InicioEntrevistasMarsella: “La sociedad cada vez está más anestesiada por la virtualización” (2020)

Marsella: “La sociedad cada vez está más anestesiada por la virtualización” (2020)

-

Fotografía: Alejandro García-Cantarero

Germán G. Dobarco y Nacho Martínez forman Marsella, una banda que en apenas un año de vida ha grabado su interesante disco de debut junto al prestigioso productos Carlos Hernández y sus canciones ya están empezando a despegar gracias también a la fuerza de un directo divertido, desprejuiciado y con grandes dosis de intensidad.

Las ocho canciones que forman Aquellas pequeñas cosas que nunca se fueron, mezclan a la perfección las guitarras y los sintetizadores en lo que, según sus propias palabras, quizá sea el punto fuerte de Marsella, la equidistancia con ambos elementos y el equilibrio entre ellos. Ataviados con sus americanas rosas, acordes a la imagen que pretenden transmitir con este proyecto, Nacho y Germán nos cuentan todo lo que significa Marsella y lo que su música puede transmitir en este disco y en sus conciertos.

Marsella

El disco salió a finales de noviembre y antes de empezar la entrevista quería preguntaros qué tal están siendo estos dos primeros meses con el álbum en la calle.

Germán: Ha sido un proceso un poquito complicado porque es cierto que el mercado ha cambiado y la gente ya casi no consume discos. Nosotros en un principio queríamos hacer un EP pero, por una serie de circunstancias, al final hicimos un largo y estamos contentos. Somos un grupo que llevamos un año, es cierto que no hemos hecho nada y que nos queda todavía muchísimo, pero parece que a la gente le está gustando. Así que, en ese sentido, estamos bastante encantados de la vida.

Para muchos lectores vuestro nombre será algo nuevo. Explicadme vosotros mismos quiénes son Marsella. ¿Cómo nace la banda?

Nacho: Germán estaba en una banda en la que yo entré porque buscaban un bajista. Esa banda, por circunstancias de la vida, se fue muriendo poco a poco. Cuándo eso ocurrió, tanto Germán como yo teníamos claro que queríamos seguir haciendo música, así que fuimos hablando y poco a poco se encauzó todo hacia lo que finalmente ha sido este proyecto. Al final siempre lo definimos como que somos dos colegas que nos molan los sintes y la zurra, un día empezamos a hacer demos y hasta hoy.

¿Lo que hacíais antes tenía que ver con esto?

Germán: Tenía que ver porque éramos un grupo más o menos del sector indie, pero empezó en inglés y el estilo de música era un poco más sofisticado. Además éramos cinco cabezas pensantes y cada uno miraba hacia un lado, así que las canciones eran bastante diferentes según quien las compusiera. En ese sentido, yo creo que tampoco tenía mucho que ver con lo de ahora.

Con esto de ahora encontramos un nexo de unión Nacho y yo, dimos con la tecla y nos fuimos a Barcelona a grabar nuestra primera maqueta. La noche anterior a la grabación estuvimos en un bar de El Raval que se llama Bar Marsella y que dio nombre a todo esto (risas). Estábamos tomando algo y un amigo nuestro, Ignacio Buhigas, que es como nuestro fiel escudero porque además él también estuvo metido en el mundo de la música con bandas maravillosas como Suéter y Aurora, nos comentó en plan coña que teníamos que llamar Marsella a alguna canción o incluso al grupo. 

El arranque de la carrera de cualquier banda no siempre es fácil y en ciudades como Madrid hay una oferta tan grande que a veces es difícil prestar atención a grupos nuevos. ¿Empezar en una ciudad así es más una ventaja o un inconveniente?

Nacho: Es una ventaja porque, a pesar de que la oferta es mucho mayor, también tienes más opciones a la hora de escuchar música, de conocer bandas, de tocar en salas…

Cuando eres de fuera tienes la ventaja de que la gente tiene menos oferta y es más fácil que te hagas un hombre. Pero al final, lo que te puedes exponer aquí, es mucho más que lo que te puedes exponer fuera. Es como comparar una banda de Inglaterra con una de España, pero otro nivel.

