Después de años de silencio y muchas dudas y miedos entre medias, María Yfeu se atreve a romper con ello y, huyendo de cualquier tipo de etiqueta lanza Haz lo tuyo (2025), su segundo álbum de estudio. Desde Santo Amaro (2022), su primer trabajo, no sabíamos nada de esta artista sevillana, y es que la industria puede llegar a pesar de más cuando los ritmos de producción son cada día más y más rápidos. Por suerte, esos miedos terminan desapareciendo y se convierten en proyectos como el de esta artista: un disco precioso y delicado, muy difícil de definir, que abre la puerta a lo que podría ser una de las voces femeninas más destacadas en la escena actual.
Con una total sinceridad y explorando emociones compartidas, este segundo disco de la sevillana atraviesa y viaja por las complejidades a las que todo ser humano se debe enfrentar en algún momento de su vida. Este viaje va hacia las transformaciones en relaciones de amistad, hacia amores frustrados que nunca logran coincidir, pero también visitando aquellos que sí terminan de florecer. Maria Yfeu nos regala Haz lo tuyo para que, a partir de este momento, también esos dolores sean nuestros. Hablamos de todo lo que hacer un disco conlleva y de lo que ha supuesto para ella este nuevo paso en su carrera.
El 21 de febrero ya era nuestro Haz lo tuyo, ¿cómo te sientes y qué cosas te está trayendo en estas primeras semanas?
La verdad que me hizo bastante ilusión sacar este disco porque he trabajado mucho la confianza en mí misma mientras lo estaba haciendo, por eso creo que Haz lo tuyo nace un poco de ahí… de buscar valor en las cosas que hago, sin necesidad de compararme o de meterme en una corriente concreta de sonidos. Tenía muchas ganas de que saliera. Siento que está teniendo una acogida muy realista, no se está forzando por ninguna parte. Está teniendo la repercusión que debe tener porque no lo estamos forzando. Estoy teniendo una devolución de la gente y de los medios de comunicación muy guay y muy sincera.
¿Sientes que la acogida de Haz lo tuyo está siendo diferente a lo que tuvo Santo Amaro?
Son discos muy diferentes… no sé si hay una diferencia en cuanto al público o en cuanto a mí misma. Cuando lancé mi primer disco, estaba en una situación que casi no me estaba enterando de lo que me estaba atropellando el momento… Con mi primer disco tenía mucha ilusión y había mucho trabajo puesto en esas canciones, pero no me sentía completamente expuesta en ese disco, por lo que, tal vez, no le di tanto valor o importancia como le estoy dando ahora a este.
No sabíamos de ti desde que estrenabas Santo Amaro (2022). Han pasado casi 4 años desde entonces… ¿Por qué te has tomado todo este tiempo para volver a enseñarnos tu música?
Santo Amaro salió en 2022 y estuve girando con el disco sin parar casi un año. Luego estuve sin tocar dos años y estuve rechazando bolos porque ya no quería tocar más ese disco. Lo que me pasó es que ese disco ya lo estuve tocando antes de que saliera y fue todo un poco caótico, sentí que estaba quemado. Después de eso, lo que pensé es que no iba a volver a sacar música… en plan, retirarme del todo y pensar en otra movida. La música me encanta y me encanta todo el proceso, pero odio todo lo que la industria envuelve.
Luego, a partir de 2023 y 2024, me encerré en casa a componer, tocar, arreglar y producir, y todo eso me fue llevando a tener un segundo disco. El proceso creativo de hacer un disco es bastante duro porque, con el ritmo de producción que se tiene a día de hoy, te sientes inútil si no tienes las ideas rápido, porque parece que no tienes nada. Esa sensación de no tener ideas es lo que da bajón y lo que te lleva a pensar que tal vez no sirvo, pero simplemente, el proceso creativo necesita de unos tiempos que no puedes forzar… Entonces, en este tiempo lo que hice fue retirarme para crear.
¿Es inevitable sentir presión por los tiempos de la industria?
Creo que sí… yo sentía presión y, cuanta más presión sentía, menos ganas de hacer música tenía. Pero yo siempre he sido muy peleona y pensaba que si cedía a esos tiempo que la industria marca, el resultado iba a ser peor. He tardado en volver a tener algo que ofrecer pero, por otra parte, considero que hay mucha gente como yo que sigue los mismo pasos creativos, que hace música parecida o en la misma escena, digamos en el mismo nivel, y que al final tarda lo mismo.
