Sáb 18 enero 2025

¡NO TE PIERDAS!

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Morgan: «Terminar una canción es un desahogo muy grande. Sientes que a lo mejor no estás solo en el mundo» (2024)

Fotografías: Alejandro García-Cantarero

A estas alturas nadie duda que Morgan es una de las mejores bandas de nuestro país. Una de esas que honran la propia definición del término, que llevan ese concepto a su máxima expresión. En ella se juntan unos excelentes instrumentistas, con una voz prodigiosa y unas canciones emocionantes, desgarradoras y trabajadas con mucho mimo y finura. Nina de Juan (voz y piano), Paco López (guitarra y voz), Ekain Elorza (batería) y David «Chuches» Schulthess (teclado) son los cuatro pilares de la formación y, cada uno en su parcela artística, aporta lo mejor de sí mismo para llevar la propuesta del grupo a un nivel superlativo. Hace ya tres años que publicaron The River and the Stone, su último álbum de estudio, y ahora regresan con un nuevo larga duración titulado Hotel Morgan.

El cuarto disco de Morgan ha sido publicado hace unos días únicamente en su web, mediante la compra de sus ediciones físicas y el álbum digital, por tanto aún no está accesible para todo el mundo. El 31 de enero llegará a las plataformas y los vinilos y CDs serán enviados a sus compradores. Obviamente, nosotros hemos escuchado con detenimiento las 11 canciones que forman este Hotel Morgan, las hemos diseccionado y hemos sacado muchas conclusiones. Estamos ante un disco muy variado, donde al soul y el rock que ya conocíamos de ellos, se añaden nuevos matices como el blues, además de dar un mayor protagonismo a los temas cantados en castellano.

Nos juntamos con los cuatro músicos en un local del barrio madrileño de Lavapiés para hablar de todo lo que significa Hotel Morgan, de la grabación del disco en Noruega, de las letras de unas canciones que hablan de miedos, de pérdidas y que por momentos parecen casi llamadas de auxilio. Hablamos con Morgan de la coherencia de una carrera que ha ido creciendo poco a poco, a base de trabajo minucioso y un gusto exquisito para las melodías y los arreglos. Bienvenidos a Hotel Morgan, el lugar donde las nuevas canciones de la banda esperan a los invitados que quieran acercarse a escucharlas.

Publicasteis The River and the Stone hace 3 años. Hasta entonces vuestro crecimiento había sido paulatino, llenando salas cada vez más grandes. La gira de ese álbum se cerró en el WiZink Center, en un concierto muy especial que marca otro hito en vuestra carrera (tras la Joy, el Circo Price, La Riviera…). Habladme de las sensaciones que os dejó aquel concierto y lo que supuso de cara al parón que habéis tenido hasta publicar este.

Nina: Es una maravilla para nosotros poder ir dando esos pasos de manera natural. No es que de repente empieces una gira y digas «quiero hacer esto», sino que vas poco a poco, intentando hacer lo que buenamente puedes y lo que el público también te acompaña a hacer.

La gira pasada, aparte que fue larga y preciosa, pasamos por todos los momentos: teatros, auditorios, festivales, salas… de todo. Fue tan completa de experiencias que cuando acabó yo creo que todos decidimos un poco irnos cada uno a coger aire, a estar un rato en casa… De repente, deshaces la maleta y ya no la tienes que volver a hacer, y esa es una sensación muy extraña cuando pasa por primera vez después de dos años y medio girando. Pero luego es verdad que te acostumbras en seguida a no girar. Entonces yo creo que muy pronto queríamos que pasasen cosas nuevas. Nosotros tenemos algo y es que nos echamos de menos, no sé si personalmente, pero desde luego musicalmente ya estás queriendo juntarte. A mí me pasa… [los demás se ríen como queriendo decir que a ellos no]. Siempre decimos, «vamos a parar tanto tiempo», pero luego te pones a pensar… y el tiempo pasa súper rápido.

Es que a día de hoy tres años sin material nuevo no es algo tan normal.

