Fotografía: Alejandro García – Cantarero
Como intentamos explicar en la extensa reseña de ‘El milagro’ que recientemente hemos publicado, el tercer larga duración de Viva Suecia llega en un momento clave en la carrera del grupo, el de mayor popularidad y el que por fin les puede llevar a dar el gran salto que se merecen.
La banda formada por Rafa Val (voz y guitarra), Jess Fabric (bajo), Alberto Cantúa (guitarra) y Fernando Campillo (batería) han editado un trabajo de una calidad incontestable, donde la variedad de registros y la evolución son los detonantes de un sonido que sigue siendo genuino y característico. Once canciones que dan forma a un álbum redondo, sin altibajos, donde todo encaja a la perfección.
A comienzos de una semana frenética de promoción, nos encontramos con Rafa, Alberto y Fernando en el centro de Madrid para charlar largo y tendido de todo lo que encierra ‘El milagro’. La nuestra es la última entrevista del día y en torno a la mesa del local y a unas cuantas bebidas, los músicos se explayan con nosotros, en una conversación que se extiende más de lo planificado pero que adquiere un carácter muy cercano y relajado, culminando la primera jornada de trabajo con los medios.
Entre la gira de vuestro anterior álbum y el lanzamiento de este no ha habido un parón como tal. hemos podido comprobar en vuestros directos que vuestra popularidad ha seguido creciendo concierto a concierto, festival a festival. ¿Ha sido premeditado esto?, ¿queríais mantener a la gente enganchada a Viva Suecia y preparándola para la llegada de ‘El milagro’?
Rafa: No somos muy buenos planificando este tipo de estrategias, de hecho salimos a tocar porque lo necesitamos, porque si estamos un par de semanas en casa, sin hacer nada, nos da algo. Mientras que la gente quiera seguir viniendo a los conciertos y escuchando nuestra música, no tenemos intención ninguna de parar.
Alberto: Hemos llegado a hacer conciertos en mitad de la preproducción. Es decir, con todo montado en el estudio en Murcia, hemos desmontado todo, nos hemos ido y hemos vuelto el lunes a seguir trabajando.
El excelente recibimiento que han tenido “Lo que te mereces” y “Algunos tenemos fe”, los primeros adelantos del álbum, ¿añade un poco más de presión o responsabilidad ante la salida del disco completo?
Fernando: Bueno, un poco de presión sí que hay. Pasa siempre que sacas algo nuevo y sobre todo con este disco, que para nosotros es tan importante. Pero es cierto que creemos que el resto de canciones están al nivel de estos adelantos que hemos ido sacando y creemos que van a funcionar igual de bien.
Alberto: Es una presión positiva porque al final, si esto no ocurre, es que no te importa lo que pase. Por eso tenemos que sentirla en cada concierto y darlo todo.
Llama la atención, al hilo de lo que acabas de comentar, que después de una gira tan larga, de tantos conciertos a vuestras espaldas, con un nuevo disco a punto de salir a la calle, este verano se os veía en los festivales frescos como el primer día, con la energía intacta.
Rafa: Esa creo que es la mayor muestra de respeto que podemos dar a la gente que viene a nuestros conciertos. No estaríamos haciendo bien nuestro trabajo si se nos nota se cansados, aburridos o acostumbrados. Estemos como estemos, aunque vengamos de un viaje muy largo y tengamos muchos conciertos seguidos, el momento en el que pisamos el escenario es absolutamente sagrado. No podemos permitirnos “darnos el lujo” de hacer un concierto a medio gas.
Alberto: Por ejemplo, el día del Sonorama en la Plaza del Trigo, Rafa venía con el dedo roto, de hecho le operaban ese mismo lunes. Y ahí estábamos, más motivados si cabe, porque es en esos momentos donde hay que demostrar por qué estás dónde estás.
El ADN de la banda nos obliga a crecer sin parar en cualquier cosa que hagamos
Todo esto que ha ido pasando en los últimos meses: el hecho de que vuestra popularidad ha ido creciendo muchísimo concierto a concierto, festival a festival y que las expectativas que hay ante este nuevo disco son altísimas, ¿os hace creer que estáis en vuestro mejor momento?
