Mar 15 julio 2025

¡NO TE PIERDAS!

ARTÍCULOS RELACIONADOS

pablopablo: «He aprendido a no hacer ciertas cosas solo por agradar» (2025)

Fotografías: Max Granger

En un momento en el que la música se encuentra conviviendo en un universo entre lo urbano y lo experimental, Pablo Drexler ha conseguido encontrar su camino desde la sencillez, logrando convertirse en una de las propuestas españolas del momento. Productor e intérprete, su propuesta se intentó construir entre texturas electrónicas en su primer mixtape homónimo pablopablo (2022). Si bien el madrileño no terminó de enamorarse de su primer trabajo, una conversación con C.Tangana logró encaminar su proyecto hasta llegar a Canciones en Mi (2025), su nuevo álbum de estudio, donde ha conseguido tejer una narrativa íntima que esquiva lugares comunes.

En este nuevo disco, pablopablo nos entrega su trabajo más personal hasta la fecha y, lejos de busca el golpe de efecto fácil, el álbum se despliega como una obra detallista y, cuanto menos, honesta.

Primero de todo, ¿qué tal estás? Deben estar siendo semanas muy intensas. Has estado tocando el disco en directo antes de que saliera y también después. ¿Notas una energía diferente ahora que la gente se sabe las canciones?

Estoy muy contento de cómo se está recibiendo el disco, con muchas ganas de seguir tocando. En cuanto a la energía de los directos, sí, sí, totalmente sí. Tocar con música fuera siempre es muy guay, la verdad, aunque a mí me encanta tocar canciones que todavía no he sacado. Ahora miro atrás y digo, «no sé cómo pude hacer eso…». Yo casi siempre tocaba en más de la mitad del show canciones que nadie se sabía y para mí era como una experiencia, me parecía que eran bolos muy guays. Para mí sí funcionaba en muchos sentidos, me lo pasaba muy bien.

Ahora, de repente, es como otro nivel. Ahora la gente se sabe una canción como Todavía, que es una canción que llevamos tocando más de un año y para mí es gracioso. Muchas veces me preguntan: «¿Cómo vas a hacer el directo?» y lo que estamos haciendo durante un año es lo que vamos a seguir haciendo. No hay nada nuevo realmente, es como un calentamiento.

Aun así, el ambiente de un festival debe ser diferente al de una sala… La gente que va a verte en un festival lo mismo no te conoce y le da igual si tocas una canción que ya ha salido o no.

Sí, claro, yo me lo tomo así. Para mí tiene que ver con eso. Cuando no te conoce mucho la gente, hay un ambiente un poco de… «vale, venís a verme pero no me conocéis de nada, entonces yo voy a daros lo que a mí más me gusta y ya está». Lo que sí sentí que me estaba pasando en los últimos shows era que ya empezaba a venir a verme mucha gente y se sentía un poco raro. Cuando toco una canción que se la saben, están ahí y la cantan, pero si no se la saben también están ahí y hay silencio y respeto.

Que haya silencio en un concierto (y en un festival) es casi un milagro también, así que entiendo que es un público que valora tu proyecto y se interesa por él de verdad…

Ya, eso es cierto. Lo agradezco porque sí, la gente habla mucho.

Este disco nace como una búsqueda de la simplicidad y de la búsqueda de una identidad. Hay una conversación con C.Tangana en la que tú le enseñas un par de canciones y él te dice que la más simple es la que más le interesa. ¿Cómo recuerdas esa conversación? ¿Las canciones que le enseñaste forman parte del disco?

Sí, las canciones que salieron en esa conversación forman parte de este proyecto. Eso que tú llamas amor se la mostré hace mucho tiempo y tenía que ver con esa estructura así como muy simple que es lo que, sin querer, yo iba buscando. Luego hay otras como Mi culpa u Otra vida, que no están en el disco finalmente pero que han sido como un puente hasta llegar aquí.

Yo estaba de gira con Pucho y pasábamos mucho tiempo juntos, empezamos a hacernos amigos y a pasar mucho tiempo yendo al estudio para escribir cosas. Ahí yo estaba en un momento en el que acababa de sacar mi mixtape, que era como una especie de punto medio entre lo electrónico, lo acústico… pero que no se terminaba de decidir del todo. Y en ese momento yo pensaba que lo siguiente que quería hacer era algo súper electrónico. Me obsesioné con hacer música muy electrónica y creo que andaba bastante perdido.