Nina: Claro. Es verdad que decir cosas nuevas no hemos dicho muchas, pero durante todo este tiempo sí que hemos estado diciendo cosas. Entonces eso, al principio fue un poquito de parón y luego ya estábamos diciendo, «venga, vamos a quedar este día, vamos a enseñar cada uno lo que tenemos». Nos juntamos y así empezó. Pero es eso, que es una maravilla poder terminar una gira como la anterior y de repente mirar al futuro y decir, «a ver, ¿qué va a pasar?».

Es verdad que el crecimiento de Morgan, como decía antes, ha sido paulatino, pero muy constante. No es que haya habido un pelotazo de repente como le pasa a muchas bandas, sino que habéis pasado por cada etapa de la manera más natural. ¿Se disfrutan y asimilan mejor las cosas así?

Paco: Yo creo que sí. Es verdad que lo nuestro ha sido muy lento y quizás, si nos hubiese pasado con 18 años, no hubiésemos sido tan conscientes. Sí que es verdad que nos ha ocurrido a una edad adulta y adecuada también para disfrutar de esta experiencia de una manera distinta. Si te pasa como le pasó a Coque con Los Ronaldos… no sé lo que debe ser eso. Pero claro, es verdad que cuando nos pasó, como bien decías, fue de una manera paulatina y de pasitos muy pequeños, pero que con el tiempo nos fueron llevando a sitios grandes como fue el concierto del WiZink. Yo diría que sí se ha disfrutado mucho. Probablemente se podría haber disfrutado más porque lo que pasa es verdaderamente milagroso, pero yo creo que hemos sido conscientes de que lo que estaba pasando era una cosa fuera de lo común y que tenemos mucha suerte de poder vivirla.

«La canción misma te va diciendo qué quiere, por eso nosotros queremos quitarle importancia al idioma en el que hacemos cada una»

Antes de meternos de lleno en Hotel Morgan quería preguntaros por esta «estrategia» que habéis seguido para lanzar el álbum. Primero lo sacáis en preventa física y descarga digital y más de un mes después estará en streaming en las plataformas, ¿a qué se debe este movimiento?

Paco: Realmente fue porque nosotros teníamos el disco ya y nos condicionaba mucho el hecho de la fabricación del vinilo. Si el vinilo está en una semana, el disco hubiese salido en plataformas y lo hubiésemos sacado todo a la vez. Entonces, la primera cosa fue pensar «joder, ¿tenemos que esperar hasta el 31 de enero para poder vender el disco y ponerlo en plataformas?». Entonces dijimos: «Tenemos el disco ya, vamos a ponerlo en nuestra web y el que lo quiera comprar, que lo compre». Es verdad que al principio da una sensación de vértigo porque parece que no tenemos el derecho a cobrar por haber hecho el disco. Es verdad que nosotros en ningún momento pensamos en no ponerlo en plataformas digitales, en ningún momento pensamos en que la gente no dispusiese de ese disco con sus suscripciones a plataformas, pero es una manera también de hacer que esto pueda seguir rodando para nosotros. Necesitamos poder seguir invirtiendo en este proyecto. Yo creo que todo el mundo que nos sigue tiene claro que al comprar el disco en nuestra web están apoyando el proyecto.

El disco lo habéis grabado en Noruega. Durante vuestra estancia allí habéis contado poco, algún mensaje suelto en redes sociales y ya, así que a muchos eso nos pilló un poco por sorpresa. Contadme por qué elegís ese lugar para grabar y cómo ha sido ese camino hasta allí. Tengo entendido que ha sido todo un viaje.

Nina: Es que eran nueve días lo que teníamos allí, tampoco teníamos mucha opción, así que es verdad que no hemos compartido mucho. Y sí, ha sido todo un viaje, hemos salido de aquí y hemos llegado a Noruega por carretera. Podríamos haber compartido más cosas, pero también hemos grabado allí mucho material visual que saldrá estos días. La verdad es que cuando estás inmerso en el proceso de trabajo -y en este caso no es como el de Le manoir de Leon, que estuvimos 14 días-, no hay mucho tiempo para compartir cosas. Y luego que es todo tan apabullante… Lo de Noruega es una cosa… que yo recomiendo a todo el mundo ir. Es que yo estoy todavía volando de haber conocido este sitio. No sabía que eso era así. Cuando llegamos, de repente se te viene encima. Entonces allí todas las mañanas te ibas a dar un paseo o a comprar, y de repente tenías que cruzar un puente o un túnel mega largo… Eran todo cosas muy nuevas y a lo mejor no estás en ese momento justo pensando «venga, voy a compartir».