Tardar tres años en sacar un disco tampoco es tan raro como la gente nos hace pensar… Hay quien, en mitad de esos tres años saca un EP, saca algún single… El primer adelanto de Haz lo tuyo fue en 2024 y, si sacamos cuentas, son solo dos años. No trabaja igual una persona desde una industria mainstream que pueden dedicar todo su día a eso y que, además, hay detrás mucha gente trabajando con ellos. Para que se genere una idea y que sea buena, hace falta tiempo y, sobre todo, medios para llevarlo a cabo.

«cuanta más presión sentía, menos ganas de hacer música tenía»
En Santo Amaro, la mayoría de los temas estaban compuestos en inglés. Haz lo tuyo es íntegro en castellano. ¿Qué ha cambiado estos años para tomar este nuevo rumbo en la composición?
Creo que algo no funcionaba con el inglés conmigo en ese momento. De hecho, hay momentos ahora en los que canto cosas en inglés todavía en mis composiciones. Pero bueno, siempre tengo un respeto extraordinario por los acontecimientos de las cosas. Esas canciones ya las tenía, las quería sacar y salieron en inglés. Es mucho más natural muchas veces para las personas que empezamos a componer. Luego empecé a componer en español y el tiempo me ha tirado un poco más por el castellano porque creo que me ayuda un poco más a expresarme.
¿Sientes que tener 10 canciones en español va a acercarte a un público concreto?
No lo sé porque al final, yo sigo haciendo un género que no sé si es de nicho, pero tampoco es como… wow. Lo que yo hacía antes, igual sí que tiene incluso más recorrido a nivel de conciertos. No vas a ser famosa de repente, pero la música que tiene fusión con el jazz o la música brasileña tiene un nicho más grande y como atemporal, y la verdad que no me iba nada mal con eso. Lo que pasa es que he llegado a un punto en el que siento que tengo que empezar a hacer lo que quiero y lo que deberíamos estar haciendo, que es no seguir imitando o replicando cosas que ya están hechas.
Hace falta un espacio en medio, entre una escena musical fuerte, para dar paso a la siguiente. Si, de repente, lo que yo hago no es tan valioso como lo que ya se viene haciendo, me sacrifico en ser el puente hacia lo que dentro de un tiempo puede ser súper guay. Hay que empezar a hacer lo que a uno le nace. Y lo del idioma… la mayoría de música que consumo es en inglés y soy capaz de extrapolarlo como influencia, pero al final mis pensamientos y mis emociones están en castellano.
Hablabas de la imitación y de que es fácil caer ahí al principio cuando quieres encajar en lo que ya funciona… ¿alguna vez has sentido que estabas cayendo un poco en eso?
Bueno, al final, en la música y supongo que como en cualquier arte, la imitación es el primer paso para aprender a hacer algo. Entonces, creo que sin imitar no puedes llegar a ningún sitio. Pero luego, la movida es que imitar tampoco es nada fácil… Yo hacía canciones que tenían una estructura más jazzera, con estructura progresiva, que son cosas que puedes ubicar en épocas del siglo XX, entonces creo que no fui capaz de juntar todo eso que yo conocía y hacer una cosa única mía. Y con esto quiero decir que puedes tocar un instrumento o utilizar tu voz de una manera brillante, pero no estar llegando al punto de estar haciendo algo que no pudiera hacer cualquiera. Y, como decía, si quieres ser un artista, tienes que dar un paso más arriesgado para no parecerte a nadie e intentar buscar tu propia identidad.
El proceso de este disco fue un poco difícil para ti. No sabías si debías trabajar en esto o no… ¿Cuáles son los miedos que te surgen a la hora de enfrentarte a un proyecto como este?
Lo que más miedo de daba es que estoy sola, no tengo una banda… y segundo, que no tengo tantos medios. Tengo un equipo que me apoya muchísimo y estoy súper agradecida por eso, pero no tengo tres o cuatro personas que estén conmigo y vayan conmigo a todo. Lo que hago, lo tengo que pagar yo y defender yo. Tengo que enseñárselo a gente que en el fondo no son mis amigos, sino gente con la que trabajo y que, a nivel de exposición, hay veces que te puedes sentir sola. Todo eso a veces cansa un poco. Sí me planteé la movida de que me estaba faltando algo y ahora me doy cuenta de que era buscar mi identidad. Considero que estoy bastante presente en mis canciones, pero quiero adentrarme más y eso me da miedo.
En el primer disco tiré mucho de hacer cosas muy cargadas, muy arregladas, con armonías muy complejas, con melodías que viajaban… todo demasiado correcto. Con este disco he hecho cosas más sencillas e incluso algunas que están teóricamente mal. Esto lo hacía de manera consciente, luego tenía que enseñarlo a señores más mayores y a la vez defender por qué eso estaba hecho de esa manera. Estoy todo el rato expuesta, y con recursos y medios que no tengo. Es complicado hacerlo con mucho cariño porque, a veces, recibes respuestas que no son las más positivas. Lo que a mí y a algunas compañeras se nos exige, muchas veces no se le exige a los hombres… eso hace que nuestro activismo sea muchas veces pensar en mandarlo todo a la mierda.