Germán: También es verdad que se pierde ese tipo de magia que a veces nace con ciertas bandas, como por ejemplo con La M.O.D.A., a los que he visto crecer porque yo soy medio de Logroño, medio de Burgos. Esa sensación que se tenía de que La M.O.D.A. era el grupo de Burgos, es algo que Nacho y yo nunca vamos a tener. Es que incluso Vetusta Morla, que son de Madrid, no son el grupo de Madrid, son el grupo de Tres Cantos. 

Necesitábamos un “productor padre” y Carlos Hernández fue una elección acertada

¿Dónde posicionaríais vuestra música dentro del panorama musical español?, ¿qué lugar creéis que podéis ocupar? Si es que queda algún hueco libre aún…

Nacho: Yo creo que es una vuelta de tuerca a lo que es la fórmula indie que funciona a día de hoy. Apostamos muy claramente por los sintetizadores y las bases electrónicas pero también estamos dando zurra con las guitarras. Hay muchas bandas que están en nuestra onda, pero creo que abusan más de uno de los dos elementos y nosotros estamos más compensados. Quizá sea por ahí por donde nos podemos hacer un hueco.

Germán: Nosotros quisimos huir de la típica formación clásica de bajo, batería, voz y guitarra, incorporando los sintes, que es un poco ese rollo ochentero que se percibe en algunos de los temas. Yo creo que luego la magia nos la ha puesto también nuestro productor, Carlos Hernández. Creo, a nivel personal, que Carlos es muy de guitarras y menos de sintetizadores, así que nosotros hemos incorporado esos elementos y el sonido que él ha conseguido sacar en este disco nos ha parecido que era algo un poquito más fuera de lo habitual. Está claro que no somos lo más original del mundo porque está todo inventado, pero sí que hemos tenido esa sensación.

Ya que has nombrado a Carlos Hernández, ¿cómo surge esta elección y a qué responde?

Nacho: La verdad es que barajamos varios nombres e ideas y, como Germán tiene mucho gancho con la gente de Viva Suecia, les preguntamos acerca de lo que teníamos sobre la mesa. Ellos nos recomendaron mucho a Carlos, sobre todo por la figura que tiene, que no va a coger tus canciones y las va a hacer suyas sino que se va a preocupar por tu grupo. Nosotros decíamos que queríamos un “productor padre” en ese sentido (risas). La verdad es que estamos muy encantados con la decisión tomada.

Germán: Voy a contar esto para redimirme porque a veces lo cuento y pienso que igual se entiende un poco mal. Para empezar, a nosotros nos gustan mucho las reverb. Carlos Hernández y Paco Román son los productores que grabaron el primer y el segundo disco de Viva Suecia y a mí me gustaban mucho los dos, así que cuando llegó la hora de elegir yo pregunté a Rafa. Le dije que necesitábamos un padre, alguien al que le pudiéramos llorar en el hombro… y Rafa me dijo: «Carlos Hernández es tu hombre». Sin tener nada en contra de Paco Román, por supuesto.

Ya lo habéis comentado antes. De primeras definís Marsella como un grupo “con mucho sintetizador y mucha zurra”, pero ¿qué podemos encontrar en vuestro primer álbum?, ya solo el título es bastante sugerente y puede evocar muchas cosas (Aquellas pequeñas cosas que nunca se fueron)

Nacho: Yo te diría que aquí puedes encontrar a tu nueva banda favorita (risas de los dos). Te vas a encontrar una banda cuyas letras, que las hace más Germán, hablan de las cosas que nunca hemos llegado a hacer, del paso del tiempo, de todo lo que se ha quedado atrás… pero de una forma que no es «me voy a cortar las venas en la bañera». Es un disco que está pensado, sobre todo, para pasarlo bien escuchándolo. Hay cosas que decir, que pueden ser más o menos negativas, pero la idea es disfrutar de lo que tenemos. Eso es un poco lo que queremos vender con este disco.