Rafa: Es que no nos permitimos estar en otro momento. El ADN de la banda nos obliga a crecer sin parar en los shows, en la calidad de los discos, en cualquier cosa que hagamos. No sé si estamos en nuestro mejor momento, pero desde luego sí que estamos en un momento en el que nos sentimos orgullosísimos de haber hecho lo que hemos hecho.
Lo que sí parece claro es que estáis en un momento clave de vuestra carrera. ¿Es quizás el más importante desde que empezasteis en esto, el que os pueda llevar a dar el salto definitivo?
Alberto: Sí que percibimos eso. De hecho, para la gira que viene, hay un esfuerzo enorme de logística, de darle mil vueltas a todo. No perdemos demasiado tiempo en pensar si estamos en nuestro mejor momento porque pensamos que eso siempre está por llegar. De actitud desde luego que sí que lo estamos, porque estamos en un momento de lucha, de ir dando pasos firmes, de estar todo el mundo tensionado para dar lo mejor. Estamos en un momento de presionarnos a nosotros mismos y apretarnos las clavijas porque es ahora o nunca. Por eso no nos permitimos parar, sino que nos vaciamos en la grabación, nos vaciamos en los directos y estamos las 24 horas pensando en todo. Yo me encargo de la parte económica, Rafa de hablar con la prensa, Jesús con el tema de booking… y todos en constante comunicación y remando sin parar.
En vuestros últimos directo habéis hecho mención a ‘El milagro’, hablando de vosotros mismos, de vuestra situación, de lo que os pasa sobre el escenario. ¿Cuánto hay de esto en el título del álbum?, ¿o tiene otro significado diferente?
Rafa: Nosotros de manera individual y colectivamente somos la misma gente que al principio. Somos gente muy normal que hace algo que le gusta y, de repente, pasa todo esto. Siempre que pasan cosas excepcionales, que por suerte es cada muy poco tiempo, decimos “esto es un milagro, ¿qué hacemos nosotros aquí?, ¿por qué nos está pasando todo esto?” Por ejemplo, cuando estuvimos en el Dcode y tocamos a las tres y media de la tarde, ver a toda esa gente allí para nosotros es un milagro.
Alberto: Nos dijeron los organizadores que había 9.000 personas dentro del recinto y que eso era algo impensable a esas horas.
Rafa: Es que para nosotros todo esto es algo que ni siquiera nos atrevíamos a soñar, por eso creemos que es un milagro.
¿Creéis en los milagros dentro de esta profesión?, ¿qué es el éxito para vosotros y cómo creéis que se llega a él?
Alberto: Para nosotros un milagro es que tanta gente con ganas de trabajar se junte en un momento dado para remar en la misma dirección. Creo que esa conexión es muy difícil de conseguir, porque hay mucha gente con talento que no tiene un respaldo técnico o no tiene una banda que le empuje. Hay momentos en los que ves a gente excepcional que no alcanza el éxito, por eso creo que el milagro es que tanta gente que a priori no tienen ninguna conexión, acabe luchando por algo. Hay un factor de casualidad también muy importante en todo esto. Pero es que además, cada uno en su parcela se hincha a trabajar. Si montas una banda y estás más preocupado de la imagen o de llevar una pinta guay que de hacer canciones y de encerrarte horas y horas, podrás tener un éxito efímero, pero el trabajo es el 99,9 % del éxito.
El disco es una radiografía de este momento exacto de nuestras vidas
Metiéndonos un poco más de lleno en el álbum. Teniendo en cuenta que, como hemos hablado antes, no habéis parado durante un tiempo para prepararlo, contadme cómo es el origen de las canciones. ¿Son fruto de la carretera o, por el contrario, han venido de un proceso de creación más específico para dar forma a un disco?
Rafa: Bueno, nos hemos obligado a sacar tiempo para componer entre concierto y concierto. Al final ocurre como en los otros discos, que esto es una imagen de un momento determinado nuestro, a nivel personal y de la gente que nos rodea, de lo que vemos, de la realidad más cercana… Es una radiografía de este momento exacto de nuestras vidas.