Yo un día me di cuenta de que ahora el 90% de la música que escucho son mujeres y, mirando atrás, caí en que la mitad de mi vida solo he tenido referentes hombres… Es difícil buscar una identidad de esa manera porque no tenemos la misma sensibilidad y siempre te encuentras en un quiero y no puedo.

«Considero que estoy bastante presente en mis canciones, pero quiero adentrarme más y eso me da miedo»
Ahora hay muchas mujeres que están tomando las riendas de sus proyectos. Se están auto produciendo y, en general, se están rodeando de más mujeres. Poco a poco, pero es un paso…
Totalmente. Además, yo creo que la mayoría de proyectos interesantes ahora mismo son de mujeres. Hasta ahora siempre hemos conocido a mujeres que son más bien popstars y creo que ahora se están viendo perfiles más bajos que están despuntando.
A la vez, por lo que has estado proyectando en redes sociales, realmente es esto lo que quieres hacer y lo que te hace sentir bien. ¿Cuánto sientes que debes seguir luchando por tener ese hueco en la industria?
Pues bastante aún. No solo por ser mujer, sino por la parte económica. Si tienes dinero, vas a estar dentro antes que otras personas que quizá lo merezcan más. Y está todo relacionado porque, si tienes dinero, tienes más tiempo para poder dedicarle a un proyecto sin miedo. A la vez, si tienes dinero, por lo general, sueles tener más contactos. Y no me gusta entrar en esta polémica porque no me gusta ser quejica con esto, pero es una realidad… Hay gente que está en sitios que no le corresponden y luego hay gente que tiene un talentazo y sí merece estar ahí. Pero siempre intento evitar ese pensamiento y entrar en bucle, hay que centrarse en hacer cada una lo suyo y que lo que tenga que venir, vendrá.
He escuchado que sientes Haz lo tuyo como un primer disco, ¿por qué?
Bueno, es algo que se está comentando, pero no es del todo así. Lo siento como lo que es, mi segundo disco. Lo que sí siento, es que va a ser el que me lleve a una carrera más larga. Amo Santo Amaro, pero creo que Haz lo tuyo me va a hacer dar un paso importante en relación a beber más de estos sonidos que del primero. Por supuesto, hay canciones en Santo Amaro que me han traído a Haz lo tuyo, por ejemplo Me vio llorar, que es la última canción que entró en Santo Amaro, podría encajar perfectamente en este segundo álbum. La evolución está latente y estoy orgullosa de los dos por igual.
Las diez canciones del disco son para ti como diez cartas. Hablas de una manera bastante explícita de temas como la pérdida, el paso del tiempo… en general hay mucha humanidad en tus letras. ¿Cuándo empiezas a escribir estas canciones y cómo consigues que haya quedado tan redondo?
Creo que relativamente tarde. En 2023 me doy cuenta de que estoy volviendo a escribir un disco. Estas canciones las trato con mucho cuidado y delicadeza porque hablo de cosas muy personales, y lo hablo desde un sitio en el que intento ser buena conmigo misma. Esto nos suele pasar a todas, pero con quien más crueles somos es siempre con nosotras mismas.
Con este disco, lo que intento decirme es «no te castigues tanto por las cosas que has hecho ‘mal’, porque no están mal». A lo que llego con estas cartas es que, sí… yo he hecho esto, ¿y qué? No pasa nada. Voy a seguir haciendo otras cosas y voy a seguir sorteando mi vida como pueda. Si estuve en una relación y salió mal, no voy a castigarme… si perdí a una amiga, pues lo mismo. Yo tengo esas inseguridades y esos miedos, y no quiero estar escondiéndolos. Por eso, siento que cuando empecé a escribir estas canciones lo hice con mucho, mucho cariño.
Hablas de estas canciones como si fueran un mantra que te hace sanar y sentirte mejor. ¿Las escribes con esa intención o simplemente para sacarlas de tu cabeza y ya?
A veces sí y otras veces es simplemente una idea que tengo y que disfruto haciéndola. Muchas veces escribo por disfrutar de algo que sale de mí. Es cierto que, a veces, cuando me estoy comiendo demasiado la cabeza y ese pensamiento me empieza a pesar físicamente, hago canciones. No soy una persona que hable demasiado de lo que le pasa y, en ese sentido, hacer canciones me ayuda a expresarme.