Germán: Siempre decimos lo mismo, que este es un disco de contraposición, en el sentido que las letras, aunque no sean de cortarse las venas, sí que son un poco más profundas, entre comillas. Pero luego, cuando estamos eligiendo qué temas meter en el disco o no, dudamos y siempre nos hacemos la misma pregunta: «¿Te imaginas esto sonando a toda pastilla en un festival, en un bar o en una discoteca?». Si la respuesta es no, pasamos a la siguiente.

Marsella

Aunque a veces haya cosas negativas que decir, lo importante es disfrutar de lo que tenemos

En todo el disco, los ritmos bailables y los estribillos pegadizos son una constante. Da la impresión que los temas han sido concebidos al 100% para lucirlos en los conciertos. Por lo que decís, parece que tenéis en cuenta cómo sonarán las canciones en directo.

Nacho: A nosotros nos mola mucho el directo, los conciertos, los festivales… Lo que sí tenemos siempre en cuenta, al montar las canciones, es que el día que tengamos que tocarlas, hasta el tío que menos le guste saltar del mundo, salte. Nuestra intención siempre es ser una banda enérgica y divertida. 

El disco, a priori tiene muchos ingredientes para tener un recorrido importante: letras sugerentes, ritmos actuales y pegadizos, una producción equilibrada, una imagen potente… ¿Qué factores creéis que deben estar de vuestra parte para que Aquellas pequeñas cosas que nunca se fueron llegue a un mayor número de oídos?

Germán: Las listas algorítmicas de Spotify (risas). Al final lo que necesitamos es que el disco llegue a la gente y sea la gente la que decida si le gusta o no. Ese es el gran problema que tenemos en el siglo XXI, que los canales de difusión están cambiando: a veces suenas en la mejor radio del mundo y la gente solo está en internet, entonces no les llegas; y otras veces, aunque estés en internet, quizás no llegas lo suficiente porque no eres influencer y no tienes los mecanismos para llegar.

Esa parte es un poco complicada y nosotros pediríamos que apareciese algún alma secreta con la que nuestra música pudiera llegar a todos lados y que luego ya la gente decidiese. Nosotros sí que tenemos la sensación de que a la gente que le gusta este tipo de música o de festivales, conocen la banda y les hace gracia. Hace tiempo hicimos un concierto en Logroño y la gente nos paraba por la calle diciéndonos que nos habían visto y les había encantado. Al final parece que si te expones, funciona, pero el problema es cómo llegas a exponerte.

El álbum arranca con 5.11.16, que además fue el primer adelanto de Aquellas pequeñas cosas que nunca se fueron. Sin duda parece una elección más que acertada. Es una buena carta de presentación en cuanto a sonido y a lo que cuenta la letra, que habla de mirar hacia adelante, de caer y volver a levantarse.

Germán: Explica por completo el camino que te hemos contado antes: de la banda de la que veníamos, a esta nueva banda que tenemos ahora.

Por otro lado, nos encontramos con El incierto viaje rosa, que parece hablar de un punto de partida, parece casi la segunda parte de 5.11.16. ¿Por qué elegís como carta de presentación la que habla de una despedida en lugar de esta por ejemplo que habla más de un arranque?

Nacho: 5.11.16 es una canción que siempre ha funcionado muy bien, que es muy divertida de tocar en directo y con la que la gente se lo pasa muy bien. Por eso tenía todas las papeletas para ser el primer single y para abrir el disco, porque al final es una canción que realmente engloba mucho de lo que es Marsella. Lo que nosotros buscamos es bailoteo y que la gente pueda corear como si no hubiera mañana y esta canción creemos que tiene todas las cosas que queremos que tengan nuestros temas. La primera canción de un disco siempre tiene que definir lo que te vas a encontrar en él y creemos que este tema lo cumple de maravilla.