Entonces, yo le mostré a Pucho un par de canciones, una de ellas se llama Despierta, una canción que salió hace mucho tiempo, que al final no entró en nada pero que a mí me gusta mucho. Entonces me dijo: «Esto es lo que tú tienes que hacer, esto es lo que emociona, no los beats». Y tenía razón, yo no me encontraba realmente cómodo haciendo esa música y, con la edad y el tiempo, te vas dando cuenta de cuáles son tus fuertes.

Valoro mucho su trabajo porque él tiene una manera de escribir desde sus límites. No toca ningún instrumento, no canta bien… pero está ahí y con esos límites trabaja muy bien porque ha desarrollado su capacidad de escribir y hacer melodías a un nivel ridículo. Es un genio, tiene un talento generacional loquísimo. Verle en el estudio es mágico y me inspira mucho a saber poner mis propios límites. Cuando puedes hacer muchas cosas, no terminas de ser bueno en ninguna. Eres bueno, pero no increíble. Por tanto, estos dos últimos dos años para mí han sido decisivos para darme cuenta de que mi fuerte es la guitarra y el piano. Punto y final. A partir de aquí voy a explorar, escribir mucho y a ver qué es lo que necesito contar y cómo quiero hacerlo. En esa búsqueda nació este disco.

«Me obsesioné con hacer música muy electrónica y creo que andaba bastante perdido»

En 2022 haces un mixtape en el que «arriesgas» más a la hora de sonido. Hay una producción más trabajada. Canciones en Mi tiene esa sencillez buscada. ¿Podrías decir que en ese momento sentías una presión por entrar dentro de unos cánones que, en el fondo, no querías tocar?

Sí, yo sentía que debía hacer cosas muy producidas para funcionar, pero cualquier decisión tomada desde ese ángulo no es del todo buena. En este disco siento que por fin he hecho el disco que me apetecía hacer. Es raro porque yo suelo ser muy autocrítico, pero de veras siento que este disco me gusta mucho. Lo escucho mucho y pienso «qué guay». Lo que piense otra gente de mi música no lo puedo controlar, así que lo mínimo que puedo hacer es estar enamorado de lo que hago. Por ejemplo, yo no estaba enamorado de mi mixtape. Lo que pensaba entonces era como… «bueno, tengo esto que creo que es bueno y que a la gente le va a gustar», pero no me convencía del todo. He aprendido a no hacer ciertas cosas solo por agradar.

Y siendo tan autocrítico contigo mismo, ¿cómo recibes el feedback de la gente o de los medios?

La verdad que no le hago mucho caso. Realmente yo nunca he estado expuesto a un feedback negativo. La prensa española no tiene críticos serios, siendo honestos. Y con esto quiero decir que no existe una crítica de música real del todo. Todo el mundo saca la misma nota en los medios. No tenemos un The Guardian haciendo reviews. Siento que de vez en cuando se ponen de acuerdo para hundir a alguien. Jenesaispop decidió que el show de Judeline no fue buen show en el Tomavistasbueno… Y no tengo nada que decir de ellos porque se dijo que mi concierto y el de Amaia fueron los mejores, muchas gracias… pero cuando leí ese articulo donde decía que la música de Judeline no es para un festival… ¿Quién estaba escribiendo ese artículo?

Bueno, totalmente de acuerdo. Yo, desde la otra parte también te puedo decir que la precariedad que se vive en este sector en concreto, el periodismo musical, hace que la gente que hacemos esto lo hagamos muchas veces porque nos gusta y ya. Muchas veces no hay un reconocimiento detrás ni un sueldo. Supongo que por eso las críticas son siempre las mismas… nadie va a tomarse el tiempo de escribir sobre algo que no le gusta porque nadie le va a pagar por ello. Supongo que es difícil para ambas partes. Para vosotros como artistas leer ese tipo de cosas, y para nosotros como profesionales que no podemos dedicarnos a esto para vivir…

Por supuesto, tienes toda la razón también. Lo que pasa que eso me lleva a pensar que qué pena que en un país del primer mundo haya esta precariedad cultural. Es un melón muy grande este…

Reconduciendo la conversación… Después de dedicar tanto tiempo a un proyecto así, ¿cuál es la sensación previa de saber que todo el trabajo está acabado y que pronto va a ser de la gente?

