InicioEntrevistasRayo: "Como artistas se nos impone un ritmo de producción difícil de...

Rayo: «Como artistas se nos impone un ritmo de producción difícil de seguir. Eso genera frustración» (2023)

-

Fotografías: May Robledo

Ágata Ahora (voz y guitarra), Tábata Pardo (voz y bajo) y María Frigo (batería) conforman el trío Rayo. La banda madrileña nació como una admiración conjunta por la música y una admiración entre ellas mismas. Si bien ya conocían el trabajo de las demás por sus anteriores grupos, pronto se unieron en este nuevo viaje para seguir dando forma y voz a un sonido y un mensaje atrevido y arriesgado.

En 2019 escuchábamos su álbum debut Jungla, donde partían de la decepción por el devenir de nuestra propia especie con un sonido bastante cercano al dream pop-noise rock como base principal. Su mensaje es claro y ellas no dudan. Trabaja, consume, compite, exhibe. Tras este mensaje subliminal al que nos sometemos a través de todas las pantallas, ellas quieren cantar que no es su modelo de vida.

Cuatro años después, y con una pandemia que las ayudó y dificultó a partes iguales para avanzar en este viaje, por fin nos enseñan Turbocapitalismo 3000, un trabajo en el que van un fotograma más allá y se detienen a escuchar la respuesta para capturar nuestros movimientos a las puertas del apocalipsis.

Con un sonido mucho más agresivo, machacón, industrial y directo nos trasladan a un futuro inmediato, en el que no solo las letras tienen el papel protagonista, lo hacen también evolucionando en su sonido. Del dream pop ruidoso y noventero, a uno más rabioso y frenético. Rayo nos invitan a acoger un disco irreverente, atrevido e innovador.

Todas venís de otras bandas, ¿es difícil llegar a un sonido conjunto viniendo de proyectos por separado? En este caso, ¿cómo es vuestro proceso de componer?

Tábata : Para mí sí que fue bastante difícil. Yo venía de mi proyecto anterior que era Fuckaine donde, junto a otro chico, componíamos y hacíamos casi todo el trabajo nosotros. Los restantes del grupo eran como acompañantes. Ellos tocaban lo que les decíamos. Cuando llegamos a juntar Rayo fue difícil porque todo era horizontal. Sigue siendo bonito porque aprendes a delegar y a compartir. De esta manera llegas a sitios que no habrías llegado de manera individual.

Turbocapitalismo 3000 es una llamada y un toque de atención sobre un futuro no tan lejano. Partimos de un sonido y unas letras mucho más directas y agresivas que en Jungla. Sois más crudas pero habéis tenido el gesto de avisar con la primera pista del disco. ¿Cómo surgió la idea?

Ágata: Pues la última canción, que es Saturno devora a su hijo, tiene un sonido muy diferente a cómo empieza el disco y nos hacía gracia ese contraste. El disco está lleno de contrastes en general. Cuando nos escuchábamos a nosotras mismas nos sonaba a una canción como de azafata de Iberia [risas]. A partir de esa broma interna, de repente se nos ocurrió hacer ese guiño que además nos parecía muy divertido.

En 2019 escuchamos vuestro primer trabajo, ¿qué os ha dado tiempo a descubrir en estos 4 años en cuanto a sonido y letras?

María: Al final creo que hemos cambiado nuestra manera de trabajar y componer por cuestiones logísticas. También hemos trabajado más dentro del estudio.

Tábata: Un factor clave ha sido que ha habido una pandemia de por medio en la que hemos estado pasando cada una por nuestras crisis vitales y personales. Hemos ido cambiando y esto ha afectado de manera directa a cómo trabajamos. Ha pasado mucho tiempo y creo que se nota mucho en el sonido que ha tenido finalmente el disco.