Germán: Además es una canción muy especial para nosotros porque al final, cuando haces canciones, siempre te surge la pregunta de si lo que estás haciendo te gusta porque lo has hecho tú o porque realmente es bueno. Una vez escuchamos a Santi Balmes, que le preguntaban cómo sabía si una canción suya iba a funcionar y él decía que eso pasaba cuando estaba componiendo y se le ponían los pelos de punta. Pues esta canción fue el primer momento en el que a mí me ocurrió eso. Luego ya vimos que la canción es verdad que funcionaba. Como alguien nos dijo una vez: «Si Massiel tuvo un hitazo diciendo «la, la, la», ¿cómo Marsella no va a funcionar con «na, na, na»?» (Risas)

Lo que sí que percibo un poco es cierto tono de melancolía (al hilo de esa dualidad que comentabais antes) en las letras del disco. 5.11.16, Otro plan de huida y Amigos y otras decepciones, son algunos ejemplos. ¿Por qué creéis que en muchas ocasiones nosotros mismos nos refugiamos en esa melancolía y por qué atrae tanto este tipo de sentimientos?

Germán: Esto es como pasa en el cine, que en cualquier película un tío puede ir andando por la calle, le atropella un coche y no te sorprende, pero en cambio si se le caen al de delante 100 millones de euros, es algo que no te crees. Por ejemplo Rafa, de nuestros queridos Viva Suecia, dijo en una entrevista que al final tiene la sensación de que la gente necesita las canciones tristes más que las que no lo son. 

Es verdad que a la hora de escribir una canción estás contando algo tuyo y, cuando te abres para hacerlo, probablemente cuentes algo interior que sea un poco más «trágico». La verdad es que no lo sé, pero sí que es verdad que siempre engancha lo tóxico y lo malo.

A mí me llama la atención sobre todo porque, a nivel musical, estas canciones no transmiten esto.

Germán: Yo creo que esto probablemente surgió con 5.11.16, que es una canción que habla de cuando recibes un golpe y te tienes que levantar. Esta es una fórmula que empezamos a construir de manera casi inconsciente y que nos gusta cómo ha ido quedando.

Da un poco de pena la deshumanización de nuestra sociedad

Me ha llamado la atención la letra de Amigos y otras decepciones. Creo que es una canción muy realista y que habla de algo que cualquiera ha experimentado en su vida. En estos tiempos de acumular amigos virtuales en las redes sociales, parece casi necesario recordarnos a nosotros mismos que los amigos de verdad se cuentan con los dedos de la mano.

Nacho: Al final, a la hora de la verdad, siempre sabes quiénes son tus amigos y quiénes no. Son cuatro y son los que van a estar contigo contra viento y marea. Todo lo de los amigos virtuales está muy bien pero, a la hora de la verdad, probablemente no puedas contar con ellos. 

Yo creo que la sociedad cada vez está más anestesiada por la virtualización y te voy a poner un ejemplo que para mí es muy básico: tú ahora mismo puedes ir a un bar, hablar con una persona que te guste y se puede sentir molesta; en cambio, a los dos segundos está en Tinder como si nada. Parece que en la actualidad está socialmente más aceptado lo de Tinder, que el hecho de que vayas directamente a hablar con una persona en un bar. Yo creo que ahora se tiende a confundir alguien con quien hablas por internet con alguien en el que realmente puedes confiar y de ahí vienen muchas de las cagadas gordas que comete la gente. Creo que se está quitando un poco la humanización del propio ser humano y a mí me da un poco de pena.

Germán: Y en cuanto a esto que preguntabas acerca de los amigos. A mí, a título personal, sacar este disco me ha costado por lo menos un amigo. De hecho, algunas de las letras tratan de esto.

¿Cómo funcionáis como banda a la hora de componer las canciones?, ¿cómo trabajáis las canciones desde el primer boceto hasta que la termináis grabando?

Nacho: Lo más común es que alguno de los dos tenga un riff y luego la saquemos juntos. Pero, por ejemplo, Histeria de lo nuestro y 5.11.16 las ha hecho Germán enteras.

Germán: Sí, pero luego hay algunas, como Amigos y otras decepciones, cuya parte instrumental la hecho por completo Nacho.

Nacho: Lo más común es que estén hechas entre los dos, aprovechando alguna tarde de colegas. Pero si alguien tiene una canción y la saca, adelante con ella.

Las letras entiendo que vienen todas de vivencias personales.

