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Medusa Box: «Hemos querido poner en valor el proceso creativo, no solo el resultado final» (2020)

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Fotografía: Patricia Martín

Desde finales de 2018, Medusa Box han estado trabajando en un ambicioso proyecto que culminó el viernes pasado con la publicación de I Love Astronomy, su tercer larga duración. Un álbum que surge después de un largo tiempo de trabajo, investigación y aprendizaje.

I Love Astronomy es un disco eminentemente conceptual, formado por doce canciones donde el Universo y nuestra propia existencia son los hilos conductores de las mismas. Para llevar a cabo este trabajo, los cinco miembros de Medusa Box se han convertido en una singular tripulación, donde cada uno interpreta o adquiere un personaje determinado. Así, Jordi (bajo) es The Governor, Nil (batería) es The Mechanic, Enric (voz y guitarra), es The Passenger, Adrià (sintes) es The Philosopher y Emili (guitarra) es The Mathematician.

La acogedora tienda Headbanguer Rare Guitars nos cedió su espacio para que nos juntásemos con el quinteto de La Bisbal d’Empordà (Girona) un par de días antes de que I Love Astronomy viera por fin la luz. Con ellos, desgranamos todo el concepto que hay detrás de esta obra, que es mucho más que música, y analizamos cómo ha sido todo el proceso de creación de este valiente y completísimo proyecto multidisciplinar.

Aunque ahora presentáis vuestro tercer larga duración, me gustaría que vosotros mismos os presentaseis como banda para aquellos que no os conozcan aún. Habladme de vuestros orígenes musicales.

Jordi: Empezamos Enric y yo como banda de instituto y, al cabo de los años, fueron cambiando los miembros hasta llegar a esta formación. Llevamos 4-5 años así y hemos hecho los dos últimos discos juntos. Así que podemos decir que esta banda empieza realmente cuando nos juntamos los cinco que estamos aquí ahora. Lo que hicimos antes está guay y forma parte de Medusa Box, pero cuando dimos el paso y nos lo tomamos más en serio fue cuando entraron Nil y Adrià.

Musicalmente, ¿dónde conectáis los cinco?

Enric: A mí me enganchó un poco Jordi. Yo tocaba la guitarra española y, como el tío de Jordi tiene un local de ensayos, fui allí unas cuantas veces y empecé a cogerle el rollo a la guitarra eléctrica. Con Emili tocamos juntos muchos años antes de que entrara a formar parte de la banda porque ellos hacían versiones de Arctic Monkeys y yo también me apuntaba de vez en cuando. A Nil, como tenía una historia de rockero ya por la zona (risas), le pillamos de batería sustituyendo al que ya había. Nuestra historia está llena de traiciones (risas). Después Emili vino a medio producirnos el disco Pay For It (2015) y, cada vez que volvíamos a casa del estudio, me comía la oreja.

Emili: Yo siempre le preguntaba: «¿qué quieres?, ¿tener un grupo de amigos o un grupo de música?»

Y ahí empezaron las traiciones en Medusa Box…

Enric: Exacto (risas).

Jordi: En realidad ya éramos amigos antes pero, aparte de la amistad, también está la influencia de muchos grupos que los cinco escuchamos y que nos gustan, como Arctic Monkeys o Queens of the Stone Age. Al final, estos grupos son los que hacen que hagamos lo que hacemos.

Adrià: Y The Mars Volta… Yo entré como sustituto, pero desde el principio ya se hablaba de mí como de un usurpador (risas). Me acuerdo que me dijo Jordi: «Cuando te compres no sé qué teclado, entras en el grupo» (una breve pausa) …Y me lo compré (risas de todos).

Este disco, sobre todo, lo hemos hecho para nosotros

Vuestro anterior disco supuso una clara evolución musical respecto al primero y con I Love Astronomy creo que vais un pasito más allá. En él encontramos una propuesta más profunda y madura. Esta evolución paulatina, ¿la hacéis de manera consciente o simplemente es fruto de un proceso natural como banda, de pasar horas juntos trabajando en el estudio…?

Emili: Son las dos cosas. Nosotros queríamos hacer algo de primer nivel para nosotros mismos. Es decir, que nosotros escucháramos a los grupos que nos gustan y luego escucháramos nuestra música y creyéramos que podíamos estar ahí. Al final hemos sacado este disco cuando creemos que lo hemos conseguido, pero para nosotros mismos. En realidad nos da igual lo que piensen los demás. A nosotros nos gusta lo que hemos hecho, lo sabemos defender y nos lo creemos. Eso es lo importante.