Una de las cosas que tenías bastante claras a la hora de desarrollar este disco es que querías huir de la etiqueta de cantautora. ¿Cuál es tu relación con las etiquetas y en concreto con esta?
Las etiquetas en general, me dan bastante igual, pero yo sí voy a evitar ponérmelas. Lo único que a veces me queda es revelarme contra ellas. A veces siento que me la están poniendo un poco por descuido. Cuando me llaman cantautora y me relacionan con eso, ha sido porque soy una mujer sola que hace canciones y toca la guitarra. Hay hombres que hacen lo mismo y se les considera indies…
No entiendo cómo llegué a ser percibida como cantautora en mi primer disco, cuando es un trabajo que está lleno de arreglos, con una banda… no hay canciones a guitarra y voz. Entiendo lo que es la canción de autor, pero no creo que sea el caso. De este disco tampoco entendería de dónde lo podrían deducir. También he leído que en este disco tengo influencias del soul… y creo que puede llegar a ser un poco ofensivo para la gente que sí canta soul. Me gusta revelarme contra estas cosas, pero entiendo que son descuidos.
«No entiendo cómo llegué a ser percibida como cantautora en mi primer disco»
Aunque Haz lo tuyo está producido por Raúl Pérez y grabado en La Mina, el proceso de maquetación empezó en casa. ¿Cómo fue ese proceso hasta llegar a la producción final?
No ha habido tantos cambios desde la maquetación que hice en casa hasta que lo que ha resultado, lo que sí ha cambiado un poco ha sido el sonido. En cualquier proceso de producción, lo que se busca es que el sonido sea mucho más grande y bonito… más crudo. Lo que hice con Raúl fue hacer crecer el disco. Yo tenía las ideas de dónde iba a ir cada cosa y él lo cogió todo y muy rápido lo supo hacer grande. En ningún momento ha querido meter la mano y cambiar cosas, sino que me daba ideas. Ha sido muy bonita la confianza que él ha depositado en mis ideas. Eso da mucho impulso y mucha confianza.
Los videoclips están hechos de la mano de Ana Wedfry y en algunos te vemos como protagonista y en otros no, ¿cómo es tu relación con las cámaras y con el escenario?
Uf… pues depende. Es curioso porque me encanta ir a la radio y hablar sin parar, no me da nada de vergüenza, pero cuando acaba el programa y tengo que grabar un vídeo diciendo algo… simplemente no puedo [risas]. Tener que salir en un videoclip me da igual, por ejemplo. No sé… son cosas que no tienen demasiado sentido. En el escenario no tengo ningún problema hasta que tengo que hablar o decir algo. Es cierto que trabajar con Ana me da mucha seguridad, ella lo hace todo más fácil y, al final, para hacer los videoclips tampoco suelo tener mucho presupuesto para pagar a alguien que salga por mí.
Yo siento que ahora la gente, como consumidora o espectadora, no invierte mucho tiempo en ver videoclips, siento que se está perdiendo un poco esa parte. ¿Es una percepción mía o tú, como creadora y a la vez consumidora, también lo sientes así?
Entiendo lo que dices. Yo, si tengo que hacer algo, me gusta hacerlo bien… entonces, para mí lo ideal sería que desaparecieran porque no tengo presupuesto [risas]. Si tuviera más dinero, invertiría en hacer más videoclips porque he crecido viéndolos, pero como no puedo… para hacerlo malo, prefiero no hacerlo. Al final, es una situación en la que estás muy expuesta y me daría mucha vergüenza hacerlo y que estuviera mal o cutre. Por ejemplo, para hacer un lyric video tienes que ser muy creativo porque si no va a quedar terrorífico. Ana y yo trabajamos mucho para tener ideas y ella me ha ayudado mucho en toda esta parte. Lo ideal es encontrar un idea que sea buena y barata.
Para todo el imaginario visual del disco, ¿cuál era la idea inicial de la que partíais? Hay una parte que te lleva a lo onírico…
Sí, totalmente, es lo que hemos intentado. Para mí, todo el disco parte del momento del sueño, no solo en los vídeos sino en las letras también. Yo quería que hubiera una estética blurry, como distorsionado, y ella ha sabido jugar muy bien con las luces y el color. Lo hemos intentado conseguir disimuladamente porque, si quieres hacer eso bien y a lo grande, se necesitan muchos recursos. Sin recursos queda cutre.
¿Y qué esperas de este año con Haz lo tuyo?
Pues por el momento tengo muchas ganas de tocarlo, exprimirlo y disfrutarlo al máximo. Cuando no has tocado un disco antes de sacarlo siempre es más divertido enfrentarte a esas primeras veces. Quiero que este disco me vaya llevando a la próxima vez y casi estoy pensando en el siguiente.