No es tanto eso como que de repente fue como «hemos grabado el disco en Noruega». Ahora ya sabiendo que además os habíais ido desde aquí en coche, me interesa aun más todo eso. Contadme cómo tomáis la decisión de iros allí a grabar.

Ekain: Te lo cuento yo. Fue en un viaje por el norte, creo que íbamos a Pamplona, iba yo conduciendo y Nina al lado. Ella me preguntó: «¿Dónde grabamos el siguiente?» o algo así. Yo tengo una lista pequeñita que se va ampliando, como de carta a los reyes, de dónde me gustaría grabar o sitios flipantes en los que, si se puede, ¿por qué no? Entonces, uno de los primeros era este, se lo dije a Nina y lo vio clarísimo.  La verdad es que desde el principio era uno de los favoritos. Chuches hizo un gran mail para preguntar disponibilidad y presupuesto en varios, y todas las señales apuntaban a Noruega.

O sea que vosotros cuando elegís un estudio, no lo elegís en base a que tengáis unas canciones y os apetezca grabarlas en un lugar determinado por la atmósfera, los técnicos que hay, etc.

Ekain: En este caso nos emocionaba el sitio en el que estaba el estudio. Y ya el hecho del viaje, planificarlo, llegar hasta allí…

Nina: A ver, te estudias la ficha técnica… Pero es que todo lo que nos mandaban o veíamos nos coincidía perfecto con lo que nosotros necesitábamos para lo que habíamos pre-producido antes con Martín.

Vuestras dos canciones más escuchadas siguen siendo ‘Volver’ y ‘Sargento de hierro’. Sé que es una pregunta muy recurrida lo del idioma, pero en esta ocasión creo que tiene más razón de ser que nunca. En Hotel Morgan 5 de las 11 canciones del disco están cantadas en castellano.

Nina, cuando escribes las letras, ¿de qué manera estructuras tu cabeza para escribir en un idioma u otro? ¿Tiene que ver con la temática, con la melodía o algún otro condicionante previo o, por el contrario, es una condición previa a la hora de escribir una canción: «ahora voy a escribir en inglés, ahora en castellano»?

Nina: Cuando tienes una idea de un tema, ya sea con una melodía o con una progresión de acordes o que de repente te ha salido una frase… Creo que la letra de Arena, por ejemplo, era algo que yo ya había escrito, sin música ni nada. Entonces es como que dices «estoy haciendo este blues y ya sé qué va a salir», pero algo te lo dice, no es que tú te sientes y digas, «venga, voy a forzarme a hacer un tema de esta manera», sino que algo de la canción te está llevando a ese sitio, ya sea la melodía, la métrica o de repente una frase que te ha venido. Por ejemplo, Bad Human, el Error 406, es que estaba barriendo el patio, estaba con el «rinky-rinky» de una manera y de repente me vino, como que la letra ya estaba saliendo de esa manera.

Luego hay otras veces que a lo mejor de repente han salido dos frases en inglés, pero luego el resto pienso «si esto lo digo en castellano es mejor para la canción». Yo creo que la canción misma te va diciendo qué quiere, por eso nosotros también queríamos quitarle importancia al idioma en el que estábamos haciendo las canciones de este disco. Bueno, también creo que han salido más en castellano por el mero hecho de que no es lo mismo en el North que no había cantado en español en mi vida, que de repente ahora que llevamos cantando Sargento y Volver no sé cuántos años.

O sea que te sientes cada vez un poco más cómoda tú también.

Nina: Sí, se va desarrollando la habilidad yo creo.

«En este disco han ocurrido cosas muy mágicas. Todo iba encajando y encontrando su lugar, incluso antes de que tú se lo dieras»

En la hoja de promo decís que Hotel Morgan es un lugar que habéis creado «en el que cada canción tenga su sitio, cuente su historia y sea libre en su propio espacio pero cerca de las demás». Con esto entiendo que no hay un hilo conductor claro en el álbum sino que os habéis dejado llevar por lo que os iba saliendo en cada momento. Pero escuchando el disco detenidamente sí que encuentro una cierta temática común en todas las canciones.