El primer disco lo hicieron ellos cuando eran súper pequeños y aún estaban en la ESO. Y claro, ahora el cambio es muy grande. En esta ocasión también hemos cambiado la forma de trabajar. Hemos hecho todos los temas juntos, no como antes que Enric hacia las canciones y nosotros instrumentábamos. Han cambiado muchas cosas, en realidad.

A nivel de sonido, ¿dónde radica el paso adelante que habéis dado respecto a vuestro anterior álbum?

Emili: En pensarlo como tal. Antes pensábamos las canciones únicamente. Pero con este disco hemos pensado, por ejemplo, grabar las baterías en un estudio concreto porque nos gusta el sonido de ese sitio. Hemos pensado el sonido como parte esencial de la canción y del disco, no como antes que solo pensábamos en las canciones.

Adrià: Y hay muchísimos más sintetizadores también.

Emili: Claro, es que eso va relacionado con lo que digo, porque el sinte es un instrumento cuyo sonido es ese. Es decir, que si grabas un sinte, grabas el sonido de un sinte, es muy difícil después cambiarlo en postproducción. Tú grabas ese sonido porque ya es lo que quieres.

Me gustaría hablar del disco desde lo más general a lo más particular. I Love Astronomy es un álbum eminentemente conceptual. Habladme, en primer lugar, de ese concepto que se recoge en el disco. ¿De dónde viene?, ¿cuál es la primera chispa que prende la llama de todo eso que hay detrás?

Emili: Es una tontería. La chispa es una gorra que llevaba Enric en la gira de nuestro segundo disco, en la que ponía I Love Astronomy. Nos encantaba esa frase y teníamos la broma interna de decir que el siguiente disco se iba a llamar así.

O sea que lo primero que teníais era el título del disco.

(Todos ríen)

Emili: A ver, sí. La chispa es esa pero después hay todo un concepto detrás. Que lo cuente Enric.

Enric: Yo la gorra la saqué de una convención. Es que en ese momento yo estaba leyendo mucho sobre el discípulo de Stephen Hawking. Estaba de lleno metido en todo ese mundo y también pensé que, desde un enfoque más metafísico, todos podíamos conectar emocionalmente con esto. Tampoco había más cosas sobre la mesa y creo que esta temática nos funcionó. Es verdad que lo de la gorra fue un punto de inflexión para decir «vamos a vender nuestro disco con ese nombre».

Adrià: Después hay mucha reflexión detrás y mucho tiempo hablando juntos de todo esto. Pero el punto cero sería ese. Me acuerdo de un escrito que nos hizo Enric, que era un poco como la explicación de todo este concepto, con un dibujo en el que estábamos los cinco, etc. En realidad es bastante complejo todo esto… (risas).

Enric: Hicimos un grupo de WhatsApp donde nos mandábamos imágenes de la NASA, noticias, poemas y cualquier cosa que nos molara de todo este tema y que nos alimentara para ponernos a componer.

Al principio no sabíamos hacia dónde íbamos, pero a base de trabajo todo ha ido encajando poco a poco

Entiendo que al final os habéis tenido que empapar mucho de todo ese mundo.

Adrià: Así es. Pero cada uno desde su punto de vista, que de ahí viene también todo este tema de los personajes o personalidades que adquirimos cada uno. Enric es el pasajero y su punto de vista es mucho más científico; yo soy el filósofo y veo las cosas desde un punto de vista menos científico pero más en contacto con la filosofía…

Al final, lo interesante de un proyecto así no es solo que las letras de las canciones hablen de un determinado tema, sino que la música acompañe esa idea. Creo que esos son los discos conceptuales que tienen un verdadero valor y vosotros conseguís enlazar muy bien esa temática con vuestro sonido. ¿Surge primero la idea que engloba todo o el sonido de las canciones?

Emili: Es un poco un proceso de retroalimentación. El primer día no sabíamos a dónde íbamos pero, a medida que íbamos trabajando y que íbamos haciendo temas, nos dábamos cuenta de que había una evolución y que poco a poco todo empezaba a encajar. Todo ha sido un proceso que va a culminar el viernes, cuando salga el disco.

Adriá: Al final, a base de hablar entre nosotros, sin querer, el sonido, los temas, la armonía, el ritmo y todo lo demás, se empapa de todo eso. Si estamos en la misma onda, sale todo de manera casi inconsciente.

Emili: Esto es muy importante. Hicimos el disco en la casa de la abuela de Enric y claro, estábamos los cinco todos los días, con los instrumentos montados y era como un monotema.