Para mí el mayor de los triunfos de estas nuevas canciones es que se nota una evolución, nuevas capas o texturas de sonido, pero todo sigue sonando a Viva Suecia al 100%. ¿Creéis que vuestra personalidad y vuestro sonido están definidos o seguís en plena búsqueda?
Fernando: Yo creo que debemos seguir en esa búsqueda de nuestra música perfecta. Al fin y al cabo somos cuatro personas que nos conocimos en un momento determinado y que, del conocimiento de cada uno de nosotros, viene el hecho de intentar hacer siempre la mejor música posible. Pero sí que es cierto que en este disco creo que hemos encontrado un equilibrio musical del que sentirnos orgullosos, creo que hemos llegado a un nivel bastante bueno.
Alberto: El otro día nos comentaba un colaborador nuestro, que es Paco Ganga de la banda murciana Glas y que nos estaba echando una mano con el tema del directo, que cuando empezó a oír “Algunos tenemos fe” pensó: “A estos se les ha ido la olla” y que al minuto ya dijo: “Sí es que son ellos”. Es muy bonito que te digan eso.
Rafa: Es algo que no creíamos que fuésemos a conseguir de ninguna manera. Que sea un disco tan diferente y a la vez tan nuestro, es una cosa realmente difícil y solo cuando nos olvidamos de la idea de hacer algo diferente, fue cuando empezó a salir de verdad.
Justo os iba a preguntar eso, si esa evolución o cambio es premeditada o simplemente os fueron saliendo las canciones así.
Rafa: En un momento nos lo planteamos porque esa era la intención, pero nos salió muy forzarlo. Y cuando nos olvidamos de todo eso y de lo que pudiese pensar la gente, cuando nos soltamos y simplemente nos pusimos a hacer canciones, fue cuando salió todo. Por eso se nota que todo es muy natural. No hemos dicho “vamos a hacer una canción que suene a Michael Kiwanuka o vamos a hacer una que suene más Britpop”.
Si conviertes la música en algo unipersonal, dejas muy poco margen para que se desarrolle
En cuanto a los textos, aunque a los escritores no os gusta mucho decir de qué tratan las letras, ¿qué enfoque le has dado a las canciones a la hora de escribirlas?
Rafa: (risas) No es que no me guste, lo que pasa es que, en el momento en que yo te cuento mi experiencia personal con esa canción, estoy quitando el millón y medio de lecturas posibles que puede tener. Yo no quiero que Dylan me diga qué significa “Blowin’ In The Wind”, prefiero quedarme con mi propia interpretación porque, si me cuenta de qué va esa canción, pasa ser automáticamente suya y nada más que suya. Al final la música es empatizar.
Yo no puedo ir contando mis movidas personales con mi hermano o con mi chica porque reduzco la canción a una persona. La música, antes de tener texto, ya era universal y si yo la convierto en algo unipersonal estoy dejando muy poco margen a mi obra para que se desarrolle. Por eso nosotros pensamos que es mejor dejar una interpretación libre antes que explicar el caso concreto. Muchas veces ni siquiera sabes de qué estás hablando concretamente, simplemente estás plasmando una sensación que tienes y que igual, hasta dentro de un año, no sabes exactamente qué te ha pasado.
En cuanto a lo que me preguntabas acerca del enfoque a la hora de escribir, básicamente lo que pretendemos es reflejar nuestro estado personal en ese momento, hablar de cosas que nos interesen y que tengan contenido. Al final todo el mundo sabe juntar palabras, el que las juntas bien es el que se lleva el gato al agua.
¿A ellos (refiriéndome al resto de la banda) tampoco les cuentas de qué tratan tus letras?
Rafa: Si me lo preguntan, sí (risas)
Alberto: Te lo iba a decir ahora (risas). Creo que dice mucho de la banda que estemos los cuatro a veces cantando una canción a pleno pulmón. Yo sí que he dejado de preguntarle porque es verdad que pierde un poco de magia. Yo mismo he preferido no saber de qué van las canciones para darle mi propia interpretación.
Rafa: Es como si le preguntas al mago cómo se hace el truco. Pierde toda la gracia.