Siento una especie de alivio. Para mí es como tener un guiso encendido durante dos años en la cocina. Es como que tengo una sopa que estoy haciendo a fuego lento y tengo que estar pendiente todo el tiempo de que todo esté bien. También me parece algo precioso y es algo a lo que he dado muchas vueltas y ha evolucionado mucho. Al final, creo que toda esta espera merece mucho la pena. Al proyecto se fue sumando gente como Amaia, Macario Martínez… y estoy súper contento con eso. Ahora siento alivio porque pienso que ya puedo pensar y escribir lo siguiente. Es una sensación positiva.

Hace poco pasas a formar parte del sello neoyorkino Mom+pop, ¿cómo fue ese momento y qué supuso para ti esta incorporación?

Pues fue un poco loco, la verdad. Justo cuando me contactaron hacía poco que había salido el disco de MGMT y me flipó. De hecho, llego bastante tarde a esta banda, pero me gusta llegar tarde a veces a las cosas porque un día escuché ese disco y me voló la cabeza. Entonces, investigando vi que estaban en este sello y no tenía ni idea de quiénes eran, y esa información quedó un poco archivada en mi cabeza. Pues a las dos semanas me llega un mensaje de mi AR, Ana, diciéndome que quieren hablar conmigo y ahí empezó todo. Yo me quedé flipando, la verdad.

Estados Unidos ahora mismo está en un momento de absoluta obsesión con lo español y, aparte de las Hinds, creo que soy el único artista español firmando a una indie americana. Ahora solo hemos firmado un disco, pero estoy muy contento y puede ser una puerta a algo más grande.

Canciones en Mi tiene una peculiaridad y es que, en su mayoría, la composición está en Mi mayor. ¿Cómo de intencionado es esto? ¿Ha sido fácil llevar todas las canciones en esa tonalidad?

Eso ha sido difícil hasta cierto punto porque también he hecho unas pequeñas trampas para que no sonara todo tan repetitivo. Gran parte del disco está en mezcla entre Mi mayor y Si mayor, que son dos notas que se parecen mucho entre sí. La idea, por lo general, es que haya mucha presencia del acorde Mi mayor. Aunque esto nace casi por error. Yo, al principio, hice como tres o cuatro canciones en Mi mayor sin darme cuenta y pensé que podría funcionar que todo fuera en esa linea.

Eso lo pensé hace dos años y la verdad que nunca más le volví a dar más vueltas. Sí me volví un poco loco con canciones que estaban en otra tonalidad y tenía que bajarlas para que concordaran con la idea inicial… Pero creo que mereció la pena. Vida nueva, por ejemplo, es la única canción de todo el disco que no está en esa tonalidad y me parece bonito porque es la única canción más animada. Es como la salida de un estado un poco complicado en el que yo estaba durante el álbum. Cuando compuse Vida nueva volví a tener un poco de fe en la vida y en el amor. Por eso creo que es bonito que esa quedara en otra tonalidad.

En tu primer mixtape hay más variedad en la composición, aquí toma un peso muy importante el uso de las guitarras, el piano y tu propia voz, ¿te da miedo que este sonido sea el que se espere de ti a partir de ahora?

La verdad que estoy súper feliz de que esto sea lo que se espere de mí porque probablemente sea lo que vaya a dar. Yo no tengo ninguna intención de reinventarme ahora mismo ni de buscar sonar diferente, lo que sí pretendo es evolucionar y cambiar lo que sea necesario que no me funcione o no vaya conmigo, pero la esencia va a ser la misma. Me gusta trabajar de manera concisa, saber que lo que hago bien lo hago muy bien. Prefiero eso a intentar hacer todo diferente todo el tiempo y que quede pretencioso.