Nina: Yo creo que sí, pero tampoco fue algo premeditado. Queríamos un sitio en el que estas canciones pudieran convivir, pero luego es verdad que nos dimos cuenta, cuando juntamos las de Paco con las mías, que todas tenían algo en común. Toda la historia que ocurre en Radio forma parte también de todo el proceso. En la Intro se plantea una cosa y pone la chincheta en el mapa, y yo creo que es un viaje en el que pasan distintas cuestiones que van de la mano. Creo que las unas acompañan muy bien a las otras y que el final lo cierra bien. Ha sido también otra de estas cosas que han ido pasando de manera muy mágica en este disco, en el que todo iba encajando y encontrando su lugar, incluso antes de que tú se lo dieras.

O sea que las canciones quizás han mandado más que nunca.

Nina: No sé si más que nunca, pero desde luego han tenido su poder. 

Yo decía que sí que percibo una temática común en todas las canciones, como que tienen un tono no demasiado alegre en cuanto a la letra, hablando de pérdida, de miedos, algunas parecen lamentos, otras una llamada de auxilio… ¿Os han servido estas canciones para soltar lastre y vencer un poco a algunos demonios que teníais dentro? ¿Os han servido como terapia?

Nina: No es lo mismo que una terapia porque en una terapia vas un poco a lo que vas y te conduce hacia la luz. En este caso no sé si será terapéutico o no pero desde luego que me sirve. Se lo decía el otro día a tu hermana [dirigiéndose a Paco], que me pasa incluso cantando Radio. Desde que llegó esta canción yo no le he preguntado a Paco de qué va, pero sí que me pasa algo cuando la canto, lo noto. Entonces, al final, yo creo que todas hacen un poco ese papel… O sea, sí, la respuesta es sí [risas].

Dices que no le has preguntado de qué trata esa canción. ¿No os intercambiáis eso?

Paco: No, no nos preguntamos. Para empezar porque me parece una pregunta muy personal.

Nina: De hecho, en Radio hemos trabajado la letra conjuntamente, pero yo no le he preguntado qué es lo que quiere decir, sino que desde lo que he recibido aporto mi parte, pero partiendo todo de una misma base. Si él quiere decir una cosa, tú intentas decir lo que entiendes que él quiere decir. Lo que sí es verdad es que yo, por ejemplo, a la hora de cantarlo -supongo que a ellos al tocarlo también- me desahoga muchísimo, me descomprime. A mí me pasa un montón que si estoy estresada, enfadada o lo que sea, paso un rato haciendo eso y ya el enfado pasa a ser otra cosa. Luego va a volver, pero ese momento…

Paco: Traducir una sensación que tienes, que merece tanto la pena como para que consideres que tienes que hacer una canción sobre ello, acabar la letra, acabar la música y tener la sensación de haber podido articular una cosa tan abstracta que tenías dentro de ti, que te estaba haciendo algún tipo de presión, y conseguir de repente que tenga una forma concreta, como es una canción, que consideras que está cerca de lo que tú sentías o que querías decir, es una sensación muy bonita y de desahogo muy grande, de que a lo mejor no estás solo en el mundo. Ya no solo por haber sido capaz de concretarlo, sino porque va a haber gente que lo escuche y, aunque no tenga nada que ver con lo que te pasaba a ti, va a conectar con ese lenguaje que has usado tú. Entonces, sí. Sí que es terapia. Es una sensación muy bonita poder dejar eso de manera concreta y encima usar la música como lenguaje, que es lo que más nos gusta.

Esta entrevista saldrá sin que todo el mundo haya podido escuchar el disco, a no ser que lo hayan comprado en la preventa de vuestra web. ¿Qué novedades musicales encontramos en Hotel Morgan con respecto a vuestros trabajos anteriores?