Germán: Sí. Yo siempre me he considerado una persona bastante cerrada o, mejor dicho, poco expresiva. Además reconozco que escribir letras no me gusta nada porque creo que es una cosa que no se me da bien y me cuesta llegar a ellas. Aunque también es verdad que he quedado bastante contento con lo que se ha plasmado en este disco.

Aun así, para mí ha sido una tarea bastante compleja y probablemente sea por eso, porque tengo un problema de expresividad. Seguramente eso no me pase cuando estoy cantando o tocando pero, a la hora de escribir, me cuesta y me planteo «¿quién soy yo para contarte estas cosas?» y «¿qué diferencia hay entre lo que hago yo y lo que puedes hacer tú?», por ejemplo. Al final ya te digo que he quedado bastante satisfecho y yo mismo me he sorprendido diciendo «¿pero esto lo he escrito yo?» (risas).

Marsella

Los dos habéis venido conjuntados y todo lo que hacéis de merchandising, el arte del disco, etc. es rosa. ¿Por qué pensáis que es importante cuidar la imagen de un proyecto como el vuestro?

Nacho: Es que hay mucha gente haciendo música muy guay y al final tienes que pelear con todo lo que tengas al alcance de tu mano. A nosotros lo de los uniformes es algo que, ya desde que teníamos la otra banda, nos apetecía hacer. Es algo que personalmente nos gusta mucho y el tema del rosa si te digo la verdad yo no recuerdo cuándo vino…

Germán: Vino con el logo, que nos lo hizo un diseñador amigo mío y en él venía ya el rosa. Cuando lo vimos nos pareció curioso y otro amigo nuestro diseñador nos dijo que habíamos cogido el Pantone que estaba de moda ese año (2019). Al final se quedó el rosa y nos pareció un color que funcionaba muy bien, a pesar de que todavía hay gente que tiene el prejuicio absurdo de que es un color de chica.

Entonces, ¿El incierto viaje rosa viene después de todo esto?

Germán: Sí. De hecho esa canción viene de la segunda ronda, porque este disco en realidad está hecho como dos EP’s. 

Para tener cierto éxito o reconocimiento, ¿qué porcentaje creéis que tiene que ver con la suerte y cuánto con el trabajo duro?

Nacho: Yo diría que 0% a la suerte y 100% al trabajo.

Germán: Yo en cambio diría todo lo contrario. 

Nacho: La suerte la tiene quien hace un tema y viraliza pero, ¿qué bandas lo han petado de esta manera? Son muy pocas.

Germán: Eso sí. Pero tienes que tener la suerte de que tu proyecto lo escuche en determinado momento la persona adecuada y así empiece el boca-oreja.

Nacho: Pero yo pienso por ejemplo en Los Planetas, Los Piratas, Love of Lesbian o Vetusta Morla y, al final, es gente que ha currado muchísimo.

Germán: Ya. Pero es que a lo mejor hay un montón de grupos que son incluso mejores y se han quedado en nada

Nacho: No sé… Yo creo que las oportunidades te van a llegar tarde o temprano, es cuestión de estar. Para mí, suerte es que Carolina Durante lo pete con Cayetano, que es un temazo y un grupo que mola mucho, no me entiendas mal. Pero en ese caso sí que ha tenido mucha importancia estar en el día, en el sitio y en el momento adecuado.

¿Cómo compagináis la música con vuestro día a día?

Germán y Nacho: Muy mal (carcajadas)

Nacho: Yo siempre tengo la sensación de que tengo un trabajo para pagarme otro trabajo.

Germán: En mi caso, yo trabajo en una agencia de eventos y tengo la suerte o la desgracia de que mis horarios van cambiando. Entonces, igual me toca una jornada completa de 24 horas, pero luego tengo algún día libre para poder escaparme a hacer una entrevista o tocar en algún sitio. Pero efectivamente, compatibilizar los dos trabajos es maravilloso… (risas)

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

¿Te gusta CrazyMinds? ¡Síguenos!

BUSCADOR

Y MUCHO MÁS...

spot_img
spot_img