se hizo en esa época en Laurel Canyon. 

Martí: Para mí hay una fascinación desde siempre con todo lo que ocurrió con la música en esa zona. De ver que, en esa montaña infinita, las casas de ricachones eran cabañas de fumetas en los 70, por las que iban pasando todos los artistas de la época y te encontrabas a Joni Mitchell, por ejemplo.

Zahara: Todo eso me encanta. Nosotros cogíamos el coche y nos imaginábamos todo aquello. De hecho, nos entró la obsesión de comprarnos una casa allí. [Risas]. Era como que queríamos vivir de esa manera, rodeados de naturaleza.

En Los Ángeles nos dimos cuenta de que todo lo que nos han vendido es un decorado

Martí: Los coros de _Los Feliz son un homenaje a todo eso, a los coros de Crosby, Stills & Nash o de los Beach Boys. Y, de hecho, usamos la reverb del estudio de Capitol.

Zahara: Estábamos alojados al lado y estábamos obsesionados con esa reverb.

Martí: Sé que es un poco de melómano chalado, pero sentías un poco el peso de la historia musical, aunque era solo conducir por esas carreteras y luego de repente un cartel: Mulholland Drive.

Zahara: Es que es toda la historia del cine, toda la historia de la música, la luz que tiene Los Ángeles… Son muchas las fotos que hemos usado de allí porque da igual la cámara que tengas y cómo las hagas, siempre quedan bien con esa luz. Nosotros veníamos de México fascinados y llegamos a Los Ángeles, cogimos el coche (que era un Mini medio descapotable) con un sol y una luz increíbles… Nos gustaba todo de esa ciudad, cada rincón, cada foto que hacíamos. Entramos en un sitio que vendían marihuana… Dios mío, qué lugar.

De repente, vamos al hotel que era uno ultra pijo y nos cuentan que por la noche ahí hay fiestones increíbles con Paris Hilton, con Juanita Pérez o yo que sé… Subimos arriba, hacemos la foto de la portada porque está entrando una luz espectacular en la habitación… Era una habitación random, pero te asomabas y veías palmeras y Hollywood. El caso es que bajamos a la calle a por un café y, de repente, eso era The Walking Dead. Eran las 5 de la tarde, estaba todo cerrado, toda la gente que había en la calle eran los que, por desgracia, no tienen un hogar y que muchos han perdido la cabeza, que no sabes si te van a escupir o te van a sacar una navaja o si solo te quieren pedir dinero… Pasó todo eso en cinco minutos.

Martí: Te decían que estaba todo cerrado a partir de las 5 porque era la hora en la que las cosas empezaban a ir mal. Al final ves que es una ciudad en la que no puedes andar, que tienes que ir en coche.

Zahara: Entonces se nos hizo literalmente de noche. Fue como, «¡qué basura de ciudad!, es todo un anuncio con un horario». Así que nos fuimos al mirador a ver las letras y a sentirnos parte de la «mochufa», como diría Santiago Lorenzo [autor de Los asquerosos], y dijimos «vámonos de aquí». Al día siguiente paseamos por Mulholland Drive, por Venice Beach, por Santa Monica…

Martí: Nos pusimos a Crosby Stills & Nash y nos fuimos para el norte.

Zahara: Nos fuimos a San Francisco y, cuando llegamos a Chumash Highway, también era increíble con la puesta de sol, esas carreteras, un acantilado detrás de otro… Era todo una fantasía, hasta que parabas el coche y decías «¡qué horror todo!» [Risas]. Es que esa frase de la canción en la que dice: «Admiro Hollywood, como si fuera el Coliseo romano», significa que son unos genios, nos han vendido la nada. 

Martí: Nos han vendido que había que aspirar a eso y cuando estás ahí te das cuenta que todo es un decorado.

Durante este proceso hemos ganado muchísima confianza en nuestro criterio

Hablemos de _Por algo será. Esa canción tiene un sample de Rufus T. Firefly. Contadme un poco cómo ha surgido eso. 