Chuches: De la mano de Martín, el productor, creo que hemos hecho una producción más quirúrgica, que es la palabra que hemos usado en repetidas ocasiones a lo largo de este proceso. Creo que hemos hecho un tratamiento, por ejemplo de las guitarras, –«para este sonido específico vamos a buscar este ampli»-, mucho más meticuloso. En otros discos, sobre todo desde el principio, no digo que sea mejor o peor, la manera de grabar era mucho más en vivo, por así decirlo, y más natural para nosotros, sonando más a lo que se puede parecer a nuestro directo. En esta ocasión hemos hecho una producción más meticulosa, en la que cada sonido tiene su porqué o se ha buscado por algo. Pocas cosas han surgido accidentalmente, casi todo ha surgido desde una buena mente pensante central que es Martín y nosotros obviamente también aportando nuestras ideas. Es eso, una producción mucho más meticulosa. Esa es la esencia.

Has dicho que antes sonabais un poco más como el directo. ¿Eso quiere decir que este disco costará más trasladarlo a los conciertos?

Chuches: Ojalá cueste más, porque así tienes dos experiencias distintas en un mismo disco.

Nina: ¿Te refieres a dos experiencias en un mismo directo?

Chuches: No, en un mismo disco. Tienes el disco en tu casa, te lo pones, y el Hotel Morgan de directo es otra experiencia distinta. Ojalá nos cueste adaptar y buscar las maneras de cómo hacer que esto funcione. Surgirán cosas nuevas, arreglos nuevos…

«Que Paco cante una canción es algo que enriquece al disco»

Aparte de lo que hemos hablado antes del idioma, también hay una importante novedad aquí y es que Paco canta un tema completo. Se trata de ‘Jon & Julia’

Paco: ¡Canto un tema, sí! [todos ríen a la vez]

Nina: ¡Pregúntame a mí! Que él no va a contestar [risas]. Él de eso no quiere hablar, así que contesto yo.

Paco: Depende de la pregunta…

La pregunta es si esto era algo que te apetecía de antes y responde a unas ganas de expresarte.

Paco: ¡No! Para nada [risas]. Ellos me dicen: «Con ese tema sales al centro del escenario y tal», pero yo digo que no.

Nina: Ya verás como sí [risas]. Bueno, el caso es que esta es una de las canciones que trajo él y sí que es verdad que en un principio la iba a cantar yo, pero cuando estábamos ya en la preproducción y estábamos trabajando en el tema, yo siempre pensaba, «ahora hay que cambiarlo de tono, hay que adaptarlo a mí». Realmente, cuando íbamos ensayando el tema para familiarizarnos con él y ver qué hacíamos, a mí me gustaba mucho lo que estaba pasando y me parecía que íbamos a tener que hacer un proceso totalmente innecesario para adaptarlo a mi voz. A mí personalmente la canción no me estaba pidiendo eso. Yo creo que estábamos todos un poco de acuerdo.

Menos Paco, supongo…

Paco: A mí me sonaba perfecto cuando lo cantaba ella [risas].

Nina: Pero es que eso ya pasa mucho. Sí que es verdad que yo pienso que tiene sentido que la cante él, para empezar porque es su mensaje. Luego también hay un montón de bandas que nosotros escuchamos, que nos han encantado toda la vida, y que de repente el bajista está cantando el tema. Al final, formas parte de la banda y estás haciendo tú esto ahora. Entonces, sí que a mí me parecía que de manera natural este tema es para que lo cante él, aparte que me gusta muchísimo el resultado. Es que todo el trabajo que se ha hecho para este tema concreto ha sido muy divertido, muy sexy, muy gustosito… entonces, cuando acabó cantándolo él me dio bastante la vida porque me parece que es algo que también enriquece al disco, que llega en un momento justo en el que pienso que si lo hubiese cantado yo no habría estado mal, efectivamente, pero ahora de repente el disco a mí me parece que es más rico porque tiene otro color, tiene otra cosa distinta. Creo que le viene mejor al disco que esto haya sido así.

Paco: Es verdad que Martín desde el principio también estaba muy por la labor de que cantase yo el tema.

¿Y estás satisfecho con el resultado?

Paco: Esto es como oírte a ti a hablar por teléfono… y no me acostumbro, tío, me sigue costando.

¿Esto es algo que puede haber abierto un nuevo camino en Morgan?

Paco: No [risas].

Nina: Ya veremos…

Chuches: Si tenemos un talento por explotar en la banda, ¿por qué no va a seguir cantando canciones?