En “Necesitarnos tanto”, dices: “Tengo una fobia brutal al presente y aunque presumo de ella, solo recuerdo haber sido valiente desde la barrera”. Supongo que el momento que estáis viviendo lo afrontáis de una manera bien distinta. Parece que estáis más en un momento de arriesgaros, de tiraros a la piscina.
Rafa: En realidad esa frase es una reivindicación de la cobardía. Creo que no pasa nada por tener miedo y de hecho el miedo mueve muchísimas cosas buenas. Tener una fobia brutal al presente es estar en un momento de cierta inquietud, de cierta inestabilidad, de no saber o no poder resolver ciertas cosas… y admitir que en los momentos en los que tienes más arrojo o estás más seguro de las cosas, es cuando no tienes ese miedo, cuando estás detrás de la barrera, cuando todo es fácil. Nosotros estamos muy acostumbrados a trabajar bajo cierta presión, nos gustan los retos y creo que estamos en el momento justo para coger ese reto, arrugarlo, tirarlo a la papelera y devolver una piedra preciosa.
En “Algunos tenemos fe” cantas “No quiero ser de esa gente que nunca parece feliz”. Parece que el optimismo es la respuesta a muchos problemas que se nos puedan plantear. ¿Por qué reivindicáis esa manera de ver las cosas?
Alberto: ¡Esta sí que sé de qué va! (risas)
Rafa: Es muy triste perder el apego, sobre todo a la gente que quieres. En muchos casos la relaciones se gastan con el tiempo, es normal. Es muy triste que algo que fue puro e intenso, solo por el paso del tiempo y por las rutinas, acaba separándose, cuando antes era uña y carne. El caso es que estábamos un día en un sitio, viendo a una pareja de personas mayores cenar, que no tenían móvil ni nada y estaba cada uno mirando a un sitio, no hablaban ni pasaba nada entre ellos. La pregunta es: “¿Me va a pasar eso a mí alguna vez?”. “Algunos tenemos fe” habla un poco de eso.
¿La canción “La fuerza mayor” tiene algo que ver con vuestro primer disco que se titulaba precisamente así?
Rafa: No. Esto es una especie de toma y daca que tengo con Juanfran, el cantante de una banda que se llama Kracauer, de Murcia. A él le mola el grupo y usó la frase “la fuerza mayor” en una canción, recogí el testigo, se la devolví y espero que la siguiente me la devuelva de nuevo.
No hemos parado de explorar nuevas maneras de tratar las voces y los instrumentos
La evolución de la que hablamos se nota mucho a nivel musical, pero también tu manera de cantar, Rafa. El abanico de registros es más amplio ahora (como el falsete de “El milagro”, por ejemplo).
Rafa: En realidad eso está en las guitarras, en las baterías, en todo. Evidentemente la voz llama más la atención porque es lo que está en primer plano pero hemos hecho un esfuerzo muy grande en todos los aspectos. Los sonidos de bajo cambian muchísimas veces, los teclados, los sintes… Alberto está tocando guitarras que no creía que iba a tocar en su vida, no en cuanto a manera de tocar sino en cuanto a sonidos, a no buscar la guitarra fácil.
Alberto: Es que hay momentos de voz muy brillantes, como el falsete al que hacías referencia en “El milagro”. A mí eso me ha encantado porque sí que es cierto que él muchas veces, cuando nos manda un trocito de canción con letra, usa mucho el falsete y para mí es súper chulo, con la voz tan grave que tiene, y meter un falsete como este en un estribillo tan potente…
Fernando: A mí, que no me gustan los falsetes, ese en concreto me encantó.
Alberto: Es que te conmueve porque no te lo esperas. Un momento así, con toda la orquesta y, de repente, que el estribillo lo haga en falsete, con la voz quebrándose… A mí me parece increíble.
Rafa: También es un pequeño paso más, otro granito de arena a todo esto que estamos hablando de la evolución. Todos hemos hecho un esfuerzo con los instrumentos y yo personalmente a nivel vocal también tenía que hacerlo. Carlos Hernández, el coproductor del disco, ha ayudado muchísimo a que exploráramos nuevas maneras de tratar las voces o los instrumentos.