Estabais casi en una burbuja creativa

Emili: Pues sí, algo así. Y eso puede salir muy mal…

Adrià: Podíamos haber dejado el grupo (risas).

Emili: Hubo momentos de bajona, otros de subidón enorme… y así, continuamente.

Cada personaje que hemos adquirido tiene un porcentaje de nuestra propia personalidad

En todo este tiempo, ¿habéis tenido en la cabeza referencias de discos similares para dar forma al vuestro?

Nil: Cuando creas todo el mundo a la vez, es más difícil reestructurar. Recuerdo que para la canción Orange, que es la última del disco, teníamos mogollón de ideas sueltas. Intuíamos que todo eso iba a ser una misma canción pero no sabíamos cómo. Tiramos recto, decidimos coger el último disco de Queens of the Stone Age y buscamos una referencia, un tema que tuviera varias partes diferenciadas. Nos pusimos todos a escuchar The Evil Has Landed y creo que incluso apuntamos en una libreta la estructura, no para copiar sino para pillar referencias de cómo hace esto un grupo que nos flipa. Ahí decidimos organizarnos, de alguna manera, como ellos y ver qué pasaba. Al final creo que funcionó bastante guay y ese disco y el sonido más crudo de Queens está en nuestro álbum.

Antes Adrià ha hecho referencia a los personajes que cada uno jugáis en este viaje, la tripulación que formáis. Me gustaría que me hablarais un poco de esto.

Enric: Hay también una fantasía de decir: «Voy a darte un personaje, que tiene un porcentaje de tu personalidad y otro que vas a tener que construirlo durante el proceso del disco». Por ejemplo, Emili era The Mathematician porque hizo un trabajo de producción enorme durante el disco (aunque esto fue a posteriori de darle el «título»). También es jugador de póquer, le gustan mucho los números, etc. Por tanto, había un porcentaje que ya le venía de ese título, pero también al otorgarle ese personaje debía jugar ese papel durante el disco. Al final, todo esto era casi inconsciente, porque no estábamos pensando en esos papeles y, como iban ligados a nuestras personalidades, tenía todo el sentido del mundo.

Adrià: Es que al final es lo que aportas en el disco, tu personalidad.

I Love Astronomy es un proyecto multidisciplinar, que no solo engloba a las canciones puramente dichas, sino también al diseño y el arte de la edición física. ¿De qué manera conseguís encajar todas las piezas que contienen este puzzle?

Enric: Para mí es una forma de que trascienda más allá de la música. Por decirlo de otra manera, para mí la portada no habría sido posible si no lo hubiéramos pensado desde el principio, como un proyecto en el que tú puedes explicar todo el imaginario a alguien y esa persona sea capaz de crear algo. Incluso habíamos pensado en una escultura, que no sé si al final lo vamos a hacer, pero sería posible también. La cuestión era darle impulsos a una persona, con los conceptos del disco, y que pudiera crear algo.

Adrià: Nosotros en realidad no hemos dado nuestro disco y hemos explicado de qué iba, sino que ha sido todo un trabajo mano a mano, especialmente Enric, que es el que ha estado con los artistas audiovisuales. Incluso Dashes, que es el último vídeo que hicimos, lo hizo él mismo.

Nil: En el fondo, en I Love Astronomy teníamos más o menos claro con quién queríamos trabajar, así que invitamos a esos artistas y también forman parte del proyecto y de este disco.

Enric: Para mí, personalmente, lo más importante es una cosa que echo de menos en la sociedad actual y es poner en valor el proceso de las cosas: cómo has llegado hasta allí. Nos lo dan todo tan hecho que todo el proceso queda aniquilado. Aquí lo hemos puesto por delante de todo, que el proceso en sí mismo fuera un objetivo y funcionara. Por ejemplo, Fito hizo el videoclip de animación de Bending Time y recuerdo muchas reuniones con él en las que no hablábamos del videoclip, únicamente debatíamos temas que a lo mejor nos servían. Todo eso es muy ventajoso y tiene un impacto en el resultado final.

Emili: Luego está la parte negativa y es que todo esto empezó en diciembre de 2018.

Hemos intentado hacer hacer una obra de arte que pueda trascender al mero consumo

Al hilo de eso, contadme un poco cómo ha sido todo este tiempo de trabajo, desde que empezáis a darle vueltas a la idea del nuevo disco hasta ahora que lo publicáis por fin, con pandemia y confinamiento entre medias, etc. ¿Cómo valoráis todo este proceso?

Adriá: Necesario.