Seguro que probaré miles de cosas, pero no van a ser mucho más diferentes a lo que estáis viendo de mí ahora porque estoy muy cómodo aquí. De hecho, a todo el mundo que hace música y se sienta conmigo cinco minutos, me tomo la molestia de decirle que lo que debería hacer es música acústica. A Guitarricadelafuente le dije que no debía rayarse tanto con las bases de su disco…

«No tengo ninguna intención de reinventarme ahora mismo ni de buscar sonar diferente»

En algún momento has querido rehuir o decías que no te gustaba la etiqueta de cantautor. ¿En qué punto te encuentras ahora mismo con eso? Parece que te has reconciliado con la palabra.

Bueno, cantautor es un género y para mí es el concepto de lo que yo soy realmente. Lo que me ocurría es que me suena a un tipo de música en particular que no termina de convencerme por alguna razón que no te sabría explicar. Pero, en realidad, el formato es totalmente correcto. Cantautor es quien canta sus propias canciones y eso es exactamente lo que soy.

Y, retomando lo que me decías antes, hay una parte visible de tu trabajo que es el proyecto precioso que tienes como pablopablo y, otra menos visible, en la que compones y produces para otros artistas. Sin ir más lejos, has tenido un gran peso en el nuevo disco de Guitarricadelafuente. ¿Cómo es ese momento de trabajar para otros? ¿Es un proceso diferente del que haces con tu propia música? Me pareció leer en alguna entrevista que tardas mucho en terminar una canción. ¿Es algo que te pasa a la hora de componer para ti mismo o en general?


Yo trabajo de la misma manera componiendo para otros que para mí mismo. Lo que sí me parece guay es que trabajar para otros me permite estar en presencia de otra cabeza más y estar aportando cosas de otra manera diferente. Me llena mucho a la hora de volver a mi proyecto. Me pasa con Álvaro [Guitarricadelafuente] y me pasaba también con Pucho. Compartir espacio con otra gente es lo que más me llena de la música. Lo principal que hago es lo mío y en paralelo solo cojo otro proyecto. Además, solo cojo cosas en las que me dejan escribir aparte de producir. Lo que me gusta es escribir letras, melodías… Con Álvaro estuvimos dos años haciendo este álbum.

Lo has comentado antes por encima y no quería dejar pasar las tres colaboraciones que hay en este disco: Amaia, Ralphie Choo y Carín León, y Macario Martínez. Háblame del momento en que estas ideas salen a la luz y cómo fue el momento de materializarlas.

Todas las colaboraciones surgieron de manera súper natural. Considero que tuve mucha suerte porque para mí es muy importante hacer colaboraciones. Tiene una parte estética que me gusta. Y a la hora de pensarlas… pensar qué voz podría encajar es algo que me encanta. No he pedido ninguna colaboración, excepto la de Amaia. Tenía la canción escrita y le escribí para preguntarle si le gustaba y le apetecía subirse a ella. Escribió su parte y salió algo súper bonito. Eso es algo que nunca había hecho, normalmente las colaboraciones que hago suelen nacer de una manera muy tonta y, a veces, no hace falta ni hablarlo, surge y ya.

Y en cuanto al universo audiovisual, también hay una parte muy sencilla en los videos, portadas… hay mucha sencillez y a la vez mucha intimidad. Hablas de cosas tristes, de dejar ir, del desamor… Juegas mucho con tonalidades frías que evocan un poco esa tristeza… ¿Cuál era la idea inicial que tenías para dar vida a esa parte?

Honestamente fue todo idea de Lele Rodríguez, mi directora creativa de este álbum. A ella se le ocurrió que podíamos introducir ese espacio liminal, que son esos espacios que parece que no son nada. Es como algo aséptico, medio oficinesco… Me mandó unas referencias de lo que tenía ella en mente y me encantó la idea, pensé que era increíble. Fue a ella también a quien se le ocurrió lo de la guitarra colgando y todo… Quedé bastante alucinado con el resultado.

Teniendo tan claro tu sonido y cómo vas a trabajar a partir de ahora como pablopablo, ¿qué esperas de Canciones en Mi

Mi sueño es que este disco perdure. Quiero que se escuche dentro de cincuenta años y que suene bien, que la gente piense que estas eran las historias, las palabras y las frases que se decían… Quiero que la gente dentro de un tiempo sepa cómo era el amor en el 2025. Y nada más. Quiero seguir tocándolo en salas mientras escribo cosas nuevas.