Supongo que al final todo es más divertido así.
Alberto: Pero también se sufre, la verdad. Cuando crees que has tirado a tomar por culo la zona de confort, aún puedes tirarla más. Cuando ya has dejado tu trabajo, has dejado a gente en el camino y estás en un sitio completamente diferente al de hace un año y medio, de repente todavía te metes al estudio, grabas una guitarra, la escuchas y dices: “vale, esto en directo no lo voy a poder tocar”, así que te apuntas a clases de guitarra con treinta y tantos años. Al final todo esto forma parte de nuestra profesión, salirnos un poco de esa zona de confort pero sin volvernos locos y sin dejar de sentirnos identificados con lo que hagamos.
Rafa: La base es que las canciones tienen que ser buenas. Una canción da igual en qué mundo se englobe, si es buena, es buena, sea de trap, de reggae o de rock.
Alberto: Pero a veces te puedes cargar una canción buena por forzarla demasiado. Da igual que un disco se base en una guitarra acústica como los de Sufjan Stevens, que acabas llorando o si te pones uno de Foals que es muy diferente pero igual de bueno. Las canciones hay que respetarlas y no volvernos locos.
¿Cuantas canciones teníais para este disco?
Alberto: Diez y media.
Rafa: Pero siempre lo hacemos así porque no nos gusta perder el tiempo en algo que no sabemos si nos va a gustar. Si nos centramos y tenemos solo ocho canciones que nos gustan, igual sale un disco de ocho canciones. Esta vez llegamos al estudio con diez y una idea y han salido las once. Pero no invertimos tiempo en algo que no sabemos dónde va a ir a parar, ni damos muchos rodeos, solo los damos con las canciones que realmente creemos que merecen la pena. Igual se nos atasca una canción que creemos que tiene potencial y tardamos tres meses en acabarla pero si vemos eso en esa canción, vamos a muerte con ella.
Hemos aprendido a saber hacia dónde queremos llevar las canciones
¿Vais en búsqueda del hit, de la canción redonda? No sé si tenéis una especial habilidad para ello o es una cuestión de constancia y de ensayo-error.
Alberto: Lo que intentamos es lo que hablábamos antes de innovar. Si el tema mola y te está sonando a hit, no cargárnoslo porque sí. De todo esto hemos aprendido trabajando con Carlos o con Paco Román al principio. Darnos cuenta de que muchas veces una intro de dos minutos no aporta nada. Así ya aprendes a trabajar con la idea de no meter por meter.
Rafa: El problema es que en España la palabra hit la asociamos a algo muy determinado. “Fix You” es un hit y es una canción lenta. Me cuesta muchísimo creer que en España pudiésemos llamar hit a una canción como esta. Lo es porque es de una banda extranjera. Nosotros creemos que sabemos hacia dónde queremos llevar las canciones. Todas las canciones podrían tener una parte instrumental de veinte minutos pero, ¿cuántas canciones queremos joder? (risas)
Alberto: En el caso de “Será”, por ejemplo, empezamos a hacerla y dijimos “vamos a hacer un tema punki” y dura dos minutos y medio. Y, por ejemplo, hay gente del grupo que esa canción no la ve como single y yo en cambio opino lo contrario.
Rafa: Yo creo que el gran trabajo que hemos hecho en este disco ha sido con los formatos. Nuestros primeros discos pueden pecar de lineales en muchos momentos. Y en este nos hemos descubierto trabajando un montón de formatos que queríamos hacer antes pero que no hemos podido, por lo que sea. “Será” que es una canción con alma punki, muy corta y muy directa, es algo que no habíamos hecho nunca; “Creo que aprendí a decir que no” es una canción muy plana, que apenas tiene subidas y las que tiene se anuncian con un plato o con una octava en la voz; “Días amables” es casi una banda sonora en la mitad de la canción… Hemos cogido formatos de canciones que nos interesan muchísimo, los hemos adaptado a nuestra movida y hemos sacado canciones buenas de ahí. Creo que ese es el gran éxito de este disco.
¿Cuál es esa canción de la que solo teníais un boceto?