Ágata: Y somos un grupo sin una línea editorial. Para nosotras cualquier manera de experimentar y cambiar el sonido y el sentido de las canciones es siempre una buena señal. No queremos mantener ningún sonido concreto y nos dejamos llevar mucho siempre a la hora de trabajar en un proyecto nuevo. La primera canción que compusimos fue Neones. Esta canción salió del estudio, pero la hemos ido exprimiendo y convirtiendo en algo mucho más extremo en comparación a las canciones de Jungla. Creo que toda esta libertad y este tiempo que ha habido por medio se nota mucho en el resultado final.

Ágata, Tábata y María, integrantes de Rayo
Ágata Ahora, Tábata Pardo y María Frigo

Nuestro sonido siempre va cambiando y esta evolución del proceso nos encanta

Es un proceso muy largo, ¿os ha dado tiempo a desconectar de alguna canción después de estos años?

Tábata: Pues yo diría que no. Hay mucho trabajo y muy espaciado porque lo hemos ido creando en diferentes momentos, y son canciones con las que todavía conectamos mucho. De hecho, hay canciones que tienen un aire más pop porque las escribimos en el pueblo de Altea, al lado del mar. Por eso ha dependido del momento de crearlas.

Ágata: Además no todas las canciones las grabamos hace cuatro años. Algunas son de hace tres años, pero otras son de hace dos meses.

María: Con la pandemia, la percepción del tiempo ha sido extraña y eso nos ha hecho conectar un poco más con este trabajo.

Imagino que muchas habrán evolucionado desde la primera vez que las creasteis hasta ahora…

Ágata: Sí, sí, totalmente. Esa es una constante de Rayo. Nuestro sonido siempre va cambiando y esta evolución del proceso nos encanta. La primera canción que hicimos es Bella Kali y no te puedes imaginar cuántas versiones grabamos.

Tábata: La empezamos con Carmen, que era nuestra anterior guitarrista, y ha pasado por muchísimas fases.

Ágata: De hecho, el grueso de la mayoría de las canciones está en el contexto de Altea con una guitarra acústica. Hay parte de esas maquetas que hemos querido mantener y otras han dado un giro total en cuanto a sonido.

Vuestras letras hablan de un posible futuro y de una crítica a la sociedad pero… ¿qué relación tienen Las Grecas con este futuro tan aterrador?

Ágata: Pues tengo que decir que el hilo conductor del disco tampoco ha sido muy planificado. Han ido saliendo canciones sobre temas que nos importan, nos preocupan y sobre los que pensamos. Obviamente, todo esto se refleja en las canciones y al final ha resultado que sí tiene algo de sentido… Y bueno, cuando pensábamos en hacer una versión desde Rayo, sabíamos que Las Grecas tenían que estar. Mi pareja me puso el disco de Gipsy Rock y flipé. Concretamente con esta canción. Fran Meneses, que es el productor del disco, tiene aquí un papel muy importante porque ha sabido darle una vuelta brutal.

Tábata: También es muy gracioso el cambio de letra que hicimos, que por ahí sí puede encajar muy bien en la narrativa del disco.

María: Tampoco es un álbum que tenga un hilo conductor muy estudiado… entonces, si una canción no tiene nada que ver tampoco pasa nada, ¿no? [risas].

En Mienten casi todas las palabras decís NO a casi todo: al tiempo, a las palabras, al oro, al sacrificio… ¿a qué decís normalmente que sí?

María: Bueno, en realidad no decimos que no… estamos resignificando la palabra. De hecho, la parte del final que está en italiano habla de que la tradición nos ha ido obligando a interpretar ciertas palabras en una cultura dominante. Al final esas palabras tan importantes y tan clave habría que resignificarlas.

Ágata: Bueno… y al final decimos que sí a muchas cosas. Demasiadas. Yo no sé decir que no, en realidad [risas].

María: Y que a veces es un sí matizado. Un sí porque no tengo más opciones y, si digo que no, me muero de hambre.