Paco: Tiene que estar muy justificado, o sea que gratuito no. Si lo vemos los cuatro y está justificado, sí. Yo estoy encantado.

«La intro del disco es una canción que funciona muy bien como bisagra de lo anterior y de lo que viene»

El disco empieza con una Intro que es bastante sugerente y que además ha sido el primer single. Es curioso que esta haya sido la canción elegida porque quizás no es la que más representa al disco. Es una pieza corta, austera… ¿por qué habéis elegido esa?

Ekain: Sobre todo por el mensaje. Es una canción que funciona muy bien como bisagra de lo anterior y de lo que viene.

Nina: Cuando Ekain propuso esta idea, sí que a mí me daba un poco de cosa, porque yo creo que es la más vulnerable de todas, por decirlo de alguna manera. De hecho, cuando se las estaba enseñando, yo pensaba, «que quede claro que es una intro, que no forma parte del disco como tal», pero sí que es verdad que ellos, desde la primera escucha, pensaban que no era solamente una intro, que tenía su propia identidad. Entonces, cuando Ekain lo propuso, a mí me dio un poquito de cosa, pero luego lo pensamos y es verdad que te sitúa en lo nuevo muy bien.

Luego llega ‘Cruel’ y es todo lo contrario…

Nina: ¿Ves? Por eso yo pensaba que a lo mejor la Intro no funcionaba como adelanto.

Ekain: Es como dejar una puerta abierta: «Venimos de esto. Bienvenido a lo nuevo».

Chuches: Perdona por esto que es un poco «cuñata», pero he pensado que es como el jengibre en el sushi, que te limpia el paladar. Hace un poco el mismo efecto, te renueva y te prepara para lo que haga falta recibir.

‘El Jimador’ es un nombre de tequila, ¿no?

Nina: En realidad es la persona que se encarga de…

Paco: El que pela los bulbos y tal. Pero también es un nombre de tequila, sí.

Ah, no tenía ni idea. La canción habla precisamente de eso, de beber y de la vergüenza que eso puede ocasionar. Me gustaría que me hablaras de esta canción, la temática es un tanto dura pero con esperanza, dices que «después de la vergüenza siempre sale el sol». ¿Por qué sientes la necesidad de hablar de la vergüenza?

Nina: Yo personalmente siempre tengo mucha vergüenza de muchísimas cosas. El walk of shame es el camino de la vergüenza, ¿no? Cuando sales una noche y no sabes ni dónde has dormido o dónde has acabado, que de repente tienes que volver a casa y la gente está yendo a currar y tú con los tacones en la mano. Y eso es una cosa que a mí siempre me ha pesado mucho, no solo de fiesta, en la vida en general. Si ayer tuve una discusión con alguien, es como que al día siguiente me levanto y siempre tengo mucho pesar.

Esta canción yo quería que fuese optimista porque quería que fuese como un walk of shame que yo nunca he vivido, pero que me apetecería vivir, que es el día que te vuelves con los tacones en la mano y con el maquillaje corrido, pero luego llegas a casa y tampoco pasa nada. No es un drama o una vergüenza que tengas que sufrir. Nunca he podido disfrutar de un walk of shame así sin más, que de repente me tumbe en la cama, mañana salga el sol y ya está. Hoy es un día nuevo y no tengo por qué ver qué es lo que estuve haciendo ayer.

Y luego eso, juntándolo también con la coña del pedo que te pillas bebiendo tequila. Un mensaje que es un poco reguleras para mí, quería transformarlo en algo que tuviese más tono de fiesta que de pena.

 ‘Radio’ creo que es a día de hoy la que más me gusta del disco.

Nina: Te digo yo… [dirigiéndose a Paco, que se ríe]

Es una canción en la que suceden muchas cosas. Llegados a este punto, y con la reacción que habéis tenido al deciros que era mi favorita, quería preguntaros si vosotros sentís esas cosas también de que esta canción va a gustar.

Nina: Yo lo tengo claro desde el principio.