Alberto: Es “Fóllame”. Solo teníamos un arreglo de guitarra y uno de nosotros, que no voy a decir quién es (risas), se empeñó, aunque otros no lo veían. Al final entró y nos mola mucho. Hoy mismo lo veníamos hablando, que puede quedar muy bien para cerrar los bolos. Cuando ya te está haciendo polvo la letra y la guitarra esa rota de los estribillos, cuando se dice lo de “Fóllame, destrózame la vida”, pasa a otro nivel. En realidad Rafa el título no lo veía mucho.
Rafa: A mí personalmente el título no me gusta. Pero bueno, democráticamente llegamos a un acuerdo que no respeto (risas).
Cuando la gente que se encarga de ponerte los pies en el suelo, te dice que te da su apoyo para hacer todo esto, es cuando te sientes realmente confiado
Para terminar, quería saber, ¿cuándo os dais cuenta, a lo largo de estos últimos años, de que todo esto va en serio?, ¿el momento en que os dais cuenta de que Viva Suecia está creciendo y empezáis a no controlarlo como antes?, ¿cuáles creéis que han sido puntos de inflexión o los hitos claves en vuestra trayectoria?
Alberto: Yo estaba el sábado en mi pueblo de la Huerta de Murcia, que tendrá 4.000 habitantes escasos, estaba jugando a los bolos y se acerca la camarera y me dice: “¿tú tienes algo que ver con Viva Suecia?”. Ahí pensé: “he tocado techo”. Aquí que sales a comprar el pan sin camiseta y sin calzoncillos, con un pantalón de pijama y es lo normal, que se te acerque alguien y te reconozca, te hace pensar que la cosa se está poniendo seria (risas).
Rafa: En cuanto a momentos clave, yo destacaría las dos Rivieras, evidentemente, la sala Sol en su día (que en el mismo fin de semana hicimos la Pícaro de Toledo y la sala Sol de Madrid). Hacer tres llenos en la Ochoymedio en un mismo año, la Razzmatazz, los dos Granada Sound, los Sonorama, el premio MTV, el de la Música Independiente… No sé, han pasado muchas cosas.
¿Tomáis conciencia de todo esto en tan poco tiempo?
Rafa: Lo reconoces mucho mejor con el paso del tiempo. En el momento te ocupas de no volverte gilipollas y de centrarte en hacer música.
Alberto: Hay que hacer un esfuerzo para no perder la cabeza, anclarte a ciertas personas y a ciertas cosas en tu vida que hagan que sigas siendo una persona normal, llevando una vida lo más ordenada posible. Luego llega el fin de semana y es una locura (risas). También es cierto que nos ha pillado todo con cierta edad, supongo que si esto te ocurre con veinte años directamente te vuelves gilipollas y habríamos durado un año. Pero claro, esto nos ocurre en un momento en el que tenemos que dejar nuestro trabajo y centrarnos en esto para que dure.
¿Cuándo ocurrió eso?, ¿cuándo dejasteis vuestros trabajos para centraros al 100% en Viva Suecia?
Alberto: Yo en enero de 2018. Firmé una excedencia, de hecho aún sigo con ella. Hay un momento en que estás de lunes a domingo absolutamente implicado en tu trabajo, en los ensayos, llegaba el viernes y salías corriendo para llegar a donde tuvieras que ir… y el día ese que firmé se me caían las lágrimas. De hecho, ahora me emociono al pensarlo. Era pensar: “No sé cómo he llegado hasta aquí pero lo he hecho y ahora ya puedo centrarme en esto por completo”.
Hay un momento en que te coge tu familia y te dice: “Estamos contigo, así que adelante”.
Rafa: Si la gente que se encarga de ponerte los pies en el suelo, de repente te dice que te da su apoyo para hacer esto, es cuando realmente te sientes confiado, porque es a esas personas a las que de verdad puedes creer. Te han demostrado durante toda la vida que, si te tienen que dar un bofetón, te lo van a dar, y cuando te animan a pegar ese salto, lo pegas sabiendo que hay una red debajo.
Alberto: Hasta que tus padres, que llevan una vida más convencional, no llegan y te dicen: “Hazlo, el fracaso es no hacerlo”, tú no te sientes realmente convencido.