Emili: Y ha sido muy bonito. Yo recuerdo como algo muy guay todo este proceso de creación del álbum. En el primer confinamiento nos preguntamos qué queríamos hacer con el disco y decidimos que el disco tenía que salir. Daban igual las condiciones, creíamos que el álbum merecía ver la luz y que la gente lo pudiera escuchar.

Enric: Sí. Pero esto también es un problema porque, cuando tienes planificada la salida de un disco, tienes los contenidos y esto se alarga, te auto influyes para querer crear más contenidos y que este proceso sea igual de interesante, aunque tenga que alargarse en el tiempo. Esto nos pasó, por ejemplo, con Dashes: nosotros teníamos pensado hacer un videoclip, se cancelaron todos los bolos y seguimos adelante porque queríamos sacar el videoclip.

Es diferente a cuando un artista hace un parón, que vuelve y todo el mundo está esperando. Nosotros habíamos empezado un proceso de promoción de un disco y había que seguir haciéndolo y, aunque no se ve tanto ni es tan obvio, hay un trabajo constante de intentar seguir creando contenido para que esto funcione. Ese ha sido nuestro año. Aunque no estaba en nuestros planes la promoción y creación de contenido, hemos tenido que hacerlo.

¿En algún momento, todo esto que ha pasado os ha hecho replantearos ese proceso o habéis seguido la hoja de ruta marcada?

Nil: Nos hemos tenido que ajustar, como todo el mundo. Pero teníamos claro que queríamos sacar este disco porque creemos que se merece que lo liberemos ya. En ningún momento nos hemos planteado esperar porque, en realidad, ya hemos esperado mogollón. Aunque ya lo tocaremos en directo cuando podamos, sí que queríamos compartir el disco con la gente ya.

Emili: Además, creo que nosotros también necesitamos un poco terminar con esto.

A día de hoy, hacer un disco largo es casi algo anacrónico y romántico. En esta época en la que la gente no consume demasiado discos completos, vosotros os lanzáis a publicar doce canciones en un disco conceptual. ¿Es rebeldía, romanticismo, resistencia…?

Adrià: Un single es algo puramente de consumo. La música para consumir también la hemos hecho, evidentemente. Pero al final, con el hecho de hacer un álbum conceptual, sacar el vinilo, cuidar tanto el diseño, etc. lo que intentamos es hacer una obra de arte que pueda trascender al consumo.

Nil: Para mí, como músico o creador, es mucho más gratificante poder expresarme junto a mis compañeros en una obra colectiva, sin prisas ni presiones, intentando dar lo mejor. Así al menos, cuando todo esto lo hayamos terminado, realmente tendremos la sensación de haber dado lo mejor. Se puede vender más o menos, lo va a escuchar más o menos gente, pero al menos yo estoy súper satisfecho de este trabajo. Hoy en día parece que hay que sacar cosas rápido y de forma barata, pero claro, creo que el producto no va a ser el mismo y tú no te vas a sentir igual.

Para hacer este disco hemos cambiado nuestra manera de trabajar, nos hemos puesto todos al mismo nivel

Volviendo un poco al disco en sí. Decidme, a nivel general, cómo ha sido el proceso de creación de las canciones.

Nil: El primer riff del disco y de toda la creación fue de Adrià. Nos organizábamos en fines de semana: el viernes nos íbamos a la casa de la abuela de Enric, montábamos todo y eran tres o cuatro días dándole, durante 24 horas. Recuerdo que la primera mañana nos miramos y nos preguntamos: «¿y ahora qué?». Es que habíamos pactado no preparar nada y al principio daba como miedo, porque nadie llevaba ninguna idea de casa. El primero que se animó fue Adrià, con el riff de I Love Astronomy. Después a mí me flipó mucho vernos a todos creando fuera de nuestra zona de confort. Estábamos muy acostumbrados a que Enric llevaba ya canciones…

Enric: (interrumpe) ¡Es que me prohibisteis llevar nada! (Todos ríen). Me anularon, me dijeron que no hiciera ningún tema.

Emili: De hecho, tuvo que montar otro grupo para las canciones que ya tenía (risas).

Nil: Yo recuerdo momentos de estar allí currando y ver a Enric perdidísimo porque claro, estábamos acostumbrados a roles muy diferentes, y ahora nos poníamos todos al mismo nivel. Ahora todas las opiniones valían lo mismo, yo me podía meter con todo el mundo y todo el mundo se podía meter conmigo. Esto realmente puede salir muy mal y algún día fue así, pero a la larga la música lo agradece. Realmente, para mí es el primer disco que es completamente de Medusa Box porque todos hemos aportado lo mismo, todos hemos hecho letras, etc.