Ágata: El estribillo dice que «mientan casi todas las palabras» y es una referencia a eso mismo, queremos reflexionar sobre qué estamos diciendo en determinadas ocasiones y replantearnos si es eso lo que queremos que signifique. Esta idea la sacamos de un libro maravilloso que se llama El arte del placer, de Goliarda Sapienza.

Teniendo una visión tan crítica del sistema, ¿qué pensáis como artistas sobre la cultura del esfuerzo y la fugacidad que tiene ahora todo?, en concreto en la música… ¿Os afecta de alguna manera?

María: Pues no sabría decirte… Ahora vivimos en una sociedad en la que cuando preguntas a alguien qué tal está, la mejor respuesta es decir que estás cansadísima de trabajar y de hacer cosas todo el tiempo. Yo reivindico tardar cuatro años en hacer un disco.

Ágata: Por supuesto… es como lo que hablábamos antes, está bien decir que sí, pero cuando eso significa una explotación constante, deja de ser bueno. Como artistas se nos impone siempre un ritmo de producción que hay gente que no puede seguir y eso genera frustración. Hay un espejismo de lo que se supone que debemos hacer o producir. Debemos tener ideas novedosas y populares cada cierto tiempo porque si no somos aburridas. Al final todo está muy motivado en que se quieren vender cosas todo el rato. Así funciona la máquina.

Tábata, bajo de Rayo
Tábata, bajista y voz de Rayo

queremos reflexionar sobre qué estamos diciendo en determinadas ocasiones y replantearnos si es eso lo que queremos que signifique

Ya que no termináis de veros identificadas con ciertos aspectos de la producción en general, si pudierais elegirlo, ¿cuál sería vuestro futuro soñado como grupo?

Ágata: Pues sería genial disponer de todo el tiempo y los recursos para que pudiéramos dedicarnos a esto y ya. Para mí es muy importante nutrirme de otras cosas y aprender cosas nuevas para poder crear música y escribir.

Con Jungla entrasteis al estudio sin saber que ibais a dar luz a un LP completo, ¿teníais más claro a dónde queríais llegar con Turbocapitalismo 3000?

María: Claramente, a mí me encantaría tener más tiempo libre e invertirlo en la música, pero soy una persona muy terrenal, así que de momento no me permito ni soñar [risas].

Tábata: Yo sé que por cómo somos sería difícil llegar en conjunto a algo mucho más allá. Más que nada por el tema de cómo funciona la música en España. Aquí todo es mucho más «coreable» y creo que unas letras tan directas no funcionan tan bien. Yo vengo de una familia de músicos y quizá por eso lo veo de otra manera.

Tábata: No del todo… sí queríamos hacer un disco, pero lo veíamos muy lejano, por tiempo sobre todo. Pero al final, con la pandemia y siguiendo nuestros ritmos, salió.

María: La cosa es que no lo teníamos claro, pero llegó un día que dijimos: «Tenemos nueve canciones… ¿por qué no?».

La estética juega con una visión futurista, pero muy noventera también. ¿Cómo ha sido este proceso creativo?

Tábata: Pues es algo parecido al proceso de composición del disco. Habría sido muy diferente si lo hubiéramos compuesto del tirón con las diez canciones… sería más fácil de esta manera que como ha ido surgiendo al final, y con tanto tiempo de por medio. Fue como ir desarrollando un mundo visual alrededor de cada canción, con total libertad. Como ellas me daban el okey a todo… Fue bastante emocional.

Para cerrar me gustaría plantearos esta pregunta: ¿qué canción de Turbocapitalismo 3000 os gustaría que sonase si llegara el apocalipsis?

María: Ay, pues por mí Bella Kali, que así por lo menos nos echamos unos bailes [risas].

Tábata: Sí, total. Porque es molona y bailable.

Ágata: Echarnos unos bailes en el apocalipsis suena bien [risas].

AUTOR

¿Te gusta CrazyMinds? ¡Síguenos!

BUSCADOR

Y MUCHO MÁS...

spot_img
spot_img