Paco: A mí me hace gracia porque no me esperaba que ya haya gente que ha escuchado el disco y ha dicho «esta canción me encanta». A mí me encanta que suceda, pero es una canción que entiendo que hemos llevado a un punto complejo y no me esperaba que la gente se lo comiese. Por eso me hace gracia, simplemente. Como le digo a Nina, esa canción es una casa de locos. Lo que sí puedo decir es que cuando esa melodía salió pensé: «Esta melodía me parece la hostia». Es una melodía que me gusta mucho. Al final, nosotros somos una banda de pop-rock y vivimos de las melodías. Y a mí me gusta mucho, simplemente.

O sea que tú personalmente no esperabas que a la gente le gustara tanto.

Paco: Para nada. Hay un poco de contraste entre «me gusta esta melodía» y el enfoque que le hemos dado a la canción, que es una locura. Me gusta que de repente la gente diga que le encanta este tema.

«Ha quedado un disco que representa muy bien todo lo que nos ha apetecido hacer en este momento»

¿Con qué otras canciones tenéis el feeling contrario? Que pensáis que es una canción que va a gustar, aunque luego a lo mejor eso no pase.

Paco: Te digo una cosa, no puedo hablar por ellos, pero para mí personalmente es el primero que veo cada tema y creo que, dependiendo de lo que te estén contando, están todos al mismo nivel. A mí eso me hace muy feliz porque no hay paja.

Y aunque no haya paja, ¿no os habéis mirado en el estudio alguna vez y habéis dicho «esta canción va a ser importante»?

Paco: Yo creo que nos ha pasado con todas.

Nina: Con todas, sí.

Paco: Te lo juro. Es verdad que seguramente te lo diga todo el mundo, pero es así.

Nina: Es que yo, quitando la Intro y el final, todo el rato me imaginaba cómo sería la vida cuando estuviesen las canciones terminadas. El otro día estuve haciendo la escucha por primera vez, intentando que fuese una escucha como si no hubiese hecho yo el disco, que es muy difícil. Entonces claro, iban pasando los temas y yo no me acordaba de lo que venía después, y cuando llegaba el siguiente me emocionaba. Yo creo que estamos muy satisfechos y muy orgullosos porque ha quedado un disco que representa muy bien todo lo que nos ha apetecido hacer en este momento.

‘Arena’ es otra canción que me ha llamado la atención. Es una canción desnuda, solo a voz y guitarra. Un blues. Muestra una faceta un tanto diferente vuestra con respecto a lo que más conocemos de vuestros trabajos.

Paco: A mí me gusta mucho lo que aporta esa canción en el disco. Sobre todo por lo que decía Nina, y perdona que te cite, que ella quería hacer un blues. «Es verdad que llevo toda la vida cantando blues y no tengo yo uno». Es de mis favoritos.

‘Pyra’ es una llamada de auxilio, casi desesperada, para que llegue alguien a salvarte de las cenizas.

Nina: Ojo con Pyra [lo dice dirigiéndose a sus compañeros].

Paco: Es un tema muy noventero.

Ekain: Yo estoy deseando tocarla en directo.

Nina: Pyra es una canción que tiene más tiempo que las demás. El día que íbamos a quedar para enseñarnos el material que traíamos, Pyra era una canción que ya habíamos trabajado previamente. Me acuerdo que en un principio yo la había descartado. Y al final, por cosas del destino, ha terminado estando. Estoy muy satisfecha y muy contenta con esa canción, la verdad.

Quería acabar la entrevista hablando precisamente de ‘Final’, el tema que cierra el disco. Es una canción que también parece cerrar una herida, una historia o un capítulo que duele. ¿Es una puerta cerrada sin ninguna rendija hacia el futuro?

Nina: Para mí se ha quedado cerrado todo. Lo que queríamos decir, creo que se ha quedado bien definido y que no se ha quedado nada en el tintero. Creo que se cierra, efectivamente, y ojalá cure bien.

¿Había muchas heridas que curar?

Nina: Sí. O sea, no herida como tal, pero sí que había muchas cosas por desarrollar, tratar, hablar, cantar, decir… Las canciones, como hablábamos antes, son como una herramienta también para que cada uno vaya utilizándolas en su vida. También es verdad que la intro y la outro estaban muy pensadas para funcionar de esa manera. De hecho, si Final no hubiese quedado bien al final, no la habría metido en el disco. No por cómo se llama, porque le podríamos haber cambiado el título, sino porque creo que estaba bien pensada para cerrar.

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.