Enric: Yo había oído leyendas sobre cantantes que van al estudio sin saber qué van a cantar, pero no lo había vivido nunca. En Hyperboloid me pasó que no tenía ni idea qué hacer, no sabía qué cantar hasta el día del estudio.

Adriá: Pero esto al final es pura creatividad.

Enric: Sí, pero menos mal que es solo un tema así, si es todo el disco… (risas)

Al final, mantenéis vuestra esencia en todo el disco pero creo que dotáis a estas nuevas canciones de ciertos elementos que articulan todo el discurso. Hablo de las atmósferas, que juegan un papel fundamental y, sin duda, dan sentido y unidad a todo el conjunto. ¿Cómo trabajáis ese aspecto concreto de las canciones?

Emili: Todas las texturas y atmósferas a las que haces referencia también las tocamos en directo, como casi todo lo que está en el disco. Por tanto, las creamos como si fueran una guitarra o cualquier otro instrumento.

En estas canciones, las historias personales están camufladas en el concepto general del álbum

Las letras de las canciones, en general, están escritas en primera persona. Contadme cómo es el proceso de escritura de los temas, ya que antes habéis comentado que todos habéis participado en ello. ¿Cómo se consigue encajar historias personales con todo ese mundo más científico de la astronomía?

Emili: Aquí las historias personales están como camufladas en el concepto que teníamos previamente.

Enric: Para mí hay una conexión entre una vivencia personal y una declaración metafísica de nuestra relación con el Universo. Jugamos un poco con eso: con la pequeña y la gran escala. Hay temas en los que nos ponemos en la piel de uno de esos personajes que están en el proceso de investigación de hacer el disco, como por ejemplo Interferences. Esa canción habla de alguien que está haciendo una investigación de frontera y está descubriendo cosas que pueden suponer grandes avances para la humanidad, pero también ser perjudiciales, según cómo se usen, para el colonialismo en el Espacio.

Emili: Am I?, por ejemplo, habla de otro personaje ficticio. Es la historia de un clérigo que se empieza a hacer preguntas metafísicas en base a una luz que entra por la iglesia.

Enric: Hay otros temas que hablan desde una perspectiva individual pero, en realidad, es como un estado de conciencia. Por ejemplo, Hyperboloid dice: «I lie above the soft surface». Es como si estuviera situado en toda la estructura que rige el Universo y deja de lado lo que sería nuestro planeta y nuestra existencia. Es como que todo se rige por una fuerza mayor a la nuestra, como decir que no somos nada.

Otro ejemplo sería Claire, que habla sobre un chico que se va a dar una vuelta en bici y se da cuenta que ese momento es el único que une todas sus vidas paralelas. Dice «estoy seguro que este movimiento es donde converge toda mi existencia».

Emili: Serían como episodios de una misma serie, por resumirlo de una manera clara.

Enric: Es que cada tema tiene su porqué, y eso se debe a que hay toda una investigación detrás. Es algo que nosotros valoramos mucho porque es lo que nos llevamos de todo este proceso.

Justo quería terminar preguntándoos por eso: ¿Qué es lo que más os ha fascinado de todo este proceso o con qué os quedáis?

Emili: Es que no solo hemos aprendido del concepto más científico sino también de música, de cómo interaccionar unos con otros, por ejemplo. Yo tengo ganas de volvernos a encerrar y hacer algo. Creo que van a salir enseguida cosas nuevas porque hemos aprendido a trabajar juntos, y eso es algo que antes no hacíamos. Antes trabajábamos más como una cadena de una fábrica. Yo me llevo un poco eso: el hecho de trabajar cinco personas en un mismo proyecto y todos a una.

Adrià: Al final, conceptualmente cada uno incorpora todo esto, que sería una especie de comprensión de la totalidad del Universo, pero no desde una búsqueda hacia el exterior sino hacia el interior. Pero estoy muy de acuerdo con Emili que, en conjunto, yo valoraría mucho el tema de la creatividad.

Enric: Yo también he aprendido muchas cosas a nivel científico pero esto son casi tonterías que no han impactado realmente en nuestra creación. Al final, el tiempo que estamos gastando en el disco es tiempo que gastamos de nuestras vidas. Por eso también nos empapamos de todo esto, para que nos aporte algo en nuestro camino por la Tierra.

Emili: Al final hemos hecho un disco para nosotros porque si no, igual hubiéramos sacado singles y ya está. También queríamos ver si podíamos sacar algo de lo que realmente estuviéramos orgullosos y pudiéramos defender.

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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