Martí: Nos mandó el vinilo Víctor y venía con un single de 45 revoluciones, de estos que tienes que poner el adaptador. Ella en su casa no tiene el adaptador, entonces lo pusimos a 33 revoluciones, nos habíamos tomado un vinito y tampoco estaba muy centrado el vinilo, así que aquello empezó a girar mal.

Zahara: ¡El mejor sonido que has oído en tu vida! [Risas]

Martí: Se lo dijimos a él: «Te has equivocado, tenías que habernos llamado de productores». [Risas]. Nuestra idea era que tenían que haber grabado el último disco, masterizarlo en vinilo, dárnoslo a nosotros y nosotros darle las canciones de nuevo. [Risas]. El caso es que oímos ese trozo de una canción…

Zahara: De hecho, creo que era el final de una canción y, en bucle, con el pedo que llevábamos…

Yo no he identificado qué canción es.

Zahara: Mejor que no.

Martí: No se puede decir. Pero te hemos dado pistas.

Zahara: El caso es que lo estábamos escuchando y dijimos que eso era increíble. Entonces otro día lo grabamos, y toda la armonía que hay en esa canción es del sample que les robamos. El bajo y los beats solo único que hicimos nosotros.

Martí: Nos encantó hacer eso porque no pasa mucho. Siempre se samplean cosas muy famosas y, de repente, vimos que era muy guay samplear a unos compañeros y amigos.

Zahara: De hecho, quedamos con él y se lo pusimos en plan, «Espero que te guste. Y si no, pues… lo regrabamos todo». [Risas].

En definitiva, este disco es un viaje o un compendio de viajes. Entiendo que aquí hay mucho aprendizaje, tanto a nivel artístico como personal. 

Martí: A nivel artístico hay mucho aprendizaje, por esto de haberlo querido mezclar nosotros y haber sido nosotros los ingenieros y productores del disco. El aprendizaje se me escapa aún hasta dónde nos puede llevar, pero me da la sensación de que estamos en una misión de querer saber cómo se hacen los discos muy intrínsecamente y querer hacer discos toda nuestra vida. 

Zahara: Fuimos un poco ingenieros el uno del otro. Nos dejamos llevar mucho por lo que nos sonaba bien, aunque en teoría no fuese técnicamente lo que debíamos hacer.

Martí: Y a nivel personal es un poco lo mismo. Me encanta tocar en directo, pero hacer discos sé que es lo que quiero hacer hasta el día que me muera. Y la única manera que se nos ocurre de ser completamente independientes es conocer nosotros todo ese proceso de grabar los discos, de producirlos, de mezclarlos, de entender de sonido, de investigar… La verdad es que este ha sido un disco fundamental porque ahora me siento por primera vez un productor. Hemos descubierto que somos un gran equipo de trabajo.

Zahara: De hecho, gracias a esto hemos empezado a trabajar con otra persona con este sistema y nos hemos sentido capaces de trabajar en la composición y en la producción los dos, mano a mano. Esto ha supuesto un paso muy grande porque hemos ganado muchísima confianza en nuestro criterio.

Y, a nivel personal, es que fue un viajazo todo lo que vivimos, el sentimiento anti imperialista que nos nació. De hecho, cada vez que alguien nos hablaba de México con una connotación negativa, nos cabreábamos mucho y solo nos salía decir: «Ve y deja de hablar desde tu casa de lo que crees que pasa al otro lado del mundo». Al final es un aprendizaje importante, que no hay ciudades mejores ni peores, sino que cada lugar se organiza de una manera diferente. Valorar esa diferencia es lo que nos nutre. Parece muy mágico, pero es verdad que, cuando te encuentras la realidad, los prejuicios y el racismo con el que vivimos, te das cuenta de que hay que abrir los ojos. A mí el viaje a México me cambió muchísimo, para bien. También miramos comprarnos una casa allí. [Risas].

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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